Ahora será un longfic. (:D)

De repente se me ocurrió esta idea mientras escuchaba GENESIS (Ending 3). Y al día siguiente, cuando regresé de clases, me puse a escribir.

Advertencias:

-Si no te gusta el yaoi, no lo leas. (e.e)

-AU.

-Posible OOC.


De nuevo

Slaine miraba la ventana del tren, notaba el paisaje alejarse con una increíble velocidad. Su destino era Shinawara. Aún no comprendía por qué estaba en éste tren. ¿Acaso su padre no confiaba lo suficiente en él como para dejarlo solo en casa?

"—Mientras viajo a Corea, pasarás la semana en casa de una de mis ex alumnas. —había dicho su padre."

Tonterías. Ya tenía 18 años, era un adulto responsable. Claro que a sus ojos, al parecer a los ojos de su padre era un niño que aún necesitaba a alguien que lo estuviera vigilando las 24 horas del día. Y por esa razón viajaba a Shinawara, a pasar unos días con una de las ex alumnas de su padre, que para él era de confianza, sino jamás le hubiera encargado la seguridad de Slaine.

Ya saliendo de la estación de trenes, Slaine apegó sus dos bolsos a su cuerpo. Se sentía perdido. Había mucha gente que lo miraba extraño, algunas lo ignoraban, pero ninguna dejaba de seguir su camino. Le recordó un poco a Tokio.

¿Dónde estaba la chica?

Estaba algo nervioso al estar solo entre tanta multitud. Luego sintió una mano en su hombro, haciéndolo saltar de la sorpresa. Se giró rápidamente por si acaso era un ladrón pero era solo una chica. Tenía el cabello negro y los ojos color avellana. Le regaló una sonrisa antes de ladear la cabeza y preguntar:

— ¿Eres Saazbaum Slaine-san?

Slaine asintió lentamente aunque si con el toque de nervios de siempre. Tal vez esa era la razón por la cual su padre había insistido en dejarlo con esta chica.

—Me llamo Kaizuka Yuki. —Le volvió a sonreír.

Kaizuka… ¿ese apellido no era de…?

A Slaine se le fueron los colores a la cabeza de pensar de nuevo en aquel chico. Aquel chico que lo había dejado sin justificarse hace tres años, sin notas ni razones importantes, solo…

"—Me voy de Tokio."

Pero quizá solo era una coincidencia. Le devolvió la sonrisa algo mareado debido a esos repentinos recuerdos de esa persona que prometió olvidar hace ya bastante tiempo.

—Un gusto, Kaizuka-san. —Hizo una leve inclinación de cabeza.

—Oh, si quieres dime Yuki. —Sonrió de nuevo. —Entonces… ¿vamos, Saazbaum-san?

Slaine iba mirando todo el lugar por donde estaban pasando con rumbo a la casa de Kaizuka Yuki. Parecía un lugar bastante tranquilo, los aires también eran frescos. Mientras cargaba una bolsa y Yuki se había ofrecido a cargar la otra, le iba platicando a cerca de los vecinos. Vivía en un apartamento.

Luego de media hora de caminata, llegaron a un lugar donde había muchas puertas y un par de escaleras. Yuki dijo que ahí era donde vivía, Slaine asintió mientras ambos subían las escaleras.

Yuki sacó su llave y abrió la puerta, pasando y luego dándole paso a Slaine. Dejó las maletas en la entrada e invitó a Slaine a entrar al apartamento. El rubio aceptó encogido de hombros, se sentía algo nervioso al estar en un lugar ajeno.

— ¡Naho-kun! ¡Naho-kun! ¡Ya regresé!

Naho…kun.

¿Acaso…?

Un castaño apareció en un delantal con un sartén en una de sus manos. Sin mostrar ninguna expresión en su rostro, pero cuando vio a Slaine sus ojos centellaron. A Slaine le tembló la boca, sintiéndose incapaz de hablar o replicar. El castaño permaneció impasible salvo por ese extraño destello en sus ojos. Regresó a lo suyo dejando a Yuki un poco confundida.

— ¿Inaho? ¿Estás bien?

Yuki caminó un paso pero luego regresó a Slaine.

—Disculpa, es mi hermano, es muy raro, pero te aseguro que no te molestará mucho.

Y fue a ver qué pasaba con su hermano.

Kaizuka Inaho, de nuevo él. Él rompió su corazón hace tres años al irse sin razón de Tokio. ¿Por qué lo hizo? Slaine se llevó la mano al corazón y arrugó la tela de su camiseta al hacerlo. Su corazón había comenzado a latir fuertemente de repente, y sentía sus mejillas arder. ¿Por qué él? ¿Por qué ahora? Solo iba a lastimarlo de nuevo…Lo peor era que…estaría viviendo con él una semana.


