¡Hola! Mi nombre es Percathea pero podeis llamarme Percy. ¿Quien soy? esa es una muy buena pregunta. Pregunta que tiene miles de respuestas. Algunas serian: soy la diosa de los marginados, la abuela de Roma, soy la hija olvidada de dos Olimpicos, soy una rebelde sin causa, etc. Podria seguir durante horas y horas.
Yo soy Percathea diosa de los monstruos, la oscuridad, la noche, las mareas, los maremontos, el caos, la destrucción, el apocalipsis, la navegación, el tiempo, y otras cosas más que no me apetece mencionar.
¿Soy poderosa? digamos que no te conviene ser mi enemigo. Mis dominios son muy poderosos y así lo soy yo.
Con tan increibles dominios, con tal poder se esperaria que yo fuera una de las diosas más veneradas ¿verdad?, pues no. Aunque podria vencer a la mayor parte de los Olimpicos en combate, mi poder iguala al de Hestia (que para información de todos es la diosa Olimpica más poderosa, es más poderosa que Zeus, Poseidón o Hades pero a causa de su personalidad pacifica los dioses la subestiman constantemanete.), y al igual que ella no soy ni muy conocida ni muy venerada por los mortales.
¿Por qué?
No me interesa el poder o la fama. Me gusta vivir mi vida libremente con mis reglas sin que nadie me diga que hacer y sí yo fuera parte del consejo tendría que seguir las leyes y autoridad del gran cabeza de aire. Durante toda mi vida inmortal me e mantenido al margen de los Olimpicos, ni siquiera tengo un trono en el Olimpo. ¿Quiero uno? Nah, no veo de que me serviria.
Al haberme mantenido al margen de la sociedad Olimpica los unicos miembros del consejo que saben de mi existencia son mis padres quienes creen que me he desvanecido hace eones. Que te puedo decir no me llevo bien con ellos, puff, ni siquiera me caen bien.
Me abandonaron nada más nacer, ¿cómo puedo amarlos después de eso?
Otro dato interesante sobre mi es que soy mayor que casi todos los Olimpicos.
¿Vivi durante la guerra contra los gigantes? Si. ¿Participe? Nop.
Me gusta mi vida tal y como es. Involucrarme con los Olimpicos seria chafarlo todo, perderia mi libertad. Por tanto milenios atras me prometi nunca intervenir.
¿Lo malo?
He roto esa promesa. Todo empezo:
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Percy estaba paseando por la Quinta Avenida cuando una persona tropezo con ella. Ella se volvio lista para cantarle las cuarenta al idiota que no miraba por donde caminaba, cuando la vio Percy se quedo paralizada.
Era hermosa.
Tenía el pelo castaño oscurro, piel implacable, pomulos altos, mandibula ligeramente cuadrada, una bonita nariz botón, ojos azules. Era de estatura media.
-¡Mis disculpas!-dijo la joven con timidez- no estaba mirando por donde caminaba.
Percy salio de su estupor y le sorio calidamente a la joven.
-Esta bien, aqui no ha pasado nada.
La joven se relajo inmediatamente de ver la sonrisa de Percy.
-Soy Percy Jackson, ¿tu?.
-Sally Matthews.
-Bien señorita Matthews, ya que usted tropezo conmigo pienso que deberia darme alguna clase de compensación- Percy al ver a la joven tensarse le giño un ojo juguetonamente- Mmh, ¡Ya se! Podrias acompañarme a cenar.
-¿A cenar?
Percy saco una libreta y un boli del bolso y escribio una nota, se la paso a la joven.
-Aquí estan mis numeros de casa y de mi movil y mi dirección de correo. Avisame cuando estes libre.-Percy para sorpresa de Sally le dio un beso en la mejilla y se alejo en dirección contraria.
Unos momentos después cuando Sally salio del shock se volvio pero no había no rastro de la mujer mayor. Con las mejillas sonrosadas miro el papel que tenia en la mano. Lo que acababa de pasar era real, ese trozo de papel era la prueba de ello.
