Desclaimer: Los personajes de Kannazuki no miko no me pertenecen

Capítulo 1. Despedida

- Hermano..! No te vayas! Hermano…! – Una pequeña niña de 8 años lloraba y forcejaba con el sirviente que la tenía fuertemente arraigada, ella continuaba tratando de liberar su brazo, pero sus energías se agotaban cada vez más y solo lograba ver la silueta de aquel chico distorsionado por sus lágrimas. - Suéltame, Suéltame… -Fue lo último que logro pronunciar antes de que el sirviente la metiera a la casa.

El chico caminaba sin voltear hacia la limosina donde lo esperaba su padre, unas pequeñas lágrimas que no pudieron ser reprimidas rodaron por sus mejillas.

- Perdóname Chikane… Te juro que regresaré y ni el mismo infierno nos volverá a separar.

Chikane despierta agitada y se incorpora en su suave y cómoda cama, unas cuantas gotas de sudor recorren su cuerpo. Se siente tensa y mareada, soñar con esos recuerdos solo la desconciertan más, y es que realmente detesta las despedidas...

-Chikane, Chikane, estas bien?, responde por favor, Chikane, no me obligues a tirar la puerta!- En ese momento Chikane dirige su mirada hacia la entrada de su habitación que está siendo golpeada con mucha insistencia. Se levanta rápidamente tomando su bata de seda, se la pone para cubrir su camisón de dormir y corre hacia la puerta previamente amenazada con ser derrumbada.

- Nicolás, no te atrevas a tirar mi puerta!, - Hablo lo suficientemente fuerte como para que solo él lograra escucharla. - Mira que hacer tanto escándalo…. –Ella abre la puerta y ahí estaba ese chico a quien tanto quería.

- Perdón… Es que me tenías preocupado… -Chikane lo abraza con micho cariño mientras él reprime un severo sonrojo al admirar a su hermanita aun en ropa de dormir. – ¿Estas bien?, Mientras me dirigía a la cocina escuche como gritabas… y creí que algo te estaba pasando…

-Solo fue una pesadilla…-Chikane intenta no recordar ese sueño que tanto le molesta… y sin pensar, dejo escapar de sus labios aquellas palabras que la sumergían en un profundo dolor… -Hoy regresas a América, verdad?

Nicolás besó en la frente a su pequeña hermana y mirándola a los ojos asintió. Chikane no tenía ganas de dejar salir sus tristezas y se limitó a abrazar más fuerte a su hermano.

Chikane, que te parece si hoy te acompaño a la escuela?, y de ahí me voy al aeropuerto… - Él la miro con una ternura inexplicable en sus ojos-

-Eso quiere decir que estaré muy temprano en la escuela, y me voy a aburrir estando sola. – Nicolás reprimió una carcajada, sin duda alguna su hermanita seguía siendo aquella pequeña que no le gustaba sentirse sola, aunque demostrara todo lo contrario.

- uhm… Vale, entonces me iré preparando para salir rumbo al aeropuerto.

- Espera!, recordé que necesito estar temprano en el instituto. -Chikane entra a su cuarto con una gran sonrisa. -Así que me iré contigo.

-Deberás que…

Nicolás.

Bebía una taza de café caliente mientras se sumergía lentamente en sus pensamientos, - Al parecer por más que lo intente no puedo sacarla de mi mente… hubiese preferido nacer en otra familia… - Sus pensamientos son interrumpidos por la presencia de Chikane.

-Ya estoy lista La vio parada en la puerta, juraría a los dioses que es la mujer más bella del universo, ella lo veía con esos ojos azules tan profundos como el mar mientras cargaba su bolso escolar. En sus ojos se veía una chispa casi imperceptible de felicidad, y si bien era cierto, ella era una maestra del engaño, nadie más que ella sabía lo que sentía, sus emociones no tenían paso en su mirada, esos ojos fríos eran los predominantes en cualquier situación…

- Nicolás? – Ella aun sostenía aquella sonrisa maravillosa… si su sonrisa… esa sonrisa que lo derretía por dentro, solo es comparable con un perfecto atardecer, con una sonrisa él era capaz de ganar cualquier batalla, ir al cielo y al infierno en tan solo unos segundos…

- Hermano, estas bien? –Chikane se acerca a él con una mirada preocupada. Si… esa mirada que muy pocas personas tienen la dicha de tener, y él la tenía en innumerables ocasiones, definitivamente era una hombre afortunado… - Estoy bien Chikane, y he tenido una excelente idea! –Dijo triunfante mientras salía de aquel trance en el que cayó con solo sentir la presencia de su dulce hermana.

