Había estado parado horas, horas, sin exagerar. No se había movido ni un cm, probablemente ni siquiera había parpadeado, aunque eso era difícil de aseverar por el casco que llevaba. Miraba la rampa de aterrizaje, esperaba que alguna nave llegara con noticias, buenas o malas. No importaba, quería algo, algo que alterara el orden tan pasivo que había invadido el entorno estos últimos meses, 11 meses exactamente.

Casi todos los días repetía la misma acción: se acercaba al puente y por ahí observaba la rampa de abordaje de las naves de la Primera Orden, se quedaba ahí horas, nadie podía inferir qué hacia, ni siquiera sospechar sus emociones o intenciones. Simplemente se quedaba ahí, observando o quizás estaba con los ojos cerrados, quizás lloraba o quizás miraba con furia. La mayoría imaginaba que solo vigilaba, que buscaba demostrar su interés por lo que hacían, desde los más insignificantes de sus hombres, hasta los mas aguerridos y de mayor rango. Solo estaba ahí, definido a imponer miedo, autoridad. Hux, uno de los generales mas cercanos al Líder, muy pocas veces se acercaba a él. Su cercanía solo se regía por un mero interés táctico y político.

Nadie hubiera imaginado que Kylo Ren tuviera algún sentimiento humano, mucho menos hacia uno de sus subordinados. Es más, muy pocos hombres dentro del acorazado podrían asegurar que Kylo Ren era humano, casi ninguno lo había visto sin el casco, y aquellos que alguna vez lo vieron ya estaban muertos o simplemente los que aun estuvieran vivos no estaban seguros de que aquel a quien vieron era Kylo Ren. No podía haber sido Kylo Ren, ya que apenas parecía un chico, de piel clara, de gran estatura y cabellos largos y oscuros; a pesar de las cicatrices en su rostro sus facciones no denotaban mucha madurez. Las historias que se escuchaban de Kylo Ren eran despiadadas, o al menos cumplían con el objetivo de atemorizarlos haciendo que se mantuviera un extremo cuidado para evitar algún intercambio de palabras con él más allá de lo necesario.

Los últimos meses se había vuelto insostenible la tensión con el Líder, incluso en los pasillos menos concurridos, pilotos y soldados de asalto conversaban respecto a eso. Kylo Ren parecía haberse convertido en alguien mucho peor de lo que se creía, los pocos oficiales que se atrevían a hablar al respecto describían al caballero de Ren como alguien demasiado estricto e intolerante a las fallas o errores. Ya no quedaban hombres en la Primera Orden que pudieran relatar como era Kylo Ren antes de enfrentarse a Luke Skywalker, el ultimo jedi. Se dice que ese día su amargura había llegado a extremos incomparables. La muerte del entonces Líder Supremo, Snoke, le había otorgado a Kylo Ren el poder absoluto del Imperio de la Primera Orden, empero lo que nadie sabia o muy pocos sabían, era que Kylo Ren no era más que un joven, poderoso y con el espíritu quebrado, pero un joven al fin y al cabo.

De vez en cuando los soldados miraban el puente, temiendo que Ren hubiera bajado para inspeccionar de cerca sus labores. Había quienes referían haber presenciado ataques de ira del Líder y que guiado por eso los ahogaba utilizando sus habilidades más especiales y oscuras. El día que vieron a Skywalker y a Ren enfrentarse, nunca pensaron asistir a ese tipo de lucha, habían oído sobre La Fuerza, pero solo les parecían leyendas, mitos para engrandecer a los líderes del antiguo Imperio, incluso los jedis se asomaban como creaciones para explicar la caída del Imperio o las vicisitudes para sentarlo.

Pero era real.

Kylo Ren era usuario de esa magia o energía, y eso solo hacia que el miedo y respeto por él se asentarán con más intensidad.