Inaho vio a Yuki salir por la puerta antes de despedirse animadamente. Dijo que iría a recibir al hijo de uno de sus maestros de la universidad, que por motivos de viaje del susodicho, él no podía estar solo, así que por eso debía de mantener a una boca más en el apartamento por una semana.

Saazbaum Slaine.

Si tuviera otro apellido llegaría a pensar que fuera aquel muchacho que le robó el corazón en Tokio. Aquel Troyard Slaine, cuyo cuerpo fue suyo en más de una ocasión. No importaba que estuvieran en la casa del padre de Slaine mientras él trabajaba. Aún recordaba esa sensación agradable de cuando lo miraba tan inocente tendido sobre el sofá con las mejillas rosadas mientras él lo atrapaba con sus brazos.

Ya hace tres años de eso.

Pero si hipotéticamente fuera ese Slaine, entonces ¿por qué se cambiaría el apellido?

Parpadeó dos veces y se levantó del sofá. Se dispuso a cocinar para el invitado y su hermana, que pronto vendrían. No tenía mucho tiempo pero recibir a un invitado con una comida le resultaba normal, al menos para él. En realidad no tenían muchos invitados seguidos.

Treinta minutos después, aún se encontraba concentrado en la cocina. Entonces escuchó la cerradura abrirse, supuso que era su hermana. Miró el reloj de la cocina. Treinta minutos exactos, no había fallado en temporizar la llegada de su hermana.

— ¡Naho-kun! ¡Naho-kun! ¡Ya regresé!

No era necesario gritar pero en fin. Inaho quitó la sartén del fuego y fue a recibir a su hermana y al invitado. No importaba ir en delantal, de todas formas los próximos siete días pasaría así por los mañanas, tardes y noches.

Su mirada encontró a Yuki pero luego pasó a los ojos turquesa del invitado. Cabello rubio platino. ¿Podría ser? ¿Troyard Slaine? Sintió en sus ojos un pequeño dolor al verlo tan repentinamente. Finalmente lo vio de nuevo. Notó la expresión de Slaine, estaba nervioso, lo notó de inmediato. No había cambiado sus facetas en tres años.

Inaho desvió la mirada y fue a la cocina nuevamente para continuar con el almuerzo.

— ¿Inaho? ¿Estás bien?

Escuchó a Yuki dar un paso, luego regresar y finalmente llegó a su lado.

—Estoy bien, Yuki-nee. —Dijo sin mirarla, con la expresión seria de siempre.

—Pensé que no te agradaría. —Rió algo nerviosa, Inaho negó con la cabeza.

—Todo lo contrario. —Dijo neutro.

Slaine dio media vuelta y tomó la manija de la puerta, sus manos temblaban sin poder evitarlo. ¿Qué estaba haciendo? ¿Iba a vivir con Inaho? De ninguna manera, ese idiota jugó con él y se fue sin razones. No iba a compartir techo con él.

Abrió la puerta, el sol lo golpeó en los ojos. Se detuvo a un paso de salir del apartamento.

Inaho…finalmente, luego de tres años…se volvieron a encontrar.

Apretó los labios, queriendo dejar de pensar en eso, pero su subconsciente lo traicionaba.

— ¿Saazbaum-kun? —Yuki apareció tras Slaine con desconcierto.

Slaine apretó la manija y la cerró, quedando fuera del alcance de los fuertes rayos de sol. Se giró para ver a Yuki, que le sonrió.

— ¿El sol es bonito, no?

—Sí…lo es.

—Perdona pero tengo que ir a trabajar. —Hizo una mueca. —Tengo un trabajo muy pesado, ¿sabes? Pero puedes quedarte con Naho-kun. Yo no volveré hasta muy tarde, esos será todos los días. Así que pido disculpas de ante mano si logro despertarte cuando trate de entrar. —Dijo algo divertida.

Slaine se quedó de piedra. ¿Se quedaría solo con Inaho? Orange…Ahora recordó aquel apodo que se habían puesto ambos. Él lo llamaba Bat. Yuki procuró no rozar a Slaine para abrirse paso a la puerta, la abrió y salió haciendo ruido. Slaine se puso bastante nervioso. ¿Por qué eso le pasaba a él?

Notó la cabeza de Orange aparecer desde la cocina. Slaine apretó los labios al verlo.

—Tenemos que hablar.


Slaine uke por ley (?)

Aunque pensaba hacer una historia con Slaine de seme (e.e) aunque no le veo manera, es tan uke (asdfgh).

By: Dazo