AVISO IMPORTANTE. Esta historia es la continuación de otra: Calígene, que pueden encontrarla en s/12977399/1/Cal%C3%ADgine
No intenten leer esta, sin leer la otra porque no entenderán nada.
Agaché derrotada la cabeza cuando me di cuenta que no solo había perdido todas las batallas, también había perdido la guerra. El cielo se tornó completamente de un negro azabache, como en una tormenta perfecta, dejándome ver solo la luz resplandeciente de los relámpagos, que acaparaban todo el cielo oscuro. La lluvia torrencial no tardó en hacerse presente golpeando en mi rostro ásperamente e inundándolo todo por completo precipitadamente, cada espacio que antes había estado abarcado por oxígeno, ahora estaba cubierto de agua. Estiré mi brazo hacia él en un desesperado intento de tomar su mano, pero su cuerpo permanecía inmóvil, como una estatua hermosamente labrada a cincel en medio de la hondonada del océano. No podía llegar a él por más que me esforzara y me estaba ahogando, intenté mantener mi cabeza a flote empujándome hacia la superficie, pero mis pies no podían alcanzar la solidez de la tierra profunda. Ya no podía respirar, pero aún vivía y me movía vigorosamente como si mi cuerpo no necesitara del aire. Pero a pesar de este hecho, sentí a cada célula de mi cuerpo morir cuando la corriente lo arrastró lejos de mí, ya no podía ni siquiera verlo.
Ahora sí, mis bellas y bellos, voy a comenzar a subir los capítulos de a poquito, espero que les guste esta historia tanto como la otra. No se olviden de dejarme sus comentario.
Besos!
Tammy.
