Hola a todos! Vengo a presentarles mi primer fic de esta linda pareja, tenía la historia rondando en mi cabeza desde hace semanas y gracias a CC (Canciones de Cuna) por fin me anime a escribirlo, sus lindas historia inspiran a cualquiera. Espero les guste.
Este fic tendrá escenas Yaoi/lemon sino les gusta, pues que mal, y si es de su agrado, bienvenidos.
Disclaimer: Todos los personajes de Hunter x Hunter son propiedad de Togashi-Sensei.
¿Ella o Yo?
Capítulo 1: Deseo x ¿Yo? x Ella.
El día estaba cubierto por una extraña neblina, no era densa pero daba un aire frío y desolado al ambiente. Nuestros dos jóvenes cazadores se encontraban corriendo por el bosque buscando llegar al lugar donde se hospedarían durante su estadía en York Shin, desafortunadamente no lograron hacer una reservación en ningún hotel a tiempo y les tocó quedarse en una pequeña aldea a las afuera de la cuidad, a unos 15 minutos de ésta. Para ellos, estaba bien, les encantaba el aire puro del campo y podrían descansar en paz mientras esperaban a sus otros dos compañeros con los que se reunirían después de tanto tiempo.
— ¡No podrás alcanzarme Killua!— Corría el pelinegro a toda velocidad saltando todo obstáculo que se le presentaba en su camino.
— ¿Ah sí?— Respondió el albino al notar como su amigo se adelantaba rápidamente. Sin esperar un segundo más activo su Kanmuru, sus cabellos se volvieron aun mas puntiagudos y un aura eléctrica apareció a su alrededor. Pasó por un lado del más joven dejándolo detrás de una nube de polvo.
— ¡Killua eso es trampa!— Gritó lo mas que pudo pero ya no había rastro de él por ningún lado.
El más joven siguió su camino y luego de un corto tiempo por fin pudo llegar donde se iban a hospedar. Al entrar vió al joven gatuno sentado en un sofá. Se dirigió a la recepción y cogió la llave de su habitación.
— ¿Nya? ¿Por qué tardaste tanto, Gon?— Dijo moviendo su cola juguetonamente.
— ¡Killua tramposo!— Hizo un puchero y se dirigió a la habitación seguido de su mejor amigo.
Al entrar notaron lo cálida que era la habitación: había dos camas, un pequeño baño con ducha, un armario para colocar sus cosas y una gran ventana que dejaba entrar la luz.
— ¡Wow, que linda es esta habitación!— Dijo el oji-miel al lanzarse en la cama más próxima al cuarto de baño.
—Pudimos haber conseguido una mejor si alguien no hubiera sido tan cabezota— El albino se sentó en su cama dejando su mochila a un lado de esta.
—No seas aguafiestas— Replicó incorporándose sobre el colchón —Gracias a eso pudimos quedarnos en un lindo lugar lejos del ajetreo de la cuidad y estar los dos solos — Le brindó una cálida sonrisa sin darse cuenta que lo que había dicho puso nervioso a su compañero.
«Como puede decir esas cosas sin darse cuenta» Su rostro se enrojeció y bajó la mirada tapando sus ojos, tal vez así el moreno no le vería. Si, debía admitir que ya no podía negar más sus sentimientos, él quería a Gon, más que querer lo amaba, él era la única razón por la que seguía despertando cada día. Últimamente su corazón no dejaba de latir cada vez que estaban cerca y sus mejías ardían por cada palabra indiscreta que decía su compañero. Pero a pesar de tener todas esas emociones en su pecho, tenía miedo de expresarlas por varias razones y éstas lo estaban autodestruyendo por dentro sin que él pudiera hacer algo.
— ¿Killua? ¿Me estas escuchando?— Reclamó el moreno al notar como su amigo no le prestaba atención.
—Si, Gon ¿Qué pasa?— Revolvió sus cabellos para disipar esos pensamientos y prestar atención al más joven. Se levantó de su cama y se sentó al lado del otro apoyando su cuerpo sobre sus manos.
