Haro! Nueva historia, nueva pareja, nueva promesa cumplida! Este fic está dedicado a Zaphyr Bell, la fan de, no sólo el hermoso GaaSaku, si no que de una pareja tierna y jamás trabajada por mi hasta ahora: KibaHina. Es por ti linda, ojalá te guste. Disfruten!

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NARUTO es de Kishimoto y el fic es mio.

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Las Cosas del Amar

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Vale la pena desistir a un sueño por amor?

Cuanto puedes?

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No es Sólo un Sueño

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Bien temprano, tanto que el sol apenas esbozaba sus rayos sobre la ciudad, Sakura preparaba el desayuno mas cargado del mundo.

- Va a ser un día impresionante! Así que mejor estar listas, no Hinata?

- Claro!- su entusiasmo es realmente contagioso.

Limpiaron rápido, con las llaves del Volkswagen Cabriolet blanco en mano, ambas fueron listas para un día de emociones.

- Bien Hina, se mi copiloto, hacia donde?

- Calle Namikaze.

- Perfecto- conociéndola a la perfección, Sakura dobló cerca de la casa de su amigo Naruto.

Bajaron. Una tienda con la leyenda: "Cristalería Kimimaro" y el toldo blanco con lineas gruesas celeste, tan linda y pulcra como sus cristales.

- Buen día- la educada tonalidad de ambas muchachas al sonar la campanilla detrás, alertó al dependiente.

- Buen día señoritas, en que puedo ayudarlas?

- Leímos un anuncio en el diario de que el dueño quiere alquilar esta tienda, será posible hablar con él?

- Oh, lo siento mucho, el Sr. Kimimaro no se haya en la ciudad.

- Y sabe cuando volverá?

- No me corresponde decirlo, pero... Está de luna de miel y vaya uno a saber cuando vuelve.

- Oh, disculpe las molestias entonces.

- Puedo ayudarlas en algo mas?

- Bueno...

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Marcando nuevo rumbo en su mapa, Hinata indicó la Calle Senbondoku.

Una casita rodeada de lo que supusieron una chacra, con la linea del horizonte detrás enmarcando el mediodía, y las horas que les llevó llegar allí, a la tranquera con un cartel delante diciendo: "Granja de Manzanas de la Abuela Chiyo"

Aplaudieron varias veces así llamar la atención de alguien, pero durante un rato nada pasó.

- Si? Que necesitan?

Una viejita, bastante mayor y arrugada, con su sonrisa calmada en el rostro saludó a las muchachas.

- Si podemos hablar con la Sra Chiyo?

- Ella misma en persona.

Ambas soltaron un sonido de sorpresa. Y Sakura seguía hablando.

- Genial, un gusto Sra. Chiyo, soy Sakura y ella mi amiga Hinata.

- Un gusto señoritas.

- Igualmente- dijo detrás Hinata.

- Queríamos saber si es verídica la información que nos proporcionaron, usted es dueña del Pasaje del Artesano, cierto?

- Si, bueno, quien administra es mi nieto Sasori, hablaron con él?

- Si, por supuesto, él nos dijo que usted estaba aquí.

- Entonces...?

- Queríamos saber si podemos alquilar uno de sus locales...

- Vengan y cuentenme, quieren tarta de manzana? Recién horneada mis niñas.

- Con canela?- al fin Hinata salió por detrás de Sakura.

- Por supuesto- rió Chiyo.

- Si! Gracias!

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- Una... Florería?

- Así es...

El tono desconcertado de la anciana no pasó desapercibido para Sakura, que apenas comía su porción de tarta por comentarle los planes del proyecto.

- Oh, mis niñas, como saben yo amo las plantas, todas en mi chacra, cuantas mas y llenas de flores mejor, pero el problema es... Mi nieto, Sasori. El lugar se llama "Pasaje del Artesano", lo que significa que hay artistas solamente. Sasori jamás permitirá que haya otro inquilino que no sea artista como él.

- Los arreglos florales son arte!

- Intenta hacer que el terco del enano lo entienda. Me recluye a mi, su abuela.

Incluso Chiyo parecía indignada con su nieto.

Al verlo no fue muy selectivo, pero si su abuela lo dice... Sakura bufó. Esto no iba a ningún lado.

- Gracias por su atención y paciencia Sra. Chiyo, que tenga buena tarde, hasta pronto.

Y ambas se levantaron, Hinata a regañadeces, estaba disfrutando su tercera porción sin prestarle mucha atención a Sakura y la charla.

- Llevense una tarta, insisto, me siento culpable de que Sasori sea tan inflexible.

- Oh, gracias, usted cocina muy bien!- el brillo en los ojos de Hinata- Le deseo una buena tarde Sra. Chiyo, no se culpe por su nieto. Vamos Hinata, saluda.

- Hasta pronto abuela Chiyo!

- Hasta pronto niñas! Saluden a Sasori con un cachetazo bien puesto de mi parte si lo ven!

- Claro!- pero Sakura no golpearía a quien le pareció absolutamente encantador y educado, además de guapo.

Y volvieron a la ciudad con la tarde cayendo lento, dejando paso a un atardecer rosado y naranja.

- Va a llover- sentenció Hinata desde el asiento trasero mirando el cielo despejado al costado de la ruta.

- De que hablas Hinata? Está despejado- y Sakura no despegaba los ojos del auto enfrente.

- Mi abuelo decía que si el cielo pintaba naranja y rosa, iba a llover.

- Es metereológicamente imposible.

- Si mi abuelo lo decía...- pero para Haruno era mas importante tocar la bocina para el auto enfrente.

