No puedo separarme de ti.
Dedico este fic a Soushi Luna por su cumple, el cual fue el día 5 de marzo. Pediste algo lindo sukulento y de universo alterno, aquí va y espero que te guste. ¡Muchas felicidades! Espero que pasaras un hermoso cumpleaños.
Esta historia está basada aparte de los personajes de Hinako Takanaga, también en la idea de la hermosa historia To hate and to hold, a pesar del parecido me tomo la libertad de adaptarla y cambiar la mayoría de los aspectos con tal de hacerla distinta y muy entretenida para todos aquellos que ya leyeron ese lindo libro.
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Por todo el mundo existían clanes de una especie de humanos distinta, los cuales son regidos por uno en especial, se dice que este clan tiene que ser el más fuerte y protector de la especie semi oculta a la cual los humanos comunes nombraron como vampiros. Las novelas de vampiros que inventaron, exageraban las cualidades de esta raza, si bien requerían sangre de seres vivos para subsistir, el sol no los mataba como ellos comentaban, sólo les produce quemaduras en la pálida piel. Sin embargo las estacas si son un gran problema, puesto que implica terminar con la cosa más pura que poseen, un corazón para amar incondicionalmente. Al recibir una estaca en el corazón mueren irremediablemente como cualquier otra creatura.
Sobre la inmortalidad era algo exagerado, en realidad no es que fueran inmortales, simplemente tienen la cualidad de vivir longevamente, además de su capacidad de regeneración, junto con una fuerza y velocidad que atemorizaba a la otra especie de seres humanos que existe, los cuales han buscado destruir a cada uno de ellos y exterminar su raza, sin tener éxito.
Souichi Tatsumi, un hermoso vampiro con poderes sobre salientes, de cabello rubio y largo, ojos miel, complexión delgada y rostro fino con gesto adusto, solía ser de la familia real al lado de su linda hermana Kanako, para heredar alguno de ellos el puesto de rey de los vampiros algún día. Su enemigo Morinaga Tetsuhiro, con cabello azul corto, mirada inocente pero seductora de ojos verdes, perteneciente a la familia más allegada a la real, con un poder y estatus similar, es su rival encarnizado desde que ambos eran muy jóvenes. En su tierna infancia habían sido amigos pero luego de que Souichi perdiera a sus padres a causa de unos cazadores de vampiros todo había cambiado. Los sucesores reales se convirtieron en los Morinaga para proteger a su raza, por tanto el nuevo príncipe es Tetsuhiro como hijo único.
Aquel día, Souichi se acaba de enterar de que el príncipe Tetsuhiro de la familia real, llegó a Fukuoka. Refunfuñando se quejó con su hermana Kanako sin dejar de mirar al tipo que se encontraba sentado en el otro extremo del bar, su hermana le hacía burla desde siempre a causa de la forma en la que detestaba al príncipe:
— ¡Hay hermano! Ya deja de mirar a ese tipo que parece que te gusta. No comprendo como siempre terminas en la calle golpeándolo.
— ¡No me gusta! Es sólo que quiero matarlo a golpes cada que lo veo.
Souichi se levantó enseguida con mirada furiosa para llegar hasta donde Tetsuhiro y así comenzó todo de nuevo, ambos batiéndose a golpes en las afueras de bar, los puños hacían correr la sangre, la respiración de ambos acelerada y el sudor cruzando los rostros entre las heridas que no tenían tiempo para sanar en medio de la pelea, hasta que de un instante a otro un rayo los azotó. La turbación los dejó prácticamente inconscientes, una sensación de nausea y de desesperación los quemó desde el interior, por alguna extraña razón Souichi continuó la pelea, se levantó trabajosamente hasta Tetsuhiro que no tenía ningún deseo de moverse más, entonces con sus manos lo tomó por el cuello para ahorcarlo. Inexplicablemente la sensación de nausea desapareció al contacto con la piel de su enemigo, el cual inmediatamente retiró las manos de Tatsumi con una patada a traición en su entrepierna. El dolor doblego al de cabello largo y cayó sobre el pasto justo al lado de Morinaga, sintiendo ambos de nuevo las náuseas con un espantoso dolor desde el pecho hasta el vientre, su respiración se aceleraba y la muerte parecía cercana. Tetsuhiro en medio del dolor giró tocando la piel de su adversario recobrando el alivio a los síntomas de su tormento, fue cuando se percató de algo insólito y chocante, al retirar el sutil toque volvía el dolor, cosa que indicaba que debería estar en contacto con él para no sentir la muerte en vida. Con un gran esfuerzo sujetó el brazo de Souichi y de nuevo la paz regreso a sus cuerpos.