—Kurapika me envió un mensaje, dice que él y Leorio llegaran a la cuidad pasado mañana, no pudieron encontrar un vuelo a tiempo por lo tanto se retrasaron— Apagando el celular cruzó sus piernas sobre la cama — ¿No te parece genial Killua? Podremos divertirnos antes de que lleguen—
—Siempre esos dos llegan retrasados— Bufó mientras se recostaba en la cama — ¿Qué podríamos hacer mientras esperamos? Estamos en esta aburrida cabaña lejos de la cuidad— Cerró sus ojos estirando sus brazos a los lados, al pensar en el aburrimiento, suspiro fuertemente y al abrir sus orbes noto dos grandes esferas color miel sobre él. Sintiendo como el cuerpo se tensaba y su rostro se convertía en un tomate.
— ¡Vamos Killua, podríamos ir a explorar o a pescar, si estoy contigo nunca me aburro!— Sonrió tratando de animarlo. El joven notó como su camarada lucia extraño — ¿Killua te sientes bien? Estas muy rojo. ¿Tendrás fiebre? —Ingenuamente posó su frente sobre la del otro intentando sentir algún cambio de temperatura.
¿Qué estaba ocurriendo? Se preguntaba así mismo el albino. ¿Cómo podía acercarse así, tan inocentemente sin saber todo lo que ese simple acto producía en su ser? Sus labios estaban a centímetros de distancia podía sentir el aliento cálido del menor posándose sobre los suyos, tembló levemente, en un instante se le pasaron por la mente cien formas diferentes de cómo tomar al oji-miel entre sus brazos y ahogarlo con un beso. ¡Pero no! No debía. Era su mejor amigo, compañero de aventuras y ¿su amor?... «! No, Killua! Contrólate» No soportaba mas esa cercanía que le estaba haciendo perder el poco autocontrol que tenia. Tomó los dos hombros del moreno y lo separó de sí sintiendo como sus labios temblaban levemente. — ¿G-Gon...?—
—Qué raro, no tienes fiebre. ¿Te sientes bien?— Se volvió a sentar sobre la cama alejándose del afectado.
Aún acostado colocó su antebrazo para tapar su boca, queriendo en un inútil intento no mostrar su sonrojo —B-Baka… ¿Q-Qué crees que estabas haciendo?—
—Pues, estas todo rojo Killua, creí que tendrías fiebre— Su mirada se volvió más intensa y penetrante. —No puedes enfermarte, tenemos que ver a Leorio y Kurapika —
Recuperó el aliento y se incorporó en la cama, sentía su cabeza pesada al igual que su respiración —Estoy bien, creo que estoy cansado, solo es eso— Mintió, pero era mejor eso a que el pelinegro siguiera con su interrogatorio. Levantándose se dirigió al baño, darse una ducha lo ayudaría. El más joven no quedó del todo convencido pero no le tomo importancia así que se dispuso a preparar todo para también tomar un baño. El tiempo transcurrió sin mucha novedad. Al atardecer bajaron hasta el comedor donde disfrutaron de la cena y al terminar subieron de inmediato para recostarse cada uno en su cama.
—Nee, Killua— habló desde su cama al albino.
— ¿Hmm?— El mayor no quería hablar, solo quería dormir para olvidar la penosa escena de hoy, rogaba que al amanecer todo volviera la normalidad.
—Estoy feliz de haberte conocido—Voltio el rostro para ver al oji-azul estando aun acostado —Cada día que estamos juntos, me divierto y en las noches espero ansioso el día siguiente a ver qué nuevas aventuras tendremos… — Suspiro profundo muy satisfecho colocando una dulce sonrisa en su faz mientras se quedaba dormido lentamente.
—G-Gon…— Voltio rápidamente para ver el rostro de su amigo, este ya estaba babeando. «Tonto, como puedes decir eso» Killua ya no soportaba mas la presión que tenía en su pecho, este sentimiento lo estaba volviendo loco. Ya no podía disfrutar tranquilamente el estar al lado del oji-miel, porque su corazón y sus pensamientos lo estaban frustrando. Levantándose se dirigió hacia afuera tratando de no despertar a su compañero de cuarto. Camino sin rumbo alguno por la aldea mas sintió que aun no era el momento adecuado para volver, su sueño nuevamente había sido robado, por ese ser de cabellos puntiagudo. Llego hasta las afueras del pueblo casi adentrándose al bosque donde había un risco, se sentó allí a pensar. «Gon no puedo seguir ocultando esto» Se aferró a sus rodillas mirando la luz de luna, hoy parecía brillar más de lo normal. Este amor no correspondido que sentía era muy peligroso, no quería perder la amistad del pelinegro y mucho menos ganarse su odio. ¿Por qué era no correspondido? Simple: eran amigos y aun más importante AMBOS ERAN HOMBRES. Sacudía su cabeza para tratar de disipar esos sentimientos, era imposible, deseaba con todo su ser poder expresar esto que sentía, gritarlo a los cuatro vientos y dejarle claro a todo el mundo que Gon era suyo y de nadie más. «Es imposible».