Chikane

- Oye Nicolás, espera… que haces? –Caminan ambos hacia el portón de la calle, Nicolás la tiene tomada de la mano y con la otra carga el bolso escolar de Chikane.

-Hoy nos iremos en autobús! –Él aún mantenía aquella mirada triunfante en sus ojos y una sonrisa de oreja a oreja. – Así pasaremos más tiempo y disfrutare de llevar a mi hermanita hasta el colegio, como en los viejos tiempos.

-Pero, eso fue cuando estaba en primaria, ahora ya voy al instituto y ni siquiera sé que autobús nos deja ahí… -Chikane hablaba con un tomo de preocupación, aunque internamente brotaba felicidad por revivir aquellos maravillosos momentos de su niñez, cuando ella y su hermano tenían emocionantes aventuras.

Como olvidar aquellas aventuras… y es que una vez al mes, sin que nadie se enterara tomaban el trasporte público para ir de compras, a ella le encantaba ir por un helado sin la ostentosa limosina, sentir que era libre por unas horas… ¡Como le encantaba esa sensación de libertad! Pero todo acabo cuando fueron descubiertos por su padre que de inmediato lo prohibió. Y es que aquel importante hombre negocios no podía permitir que sus herederos anduvieran por la ciudad como la gente ordinaria.

- Eso no importa, ya me encargue de investigar, o ¿Es acaso que no quieres tener una pequeña aventura con tu único hermano?, Ella dejo escapar un pequeño suspiro de derrota y una sonrisa radiante salió desde el fondo de su corazón. –Pero si nos perdemos, tú invitas el helado. -Él asintió y ambos salieron de su hogar.

Sei

Los rayos del sol se colaban por la ventana iluminando parte de la cabecera donde descansaba aquella peli-roja, el silencio de la habitación fue interrumpida por el canto de los pájaros y la alerta de un mensaje de texto.

Te veré en la sala de música en 1 hora.

Chikane…

Si existía alguna razón para que aquella peli-roja decidiera dejar sus aposentos tan temprano tenía que ver exclusivamente con aquella mujer de ojos azules y hermosa figura. Haría cualquier cosa solo si se tratara de ella, incluso ir contra sus propios deseos e ideales, si tan solo ella se lo pidiera.

-Ahí estaré.

Después de responder aquel mensaje de texto, se incorporó de la cama de un solo salto. Con la poca luz que se colaba por las cortinas quedo al descubierto el cuerpo desnudo de aquella chica, era alta, de al menos unos 1.68 de estatura, de complexión delgada pero muy bien torneada, sus pechos grandes y firmes se sostenían con orgullo de su cuerpo, piernas largas y cadera perfecta, su piel blanca con un ligero toque de bronceado contrastaba de maravilla con su hermosa y brillante cabellera roja, tan larga que cubría más allá de su cintura.

-Chikane… - Dirigió su mirada hacia su cómoda donde reposaba un pequeño portarretrato, donde se podía observar a la peli-roja abrazando a una chica por la espalda, ambas con una gran sonrisa. Sus ojos color verde jade reflejaban una expresión de profundo cariño hacia la chica de la foto.

- Sigh – Camino con pasos elegantes hacia el baño, para poder darse una ducha y despertar completamente, después de todo, quería verse bien para ella.

Himeko

-señorita, no cree que es muy temprano para ir al colegio?,el chofer de aquella pequeña pero elegante limosina miraba por el retrovisor a aquella hermosa señorita que tenía la mirada puesta en los paisajes que le eran ofrecidos por el camino.

