Lost and found

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In my life- The Beatles

Prólogo

Effy.

Londres, Inglaterra 1973

Con la vista fija y perdida en la ventana de su colosal habitación, Elizabeth se preguntó si su abuelo Carlisle ya habría llegado a casa. Probablemente sí, él nunca se perdía la hora del té con su nieta favorita.

Alguien desde el otro lado de la habitación toco la puerta del cuarto de la joven Effy tres veces.

-Señorita Cullen.- titubearon un poco.- su abuelo.. digo…el señor Cullen ha llegado.- dijo una tímida voz del otro lado.

Elizabeth estaba sorprendida, hace unos minutos estaba pensando en él y después él llega…Parecía que lo había invocado. La adolescente de largos cabellos color chocolate corrió a la puerta y la abrió en un santiamén, ni siquiera le permitió a su sirvienta Zafrina que la ayudara.

-Señorita…- Zafrina sostenía un sombrero en las manos que combinaba con el vestido de la joven.

-Zafrina, ya te dije que me llames Effy.- dijo con una sonrisa amable.

La joven titubeo de nuevo.

-Pero su padre…

-Recorcholis, tienes razón… Bueno cuando él no esté presente por favor dime Effy.- sonrió.

-Está bien señorita Effy.-Zafrina asintió sintiéndose repentinamente apenada por tutear a Elizabeth y le ofreció el sombrero que sostenía hace un par de minutos.

-¿Me lo manda la tía Alice?- señaló el sombrero y volvió a asentir la chica.- Ay, esa tía no tiene remedio pero la haré feliz.

Tomó el sombrero y se lo puso para empezar a correr hacia el jardín –donde siempre tomaban el té- no sin antes gritar a todo pulmón un "gracias" a Zafrina.

Cuando llegó al Jardín un hombre alto con traje de diseñador la esperaba sentado, le estaba dando la espalda. Todo se encontraba diferente, bueno no del todo sólo le extrañó la presencia de mayordomos ahí.

Elizabeth se sentó sin decir palabra alguna y sirvió una taza de té para ella y sus dos invitados, hoy tenía la esperanza de que hoy fuera diferente, ella era una persona muy optimista y esperaba que su tercer invitado no la dejara plantada por centésima vez. Siempre servía tres tazas de té pero el tercer invitado nunca llegaba.

El tercer invitado era su persona favorita en todo el universo, a parte de su abuelo y sus tíos, era su padre. Su padre podría llegar a ser una persona muy fría o a veces muy regañona pero Effy aun así lo quería con todo su corazón, era su padre, la persona que la crio. Su universo.

-Has estado muy callada. ¿Pasa algo tesoro?- dijo su abuelo al terminarse su té.

Al ver que Elizabeth no contestaba, saco de su enorme portafolio de color negro como la noche y saco un libro de gran grosor, alzó la vista y se topó con unos enormes ojos color esmeralda llenos de curiosidad. El hombre de cabellos canosos esbozó una amplia sonrisa a la pequeña dama de 16 que moría por saber que tenía en las manos.

-Te traje un pequeño obsequio.

La joven de cabellos color chocolate sonrió y estiró los brazos para quitarle aquel libro a su abuelo y dijo:

-¡Oh Gracias! ¿De qué trata, abuelo? ¿Sobre princesas y dragones? - dijo con un suspiro.

-Tu nunca cambiarás.- negó con la cabeza mientras reía y movió su dedo índice indicándole a la pequeña que se acercara a él como si le fuese a decir algo secreto.- Sólo prométeme algo.

-Lo que sea.- salieron esas tres palabras de los carnosos labios de Elizabeth.

-Cuídalo bien, este libro es muy preciado para nuestra familia.

Después de escuchar esas palabras de aquel amoroso hombre varias preguntas se empezaron a formular en su cabeza ¿Por qué era tan importante aquel libro? ¿Era acaso una reliquia? Parecía antiguo pero no era para tanto, su abuelo sabía que ella era muy cuidadosa con sus cosas en especial con los libros. Su abuelo al toser interrumpió el hilo de sus pensamientos y se encontró con un Carlisle inquieto con ambas cejas alzadas, para calmarlo la joven asintió varias veces sin quitarle la mirada al libro color vino y puso su mano en su corazón.

-Lo prometo.

Después de hacer aquella promesa, Carlisle le dio el libro a su adorada nieta en las manos y ésta se abalanzó en los brazos de su abuelo y beso su mejilla muchas veces. Después de varios besos, se sentó de nuevo en su silla, admiro el libro por varios segundos y después se dio cuenta que éste no tenía ni título ni atrás venía un resumen del mismo.

-Y… no le digas a tu padre que te di esto.

Elizabeth se preguntó por qué.

-Abuelo, no respondiste mi pregunta.

-¿Cuál?- dijo el entre risas a causa de los besos de la adolescente.

-¿Cuál es la trama del libro?

Miro al hombre canoso con los ojos brillosos y luego abrazó aquella preciada joya que le acababan de dar contra su vientre y lo miro intrigada por escuchar la respuesta que saldría de aquellos labios.