Recordó todos aquellos momentos juntos a él y esbozo una suave sonrisa. «Hubiera deseado poder decirlo, pero mi posición no me lo permite» Ya estaba resignado, según él, la única barrera que le impedía ya mismo levantar a besos al moreno es el hecho de que era hombre. Apretó los ojos y las lágrimas comenzaron a brotar — ¡Dos hombres no pueden enamorarse!— Gritó como si de algo sirviera. « ¿Qué me sucede? ¿Que está mal conmigo?» Miró al cielo tratando de encontrar una respuesta. El firmamento oscuro estaba vestido de estrellas, tan brillantes que por un momento hipnotizaron al oji-azul. Una estrella fugaz paso rápidamente y le recordó algo que su hermana Alluka le había dicho: "— ¡Onii-San, mira mira! Es una estrella fugaz, Nanika me dijo que ellas cumplían deseos al igual que nosotras— Apretó sus manos a la altura de su pecho — Desearía que mi Onii-San y yo estemos juntos por siempre— Le dio un beso en la mejilla a su hermano."
Recordando aquella escena intentó tener algo de esperanza y creer que en verdad era cierto lo que su dulce hermanita le había dicho. «Desearía convertirme en alguien de que Gon se pueda enamorar» pensó antes de hundir su rostro entre sus rodillas.
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El sol salía lentamente por el horizonte, la neblina se disipó por completo y las gotas de rocío se veían caer entre las hojas. El mayor de ambos había vuelto tarde a la habitación y cayó rendido al tocar la cama. Los tenues rayos de luz entraban por la ventana, aun era temprano, no quería despertar y aun más por la mala noche que había tenido. Se removió en su cama por un rato pero al no encontrar una posición cómoda decidió levantarse, hoy irían a explorar el bosque así que lo mejor era ir lo más temprano posible, se sentó sobre el colchón restregando sus ojos, pero sintió algo caer por su hombro, al abrirlos observo un mechón de cabello largo cayendo « ¿Cabello?» Pero no tardo en darse cuenta que era suyo y al bajar su mirada notó algo más, algo más abultado y redondo. «Esto no es mío» Acercó temblorosamente su mano hasta el lugar y presionó fuertemente. El apretón lo hizo estremecer. Si era de él, era su cuerpo, salió rápidamente de la cama, realmente estaba asustado y se dirigió al baño, sin percatarse cerró la puerta fuertemente haciendo que su compañero despertará. Mirando al espejo ya no le cabía la menor duda: era él. Tenía pechos pequeños y firmes, sus pestañas estaban rizadas, sus ojos más grandes, su piel se volvió más suave y tersa de lo que ya era, su cintura se redujo un poco y sus... su trasero estaba un mas redondo y firme. Solo le faltaba verificar algo, así que con su mano tomo la liga del pantalón y la alzo para dejar ver el contenido: no estaba — ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!— Gritó sin contenerse notando que su voz era diferente más suave y aguda, eso hizo que tapara su boca en un intento de no hacerse notar.
El moreno salto de su cama, ya estaba despierto pero ese grito lo había asustado de sobre manera, se acercó a la puerta preocupado —Killua, ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? ¿Hay una chica ahí contigo?— Al no recibir respuesta golpeo repetidamente, ya se estaba desesperando, pensó que algo malo ocurría adentro así que se dispuso a tirar la puerta —Voy a entrar Killua—
Sabía que su amigo iba enserio sino decía algo, este tiraría de la puerta y lo vería en ese estado. Despejó su garganta e intento colocar su voz un poco más gruesa, tal vez funcione después de todo es Gon —E-Estoy bien… creí ver un pez y me asuste— Golpeó su cabeza « ¿Un pez? ¿Fue lo mejor que se te ocurrió Killua?»
