Novio.
Las lágrimas empapaban el rostro de una pequeña pelirroja que estaba sentada en los columpios fuera de su casa. Sus mejillas estaban sonrojadas de tanto intentar limpiar aquellas gotitas de sal.
Él la miraba desde la distancia. No sabía como acercarse a ella, a pesar de que fuese su mejor amiga...
Después de pasar un buen rato decidiéndose si acercarse o no, por fin lo hizo.
-Momo, ¿qué pasa? -Ella alzo la mirada encontrándose con esos ojos color rojizo que tanta confianza le daban.
-Randy dijo que yo nunca podría tener novio -suspiró- Dijo que nadie me quería.
-¿Eso es lo que te preocupa? Si quieres yo puedo ser tu novio - Le sonrió con aquella sonrisa inocente de un niño pequeño, que fue borrada por una mueca de confusión al ver el sonrojo en las mejillas de su amiga.
-Brick, ¿Tu serías mi novio? –Ella dirigió sus orbes rosados hacía los rojizos de él.
-Sí, pero dime, ¿Qué es novio? –El pelirrojo se acercó tanto a ella que ahora tenía que bajar la vista para verla. Ella era tan pequeña a lado de él, sin importar que ambos tuviesen 5 años, y que ella estuviese sentada en el columpio tampoco le daba mayor altura.
-Hmm…
.¡Momoko, hora de cenar! –La pequeña Akatsutsumi escuchó el grito de su madre y volteó para contestarle.
-Ya voy mamá, sólo deja le digo algo a Brick –Al ver a su madre asentir y entrar de nuevo a su casa, volvió a posar su mirada sobre el pelirrojo.
-Mejor pregúntaselo a tu mamá, tengo que ir a cenar, si no llego pronto no tendré postre –Ella le regaló una sonrisa, no como las que hacía la mejor amiga de su hermano Boomer, Miyako, pero al menos eso le hizo entender que ahora estaba feliz…
Esa misma noche, Brick le dijo a su mamá que era novio de Momoko y se sorprendió al saber que era aquella palabra.