-Sólo abre el libro.- dijo el abuelo con un suspiro melancólico y una sonrisa que no le llegaba a los ojos.

(1)Elizabeth, completamente sorprendida por el repentino cambio de humor de su abuelo obedeció las órdenes del mismo y abrió el libro con sumo cuidado, como su fuese de cristal y se encontró con un par de fotos sostenidas por un clip. La primera foto era una muchacha muy linda de por lo menos 15 años, estaba en un porche que se parecía al de mi casa y usaba un vestido muy bonito, parecía que la persona que estaba tomando la foto le había dicho un chiste o algo por el estilo porque esbozó una sonrisa muy grande, parecía feliz.

En la segunda foto se dio cuenta que las fotos fueron tomadas en los 40's, lo supo por el tipo de ropas que las muchachas y el joven usaban, miro con ahora las caras de las personas con sumo detalle y ahí estaba de nuevo la chica de la primera foto, sólo que esta vez llevaba un traje de baño de lunares y una flor en el cabello como adorno, inmediatamente pensó que la chica tenía un buen gusto en cuanto a la moda, abrió los ojos como plato al ver quiénes eran los acompañantes de aquella mujer. Era su tía Alice y su tío Emmett, por poco no los conocía pero el cabello negro los delató. Elizabeth miró a su abuelo con millones de preguntas en su mirada pero el sólo apuntó a las fotos para que viese la última.

Al ver la última foto, de nuevo se encontraba la misma muchacha pero ahora se veía más grande, sus facciones eran más finas y ahora parecía toda una joven de 17 años, su cabello estaba bien peinado caía en forma de ondas, no podía ver el look por completo porque ella estaba subida en la espalda de alguien pero tenía por seguro que era algo igual que fabuloso que en las fotos anteriores cuando descubrió la identidad de aquel hombre que cargaba a la joven casi se le para el corazón. El hombre era demasiado atractivo para ser verdad, parecía modelo, era perfecto tenía sonrisa de comercial pero no era cualquier hombre, ah no señor, era el padre de Elizabeth, el mismísimo Edward Cullen, sólo que éste se veía obviamente más joven y más… feliz. Aquella muchacha aferraba sus brazos en el cuello de mi padre y éste sostenía sus piernas para que no se cayese, ambos se veían felices. Su padre veía… enamorado.

Abrió la boca y su expresión lo decía todo.

Volteó la foto para ver si tenía algo escrito y efectivamente así era. Conocía esa caligrafía a la perfección, era la de su padre.

Septiembre 13, 1943

"feliz cumpleaños, preciosa. Siempre tuyo, Edward."

-¿Quién es ella?- Effy encarnó una ceja sintiéndose relativamente celosa sin razón alguna, ¿Por qué su padre nunca le contó de aquella mujer? ¿Por qué la familia conservaba fotos de ella?

-Sólo… lee la primera hoja.- Su abuelo señaló con el dedo el libro y ella obedeció las órdenes del mismo y comenzó a leer la primera hoja con bastante atención.

Diario

Aquella única palabra seguía sin responder la pregunta de Elizabeth pero debía que admitir que era la mejor caligrafía que Effy había visto hasta el momento, se dio cuenta que había más letras escritas, sus ojos de inmediato leyeron las siguientes palabras:

Propiedad de Isabella Marie Swan.

Elizabeth sonrió, pero se desvaneció con la misma celeridad con la que se había formado. En el silencio que la envolvió a continuación, notó que su abuelo acariciaba su mejilla aquel gesto siempre lo había encontrado reconfortante. La muchacha intentó hablar pero no había nada más que un nudo en su garganta y al mirar a su abuelo estaba al borde de las lágrimas.

-¿En serio es de ella? ¿No estas bromando verdad?- dijo con la voz temblorosa.

El hombre asintió y besó su frente para luego decir:

-Sí es ella.

La pequeña adolescente estaba atónita, nunca había visto una foto de su madre, sí la conocía pero sus recuerdos se encontraban bastante borrosos y cada vez que pensaba en ella mil preguntas se formulaban en su cabeza que su familia se negaba a contestar. Tenían prohibido hablar sobre Bella Swan.

Cuando Elizabeth terminó de leer una y otra vez aquella página, alzó la vista y se topó con los ojos de su abuelo Carlisle. Su abuelo parecía que quería decirle algo, titubeó por algunos instantes y entonces suspiró para después decir las siguientes palabras:

-Ya era tiempo de que tus preguntas sean respondidas.

Sonrió y acarició el cabello de la joven antes de irse del jardín.

Siento el título tan horroroso probablemente se me ocurra uno nuevo a mitad de la hitoria -.- En fin… Espero que les haya gustado. En realidad estuve ausente estos días porque estuve escribiendo esta historia y algunos capítulos de TPC (the perfect crime). Obviamente me falta agregarle los detalles y blah blah blah. Pero en esta historia ya tengo prácticamente el final ay. :s

Esta historia Contará con diez capítulos y está ambientado en la década del 40 y 50 :-) Publicaré regularmente porque los capítulos, como próximamente lo verán… son cortos.