— ¿Por qué demonios me tocas de esa forma? Suéltame antes de que te mate. — Expresó Souichi con la ira creciendo dentro de él.
— Eso quisiera, no me es grato tocarte. ¡Date cuenta, no seas idiota! Si te suelto nos duele a ambos.
— ¿A quién le dices idiota? — Respondió Souichi de nuevo volviendo a los puñetazos.
Por lo menos el contacto de los puños les evitaba un poco el sufrimiento, hasta que ambos agotados y padeciendo decidieron tomarse de la mano.
— Pero qué desagradable es tocarte así, tu mano está pegajosa y parecemos homo. — Refunfuño Souichi.
— Yo tampoco quiero que mis antiguos novios me vean contigo, eres un amargado aguafiestas. No comprendo nada de esto ¿Por qué al soltarte me siento tan mal?
— No tengo idea, pero la tía Matsuda es la única que sabe de esas cosas mágicas, creo que debemos ir con ella preguntarle.
Se levantaron caminando entre la oscuridad de la noche para llegar hasta el templo de la Tía Matsuda, la cual es la chaman de esa zona. Al llegar, la mirada de su tía no se hizo esperar, junto con su comentario:
— Sou-kun, veo que finalmente saliste del closet y nada menos que con el príncipe. Tienes muy buen gusto.
De inmediato Souichi soltó la mano que lo sujetaba replicando:
— Pero claro que no, este idiota y yo no somos nada.
El mareo comenzó, las náuseas y el gran dolor que los flageló. Tetsuhiro intentó tocarlo pero su rival lo empujó diciendo:
— Prefiero la muerte a seguir tocándote.
Ambos se doblaron en el suelo. Antes de desmayarse, Tetsuhiro dijo en su último aliento:
— Debemos tocarnos o moriremos, maldito terco…
Al despertar la tía los tenía sentados juntos con sus brazos tocándose ligeramente y con una bofetada los despertó a ambos, se sentía terriblemente preocupada puesto que temía que la magia estuviera envuelta en este asunto. Una vez que los tuvo conscientes comenzó con el regaño:
— ¿Cuál de los dos me explicará que ocurre aquí?
— Yo comenzaré señora. Acababa de volver de mi viaje cuando en el bar de Kanako. — Expresó Tetsuhiro.
— Eso no es nada relevante yo continuaré. Nos estábamos. — Interrumpió Souichi.
— Yo estoy hablando, no tienes derecho a interrumpirme.
— Ambos guarden silencio, necesito saber una cosa ¿algo fuera de lo normal les ocurrió? Y no quiero escuchar más pleitos. — Regaño la Tía Matsuda.
Las miradas de odio salieron de ambos, pero el más noble de ellos Morinaga cedió finalmente:
— Adelante cuéntalo tú.
— Nos pegó un rayo y luego no podíamos dejar de tocarnos o sentir esta terrible sensación.
— ¿Un rayo? ¿Una luz cálida? ¿Les dolió? — Preguntó preocupada la Tía.
— En realidad no nos dolió señora Matsuda, aunque después recibimos esta maldición. — Replicó Morinaga.
— Bueno chicos esos síntomas que mencionan parecen los de una unión mal hecha y me refiero a una unión de cuerpo y mente. Normalmente no les causa estos problemas a los que se unen, sin embargo esta unión por lo que veo les puede provocar la muerte si se separan por mucho tiempo. Estás uniones son para las bodas, y normalmente las hacen porque desean fervientemente estar juntos, por tanto ustedes deben estar tocándose alguna parte del cuerpo para mantenerse con vida.
— ¿No puedes deshacerla Tía?
— Bueno para deshacer esta unión deben estar juntos por lo menos tres meses para que se estabilice la unión y consumarla.