Ese día parecía que no iba a cambiar en nada la rutina. Parecía otro día normal en el acorazado estelar. Se habían desplegado misiones alrededor de la galaxia, en sistemas que habían dispuesto tratados con la Primera Orden a cambio de evitar "acciones de confirmación" como la Orden las denominaba, lo que en realidad eran represalias bélicas. La Resistencia se mantenía pasiva en las sombras, muchos pensaban que se encontraban extintos, pero los oficiales de los rangos más altos encargados de la inteligencia táctica de la Orden sabían que eso era imposible. Eso era lo que la Resistencia quería hacer creer.

En la mesa de operaciones del acorazado se empezó a recibir señales de una nave que solicitaba asistencia para aterrizar en la rampa principal. Esto no pasaba desde que se había puesto en el aire el acorazado personal de Ren. Nadie se preocupó en observar la reacción de este; muchos soldados y otros pilotos se pusieron en posición de ataque. Había sonado la alarma indicando la presencia o inminente presencia de personas o naves ajenas a la Orden. Muy pocos oficiales externos a la nave tenían la ubicación o algún tipo de contacto con esta, el capitán Hux se había ausentado para dar inicio a las operaciones de la nueva Base militar en un planeta cercano a Crait, por lo cual estaban seguros que no se trataba de él –uno de los pocos oficiales que se daba el gusto de entrar al acorazado sin avisar con la antelación adecuada-, por ello no estaban seguros que la nave que llegaba fuera de la Orden.

Cuando uno de los oficiales de la mesa de operaciones de la nave se disponía a dar aviso a Kylo Ren, se dio cuenta que este ya se encontraba en la rampa y que de camino había ordenado dejar aterrizar a la nave sin levantar la orden de ataque de ser necesario. Muchos oficiales no pudieron evitar su sorpresa al ver al mismo Kylo Ren en la rampa para recibir a quien sea que pilotara esa nave de reconocimiento, un vehículo de apariencia desgastada, pero que parecía funcional e incluso capaz de atacar. Los mismos soldados y pilotos que estaban en la rampa vieron su concentración interrumpida cuando Ren empezó a caminar entre las tropas y las naves, sin disminuir el paso ágil se dirigía hasta la nave que terminaba de aterrizar.

La escotilla principal de esta se abrió, ante la sorpresa de todos los soldados que los apuntaban, Kylo Ren se aproximó peligrosamente a la pequeña rampa que descendía de la nave. De todas formas nadie hubiera pensado que Ren fuera una víctima fácil para quien fuera su pasajero, pero tampoco se confiaban del todo ya que hace un 1 año y medio, el difunto líder, Snoke, había sido asesinado por una insignificante miembro de la resistencia, una chica que muchos señalaban como aprendiz de Skywalker. Aunque no muchos estaban seguros de esa información, creían que entre las filas de la Resistencia podían existir seres capaces de infiltrarse en las naves de la Primera Orden haciendo uso de la llamada Fuerza y asesinar a sus lideres usando esas artimañas.

Kylo Ren se mantuvo de pie frente a la rampa de la nave recién llegada. El vapor de la nave presurizada empezó a disiparse cuando de repente, frente a él, se asomaron 5 figuras, todas vestidas de negro, con atuendos muy parecidos a los del mismo Kylo Ren, todos con cascos que escondían su naturaleza. Los soldados y pilotos se mantenían impasibles, con las armas apuntadas ahora a esos 5 sujetos.

–Falta alguien- dijo Kylo Ren en un tono de voz diferente y que indicaba su familiaridad con los pasajeros de la nave. Acto seguido las 5 figuras empezaron a caminar, bajando la rampa con paso firme. Finalmente estuvieron frente a Kylo Ren, ante lo cual los 5, a la vez, se hincaron en una de sus rodillas frente al caballero y bajaron sus cabezas en una reverencia por demás solemne. Kylo Ren hizo un gesto, lo que indicó a uno de los comandantes la orden de que todos, soldados y pilotos, bajaran sus armas. –Síganme- les dijo Kylo a los 5 sujetos de negro, quienes se pusieron de pie y siguieron a Kylo Ren a través de las tropas y demás naves. Todos observaron como desaparecían a través de las puertas de unos de los ascensores que llevaban a las plantas superiores de la nave estelar, sintiéndose intrigados por el tratamiento que el líder les había dado.