Todo es de JK.
Todo Blanco
Le oprimían las muñecas con tanta fuerza que estaban encarnadas a su piel. Los gritos ya no tenían tono cuando salían de su boca, culpa de su repetición y de su pobre garganta desgarrada.
Los cuchillos se clavaban en ella, calientes y filosos; desgarrando carne, piel, nervio y venas. Rozando insanamente el hueso, como si quisiese provocar una cosquilla prohibida, demente y dolorosa.
Estaba atada al sufrimiento eterno; condenada a gritar plegarias que nunca serían oídas; castigada a ser torturada por siempre.
Y lo único que se le pasaba por la cabeza no era el terrible padecimiento que la acechaba; nada de eso. Era una imagen, una mezcla de alegría y tristeza, un risita aguda y divertida una sensación en el estómago.
¿Dónde estaba su pequeño?
Se retorcía por piedad, pero las cuerdas que la comprimían eran fuertes y determinadas a evitar su escape.
Las dagas se internaban en su cuerpo, escuchaba los gritos desesperados de alguien, los aullidos de otro. Olía el dolor y la desesperación.
¿Lo habrían encontrado? ¿Lo estarían lastimando tanto como a ella? Por favor, por favor, no.
A él no.
Pero de repente, todo paraba. El mundo se volvía negro de improviso y su cabeza se vaciaba, pero su alma quedaba intranquila, como si buscase algo. Se sentaba y observaba el mundo blanco en la que estaba atrapada; su jaula a prueba de recuerdos.
Pero ella quería recordar.
Mas todo a su alrededor parecía desentonar.
Todas las noches eran igual. Sufría, lloraba, gritaba y se retorcía (y sabía que el señor que estaba al lado de ella también, hasta peor que ella misma). Y todas las mañanas se despertaba, preocupada y ahogada en dolor. Pero nunca sabía porqué. Cuando casi lograba tocar, con las puntas de los dedos, la verdad, todo se volvía negro, gris y blanco. Siempre blanco al final.
A veces, cuando llegaba ese chico y la anciana, sentía lo mismo pero sin el infierno de las noches. Pero también sentía alivio (y veía lo mismo en el señor, quizás y hasta sufrían de lo mismo). Mas cuando lograba algo, todo volvía a estar vacío, negro, gris, blanco. Igual que siempre.
Todo blanco.
Gracias por leer.