— ¡¿Consumarla?! — Gritaron juntos al unísono, Tetsuhiro y Souichi.
— Si chicos, lo que escucharon, deberán… ambos… tu a él o él a ti… ya saben… tener sexo.
— De ninguna forma, jamás tocaría a esta alimaña neurótica, ni con el pene de mi amigo Hiroto.
— ¿Crees que te permitiré meterme alguna cosa en ese lugar? Definitivamente no, primero se congelará el infierno.
Los puños volaron, pero mágicamente fueron detenidos por la Tía con un acto de su poder que como un flash los cegó momentáneamente y un grito:
— ¡Deténganse ahora mismo! No se dan cuenta que cada que se lastiman con las palabras también debilitan la unión y pueden enfermar si siguen así, a pesar de tocarse morirán antes de que pueda separarlos. ¿Será que prefieren morir?
— No señora, lo siento mucho, procuraré que la prudencia quepa en mí, aunque con este gruñón me será muy difícil.
— Soportarte será casi imposible, con esa cara de retrasado que tienes sólo quiero golpearte. Pero hay cosas que debo averiguar antes de que algo me ocurra. Me comportaré, lo prometo.
— Los veré mañana para un chequeo, vayan a dormir que está por amanecer y coman algo, han gastado mucha energía vital de ustedes en la unión que les hicieron.
Salieron del templo, pero justo en ese momento el celular de Souichi sonó un par de veces hasta que:
— Isogai ya dime rápido porque estoy camino a casa con un estúpido a mi lado… ¿Aquí? — Souichi giró la cabeza en varias direcciones hasta que jaló a Morinaga hasta un callejón.
— Oh Sou-kun, veo que finalmente tienes una pareja y es nada más que el príncipe.
— ¡Demonios! No lo repitas, este retrasado no es nada mío.
— Ni quien quiera tener algo contigo amargado y flacucho tipo. — Aseveró Tetsuhiro.
— ¿Si no son nada por qué se toman de las manos? — Cuestionó Isogai.
— Alguien se creyó muy gracioso para maldecirnos, debe ser la misma persona que busca matarme también, puesto que si lo suelto me puedo morir. Que él muera en realidad no me importa. Pero dime entonces ¿qué es lo que averiguaste? Hace unos meses que no sé nada de ti.
— Necesitamos ir a un lugar privado no puedo permitir que alguien nos espié. — respondió observando a todos lados Isogai.
Decidieron marchar al departamento de Souichi puesto que el príncipe vivía con sus padres en la mansión principal de Fukuoka en Japón. Una vez en el lugar, un departamento bastante amplio pero con las cosas tiradas por todas partes, junto con mucho polvo y suciedad; en el cual tuvo que mover cosas de las sillas que parecían percheros para poder sentarlos a charlar:
— Veo que es cierto y no puedes separarte del príncipe. En realidad eso no me concierne… Lo que vengo a decirte es que conseguí una pista que me guió hasta Tokio de un grupo de cazadores de vampiros, los he seguido por algunos meses para comprobar si tienen el mismo símbolo que estaba en el lugar cuando tus padres fallecieron, ya sabes el de las fotos que no deberían existir.
— ¿Y bien?
— Pues resulta que si son los culpables, aunque la cosa más interesante es que no son cualquier tipo de cazadores, estos se dedican a matar vampiros a sueldo, ya que son mercenarios. Por lo cual debemos indagar más sobre el cliente que pagó por la muerte de tus padres. Lo que si te puedo asegurar es que las pruebas no tienen que ver con la familia Morinaga, son totalmente inocentes, pues a pesar de que salieron de viaje comprobé que en realidad pasaron en Nagoya vacacionando toda esa semana.
— ¿Pero y si contrataron a los mercenarios? — Cuestionó Souichi mirando fijamente a Tetsuhiro.
— Te lo dije, mis padres eran amigos de los tuyos, jamás harían algo así. Estoy dispuesto a ir con ustedes para comprobarte que es cierto.
— Me parece muy bien señor príncipe, ¿Qué les parece si mañana por la tarde partimos a Tokio? — Sonrió al decir Isogai
Ambos asintieron por lo cual Isogai continuó:
— No pienso quedarme a ver o escuchar lo que hacen en la cama, por hoy me quedaré en un hotel. Mañana en cuando el sol se ponga naranja vendré por ustedes, más les vale estar listos.
