Gracias Fred

Los personajes pertenecen a JK Rowling y la trama a Littlest Girl, que me dio permiso de adaptar su historia, muchas gracias.

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"A veces un idiota inoportuno

Puede ser de gran

Ayuda."

-Dime que pasa.

Fred lentamente puso pausa en el juego de video que tenía puesto en la televisión y se cruzó de brazos.

Él, inmaduro e imprudente, no era la persona más indicada para esto, pero algo… algo en su mirada de niño, hoyuelos y sonrisa sincera me llenó de confianza.

Después de todo era mi hermano.

-Hay una chica.-dije con lentitud.

Cerré los ojos esperando que las bromas llegasen. "¡Aw! Ron está creciendo.", "Si el bebé de mamá ya es todo un hombre.", "¿Ya no eres más gay?". Pero, extrañamente, nada ocurrió.

Levantó la mano y la movió-agitó en el aire, en una muda invitación a que continuase.

-Y…bueno…ella…-balbuceé. No tenía planeado verdaderamente contarle mi historia, solo esperaba a que él comenzara con las burlas para ponerme de pie y salir de allí enojado.

-Sigue, Ron.-me animó.

-Ella va conmigo a Cálculo. Se sienta en la fila contigua, tres asientos más adelante. También toma el taller de "Literatura del Siglo XIX."

-¿Cómo es?

-Linda

-Mamá es linda, Ginny es linda, la abuela es linda, incluso la vecina que nos da galletas es linda.

-¿Qué quieres decir?-rodó los ojos.
-Que con una "Linda" no me basta. Necesito que seas más específico. Hay más de 1500 mujeres en la universidad. Con un "Es linda", dudo mucho que pueda identificarla.

-¿Para qué quieres…?

-Solo limítate a responder, ¿quieres?

-Bueno.

Me enderecé en el sofá y miré fijamente la pantalla. Por el rabillo del ojo vi a Fred mirándome, su cara era un poema.

-¿Qué esperas?-dijo luego de unos 15 minutos-¿Una invitación?

-Tú dijiste "limítate a responder", estoy esperando que preguntes.

Fred levantó su gran mano y me dio un fuerte golpe en la nuca.

-Ahora entiendo porque sigues solo. Eres un idiota, Ron.

-Gracias, hermanito.-murmuré con sarcasmo.

-En fin, ¿cómo es?-me apuntó rápidamente con el dedo y me dio la mejor de sus miradas amenazantes, que por alguna razón, era la única que funcionaba conmigo. Al resto de sus "caritas" yo era inmune.-Y no te atrevas a decir "linda" porque te juro que te amarro los pies y luego te cuelgo boca abajo en la escalera hasta que llegue Mamá.

-Mamá está de viaje.

-Ya lo sabes.

Tragué en seco. Era mi hermano, sería inhumano que me hiciera algo así, pero le creí.

De todas formas, era Fred.

-Ella es lin…-me dio una patada- Esta bien.-me quejé sobando la pantorrilla.

Maldito hermano futbolista.

-Tiene el cabello castaño, con ondas, le llega casi hasta los codos. Su piel es como…cremosa. Se ve como la porcelana, pero podría apostar a que es mucho más suave. Tiene los ojos color chocolate y los labios más delicioso que hay visto en mi asquerosa vida. Es tan…angelical. Cada vez que la veo, me quedo como hipnotizado. Es casi como si ella tuviese alguna especia de encanto innato. En cuanto le pones un ojos encima no puedes dejar de verla, sus movimiento, su voz, su rostro, su sonrisa, toda ella. Es… ¡Dios!, ni siquiera sé cómo explicarlo. Me tiene loco.

-Hmm-dijo Fred llevando un dedo a su boca pensativo.

-¿Hmmm, qué?

-¿Has hablado con ella?

-Emm... ¿no?

-¿Lo preguntas o lo afirmas?

-Lo ¿Afirmo?

Me dio un buen golpe en la nuca, de nuevo.

-Vamos, hermano. ¡Tienes que estar jodiéndome!

-¿Por qué?

-¿Qué acaso no lo ves? La chica te trae como imbécil, más imbécil de lo que sueles ser-esta vez, yo le di un buen codazo en las costillas.-eso dolió.

-Te lo merecías. Ahora sigue.

-¿Te gusta?

-¿Estás bromeando? ¿Enserio debes preguntar luego de todo lo que te he dicho? Fred, pensé que hace tiempo mamá dejó de explicarte las cosas con manzanitas.

