-Fue un día loco, ¿no es así, Burpy?- rió Eli revisando su lanzadora con más detalle. Se veía asombrosa ahora que tenía las mejoras de Garfio Rojo: los aceleradores.

-Si, loco igual que tú.- respondió alguien riendo.

-Muy chistosa, Trix.- dijo el Shane con una falsa sonrisa.

-Hablo en serio.- siguió ella.- Tú eres el único que pensaría en acudir solo a ese lugar para rescatar al amargado de Garfio Rojo. Debiste ir con nosotros.

-Nachos estaba allí, con sus babosas mejoradas. No quería que los lastimaran.- dijo cabizbajo, recostándose a la mesa de trabajo.- ¿Y es tan malo eso de hacer cosas heróicamente tontas?

-Eli,- interrumpió ella abrazándolo por la espalda.- somos tus amigos. ¿Crees que no nos asusta la idea de que salgas herido tú?- le preguntó ya un tanto más seria al oído.

Eli no levantó la vista. Puso su mano sobre la de ella que reposaba sobre su hombro, sorprediéndola. Burpy saltó a su hombro, para unirse al abrazo.

-Sé que no hay nada que podamos hacer para que detengas esas ideas tan repentinas, pero solo prométeme que intentaras salir de todas ellas en una sola pieza.- Él volteó a verla y asintió con su cabeza antes de acercarse poco a poco a su rostro.

Pero antes de que su planeado beso pudiera llevarse a cabo, cierta babosa infierno pareció leer su mente y se le adelantó, colocándose en frnete para recibir la muestra de afecto.

-¡Burpy!- exclamó alejándose de él asqueado.

Créditos a Panchis Rivadeneira. Chica, continúo insistiendo en que consideres lo que hablamos. ;)