Amé hacer este fic, amé escribir sobre Cuba, amé esta pareja, simplemente lo amé. Espero que a ustedes les guste ;w; ¡Crack! Mención de hetero~(?)
Cuba era un hombre. Era todo, todito un hombre, no como todos esos metrosexuales europeos, o incluso el idiota de Estados Unidos. No. Él era un hombre con todas las letras. Y como buen hombre que era, en lugar de andar apreciando su propio rostro (bello, como el rostro de todo latino), prefería admirar el rostro (y otras cosas) de las mujeres.
¡La ucraniana! ¡Oh, Ucrania estaba muy buena! Esos pechotes eran más grandes que él, y Cuba tenía tantas ganas de abrazarla tiernamente y protegerla de cualquier cosa que le haga daño, ¡Además era la hermana de Rusia! Pero había un pequeño inconveniente. La altura. A Cuba no le gustaba tener que ponerse en puntitas de pie para besar a su chica, no, no. Debía ser más pequeña o de la misma altura. O al menos no tan alta.
¡La bielorrusa...! Erm... Bueno... Era bonita, preciosa, tal vez un poco safada pero seguramente sólo necesitaba algo de encanto latino para que su corazón se derritiese un poco, pero la primera vez que quiso cortejarla... digamos que casi se queda sin sus preciados 'cocos'. Y no, no habla de la semilla justamente.
Hungría... Hungría estaba demasiado enamorada del austriaco (así como Taiwan lo estaba de Japón), y del yaoi. Cuba no podía estar con alguien que chillase cada vez que veía a Italia y Alemania juntos, no, no estaba bien.
Bélgica... Jamás diría que el hermano de Bélgica le daba miedo, no, no, eso no era de macho.
¡Y la pequeña y linda Seychelles! Demasiado pequeña tal vez. Demasiado tenía la pobre con los acosos de Francia.
¡Pero había una! ¡Había una preciosidad que ocupaba su mente la mayor parte del tiempo! ¡Urgh, era tan... avasallante! ¡Su actitud lo había enamorado! ¡Tan segura de sí misma, tan altiva, un poquito altanera tal vez! Estaba tan celoso de Lituania por la manera en que ella lo defendía de vez en cuando, ¡él también quería eso! Pero apenas se animaba a saludarla...
Una vez, la oyó decir "Oye, Cu, como que definitivamente tú deberías usar una camisa rosa, ¡te quedaría total y completamente super cool!", ¡y él claro que le hizo caso! Se sonrojó cuando recibió un cumplido de su parte, y supo definitivamente que eso era amor...
Canadá intentó decirle más de una vez que aquella preciosa chica era en realidad con chico, pero nadie escucha a Canadá, y un latino enamorado simplemente pierde la cabeza.