-Solo responde, idiota.

-Obvio que me gusta Fred. M-U-C-H-O-deletreé.

-Entonces no veo porque es que aún no le hablas. ¿Qué es lo peor que te pude pasar?, ¿Que te rechace? ¿No lo han hecho miles de chicas ya?

Me lancé encima de él con toda la fuerza que poseía y acabamos jugando a la lucha libre en el suelo de la sala.

En el segundo round dejamos la pelea; habíamos roto la figurita de cerámica que mi papá le había traído a mamá desde Italia.

-¿Crees que se enoje?-preguntó Fred en un burdo intento por ponerla de pie en una sola pieza.

-Claro que no. Es más, yo creo que ni lo notará.

En cuanto las palabras salieron de mi boca, la diabólica figurita se hizo pedazos en las manotas de Fred.

-Retiro lo dicho. Eso sí lo notará.

-Da igual.-mi hermano se encogió de hombros restándole importancia.-Le compraremos otro, vi uno igual en Wal-Mart.-recogió los restos de la escena del crimen y los tiró a la basura.-Ahora repíteme, ¿por qué es que aún no te haces hombre y le hablas?

Dejé pasar el insulto. Con el enojo de Molly por una figura era suficiente.

-Porque…porque…bueno…-el cielo se caería. Al fin Fred había preguntado algo inteligente.-no lo sé.

-Porque te da miedo.

-¿Miedo?

-Sep. Miedo a que te rechacé. Te gusta tanto que te da pánico que ella te diga "no" o que tenga novio. Algo que, según yo, es muy tonto, Ron. ¿Cómo sabrás lo que ella piensa si no le hablas? Quizá ella no tenga novio, si no lo tiene entonces ella ya es tuya. Solo mírate, hermano. En la universidad todas mueren por ti. ¿Por qué no ella también? Basta con que tengas una pizca de valor y el resto será pan comido. Confía en mí.

Bueno, muy a mi pesar, debía reconocer que por esta vez, y solo por esta vez, Fred tenía razón.

Era extraña e incluso graciosa la seriedad que Fred había adoptado, repentinamente, frente al tema. Él era mi hermano, el insensible, bocazas e inmaduro hermano mayor. El que me ponía en evidencia cada vez que podía. El que echaba en mi boca dentífrico, crema e incluso shampoo mientras dormía. El que se encargaba de hacer y grabar bromas vergonzosas. Al que nunca, jamás se le pasaba por alto un buen chiste a costa de la vergüenza ajena. No le importaba el lugar, las circunstancias o la persona, si se presagiaba una buena jugarreta que haría a más de alguien ponerse colorado, ahí estaba Fred.

"Mi querido hermano Fred"

-¿Y…cómo me dijiste que se llamaba?-preguntó de pronto. Se llevó una cuchara atestada de helado de chocolate a la boca y me miró de reojo.

-No lo dije.

-Eghntonchwes hawgzlogw-dijo con la boca llena.

-Qué asco Fred. Al menos podrías tragar.

Rodó los ojos y bufó, salpicando helado en su camiseta y parte de la mía, pero finalmente, se relamió los labios y volvió a hablar.

-Dije: Entonces hazlo.

-¿Qué cosa?

-Mira, Ron. Está bien que seas inexperto, que no tengas la más prostituta idea de lo que sea conquistar una chica y que yo tenga que darte consejos. Pero otra muy distinta es que me tomes el pelo intentado verme la cara de imbécil. Porque no va a suceder.

-Está bien, está bien. Lo siento. ¿Contento?

-Sip.-sonrió en una pésima imitación de niñito bueno y llenó nuevamente la cuchara de helado.-Ahora, ¿me dirás cómo se llama la condenada muchacha o prefieres que te lo saque a golpes?-preguntó con ternura. Yo reí.

-Si no te molesta, hoy me gustaría mantener intactas esas hermosas manitas tuyo.

-Me parece.-se llevó la cuchara a la boca y la agitó para que continuase.

-Su nombre es Hermione. Hermione Granger.

La cuchara se detuvo a mitad de camino de su boca y me miró con ojos entrecerrados.

-¿Hermione Granger?-preguntó.

-Sí, ¿la conoces?

-No creo.

Volvió a poner Play en el juego y centró, ahora, toda su atención en la gran pantalla plana frente a él.

