Cap. 000 (Re)Inicio
En un bar de mala muerte, en una isla olvidada de la mano de Dios, un cuerpo descansa sin vida en un rincón, las extremidades inertes son el acompañamiento perfecto para un torso que muestra la misma inmovilidad. Los que entran al bar a matar sus penas, evitan el cuerpo arrumbado en un rincón, con gestos que parecen una mezcla entre el terror y el asco. Ni el infierno más atroz se parece al ambiente de perdición que se respira en aquel lugar. De pronto y como si una fuerza mayor les impulsase, recortados contra la puerta del lugar las siluetas de unos hombres vestidos de blanco asustan a todos quienes estan allí. Uno tras otros entran al bar y rodeandolos a todos toman control de todo el recinto. Uno que parece ser el oficial a cargo, sacando un papel de su abrigo con voz fuerte grita:
--Por orden del gobierno mundial se extiende el mandato de
apresar vivo al infame capitán Long Jhon Silver, guía y provocador
de nefastos sucesos a lo largo del Grand Line-- Guardando silencio un
momento y luego de respirar continuo--
A cualquiera que preste
información sobre su paradero o facilite su captura se le
recompensara como es debido--
La conmoción se desato en el bar, todos los allí presente sintieron correr en sus cuerpos el calor que produce la ambición. Las recompensas del gobierno tenian fama de ser suculentas y el premio se veia aún mejor, por la fama de tan singular presa; el conocido como terror de algunos mares y sobre el cual corrian un montón de leyendas. Una de las cuales hacia mención a la triste suerte que le había seguido al tan famoso capitán, luego de que su tripulación fuese atacada por un terror más antiguo que la tierra. Muchos decian que estaba maldito, y que incluso a quien llegaba a relacionarse con él le sucedian las más terribles cosas. El caso es que ni la maldición más grande infundia temor a los neofitos cazadores de piratas, seguramente el valor aportado por el ron les hacia creerse capaces de vencer al hombre más grande. Mientras los marines seguian indicando a los emocionados hombres, que hacer y a donde dirigirse en caso de encontrarle, algo singular ocurria en el rincón donde el cuerpo yacía inmovíl. Una rata pequeñita, se acercaba a olfatear las ropas del bulto allí tirado, más cuando se aprestaba a roer uno de los dedos del ya cadaver, un lazo poderoso se cerró alrededor de su cuello. Como por arte de magia, la mano momentos antes inerte, ahora se cerraba impidiendole huir; un movimiento rapido del pulgar y la vida de la ratita desaparecia para siempre. El chillido del animalito llamo la atención de todos y al mirar hacia el lugar del que provenía vieron lo increible. De pie frente a ellos se encontraba el tan buscado Long Jhon Silver, quien como si despertase de una larga siesta, estiraba los brazos para recuperar la movilidad de su tullido cuerpo. Uno de los marines corrio para atraparle, pero como si una fuerza superior lo impulsara, salio despedido de espaldas para caer sobre una mesa al fondo de la sala. Silver bajaba entonces su puño cerrado y aprovechando el silencio pregunto:
--¿Y por que se me busca
ahora?--
El que estaba al mando se adelanto un paso y poniendo
cara de tener una mano ganadora dijo:
--Eso es un secreto Silver.
Lo unico que podemos decir es que el almirante quiere verte--
Sacudiendose la chaqueta de pirata, Silver le dio una mirada
rapida al lugar y luego de murmurar algo inentendible, se encogio de
hombros y dijo:
--Creo que no. Sin más señas yo no voy a ningún
lado. Mi madre me dijo que nunca me fuera con extraños--
Los
marines se pusieron en guardia preparados para apresar al rebelde,
sin embargo el oficial riendose burlonamente y apuntando con un dedo
al maltrecho pirata que tenia enfrente dijo:
--Jajaja, no creo
que con esa apariencia puedas decir semejantes cosas piratilla de
segunda. Quizás antes fuistes grande, pero ahora que el mundo te ha
olvidado, ahora no eres nada-- Dandose la vuelta y seguro de su
victoria, el oficial continuo:
--Apresenlo rapido hombres, quiero
estar en la base antes del almuerzo-- Y dicho esto salio por la
puerta.
Silver volvió a encogerse de hombros y sonriendo camino
hasta una mesa, cogio de allí una jarra de ron y luego de un largo
trago gritó:
--Ni antes ni ahora, nadie puede llevarse a Silver
a ninguna parte--
Al terminar de decir esto un perro gigante, más
similar a un lobo aparecio corriendo por la puerta, la imponencia del
animal causo un terror tan anormal en los que allí estaban que los
marines soltaron sus armas. Aprovechandose del panico, Silver salto
al lomo del animal y salio montandolo hacia la tarde. Los
impresionados soldados recogieron sus armas y trataron de alcanzarle,
pero al salir del bar y mirar ya no vieron más a su presa. Había
desaparecido misteriosamente...
--Abuelo, abuelo, y que paso
entonces con el pirata Silver-- Pregunto el niño entusiasmado.
--Eso mi querido nieto, es otra historia y hoy ya es muy tarde
para seguir oyendo cuentos--
El viejo beso en la frente al niño
y deseandole buenas noches apago la luz. Por la ventana de la
habitación se veía la calma del océano. Una suave brisa movía los
árboles allá afuera y una pequeño letrero con unas iniciales
también se movía, en él unas iniciales podían leerse:
