Espero que os guste este Fic del cumpleaños de Byakuya :)
Byakuya abrió los ojos cuando el sol comenzó a colarse por su ventana, todavía adormilado miró el reloj, era demasiado pronto Y no le apetecía levantarse. Se dejó caer sobre la cama y bostezó, repasando mentalmente su agenda del día, aunque no logró recordar si tenía algo importante que hacer.
De pronto la puerta se abrió y entraron Rukia y Renji con una bandeja llena de cosas para desayunar.
-¡Buenos días, hermanito! –Gritó Rukia mientas descorría las cortinas. Sonreía y Byakuya no entendía nada.
Renji se acercó a él y depositó la bandeja con el desayuno sobre la cama. Byakuya se incorporó y miró a su teniente con cara de limón, ¿qué era aquello?
-FELIIIZ CUMPLEAÑOS. –Gritaron al final los dos. Renji sonreía y Rukia le dio un suave beso en la mejilla.
Byakuya sonrió y dejó que su hermana y su teniente se sentasen a su lado. Los dos le miraban y sonreían mientras le tendían bollitos y galletas, que él comía con cuidado, temiendo que hubiesen tramado algo. Cuando acabó, entre los dos recogieron las sobras y se fueron, no sin antes instar al capitán que se diese prisa si no quería llegar tarde a sus reuniones.
Aquel fue un día muy tranquilo, pues apenas tuvo que hacer nada, pero por la noche, cuando se disponía a retirarse a descansar, Ukitake le cortó el paso, tenían algo muy importante de lo que hablar. Byakuya, que no sospechaba nada, escuchó atentamente todo lo que el capitán le tenía que decir, hasta que llegaron al comedor. Ukitake abrió la puerta y…allí estaban todos, reunidos y esperándole con gorritos de fiesta, ponche y canapés.
-¡FELICIDADES CAPITÁN! –Gritaron todos al verle entrar. Byakuya se puso rojo y comenzó a agradecer a todos lo que habían hecho.
-Rukia, voy a matarte. –Dijo al oído de su hermana cuando la localizó entre la multitud.
-Hermanito, no todos los días se cumplen 650 años, así que intenta relajarte y disfrutar.
Pasaron una velada agradable, en la que incluso lograron arrancarle algún baile al capitán Kuchiki. Poco antes de retirarse, Rukia decidió que era hora de darle los regalos a su hermano, el cual trató de escabullirse, aunque entre Ichigo y Renji lograron llevarle al centro de la multitud.
Renji le regaló un traje igual que el suyo, el capitán lo abrió y no supo muy bien qué hacer con él, así que optó por fingir que lo había olvidado, Ichigo una capa nueva, Matsumoto una botella de sake de muy buena calidad…uno por uno le fueron dando los regalos hasta que solo quedó Rukia, pero ella le dijo que se lo daría cuando la fiesta acabase, que le daba vergüenza dárselo delante de todos.
La fiesta acabó y Byakuya y Rukia volvieron juntos hacia el cuarto del capitán. Byakuya invitó a su hermana a entrar, y ambos se sentaron en el suelo, uno frente al otro, entonces Rukia sacó un regalo de su kimono y se lo tendió a su hermano, que lo recibió con manos temblorosas.
Desenvolvió el regalo con rapidez y, al ver lo que había en el interior, las lágrimas acudieron a sus ojos: una foto de él y Rukia. Aquella foto fue tomada el día en el Rukia pasó a formar parte de la familia Kuchiki. Junto a la foto había una carta escrita con la impecable letra de Rukia, que Byakuya leyó en silencio mientras la chica lo miraba fijamente. Cuando acabó de leer, Byakuya dejó la carta en el suelo y abrazó a Rukia contra su pecho. Rukia no se lo esperaba.
-Gracias. –Susurró él entonces. Rukia sonrió y se apretó más contra él. –Siento el haberte tratado como lo he hecho. Ojalá algún día pueda compensártelo.
Rukia no dijo nada, solo dejó que su hermano la abrazase, hasta que se quedó dormida.
MK!
