Disclaimer: todo le pertenece a la BBC, a Sir Arthur Conan Doyle, etcétera, etcétera.
"Este fic participa del Reto Especial de Aniversario: ¡Nuestro primer año! del 221B Baker Street"
Personaje al azar: Molly Hooper
Molly había llegado tarde al hospital y ese era su primer día. Entrando lo más rápido posible a la morgue, se había quitado el abrigo y había tomado un gran sorbo de café para empezar a trabajar cuando alguien entró al lugar.
—¡Oiga, no puede entrar aquí!
El hombre miró a Molly como si fuera un insecto insignificante y siguió su camino hacia la camilla donde el último cadáver que les había llegado estaba recostado. Al ver como él abría la bolsa del muerto, se acercó a toda prisa y se puso en frente.
—¿Qué cree que está haciendo? —exclamó.
—¿Ya descubriste al asesino, Sherlock?— preguntó con burla una voz desde el umbral.
Molly miró a ambos hombre con confusión.
—Si ella no estuviera entorpeciendo mi análisis, seguramente ya lo hubiera resuelto —replicó Sherlock.
—No puede estar aquí —repuso ella cruzándose de brazos.
El hombre que estaba en el umbral se acercó a ella enseñándole su placa.
—Soy el Inspector Lestrade, este es Sherlock —dijo apuntándolo con el dedo —, es un colaborador de la policía, lo verás seguido por aquí.
Sherlock empujó un poco a Molly y comenzó a revisar el cadáver, la chica observó como el colaborador inspeccionaba al muerto y giró hacia el Inspector que la miraba con una sonrisa tranquilizadora.
—Fue el hermano.
Molly se sobresaltó al oír a Sherlock interrumpir el silencio. Lestrade le pidió que se explicara y el otro empezó con una compleja explicación sobre las marcas de una pulsera impresas en la piel del cuello del fallecido.
Lestrade escuchó con interés y cuando Sherlock terminó, salió rápidamente argumentando que tenía un asesino que arrestar. La chica parpadeó un par de veces ante la escena, convencida de haberse quedado dormida. Aquello simplemente era una locura.
—Vendré mañana para hacer unos experimentos —se despidió Sherlock.
Molly se quedó inmóvil. Si así iba a ser su trabajo, sería mucho más sorpresivo de lo que jamás pensó. Seguro que nunca se aburriría.