Frunció el ceño cuando uno de los soldados contrarios le dio en una pierna, pero cuando giró levemente el rostro en mi dirección, me pareció ver una diminuta sonrisa.

-¿Me puedes repetir por qué es que acepté venir?-pregunté.

En realidad el "acepté", era solo una forma de decirlo. Aún me dolían un poco las costillas por los golpes que Fred utilizó para sacarme de la cama y traerme voluntariamente -a la fuerza-.

-¡Dios!-murmuró al cielo.-Solo dame paciencia.

-Y yo que pensaba que tú eras el único insoportable aquí. Ya veo que viene de familia,

Fred me miró con cara de "¿estás bromeando?". Luego rodó los ojos y suspiró con fuerza. Al parecer estaba perdiendo la paciencia.

-Mira, hermanito. Angelina quería ver una película con una amiga y conmigo, pero le pareció injusto que su amiga estuviese sola, así que me pidió que invitase al primer idiota decente que viera. Así que, ¿adivinas quién fue el primero que vi esta mañana?

-¿Tú en el espejo?

-Ron…-siseó-…no me hagas golpearte aquí.

-Está bien. Pero pudiste haber invitado a Harry, Oliver, James, Lee, y tanto otros. ¿Tenía que ser yo?

-Por supuesto, esta amiga es demasiado especial para ella como para dejarla sola con los hormonales de Oliver o Lee. Solo tenía dos opciones si quería que Angie no me matara: tú o Harry. Pero como Harry viene con Ginny…

-¿Viene mini-diablillo?

-Sep, y esta chica que viene con ellas, también es muy amiga de Ginny. Por lo que, si quieres seguir con la facultad de tener hijos, sé bueno y trata bien a la chica. Si no, duende diabólico y mi amor te la cobrarán.

¿Acaso podía ser peor? Nop.

O sea, aparte de haber sido golpeado para venir, tener que ser la cita de una chica que no conocía, la cual podía ser una maldita ninfómana o acosadora, tenía que soportar el hecho de que, si no trataba bien a la muchacha, me golpearía una chica que sabía mecánica con músculos hasta en los dedos y una enana delgada que podía levantar mi cama.

-Ahí vienen.

Fred señaló un punto entre la multitud con su mano y sonrió de medio lado.

Yo desvié la vista a la cartelera, no tenía intención alguna de estar dos horas en una sala oscura junto a una chica que no conocía.

Miré mi reloj.

¡Mierda!, las 4:30 p.m. Podría estar cómodamente sentado en la biblioteca de la universidad observando disimuladamente a Hermione comerse uno de los libros de Jane Austen. Pero no, mi primogénito tenía que traerme a perder el maldito tiempo junto a mi princesa.

"Estúpido Fred"

Una cosa pequeña y escurridiza saltó a mi espalda.

-Hola, Ginny-dije comenzando a girar con ella a cuestas.

-¡Ron!-chilló en mi oído. Sus pequeños dedos agarrándose con fuerza a mi cuello.- ¡Bájame, me mareo!

Solté sus piernas y ella caminó tambaleándose hacia los brazos de Harry.

-Idiota-murmuró ocultando el rostro en el pecho de su novio.

Todos rieron con fuerza, incluida Hermione.

Wow, esperen. ¿Acabo de decir, Hermione?

Los músculos de la cara se me petrificaron y el corazón saltó directo a mi garganta, haciendo que el flujo de aire entrando y saliendo por mis pulmones fuera irregular.

-Hermione…-su nombre escapó de mis labios como un suave suspiro, pero nadie pareció notarlo.

-Bueno, ustedes podrían ir por las golosinas mientras nosotras conseguimos buenos asientos.-Angelina me guiñó un ojo y se llevó a su amiga del brazo. Ginny las siguió dando saltitos hiperactivos.

Harry y mi hermano se adelantaron mientras yo me recuperaba precariamente de mi trance.

Hermione. Ron. Cine. Oscuridad. Dos horas. Nerviosismo. Sudor. Mareo. ¡Fred!. ¡Mierda!

-Fred!-lo llamé, quizá demasiado fuerte, pero no importó. Después de todo, en un par de horas sería comida de gusanos-¿Se puede saber qué hace Hermione aquí?-en el rostro de Fred y Harry se dibujó una estúpida sonrisa inocente.