— De acuerdo, llega temprano, no quiero estar a solas con este tipo demasiado.
— Ni yo tampoco, será muy grata su compañía señor Isogai, a diferencia de la de este desagradable hombre agresivo.
Finalmente Isogai partió al hotel más próximo para dormir durante el día ya que él también es un vampiro. Ambos chicos se quedaron a solas para recostarse en la misma cama, por un lado Souichi tenía bastante ira acumulada de pensar en acostarse junto a su más grande enemigo, pensó que quizás podría abusar de él por lo cual lo amenazó en cuanto entraron al cuarto:
— Más te vale no pasar mi límite, sé que debemos tocarnos, sin embargo si intentas algo no dudaré en meter una estaca en tu corazón.
— ¿Te quieres hacer el malo? No me intimidas, no tengo ningún interés en ti, eres totalmente repulsivo, no eres mi tipo.
Antes de recostarse bebieron un poco de sangre de un par de bolsas del refrigerador de Souichi, luego se acicalaron, para luego recostarse espalda con espalda, tocándose puesto que no se pusieron camisa para evitar que pudieran separarse y morir durante su hora de sueño.
De pronto Souichi sintió que unas manos recorrían su abdomen descubierto, lo abrazaron, el deseo recorrió su cuerpo llenándolo con una urgencia por ser poseído por su gran rival. En su espalda algo duro y caliente empujaba contra su trasero, las manos que tocaban su abdomen se metieron bajo su pijama acariciando la erección con bastante habilidad. Luego miró que Morinaga se levantó sin perderlo de vista, se colocó en medio de sus piernas para introducir su miembro expectante en su boca y succionar hábilmente causando en pocos movimientos ganas de correrse. Abrió los ojos despertando de su sueño puesto que las sacudidas que percibía se hicieron reales, junto con un gemido ronco observando a su rival corriéndose salpicando un poco a donde él descansaba boca arriba con las piernas abiertas.
— ¡WAAAAAA! Maldito y sucio tipo, ¿no podías esperar a que nos separen para hacer esas cosas?
— ¡Qué dices! ¡Si tu estas igual que yo! Simplemente soy honesto, además es mi cuerpo y tengo derecho a hacer lo que me dé la gana.
En seguida Souichi se levantó a prisa para ir al baño a darse una ducha pero no dio más de un paso arrastrándose por el piso para tocar la mano que Tetsuhiro estiró con dificultad hasta él. Luego de eso decidieron bañarse con la cortina de baño como división intentando cubrir lo que a final de cuentas es inevitable tapar, ya que no podían estar separados.
En cuanto estaban discutiendo por vestirse primero, Isogai llegó, de manera que partieron una vez que estuvieron listos, sin embargo no se marcharon directamente a Tokio sino que pasaron a la casa del príncipe a razón de que él insistió. Al llegar ahí:
— Madre, supongo que ya te dijeron de mi problema con el hijo de los Tatsumi.
— Así es hijo, no te preocupes, él es una buena persona y creo que sólo deben aprender a llevarse mejor hasta que Matsuda termine con este hechizo.
La señora Morinaga miró con ternura al hombre que tomaba de la mano a su hijo y le dio un abrazo expresando en su oído:
— Cuida de él, parece fuerte pero en realidad es demasiado tierno, sé que puedes apreciarlo un poco.
Souichi al instante se sonrojó mirando en dirección a su rival que en un santiamén se sonrojó de igual forma, cambiando su mirada de sorpresa por una de vergüenza como la suya, no obstante en un segundo ambos cambiaron a enojo.
— Madre, este tipo no puede ni cuidarse a sí mismo.
El enojo de Tatsumi no se hizo esperar pero antes de que respondiera, Isogai dijo:
— No se preocupe señora yo los voy a cuidar, creo que todo va a estar bien.
— Deben consumar su unión o se debilitaran mientras más tiempo pasen sin hacerlo.
— Madre por favor, no digas cosas tan incómodas, no necesito nada de él, podré resistir a este embrujo hasta que nos separen sin tocarlo más que lo necesario para evitar morir.
