Todos los personajes del FanFic pertenecen a J.K. Rowling. Yo sólo he intentado transformar mi adoración por Harry Potter a las letras que vais a leer como una muestra de cariño y de completa fascinación por este pequeño mundo.

Aclaro también que el Fan Fic está escrito de forma que es narrado desde el punto de vista de varios personajes a la vez. Espero que no os resulte demasiado lioso.


Prólogo

Año 2022.

Julio.

Harry

Las vacaciones de agosto siempre eran una época de tranquilidad para Harry. O al menos, eso pensaba él… pero en la Madriguera pocos eran los momentos en los que podía sentarse con su familia para relajarse. Siempre había algún Weasley, Potter, o en su defecto, Scamander que hacía de las suyas y sacaba de quicio a su suegra, a la abuela Molly. Entonces venían los gruñidos de Ron, las quejas de Hermione por los gruñidos de su marido, y las risas de Ginny, cuyo mayor entretenimiento seguía siendo, a pesar de los años que habían pasado, ver cómo su hermano se enfadaba. Pero pasado el día, todos se reunían para cenar y olvidaban esos pequeños piques y despistes que eran el plato principal en la Madriguera, recientemente reformada. Eran tantos que el simple hecho de intentar organizarse en las habitaciones que antes habían conformado el hogar de los Weasley resultaba imposible. Ahora todos intentaban que los matrimonios durmieran en una habitación única, a pesar de que los primos siempre estuvieran mezclados, o cada uno por su lado. Por eso la Madriguera ahora contaba con otros cuatro cuartos más. Habían sido ellos, Harry, Ron y George, con ayuda de Rolf, los que se las habían apañado para que la Madriguera luciera como una verdadera casa de verano en la que cupieran todos. Y estaban orgullosos de su trabajo.

Y por las noches, cuando preparaban la cena fuera, a campo descubierto, Harry se sorprendía a sí mismo observando desde la propia puerta de la Madriguera, apoyado contra la fría piedra cubierta de musgo, cómo su familia reía y gritaba, a veces al mismo tiempo, y se preguntaba si se podía ser más feliz. Lo tenía todo, al menos todo lo que un hombre pudiera desear. Una mujer que le quería, unos hijos que le adoraban, y un trabajo estable que le llenaba. Eran tiempos de paz… o eso pensaba Harry ese domingo, parado como tantas otras noches frente a la Madriguera, esperando a que la cena se sirviera.

Un suave beso en la mejilla de su mujer le sorprendió, así que Harry alzó la vista y sonrió en dirección a Ginny, que llevaba una bandeja repleta de canapés.

–¿Se puede saber qué haces ahí parado, Harry? Ve a ayudar a mi madre, anda. –Dijo, suspirando y rodando los ojos al mismo tiempo, pues ella era la mayor parte de las veces la que le pillaba ahí parado, mirándolos a todos embelesado, pensando en el tiempo que había pasado desde que todo acabó. O mejor dicho, desde que todo comenzó de nuevo.

Después de hacerle caso a Ginny y ayudar a la abuela Molly, la cena finalizó y tanto los chicos como las chicas se quedaron fuera charlando y jugando, mientras que los adultos decidieron pasar dentro. Así era, y así llevaba siendo desde que Harry tenía memoria. Esa era su familia, una familia de costumbres. Aunque lo que no sabía "el Elegido" es que lo que había empezando siendo un día de vacaciones normal y corriente, un domingo en la Madriguera, se convertiría en el comienzo de algo que cambiaría un presente tranquilo que todos habían construido.

De hecho, no fue hasta que bebiendo un poco de Whisky de Fuego, el favorito de Ron, Hermione hizo una pregunta.

–¿Os habéis enterado? –dijo la jefa del Departamento de Seguridad Mágica.– Parece que este año nuestros hijos tendrán un compañero nuevo en la escuela. El otro día me escribió Minerva, y por casualidad, mencionó que acababa de ser admitido un tal Daniel Thomas Lestrange. –El tono de Hermione era uniforme, como si la noticia de que alguien de la familia Lestrange estuviera vivo no fuera algo novedoso. De hecho, el silencio entre todos los presentes fue conmovedor. –Parece ser que había cursado magia en Durmstrang, pero su abuelo ha decido que pase sus dos últimos años en Hogwarts. –Concluyó ella, mientras alzaba la vista buscando los ojos de Harry. A su lado, Ron estaba sereno, por lo que Harry dedujo que Hermione ya se lo había contado a su marido. Sino, Ronald a hubiera hecho algún comentario desagradable acerca de los Lestrange.