Mi tono amenazante quedó reducido a cenizas cuando pronuncié su nombre y mi cuerpo se convulsionó de nerviosismo y anticipación.

-¿Mmm, vino a ver una película?-su tonó de angelito del demonio me enfureció. Lo golpeé con todo lo que daba mi fuerza y Harry a mi lado se rio con ganas.-Está bien-se quejó.-Puede que se me olvidase el pequeñísimo detalle de que Hermione es la compañera de departamento de Angelina y Ginny.

Lo más parecido a la cólera creciente en mi pecho, era un volcán. Un volcán dispuesto a botar toda su furia en Fred.

-¿Pequeñísimo detalle?, ¿compañera de departamento?-mi cerebro comenzó a elucubrar todas las posibles opciones para ser, de ahora en adelante, hijo único.

-Sep. Oh! y…su mejor amiga también. Aunque eso es algo obvio.

Mi garganta se cerró.

¿Acaso mi hermano había llegado tarde a la maldita repartición de cerebro?

"¡Qué me lleve el diablo!", pensé.

Entonces todo cobró forma: diablo, diablillo, demonio, Ginny. Cuerpo endemoniadamente hermoso, mente maestra, Angelina. Idiota, Fred. Estúpido hago-lo-que-mi-novia-me-dice, Harry.

Ugh!, Trampa.

Harry puso su mano en mi hombro y me sonrió.

-Tómalo como el empujoncito que te hacía falta.

-¡¿Se los dijiste?!-grité y toda la gente a mi alrededor se quedó observándome.

El gorila tomó todo lo que había comprado entre sus grandes brazos.

-Tuve que hacerlo.-se defendió- era la única cosa que se me ocurrió cuando me dijiste su nombre. Además, me gusta Hermione para ti. Es una chica encantadora y graciosa. Nunca se aburre de ponerse en vergüenza.

Donkey Kong rio entre dientes.

-Pero, Ron. Ni creas que lo hice gratis.

-Yo no te pedí que lo hicieras.

-Si no lo hacía terminarías virgen a los cincuenta y viviendo con 14 gatos, o de sacerdote. Me inclinaba más por la primera opción, tu vocabulario nunca ha sido bueno, así que como me dan alergia los gatos, tenía que hacer algo.

Definitivamente. El imbécil de mi hermano, era hombre muerto.

-Llegamos.

Estacioné el auto frente a su edificio y apagué el motor.

-Gracias por traerme, Ron. No debiste molestarte.

-Tenía que hacerlo-le sonreí.-No podía permitir que tomaras un taxi.

Ella sonrió y me miró a los ojos mientras su mano tanteaba la puerta en busca de la manilla.

-Gracias de nuevo. Te veo mañana.

-Adiós, Hermione.

Salió lentamente, una mueca de contrariedad en su rostro cuando se dirigió a la puerta principal del edificio.

Sacó las llaves de su bolsillo trasero y agitó la mano en mi dirección antes de perderse de vista.

Algo brillante llamó mi atención cuando comenzó a zumbar. Allí, sobre el asiento del copiloto, un objeto plateado rezaba "Ginny".

-¿Aló?

-¿Ron?, ¡Oh Dios! ¿Qué es lo que tú y Hermione están…?

-Alto ahí vaquera.-la atajé-Olvidó su celular en el auto, estoy afuera de su edificio, y ella acaba de entrar. Lo vi porque has llamado.

-36A.

-¿Qué?

-Que vivimos en el 36A.

-¿Y para qué me dices que…?

-No me hagas explicártelo con manzanitas igual que a Fred.-murmuró irritada.-Maldición, Ron. ¿Qué esperas?, ¿Que hagamos todo por ti? Ve, entrégale el condenado teléfono y bésala.

-¡Ginny…!-mi voz sonó estrangulada.

Ella siempre me recordaba a mi hermano con lo inoportuna e imprudente que era. No importaba el donde, el cuándo, ni el quién. Ginny solo lo decía y ya.

-No me vengas con hipocresía, Ron. Sabes que te mueres por besarla, y ella también. Así que ahora sube, si no quieres que yo misma te haga subir a patadas. ¿Nos entendemos?

-Ron que…

-Dejaste esto.

Levanté la mano con el aparato plateado brillante y ella parpadeo tres veces en señal de entendimiento. Su exquisita boca moduló una perfecta "o" y luego me sonrió.

-Siempre he sido algo despistada.

Puse el celular en la palma de su mano y me removí nervioso.

