AMOR PREHÍSTORICO: EL VERDADERO CAOS

FAIRY TAIL © HIRO MASHIMA

Sinopsis: La enemistad entre dragones y humanos no se compara a la amenaza que proviene del norte: el Verdadero Caos. ¿Cómo detenerlo? Mediante sacrificios. ¿Qué clase? La vida de los líderes de clanes. Las decisiones más duras están por tomarse.

Nota de autora: En mi vida pensé estar escribiendo una secuela, pero ¡aquí estamos! La secuela de Amor prehistórico. No diré nada, la verdad quiero que lo lean y digan que opinan. Dicho esto, vamos con el pequeño adelanto que, aunque lo publique en el blog, quise ponerlo aquí también.


Adelanto

Igneel soltó un largo suspiró. Ya eran varias horas desde que su nieta había huido de los territorios de Clan Dragón de Fuego tras la noticia que Steele rebeló y causo impactado no solo en ella, prácticamente todos no podían creer que existiera un Rey de los Dragones dispuesto a revivir la peor época que había atravesado el mundo desde su misterioso surgimiento. Además, que la solución fuera sacrificar las vidas de los dragones slayer líderes de los clanes no ayudaba para nada a la situación.

—Por los dragones, espero que no caiga en territorios de aldeas humanas —el nombrado Rey Dragón de Fuego vagaba en su forma de dragón por los cielos buscando rastro o señales de su nieta. Sin embargo, ella había ocultado su presencia tal como su abuelo dragón estelar le había enseñado—. En estos momentos te maldigo, Steele.

Agitó sus alas con fuerza y se posó en un risco de un gran cañón, la gran maravilla generada por la naturaleza dividía el territorio del Clan Dragón de Fuego y el Clan Dragón de Hierro que, a su vez, compartían el hueco entre ambos bordes con el Clan Dragón de Agua que tenia uno de sus tramos en este espacio. Todo estaba muy conectado entre los dragones desde que se acabó con el Verdadero Caos, ¿sería que todo aquello estaría por terminar?

Igneel deseaba que no, sin embargo, tampoco quería perder a su hijo.

Incluso en un dragón tan experimentado como él, las dudas existían.

—Y si hay dudas en mí, ¿cómo no lo estarán en una niña de cinco años? —dijo al viento y soltó un rugido, frustrado—. Desearía que los creadores dieran alguna señal.

El Rey Dragón de Fuego alzó su vista el cielo, el sol estaba poniéndose y advertía que pronto oscurecería por lo que debía buscar a Ígnea ya. Una vez más agito sus alas para despejar, no obstante, al sentir una presencia junto a él se dio vuelta. Era Levin, uno de los hijos de Gajeel.