El pelinegro miro escéptico ante tal respuesta pero recordó que al albino en verdad le desagradaban los peces, así que solo se limito a reír —Jajaja, ¿Killua, aun estas dormido? ¿Cómo puede haber un pez en el baño?—
— ¡Cállate!— Respondió, luego sintió como el moreno se volvía acostar en la cama. Suspiró aliviado, se recostó a la puerta del baño y se dejo caer al suelo « ¿Qué diablos estaba ocurriendo? ¿Por qué me veo así?» El ver el cuerpo de una mujer no le sorprendía, ya había visto muchas en eso videos XXX de su hermano y en uno que otro trabajo que tuvo que realizar. No entendía que pasaba pero sabía que esto era malo, si antes no podía expresar sus sentimientos ahora menos, era un travestido o transexual o que sabe Dios, ya no sabía que pensar «No puedo permitir que Gon me vea así». Por suerte aun no se había cambiado la ropa del día anterior. Había formulado un maravilloso plan: coger su abrigo y zapatos escapar con su Velocidad Dios antes que Gon despertara.
Salir corriendo era la mejor opción, estaba asustado, no se imaginaba como reaccionaría su amigo ante este problema por lo tanto debía ganar tiempo para poder buscar una solución. Llevo a cabo su estrategia. Se sintió bendecido por poseer esas habilidades asesinas en momentos como este, sus pasos sigilosos eran imperceptibles, tomó todo lo que necesitaba y salió por la puerta a toda velocidad, pero antes de celebrar por un escape exitoso, escucho una voz proveniente de la cama.
— ¿Killua? ¿A dónde vas?— Decía el joven con los ojos entreabiertos.
— ¡IRE A COMPRAR CHOCOLATES!— Cerró la puerta y corrió más veloz que un rayo. —¿Me abra visto?— Llegó hasta lo más profundo del bosque no sabía cuánto tiempo estuvo corriendo o donde estaba solo quería estar lo más lejos que pudiera de aquella habitación. Descansó cerca de un rio. Se preguntó el porqué estaba así « ¿Por qué me he convertido en una chica?» ¿Será que alguien uso su Nen en mi mientras no prestaba atención? o ¿tal vez era un sueño? si era así, quería despertar ya. Recordó lo último que había hecho: nada fuera de lo normal, no había detectado ningún poder, ni nadie cerca.
El agua corría por su cauce al igual que las horas. El atardecer se asomó sin más. No sabía cuánto tiempo había pasado mientras se encontraba sumido en sus pensamientos. ¿Qué sería de su vida ahora que se había convertido en chica? Alluka seguramente lo seguirá queriendo después de todo es su hermana, Leorio y Kurapika se burlarían, «Los podría estrangular con mis manos para que no lo hiciesen. ¡No! ¡No! ¿Qué estás diciendo Killua? Son tus amigos» ¿y Gon? ¿Qué pensaría él de todo esto? Le dolía la cabeza de tanto pensar, miró al cielo, ya estaba oscuro y aun no se le ocurría como solucionar esto.
— ¿A dónde habrá ido Killua? Ya es muy tarde para que el este comprando chocolates— El pelinegro estaba más que angustiado sin saber el paradero de su amigo, desde la mañana no sabía nada de él y ya era de noche, decidió salir en su búsqueda. Recorrió toda la aldea y no había señales de él. Pensó entonces que tal vez se había quedado jugando en algún lugar del bosque y decidió adentrarse. No veía muy bien, la neblina volvió a cubrir todo el aire, al parecer era común por ese lugar. Llevaba rato buscando pero no sentía nada. — ¿Un río?— Tal vez debía revisar allí. Escucho un ruido que prevenía de ese lugar. Se acercó lo más que pudo y subió a la rama de un árbol para observar, debía ser precavido, no sabía si se podría tratar de algún animal salvaje. Lo que vió lo dejó atónito, abrió sus dos grande ojos para ver si era verdad lo que estaba viendo y al percatarse de lo que ocurría, trato de ocultarse entre las ramas para detallar mejor sin ser descubierto. Fue en vano. La rama donde estaba se rompió súbitamente y cayó detrás de unos arbustos retumbando el suelo. Se sobó su trasero, de verdad le había dolido, pero ese dolor desapareció al percatarse que había sido descubierto.
