Era verano se podía notar el bochorno que hacía en las calles y las pocas ganas que tenía de salir de casa la gente, era de noche el momento que todo el mundo esperaba para poder salir a dar un pequeño paseo, pero ella estaba durmiendo el la cama ajena a las fiestas que se celebraban cerca, en algún lugar, porque ella estaba un un campamento de verano, a uno que su madre le había obligado a ir para poder librarse de ella en verano, se movía en la cama con desesperación como si tuviera una pesadilla.

Estaba sentada en le banco cercan del bosque del campamento, podía escuchar una dulce melodía que parecía salir de la boca de una pequeña niña, que se mecía en el columpio de plástico.

La niña tendría seis años de edad llevaba un camisón blanco andaba descalza pero parecía que no le importara que el frío suelo hiciera contacto con su blanca piel, tenía heridas en las manos y lo que me hizo estremecerme es que no tuviera ojos pero parecía que viera normal y corriente.

Agatha la amiga que había conocido nada más llegar se acercaba peligrosamente a esa niña, y en un rápido moviendo la niña le cogió de la mano y la llevó hacía el bosque, quería gritar y decirle que la soltara pero parecía que cuando más me movía o gritaba más me alejaba de ellas, y un grito tan estremecedor para helarte la sangre sonó.


-Vamos Dean ¿como que no quieres ir a ese campamento?

-No, Sam, creo que tenemos que encargarnos de los demonios, sinceramente creo que son más peligrosos que un simple espirito.

-Esta bien, pero dime de donde vamos ha sacar ahora un demonio, ha estado ocultándose por ahora y no tenemos indicios de ninguno.

-Pero…-Sam veía esa mirada de venganza que tenía desde que Lucifer había salido del infierno, el sabía que Dean no quería culparle a el y por eso culpaba a los demonios, ellos se habían vuelto su obsesión.

-Pero nada Dean, iremos a cazar ese espirito vengativo, creía que era lo que más te gustaba cazar, ¿no?

-Eso hace ya mucho tiempo, Sammy.

-Sabes que las obsesiones terminan matándote, lo sabes perfectamente-dijo el menor pensando en su padre, Dean también lo notó, fue un golpe bajo para el.

-Sabes perfectamente que no es lo mismo, ni por asomo a lo de papa.

-Es perfectamente lo mismo, te estas obsesionando.

-¡Maldita sea, eres tu el que me dice que me estoy obsesionando!,¿¡el mismo que se obsesiono con salvar al mundo y que por esa obsesión no llevo a todos a la perdición?!- al terminar las palabras Dean quiso tragárselas, no haberlas dicho- Sam, yo…- peor Sam ya se estaba yendo por la puerta-iré.


Bueno es el principio el otro capitulo será mucho más largo, con más acción.

Espero dos review por lo menos para subir el próximo capítulo.

Espero que os guste la historia