Al ver que nadie hablaba, el abuelo Weasley carraspeó, e hizo la pregunta que estaba atrapada en la mente de todos.

–Y ese joven… Daniel… ¿es nieto de Bellatrix Lestrange, por casualidad? –Justo en ese momento, la abuela Molly apartó al vista, como si la simple mención de la que había sido la máxima seguidora del Señor Tenebroso le revolviese el estómago.

–Así es, Arthur. Rodolphus y ella tuvieron un hijo. –Continuó explicando Hermione, tratando de parecer serena.– Por lo que me ha contado Minerva, su hijo Brutus Lestrange murió cuando Daniel tenía pocos años. De la madre del muchacho no se sabe nada… sólo que Lestrange ha mantenido siempre el paradero de su hijo y ahora, de su nieto, totalmente desconocido. De hecho nadie sabía ni dónde estaba Rodolphus Lestrange. Mucho menos que tenía un hijo, claro…

Harry acabó por apartar la vista también. Pocos eran los que querían hablar del tema. De hecho, sólo pronunciar el apellido "Lestrange" hacía que Harry notase un nudo incómodo en su estómago. La abuela de ese muchacho había sido la asesina de su padrino, Sirius Black, y a pesar de que habían pasado los años seguía notando esa herida sin sanar completamente. Además estaba seguro que Hermione había querido decirle eso ahí, rodeado de los suyos, para que el golpe emocional fuera menos profundo. La mano de su esposa se colocó en su rodilla, y Harry la miró instintivamente. Los ojos de Ginny siempre hablaban solos para él, y no necesitaban palabras para comunicarse, así que Harry esbozó la mejor sonrisa que pudo y miró a Hermione, que le miraba también, como si esperase a que él dijera algo, pero George se adelantó.

–¿A qué vienen esas caras largas? Sólo es un niño. No debemos preocuparnos. McGonnagall sabrá cómo hacerse de él, siempre ha tenido un especial afecto por los chicos problemáticos… aún recuerdo cómo me ponía los pelos de punta cuando me amenazaba. Es eficaz. Realmente me da pena el pobre chico…

–Pero ese chico va a ir a la misma clase que tus hijos, George. –Dijo Angelina, usando un tono severo que contrastaba totalmente con el tono bromista que George siempre empleaba, al menos en lo respectivo a sus hijos, ya que si Angelina se caracterizaba por algo era por ser una madre muy protectora. –¿De verdad quieres que el hijo de dos Mortífagos peligrosos comparta pupitre con Roxanne?

Fue entonces cuando Harry se levantó, apoyando ambas manos en la mesa que todos compartían. Sabía que tenía que decir algo, no podía dejar que el pánico se apoderase de su familia por la simple presencia de un chico apellidado Lestrange en sus vidas.

–George tiene razón, Angie, no es que ese muchacho haya atacado a nadie. Es normal que esto nos altere, vimos a muchos de nuestros seres queridos caer en la Segunda Guerra Mágica. Pero ganamos. Y seguimos en pie a pesar de las atrocidades que cometieron. Hemos conseguido hacer del mundo mágico un lugar seguro para nuestros hijos, hemos cambiado lo que había que cambiar y mejorado lo que había que mejorar. Y yo al menos no estoy dispuesto a que un niño me amargue unas vacaciones que creo que me merezco, con mi familia. Así que vamos a bebernos ese Whisky, y vamos a brindar por los que no están, por los que estamos, y por los que estarán, ¿de acuerdo?

Las palabras de Harry parecían haber instaurado el silencio de nuevo. Aunque esta vez fue Ginny la que se alzó y levantó su copa, colocándose junto a él.

–Brindemos por Fred. Por Remus y Tonks. Por Sirius y por Dumblendore. Por Snape y por todos los que se fueron.

Y todos se pusieron en pie. Y brindaron por ellos como hacían cada domingo por la noche. Y el resto de la noche nadie mencionó el apellido Lestrange… a pesar de que Harry se apuntó el nombre del muchacho en una pequeña nota que guardó en su bolsillo, gesto que sólo fue apreciado por su mujer y por sus dos mejores amigos.

Porque, ¿quién sabía? Quizá el comienzo de los buenos años estaba muy cerca. Y más valía prevenir que curar.


Espero que os haya gustado este pequeño acercamiento a lo que será la nueva vida de Harry, Ron, Hermione y sus hijos. Aclara que el prólogo sólo es desde el punto de vista de Harry, pero que el resto será narrado por los hijos de todos, más que por los adultos.

Nada más, ¡nos vemos muy pronto! xxoo