— ¿No piensas salir?— dijo la joven de hermosos cabellos plateados desde el río mientras miraba por encima de su hombro. Hace un rato había sentido que alguien la espiaba, pero no le importaba, esperaría el momento oportuno para atacar.
Gon solo se limitó a observarla totalmente sonrojado, estaba prácticamente enceguecido con su belleza, notó como sus ojos estaban listo para matar a su atacante, eso no pareció importarle al joven cazador ya que no se movió ni un centímetro, la luz de la luna no ayudaba mucho que digamos, pues hacia brillar su piel blanca como la nieve, ¿era un ángel tal vez?
Los ojos azules se abrieron hasta más no poder, «¿Gon?» ¿Acaso era Gon el que lo observaba? Hace un rato el albino había decidido tomar un baño en el rio, con eso tal vez despejaría su mente para poder pensar mejor. Se había quitado la ropa colocándola en un agujero en un árbol. No deseaba que ningún animal saliese corriendo por allí con ellas. Se metió al agua totalmente descubierto. Y allí estaba él: convertido en una chica, desnudo y que esa persona que estuviera espiándolo fuese ÉL precisamente. Sintió como el mundo se le venía abajo, había sido descubierto. Se agachó en el agua tapándose los pechos con ambas manos —Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa~— El grito lo ahogó al parecer porque cayó desmayado al agua.
El moreno reaccionó en ese instante. Corrió rápidamente y se zambullo al rio. La tomó entre sus brazos y la sacó como pudo, trato de encontrar su ropa pero fue en vano. Los labios rosados se volvían blancos con pequeños tonos morados, no debía perder tiempo, el frío podía enfermarla gravemente. No tuvo más opción que llevarla hasta su hotel. Después buscaría a Killua, además el sabia cuidarse solo.
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El dolor de cabeza hizo que despertará y al abrir los ojos, observo que estaba en su habitación « ¿Fue un sueño?» Se incorporó en la cama y de nuevo su pesadilla empezó, sintió el peso adicional en su pecho. No había sido un sueño todavía estaba convertido en "ella". Miró a todos lados pero el pelinegro no estaba allí, trataba de recordar que había pasado pero lo único que se le venía a la mente era que se estaba dando un baño, desnudo en el rio. « ¿Desnudo?» Ya no lo estaba, tenía puesto uno de sus short y una playera blanca. ¿Qué estaba pasando? Se preguntaba. No iba a esperar esa respuesta, se despojo de las sabanas que lo cubrían disponiéndose a salir de la cama cuando de repente vio dos ojos color miel mirándole asombrado. Era tarde, ya no podía correr y debía enfrentar la realidad «Gon…».
—Ya despertaste— El joven Freecss traía en sus manos un plato de sopa el cual colocó sobre la mesita de noche. Se sentó en la cama para conversar mejor con la joven — ¿Te sientes bien?— Le brindo una gran sonrisa para calmarla.
— ¿Cómo llegue aquí? ¿Porque estoy vestido así?— No entendía que había pasado, al parecer su amigo no estaba enojado por su condición. Obviamente debió darse cuenta que era él. Espero tranquilamente la respuesta.
—Lo siento— Se arrodillo sobre el colchón haciendo una reverencia en frente de la joven —No era mi intención espiarte— Levantó su rostro para tratar de explicar la situación. —Estaba buscando a mi amigo, no sabía nada de él desde la mañana, estaba preocupado, por eso decidí salir a buscarle. Luego escuche un ruido en el bosque y pensé que podía ser él, en ese momento te vi sin querer— Se volvió a hincar pidiendo disculpa —No era mi intención verte mientras te bañabas—
— ¿Eh?— El albino abrió los ojos sorprendido.
—Te desmayaste de la impresión y te traje hasta aquí. No podía dejarte sola en ese lugar y con tanto frio. Como no tenía ropa de mujer a mi alcance te coloque la ropa de mi compañero, es de tu talla al parecer aunque tú eres un poquito más delgada— Miró de nuevo a la joven parecía asustada ¿y cómo no? estaba en el cuarto de un desconocido y después de lo ocurrido hace un momento. Gon usó todas sus neuronas, que tenía que hacer algo para remediarlo. — ¿Cómo te llamas?— Su solución era no seguir siendo un desconocido para ella.