Esa mujer, Percy Jackson la dejo sin palabras. Era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Con su pelo tan negro como la noche, su piel bronceada en su punto justo ni muy oscurro pero tampoco palido, sus ojos verdes como el mar con un anillo negro que rodea el iris, la pupila tenía pequeños puntos de luz que parecian estrellas, sus rasgos aristrocracitos le dan un aire a la realeza, era alta y muy atletica. Por como se movia y hablaba era de la alta clase social. Lo más sorprendente era el holograma que tenía encima de la cabeza, era un dragón con una estrella de ocho puntos encima y un collar con un reloj de arena.
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Ese día conoci a Sally, un mortal con la visión clara. Ella supo que yo no era un mortal desde el principio, cosa que me atrajo aún más sobre ella fue que no me tenía miedo, ni a mi ni a los monstruos. Ella al tener la visión clara los había podido ver desde siempre, ella me confeso que en más de una ocasión pensó que había perdido la cordura al tener ninguna clase de explicasión sobre lo que en realidad pasaba.
Yo le conte sobre los dioses, los monstruos, los semidioses, los legados, los satiros, el Campamento Mestizo...
Sally había perdido a sus padres en un accidente de avión cuando era pequeña y se vio obligada a vivir con su negligente tío. Se acababa de graduar de la escuela secundaria, ella soñaba con convertirse en escritora. Yo le propuse pagarle los estudios, pero esa mujer si que era terca. Queria hacer las cosas por su cuenta, no depender de nadie.
Con los meses me fui enamoranando más y más de ella.
Pero sabía que ella no seria la persona con la que pasaria el resto de la eternidad con, le había ofrecido la inmortalidad pero ella la rechazo.
A pesar de que no seria la persona con la que pasaria el resto de la eternidad con me prometi disfrutar de cada instante con ella.
A lo largo de mi vida inmortal solo me había enamorado in número contadas de veces y ninguna tuvo un final feliz.
Tengo la costumbre de enamorarme de quien por una razón u otra no puedo tener.
Lo cual me fustra a más no poder, pero así es el destino. ¡Aaahhhhh! Moiras ¿Por qué me odiais tanto? Disculpen lo dicho solo era mi temperamento sacando lo mejor de mí. Pero por desgracia los hados tienen una curiosa forma de maniobrar cuando se trata de mí. Cloto me dijo una vez que se trataba de mi gran destino, sus hermanas la callaron antes de que le pudiera sacar más información.
Mi relación con Sally duro varios meses, fueron los meses más felices de las ultimas decádas de mi vida. Nuestra relación termino cuando nuestro hijo nació. Si, tuvimos un hijo. Decidimos llamarlo Teseo Aquiles Jackson en honor de mi medio hermano semidios Teseo y de mi ahijado y alumno Aquiles. Durante unos dias permaneci con ellos pero por desgracia ni yo ni ningun dioso o diosa puede criar a sus hijos.
Al ser mi hijo Seo (mi apodo para mi hijo) tendra varias ventajas sobre otros semidioses como que al ser yo la diosa de los monstruos los monstruos lo reconoceran como mi hijo y no lo atacar, incluso podra comunicarse con ellos (uno de mis hijos aprovecho tanto este don que acabo con un enorme ejercito de monstruos y conquisto la mayor parte de Europa). Asi Sally no tendra que preocuparse por monstruos que vayan por Seo.
Separarme de Sally y de Seo fue lo más dificil que tuve que hacer en mucho tiempo. Los amo a ambos muchisimo y he de confesar que por unos instantes desé ser un mortal y no una diosa para poder estar con ellos, casarme con Sally y criar juntas a Seo.
A pesar de no poder criarlo personalmente prometi siempre velar por él y hacer todo lo que este en mi mano para protegerlo del mundo entero si fuera necesario.