-Quizá tengas razón, pero tenía la necesidad de llegar temprano a mi primer día de escuela, después de todo hace mucho que no estoy en Japón. Himeko no quitaba la vista de la ventana, si bien en américa habían muchos avances tecnológicos, no se comparaba con Japón. Este último tenía una perfecta armonía en tecnología y naturaleza.

-Si me permite el atrevimiento, el llegar temprano al colegio le servirá para dar un pequeño recorrido y conocer las instalaciones, de esa forma no se perderá como en ocasiones pasadas. –El conductor sonrió ampliamente, pero antes de que Himeko pudiera refutar el comentario anterior, él exclamó... –Vaya!, no estará tan sola como creía, al parecer los alumnos de este colegio son muy puntuales.

-Tan sola…Sola…- pronunció en un susurro muy débil como para que el conductor lograra escucharlo, suspiro y fijo su mirada hacia delante y…

Todo se puso en blanco, toda la escena ocurría en cámara lenta, lo único que podía ver era aquella chica, su piel tan blanca como el de una princesa, su cabellera larga hasta los tobillos de un negro azulado que jamás había visto, parecía que brillaba como la luna y lo único que pudiera opacar ese majestuoso brillo eran esos hermosos ojos de un azul profundo. Acaso estaría soñando? Cómo es posible tanta belleza en una sola persona? Es un ángel? Si... Debe de serlo, no existe nada más que iguale o supere la belleza de aquella chica... O al menos eso pensaba hasta que la vio sonreír y llevar sus manos a su pecho. Fue ahí donde de inmediato todo su mundo se detuvo.

- Que es este sentimiento? Por qué siento que ya no podré vivir sin ella, porque mis labios me queman, mis manos me sudan y mi corazón late con tal fuerza que en cualquier momento se me saldría del pecho? Por qué?... Quién es ella?

-señorita?, me escucha? -Aquellas palabras rompieron el trance en el que se encontraba Himeko. Pero sus pensamientos resonaban fuerte y claro en su pecho. –Sí, solo me sorprendió que haya alumnos tan temprano. Al parecer ella no está sola, parece que está hablando con alguien, quizá este saludando a su amiga... pero ya cruzo la entrada y aquella persona no… entonces se estaba despidiendo, es una despedida!, acaso de su novio?... Un momento! Por qué siento celos?!...

Nicolás

-Te dije que no nos perderíamos. Dijo mientras le sonreía. - Así que no pagare el helado pero si te daré esto. - Saca de su bolsillo una pequeña caja de 3 dulces sabor a rosas rojas, si bien ese era un postre bastante cotizado y muy difícil de obtener, su padre podría obtenerlo con una sola llamada y en cuestión de minutos ya lo tendría en su escritorio.

- Si nuestro padre se entera de que le robaste uno de sus dulces preferidos se pondrá furioso… -Aunque a Chikane le apetecía probar uno de esos dulces, no tenía intención de tomarlo si era de su padre, no quería tener nada de él. –Tranquila hermanita, yo lo compré. Entre a la lista de espera con un nombre falso y ayer me lo entregaron. Así que no te preocupes, esto no tiene nada que ver con nuestro padre. Considéralo un regalo de pronto retorno. – Chikane toma la cajita y se la lleva al pecho mientras sonríe agradecida, después abraza a Nicolás y le susurra – Mas te vale que regreses pronto –Le da un beso en la mejilla derecha y dando media vuelta entra al instituto.

Llevando su mano a la mejilla Nicolás no puede ocultar su sonrojo. – Definitivamente regresare.

Sei

Y la vi ahí sentada frente a aquel viejo piano, tocando una de las melodías que más le gustaban, simplemente era perfecta y no pude resistirme. Me acerque a ella sigilosamente por la espalda y le rodee su cuello con mis brazos, ella se sorprendió y de inmediato le susurre al odio - Soy yo Chikane. E inconsciente de mis actos, ebria de su aroma, la bese en los labios de la forma más dulce y tierna que pudiera ofrecer… y ella me correspondió.

Este es mi primer trabajo / escrito / historia, espero que lo hayan disfrutado. Se aceptan comentarios xD jajaja. Gracias por su tiempo.