Sus labios pálidos temblaron al intentar de responder, al parecer aun el inocente no se había dado cuenta de quién era o eso creía. ¿Debía decirle o no? Se armó de valor y decidió revelar la verdad —Ki….Ki…— No alcanzo a decir nada más.
— ¿Kiki? Que nombre tan gracioso, pero a la vez es muy lindo, jejeje, se parece a ti—Dijo rascando su cabeza con pena. Estiro uno de sus brazos agarrando los de la joven en señal de amistad —Kiki, soy Gon Freecss, seamos amigos—Sonrió al sentir que había ganado una nueva amiga.
Killua estaba impactado su pelinegro era un total idiota, como podía ser posible que no se hubiese dado cuenta que "Kiki" en realidad era él. Pero al mismo tiempo sintió como su corazón latía rápidamente nunca Gon le había dicho que era lindo, y era obvio porque ambos son hombres. Estaba experimentando una nueva clase de sensaciones que no le desagradaban del todo, tal vez no es tan malo lo que le estaba ocurriendo. Decidió actuar por un rato como chica quería disfrutar más de este privilegio con el moreno. —Si— Asintió dándole la más cálida sonrisa, una que nunca se atrevió dar cuando era un chico.
Gon estaba maravillado con la belleza de la peliblanca y su dulce voz le hacía recordar a alguien que en ese momento no recordaba. —Tómate esta sopa, te abrigará del frío, no quiero que te enfermes— Ella asintió y tomo la sopa como se lo había indicado, paso un rato e inconscientemente el joven notó que no podía dejar de mirarla era como un imán que lo obligaba a verla sin detenerse.
El oji-azul sintió la presión de esa mirada sobre él, nunca su amigo lo había observado de esa manera, su rostro se volvió de todos colores.
El menor observo por un momento la ventana. La noche ya era inminente eran casi las 1:00 am y su compañero no volvía realmente estaba preocupado — ¿A dónde habrá ido Killua?— Suspiro por lo bajo.
Pero no lo suficiente bajo como para que la joven no lo oyera «Gon está preocupado por mí, que egoísta fui» Se levantó de la cama a toda prisa e inocentemente intento quitarse la ropa para devolvérsela al menor "no era su ropa" así que no podía quedársela, pero en ese instante sintió la mirada penetrante del oji-miel viendo cada movimiento «Tonto Killua, ahora eres una chica, no puedes desvestirte en frente de los hombres» Se bajó lentamente lo poco que había subido de la playera. Se dirigió a la ventana abriéndola y colocó un pie afuera con intención de marcharse —G...G...— «No eres Killua recuerda, de ahora en adelante debes hablar como una mujer, llámalo con propiedad» —G...Gon...-Kun... Muchas gracias por todo… Luego te devolveré la ropa que me prestaste —
—Espera no puedes irte así, déjame acompañarte hasta tu casa— La luz de la luna brillaba fuertemente a espaldas de la joven. Gon solo veía su silueta pero al mismo tiempo esa luz hacia que sus ojos azulinos parecieran dos focos iluminados. No entendía porque esta chica producía todo tipo de sensaciones en él, algo que solo sentía cuando estaba con cierta persona.
Dibujó una sonrisa traviesa en sus labios —No te preocupes por mí, yo también soy una cazadora— Giñó un ojo y saltó por la ventana.
—Espe…—Se acercó a la ventana pero ya no estaba por ningún lado.
Puff, como me costó escribir hasta aquí casi un día entero me tomo ordenar las ideas. Espero les haya gustado como dije antes es mi primer fic desde hace muuuuucho tiempo, ya no recordaba cómo escribir. XP.
Si les gusto rewiews, sino les gusto rewiews, si desean dar ideas rewiews, rewiews, rewiews… Quiero animarme viendo lo que opinan.
Muchas gracias por leerme pronto subiré el siguiente capítulo, cualquier sugerencia es bienvenida y disculpad los errores que se escapan por allí (Luego de leerlo 10 veces aun se escapan algunos).
