Buenooo~, primero que nada, ¡hola!. Aya-chan reportandose con otro fanfic ^^ (a pesar de que dejé otros de lado -emocorner-). Durarara realmente me atrapó y encantó demasiado, por lo cual decidí hacer otro fanfic... No debo ser ni la primera ni la última que ha imaginado un crossover entre Durarara! y Alice in Wonderland, simplemente decidí llevarlo a cabo con Mikado de personaje principal. ¿Quiénes seran los otros personajes?, sólo lo descubriran si siguen leyendo los capitulos siguientes ;D. Si la idea les gusta, lo seguiré publicando, sino, me lo quedaré para mi (?).
Ah, debo aclarar que NINGÚN PERSONAJE DE DRRR! ME PERTENECE!, todos los derechos van a su autor!.
Ahora si, ¡comencemos!.
Tras un movimiento brusco de la gente que estaba dentro del metro, hizo que Ryugamine Mikado despertara de su pequeña siesta. Raramente, se había dormido, cosa que no era habitual en él. Revisó sus bolsillos para ver que no le faltase nada, celular, dinero, llaves, todo estaba en orden.
Miró hacia el cartel que indicaba la siguiente estación.
- ¡No puede ser!. ¡Se me paso la estación!. – Exclamó mientras trataba de pasar por la multitud que parecía no ayudarle a moverse, dirigiéndose hacia la salida.
Después de sobrepasar a ese mar de gente, por fin logró salir, pero… aquel sitio no se parecía a ninguna estación de Ikebukuro. De hecho, no le parece haber estado allí antes.
Ese lugar era una estación completamente vacía, como si la gente no existiera en ella, sin embargo, propagandas, artefactos y demás se encontraban en ella; cabe destacar, que se sentía un ambiente particular que llegaba a dar escalofríos.
- ¿Dónde estoy?. – Miró hacia ambos lados, para luego notar que el tren se había ido. Una sensación de miedo recorrió su cuerpo. -¡Ya se!, ¡llamaré a Masaomi para que venga a buscarme!. – Tartamudeó al decir esto, tratando de parecer lo más calmado posible. Lamentablemente, su celular no poseía señal… y mucho menos batería.
La desesperación comenzó a carcomerlo, tuvo que moverse de allí en busca de una salida, pero parecía inútil. A lo lejos, le pareció ver a alguien conocido.
- ¿Eh?, ¿no es esa Sonohara-san?... ¡¿Y por qué lleva orejas de conejo?. – Se preguntó mientras miraba a aquella chica de pechos prominentes, acercándose a las corridas. -¡Anri-san!, ¡espera!. – Se acercó lo suficiente para luego tomarle de los hombros. - ¿Qué haces aquí?, ¿Dónde estamos?. – Le miró.
- ¡No puedo detenerme!, ¡lo siento señor!, ¡pero llegaré tarde si no me apresuro!. – Exclamó, soltándose y para luego huir a través de, por lo que parecía, un arco detector de metales.
El joven de pelo negro ladeó la cabeza, ¿qué hacia un detector de metales en plena estación de Ikebukuro?, ¿acaso era un sitio peligroso y por eso estaba ese detector allí?. ¿Sera esta la razón de que tampoco haya gente a los alrededores?.
Cuando quiso darse cuenta, la muchacha que parecía su compañera del colegio, ya había desaparecido de su vista. No le quedaba otra opción, debía tratar de salir por aquel marco… sin embargo, al acercarse, algo parecía bloquearle el paso.
