Notas: Aquí veis lo que hace dos o tres meses fue un trabajo de creación de una historia a partir de un cuadro de cierto señor. Ahora es la introducción de fic de No.6. Mi primer fic de No.6, por cierto. Esto es vivir bien, vivir de rentas...

Qué queréis que os diga, no sé muy bien cómo continuarlo, pero lo seguro es que lo continúo. Venga, a leer, a ver si os gusta.

Advertencias: Puede haber de todo aquí. Bueno, tampoco vamos a exagerar... con "de todo" me refiero a "de todo lo que puedo escribir", que es goreperomuygore o shounen-ai. Nada grande como para plantearse si va a haber trauma, gentes, nada. A menos que odies con toda tu alma el shounen-ai y... sucedáneos... yaoísticos. Ahí sí que es mejor que cambies de fic.

Disclaimer: Ni No.6 ni sus personajes me pertenecen.


Ya llevaba un rato despierto, pero prefería no levantarse. Desde el incidente que hubo entre el Distrito Oeste y la ciudad, no quería saber nada del mundo exterior. Su vida ya no tenía tanto atractivo como antes. Recordaba aquel tiempo en el que vivir era un desafío que pocos podían superar día a día. Desde la caída del muro que separaba al horrible Distrito Oeste y a la "utópica" ciudad Número 6, podía decirse que nada era igual. La infección que una semana atrás había acabado con la mitad de la población de la ciudad ya había pasado a la historia. No se volvió ni siquiera a hablar de ello.

Ahora, todos estaban unidos, era todo como la misma ciudad, las diferencias solo eran de comodidad de casas. Todos se trataban de iguales. Todos eran felices con su nueva vida. Todos, menos Nezumi. Con motivo de todas las reformas que se estaban dando en el teatro por el desastre montado al derrumbarse el muro, tenía dos semanas libres. Todo ese tiempo lo había pasado metido en su casa. En la casa que aún conservaba de cuando vivía en el Distrito Oeste.

Recordó todo lo que pasaron mientras él enseñaba a Shion, quien siempre había vivido en la ciudad, a vivir en las sucias calles del distrito. Todas aquellas veces que le salvó la vida habían fortalecido su amistad, a pesar de que Nezumi siempre había sido una persona muy fría con todos. Sonó el teléfono. Eso realmente molestó al chico. Se destapó y fue hacia el teléfono.

─ ¿Sí? ─ preguntó, molesto.

─ ¿Eve? ─ sonó la voz de su mánager, llamándolo por su nombre artístico.

─ Oh, qué grata sorpresa, ¿qué ocurre? ─ su voz había cambiado a una muy receptiva, aunque su cara seguía mostrando una expresión de odio.

─ Es posible que tenga un trabajo como protagonista para ti ─ dijo, con tono de estar dándole una gran alegría, aunque Nezumi no opinaba lo mismo.

─ En este momento tengo un pequeño problemilla que resolver ─ contestó entre risas ─ ¿Podría llamarme en otro momento?

─ Por supuesto, Eve, eres mi mejor actor, todo a tu gusto.

Nezumi colgó. No podía aguantar a ese hombre. Su enfado había ido a peor solo con oír su voz. Con toda su furia, golpeó la pared. Cayó un libro de la estantería que tenía al lado. Era Hamlet, el libro que Shion se había leído tantas veces. Lo recogió y se puso a ojearlo. Sonrió y movió las cortinas de la ventana. Había unos niños jugando con un gato. Más a lo lejos, un grupo de personas intentando reconstruir una casa, y más aún, la ciudad. En cuanto los niños lo vieron, salieron corriendo. Cerró los ojos, y aún con la sonrisa dijo en bajo:

– Shion... cumpliré la promesa.


Notas: Hasta ahí, gentes. Cómo no, acepto todo tipo de reviews: constructivas, dañinas mentalmente, perjudiciales a nivel alabatorio, ofensivas... todo. Pero reviews. Por favor. Si escribís me comprendéis. Lo sé.