Simplemente empezando.

-Dean-

El día a día, ¿por qué a veces es tan incómodo? ¿Por qué las cosas no pueden un poco más fáciles? Creo, creo que simplemente no se puede, la vida no es tan feliz como muchos creen.

-Cuidado Dean!- gritó Sam, mi hermano menor.

-Ya sé, ya sé- saqué una pistola de mi cinturón y le disparé a ese ''ente'' que nos perseguía.

-Fue rápido- dijo Sam.

-Sí, bueno, tenía unas balas benditas guardadas en casos como estos- dije mientras limpiaba mi pistola y veía al ''ente'' desaparecer.

-Bueno, creo que ya es tiempo de ir a casa- dijo Sam.

-Sí, es momento de ir a casa…- dije cansado.

Mi nombre es Dean, Dean Winchester, y aquel chico que me gritaba que me cuidara es Sam, Sam Winchester, mi hermano menor, somos… digamos que somos cazadores de ''entes paranormales'' o lo que la sociedad llama normalmente ''Fantasmas''. Sam y yo hemos estado cazando estos desde que… bueno, no quisiera entrar en detalles, pero se puede decir que tenemos bastante experiencia en esto, ¿por qué lo hacemos? Bueno, para buscar respuestas, respuestas sobre nuestro pasado, sobre nuestros padres, y sobre todo… acerca del mundo.

-Dean, ¿te gustaría comer unas hamburguesas?- preguntó Sam mientras me señalaba un stand de comida chatarra.

-Después de un día de trabajo, me parece perfecto- dije sin objeción para luego caminar hacia el stand.

-¿Que pedirás Dean?- preguntó Sam.

-Creo que comeré la más grande y cara que tengan, estoy muerto de hambre-

-Claro, no se me hace raro que tengas tanta hambre, yo comeré una… bueno cualquiera estaría bien-

Pedimos nuestra orden y esperamos a que estuviera lista… es molesto, este trabajo es molesto, quisiera una vida más normal, ya saben, la vida de un adolescente común, pero Sam… Sam piensa distinto a mí, quiere salvar el mundo de la oscuridad o algo así o no sé, pero si él quiere esto, yo estaré a su lado, nunca dejaré que algo le suceda, no a él, a mi única familia…

-¡Orden lista!- gritó el cocinero. Tomamos nuestras órdenes y nos sentamos a comer.

-Entonces, ¿mañana hay algo importante en el instituto?- preguntó Sam.

-Sí, la verdad hay algo, pero no es tan importante- dije mientras comía.

-A ver, primero come y luego hable, y ¿cómo que no es importante? No puedes perder un año, ya perdiste uno, no puedes afrontar a perder otro-

-Ya sé, ya sé-

-No, no lo sabes, en cuanto lleguemos a casa, empezarás a hacer esa cosa ''no tan importante''-

-Sí, mamá- dije con arrogante.

-Cuando aprenderás-

Terminamos de comer y nos fuimos directo a nuestra casa, yo lo llamaría mas una… bueno, no sé si se pueda llamar casa, es sólo un pequeño apartamento en uno de los tantos barrios de Nueva York, pero se sentía bien estar ahí, aunque sea tenía un lugar donde descansar…

Llegamos al edificio, subimos las escaleras hasta nuestro apartamento, casualmente era el último y teníamos acceso al techo fácilmente, cosa que, por mi parte me parecía relajante, en esos días que quieres desaparecer de todo… bueno, ese era una gran opción para eso.

-Bueno, ponte a hacer tu trabajo ''no tan importante''- dijo Sam.

-Voy, voy, que molesto llegas a ser a veces- me senté en un pequeño escritorio que teníamos, saqué mis cuadernos, era matemática, como odio los números, preferiría que la escuela te enseñase a vivir y no a ser un perdedor.

-Creo que me acostaré- dijo Sam –Me siento un poco cansado-

-Está bien, yo seguiré en esto- Intenté a hacer unos que otros ejercicios de matemática, pero simplemente algunos me salían, otros simplemente eran muy difíciles para mí; mis ojos se cerraban mientras hacía el trabajo, miré el reloj y eran las 2:00 am, creo que me acostaré ya. Apagué las luces y me fui directo mi cama, ni siquiera me cambié, estaba cansado, cansado de todo esto…

Al quedarme dormido tuve un sueño, un sueño bastante extraño, donde un hombre, no muy alto, probablemente de unos 20 años de edad, o menos, con gabán beige, una franela blanca con su corbata y unos jeans azules, si, así lo recuerdo, se me apareció en un parque, y me decía algo, no recuerdo que era lo que me decía, luego caminó lejos de mí para decirme, ''yo te protegeré''.

-Dean, ¡ya es tarde! Es hora de despertar- Sam me tambaleó para poderme despertar, estaba somnoliento, medio abrí los ojos y vi que ya era el amanecer, ¿qué horas pueden ser?

-Dean, se te hará tarde si no te levantas en este mismo instante- dijo Sam.

-Si… si, ya voy- dije dormido.

Me levanté de la cama para irme a duchar, que molesto es despertarse temprano todos los días para ir al instituto. Sam es un suertudo, se saltó un año por ser tan ''inteligente'' y yo por otro lado perdí un año, simplemente por no prestarle atención a algo que quizás ni me ayude en mi vida diaria.

-¡Dean! Ya está el desayuno hecho-

-Voy, voy- luego de salir de la ducha fui a mi cuarto, tomé lo primero que vi, una camisa de cuadros rojos y negros, un jean negro y unos zapatos negros. Caminé hasta el comedor para desayunar.

-¿Entonces?- preguntó Sam.

-Entonces… ¿Qué?- dije.

-Nada, nada, olvídalo- dijo Sam.

-Hmph…- seguí comiendo. Al finalizar, tomé mi abrigo negro y mi fui directo al instituto.

-Dean, olvidas tus apuntes- dijo Sam.

-Cierto, dámelos- Sam lanzó mis apuntes hacia mí y los tomé con facilidad –Gracias, hasta luego-

Salí del apartamento, bajé las escaleras y me dirigí al instituto, por suerte sólo quedaba unas estaciones más allá de mi lugar, así que no tenía que esforzarme mucho en llegar. Llegué hasta la estación de metro, compré mi ticket y tomé el primer metro que llegó, dentro del mismo sentí un mal presentimiento, algo iba a suceder, no sé, simplemente lo presentí… en cuestión de minutos el metro llegó a la estación donde debía bajarme, caminé hasta la salida y ahí estaba, el instituto en frente de mí, debo decir, soy bastante afortunado en tener un instituto casi en frente de la estación de metro.

-Otro día aburrido como siempre- me dije a mi mismo para darme ''ánimos''. Caminé hacia el instituto, en la entrada vi unas chicas que estaban en unas clases junto a mí, vaya que eran guapas, era tarde, así que no tenía tiempo para charlar con chicas, caminé directo al salón de clases… y casualmente mi primera clase del día martes era… MATEMÁTICA, espero poder entender esta clase, entré al salón y tomé mi asiento, el profesor llegó unos minutos después.

-Buen día clases, hoy quisiera presentarles un nuevo estudiante, viene de Texas, Castiel, por favor pasa adelante-

-Buen día clase, mi nombre es Castiel, es un gusto conocerlos a todos- dijo sonriente.

Mis ojos estaban totalmente… era el mismo chico con el que soñé… ¿de qué trata esto? Será otro demonio, debo estar muy pendiente, menos mal siempre tengo una daga con glifos en él, especial para demonios…