¿Ahora qué?

"Piensa, Ron." me apremié.

-Bueno, creo que mejor me voy.

"Muy bien hecho, cerebrito. Echándote a ti mismo. Muy ingenioso."

Agaché un poco la cabeza en señal de despedida y volteé.

Lo último de lo que fui consciente antes de que sus labios se estamparan contra los míos, fueron sus ágiles dedos tomarme del cuello y girarme con violencia.

Mis manos viajaron a su cintura, restableciendo el equilibrio luego de nuestro encuentro. Cada curva de su encantador cuerpo encajaba al mío como un puzzle. Mi corazón latió desbocado cuando ella enredó sus manos en mi cabello y una descarga eléctrica recorrió mi espina dorsal cuando su lengua, húmeda y cálida, lamió mi labio inferior.

Gemí.

La atrincheré contra la pared y ella, inmediatamente, abrazó mi cintura con sus piernas.

Mis manos masajearon su cintura y la sentí suspirar dentro de mi boca.

-Creo que será mejor que me vaya.

Ella rio y me besó nuevamente antes de saltar y entrar en su departamento.

-Creo que será lo mejor. Pero te voy a extrañar.

-Yo también, preciosa.-acaricié su mejilla con mi dedo pulgar y ella besó mi nariz.

-Te veré mañana.

-Vendré por ti.

-Es una cita entonces.

-¿Una cita?-me reí-¿Para ir a la universidad?

-Sip.-posó su boca durante un pequeño segundo contra la mía y comenzó a cerrar la puerta- Sueña conmigo.

-Siempre.-sus ojos brillaron.-Te Quiero.

-Yo también, Ron. Llámame cuando estés en casa, quiero saber que has llegado bien.

-Lo haré.

-¿Y….?

La sonrisa socarrona de Fred, desparramado sobre el sofá, me dio la impresión de que no me dejaría ir hasta que le contase.

-¿Y qué?

Puso los ojos en blanco.

-Y con ustedes señoras y señores, el Rey de los Idiotas.

Tomé uno de los mullidos almohadones del sofá y se lo aventé en la cara.

-¿La besaste?-levantó y bajó las cejas con rapidez en un gesto ridículo de picardía.

Yo asentí y él aulló como un lobo.

-¡Ese es mi Ron! Si ya es todo un hombre, dio su primer beso.

-No es mi primer beso.

-Claro que no, pero por la cantidad de tiempo que ha pasado desde el último, es como si este fuera el primero.

Rodé los ojos.

-¿Y Angelina?-pregunté. Los ojos me pesaban, eran las 2:30 a.m. y mañana tenía clases.

-La dejé en su casa una vez que tú te fuiste.

-Pero yo salí de allí primero, ¿cómo es que tú llegaste antes?

-Es porque tú manejas como una niñita. Hasta la abuela lo hace más rápido que tú.

-Agradece que estoy cansado Fred, sino, esa linda carita tuya ya tendría un ojo morado.

-Sí, claro. Como digas.

Podría golpearlo, podría torturarlo, podría incluso atarlo de pies y manos y dárselo de comer a los perros. Pero estaba más que cansado, estaba muerto. Lo que, obviamente, era su culpa.

-Me voy a acostar.

-Por supuesto, hace más de 3 horas que pasó tu hora de dormir. ¿Quieres que te lea un cuento ya que no está Molly?

-Hasta mañana, Fred.

Me había levantado a patadas de la cama, me había llevado a golpes al cine, me había obligado a ser la cita de una chica no conocía. Y aun así, yo estaba en deuda. Maldito destino cruel.

-Por cierto…

-¿Sí?-sus grandes ojos me observaron desde su posición cómoda en el sofá.

-Gracias, Fred.

"A veces, solo a veces, un idiota inoportuno

con alergia a los gatos puede ser de gran ayuda.

¿Cómo?

Pues muy simple,

él puede llevarte hasta el amor."

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AUTORA ORIGINAL:

Bueno, no espero mucho de este One-shot, pero si están de buenas, y su corazoncito es grande, no me molestaría recibir un review, puesto que mi último Shot no tuvo mucho existo.

Es solo para saber si dejo de escribir ya que no recibo muchas críticas, ni buenas ni malas con los One-shot. Quizá lo mío no sean las historias cortas.

Besos, Pebels.

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Gracias por leer!

Me encantó esta historia…

Con amor,

Another Girl :P