El Potterverso no me pertenece.
Este fic participa en el minirreto de la sala común de Gryffindor del foro ''Las cuatro casas''
Este colegio terminará matándome
—¿Cómo he llegado a las mazmorras?—Myrtle Morseferth dirigió su mirada al largo pasillo de piedra que se extendía detrás de ella—Al parecer la perdí—suspiró. Se notaba que había corrido mucho, su pecho subía y bajaba a un ritmo desenfrenado—Me ha vuelto a quemar el pelo—dijo nuevamente en voz alta mientras observaba las puntas rostizadas de su cabello—Si no hubiera escapado me hubiera quemado toda la cabeza, como la última vez—lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, cerró fuertemente los puños de sus manos, esto causado de seguro al recordar la humillación que había sentido en ese momento.
—Llorona—se escucho a lo lejos un grito—¿Dónde te has metido? Aún no hemos terminado con tu cambio de imagen—exclamó una voz cantarina.
—Olive, creo que se fue por aquí.
—Pobre Myrtle, cree que puede ganar en nuestro territorio. ¿Escuchaste Llorona? Conocemos las mazmorras como la palma de nuestra mano—Myrtle comenzó a sudar frio, si la encontraban iba a terminar probablemente en la enfermería—Cynthia quédate aquí, yo iré a ver en este pasillo.
Myrtle escuchaba el eco de los pasos de Olive haciéndose más fuerte, si sus cálculos no le fallaban en menos de dos minutos la encontraría. Corrió lo más silenciosamente que pudo, por fortuna no era muy ruidosa, pero al parecer carecía de suerte, ya que el pasillo había terminado. Se encontraba entre la espada y la pared. Los pasos comenzaban a escucharse más y más cercanos, dirigió su mirada al pasillo en busca de una escapatoria, y encontró un armario.
¡Estaba salvada!
Sigilosamente entro en él y espero.
—Hagrid, viniste más temprano que de costumbre—escuchó una voz grave, dirigió su vista hacia la esquina del armario, y se dio cuenta como ocho ojos la observaran—¿Quién eres?—exclamó con voz potente, mostrando sus colmillos.
Una acromantula.
—Myrtle—susurró con voz débil. Se encontraba llorando del miedo—Por favor no me mates.
—Veté ahora y no digas nada, o alguien podría estar en problemas—No le importo que afuera estuviera Olive, y salió rápidamente del armario.
—Está estúpida no estaba aquí—escucho mientras que los pasos se alejaban. Se había salvado de muchos problemas ese día.
—Este colegio terminará matándome—exclamó con los ojos llenos de lágrimas. Se encaminó en dirección a los baños del segundo piso, sin saber que las palabras que acababa de pronunciar se harían realidad.
Sin contar los Disclaimer y el título fueron 400 palabras, justo el limite.