Posteriormente tomaron un vuelo hasta la ciudad de Tokio y rentaron un auto, de esa forma en el camino, Morinaga intentó platicar con Isogai pero por alguna razón sentía celos de escuchar charlar a Souichi e Isogai de historias en la escuela. Le molestó sobre manera la confianza entre ellos, puesto que aunque renegara para sí mismo de esa conexión con su rival, cada momento que pasan juntos se torna más y más profunda. Ambos en el asiento trasero tomados de la mano, escucharon el comentario más incómodo de Isogai:
— ¿No se gustan ni un poco?
— ¡De ninguna forma! — Expresaron al unísono.
— Yo que pensaba dejarlos a solas en el hotel para que consumen su unión.
— No Isogai, más te vale quedarte en la misma habitación, no quiero volver a ver a este tipo descarado masturbarse junto a mí. Si tú estás, dudo que haga esas porquerías.
Al dejar las maletas, los tres fueron a un bar para vampiros a conseguir información y beber un poco de sangre. Las bebidas embriagantes especiales para su raza fueron pedidas una y otra vez por Souichi, el cual quería olvidar que estaba todo el tiempo de la mano con la persona que más detestaba. Entre tanto Isogai cambió de lugar puesto que estar con ambos no le permitía hacer la investigación.
Souichi bebió mucho hasta que una emoción extraña lo obligó a voltear la cara observando que Tetsuhiro lo miraba con su rostro perdido en el alcohol al igual que él, podía sentir su corazón latiendo acelerado, la gran atracción que sintieron los forzó a acercar sus labios a los del otro, hasta que escucharon:
— ¿Ustedes de verdad pensaban besarse? Quiero saber si se gustan.
— Todo es culpa de esta asquerosa unión, me confunde; además hemos bebido mucho alcohol, por más repulsivo que sea Tatsumi, con estas bebidas se me olvida quien es.
De nuevo ambos puños volaron deteniéndolos Isogai antes del impacto en el rostro de cada cual.
— No hay necesidad de pelear, la madre de Morinaga me pidió que evite que ustedes peleen, es por su salud.
El problema de esa unión es que se acrecentaba mientras más contacto, de igual forma agrandaba el deseo sexual en un porcentaje alarmante. Un par de horas en el bar, al ir al baño luego de entrar juntos al mismo cubículo para evitar que los otros tipos los vieran estar tomados de la mano mientras orinaban. El espacio reducido cuando estaban por salir los obligo a sentir la respiración tan cerca que los besos se desataron, primero con Souichi dominando empujando a Tetsuhiro contra la pared del baño, para luego sentir el poder sexual de su enemigo que en respuesta lo reclinó apresuradamente contra el otro extremo. La mano libre de Morinaga tomó su cabeza presionando con suavidad mientras las lenguas jugueteaban y los cuerpos podían confundirse entre tantas caricias que los mantenían pegados:
— ¿Quieres que lo intentemos? Me siento tan caliente que te haré lo que me pidas. — Expresó Tetsuhiro en una voz seductora en la sensible oreja de su rival.
— No quiero nada, no necesito nada, aléjate.
Cuando Tetsuhiro retrocedió un poco fue besado de nuevo, ambas manos acompasadas en medio de sensaciones y sentimientos de pasión que crecían, al tiempo que se acariciaban, hasta que las erecciones se frotaron tan agradablemente que las manos de ellos estaban listas para desabrochar los pantalones.
— Chicos ya sé que están aquí, si quieren hacer esas cosas mejor los llevo al hotel. — Expresó Isogai desde afuera del cubículo.
Recobraron la cordura, saliendo a lavar juntos sus manos en el lavábamos valiéndose de formas raras como desde que todo comenzó. Respiraron profundo y el arrepentimiento los hizo desistir de los deseos que desinflamaron las pasiones que se acumularon en los pantalones de ambos.
Mientras Isogai los puso al tanto de que ningún vampiro sabe nada de esos cazadores, comprendieron que son un grupo bastante secreto, por lo que decidieron entrar a escondidas a su cuartel general, aunque de inmediato sus planes fueron frustrados al descubrir que…
