Cuddy no es mía. Es de alguien, no sé quien, pero mía no.


Sueños de Maternidad

Sus chillidos hacen que el dolor sufrido no tenga espacio en tu mente. La quieres contigo, en ese mismo momento.

Sientes el calor de su pequeño cuerpo contra tu pecho. Las enfermeras te felicitan, pero tus ojos solo están sobre ella; en su cabeza sin cabello, en sus pequeños puños, en su linda nariz. Notas como la alegría te llena, en una mezcla de orgullo y amargura.

Pero ya nada importa, porque la tiene junto a ti, es tuya completamente.

El teléfono suena. La realidad te golpea, fría, dura, amarga y sin piedad; ella no existe, y quizás nunca lo haga. Y eres la jefa de House.


Gracias por leer.