Y Hinata hablaba para si misma ya, sabe bien que Sakura es tan pragmática que a veces no se permite soñar con imposibilidades o cosas lindas... Ni siquiera con el amor...

Suspiró. Aquella tarta de manzana a su lado si que huele bien.

- Hinata, sé que hoy no fue un buen día y recorrimos cada local habido y por haber en Tokio, pero vas a ver, las cosas llegan si se tiene paciencia.

- Lo sé- y pasaba el dedo por el borde crujiente de la tarta.

- Mañana iremos a conversar con ese Sasori, no será difícil si ya hablamos con su abuela.

- Claro.

Y la risueña Hinata fingía oírla al imaginar la tarta y su relleno espléndido llenándole la boca de éxtasis.

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A través de las ventanas pulidas con detalle por Sakura el fin de semana pasado, pasaba el sol y sus últimos bostezos hasta la mañana siguiente.

En la mesa del comedor, bañadas de luz menguante y anaranjada, Sakura apenas tocaba la porción de tarta que tomó. Sus pensamientos vagaban en cuentas, posibles lugares y mas cuentas.

- Sakura, te vas a comer eso?

- Mhn...

- Tomaré eso como un no.

Hinata, ávida si se trata de dulces, fue por la brillante y pulcra porción listan para comer. Con el pedazo ensartado en un tenedor, Hinata paró cuando su amiga habló.

- Mañana no será igual, ya verás, puede ser que hoy hayamos obtenido cosas no muy importantes, como las copas en lo de Kimimaro, pero mañana será distinto Hinata.

- Para ti no será importante, pero esta es por mucho la mejor tarta de manzana que he probado.

Bufó. Era típico de Hinata.

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Miró el sol ocultarse por décimo octava vez en quince minutos.

Era mucha la presión a pesar de que no es la primera vez que está allí sentado. A la espera.

Espera de que?

De un alivio.

De un milagro.

O de la noticia mas devastadora hasta el momento.

Y juntó sus manos en modo de plegaria como tantas ocasiones.

Es su hermana. La única persona que le queda en el mundo. Y hará lo que sea por mantenerla con vida.

- Gaara- el conocido doctor le llamó hacia adentro, donde él y un equipo de médicos revisaban a Temari.

- Si?- sin ocultar la desesperación en su voz, Gaara fue a tomar la mano de ella.

- No hay avances... Tampoco empeoró, está estable pero no parece que vaya a cambiar su estado...

No es lo que esperaba, tampoco una decepción total pero... Luego de tantas inyecciones y pastillas pensó que... Ella...

- Gracias, lo veré pronto.

El médico se despidió con un leve asentimiento de cabeza, en fila fueron a la puerta y dejaron solo a Gaara y su hermana.

- Temari...- las lágrimas ardían sobre sus mejillas, siempre llora luego de las consultas... Reviviendo el sentimiento de culpa latente.

Llorar es la descarga parcial y momentáneamente aliviadora a la que él recurre. Pero nunca dura. Al fin de cuentas vuelve a sentir la opresión en su pecho.

No puede hacer nada mas que aguardar a que todo vuelva a la normalidad. A la risa estruendosa de Temari resonando en las paredes y su alegría burlona recibiendo a Gaara de su trabajo.

Lo extraña, y a pesar de desearlo con todo su corazón... Sabe que no va a pasar, nunca mas...

Y el sonido de las cartas contra sus pies pasando al lado de la puerta principal, no aminora en absoluto su estrés.

- Llegaron las facturas...

Pero él ya no tiene ni un centavo en la cartera.

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Como el enfermero pasaba la intravenosa en su brazo apenas era parte de su preocupación.

Pues en casa estaba Akamaru solo, solo y triste. El sólo pensar en el pobre can extrañandolo, Kiba quiere dejar su salud en un tacho e ir corriendo, pero respira hondo y deja que lo acuesten.

Todo es por vivir lo suficiente con Akamaru, si se va, morirá antes que él. Y le parte el alma imaginar a Akamaru llorando en su funeral.

Espera a que todos se vayan así blasfema en paz.

Espera a que todos se vayan así descansa en paz.

Espera a que todos se vayan así recuerda en paz... Recuerda en paz cuanta comida exacta le dejó a su amigo y si alcanza para el tiempo indeterminado que lo tengan atrapado en el hospital.

Él no perderá a su amigo.

Ni su amigo no perderá a él.

Akamaru es lo único que le queda.

Lo único en su cruel mundo.

Quiere llorar, pero para Kiba los chicos fuertes no lloran.

Y sus lágrimas caen a los costados ahogando gimoteos de tristeza, de necesidad de un abrazo.

Kiba llora, Kiba no es fuerte.

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- Sakura- la aludida acababa de dejar el teléfono fijo- Porque sigues intentando?

- A que te refieres?- dirigiendo su mejor tono de desconfianza.

- A la tienda, por que lo sigues intentando?

Pero Hinata no levantaba la mirada de su plato vacío.

- Por que es nuestro sueño Hinata! Luchamos mucho por él!

- Pero...

- Pero? Pero?! Ahora te vas a echar para atrás?!

- No, pero... Es sólo un sueño...

- No es sólo UN sueño- enfatizó enojada- es NUESTRO sueño... Y si ya no lo quieres puedes irte de él... No te voy a detener...

- Sakura...

Y sus ojos espejados reflejaron cada gota de duda que podían alojar...

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Y? Que tal? Pueden dejar su comentario en los reviews y les agradeceré mucho!

Zaphyr Bell, fue corto pero ojalá te haya gustado, soy nueva con el KibaHina pero me agrada, y obvio mi sagrado GaaSaku.

Besos a todos y quizás les escriba en otro capítulo!