Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son propiedad de Kishimoto. Yo solo los utilizo para escribir sobre ellos sin ánimo de lucro.

Bueno aquí vengo con otro sasunaru jeje, como siempre animando FF con fic yaoi, jojojo, (que risa de bruja XD) espero que os guste, esta basado en un libro que leí hace un añito y que después hicieron película, conforme lo leáis, solo con el primero os daréis cuenta de cual es, si recuerdo el nombre lo pongo XD. Quién la haya visto pensará que ya sabe lo que va a pasar, pero solo me baso en ella, no me copio las escenas (o no casi todas XD) da igual de todas formas espero que disfrutéis leyéndolo, ahora ale a entretenerse.

GUIAME HASTA LA LUZ

Mi vida

Un chico rubio de lindos ojos azules se colocaba con elegancia su inmaculada bata, y se propuso hacer horas extras. Tenían que elegir al director de urgencias y por ningún motivo le cedería el puesto a Lee, con el cual luchaba desde hacía dos años por conseguir aquella responsabilidad.

Se dejó caer en la patética silla y se masajeó la frente, llevaba todo el día sin dormir y por decisión propia se quedaría también la noche. Se metió la mano en el bolsillo y sacó su cartera, abriéndola para ver a través de los plásticos la foto de una dulce chica de pelo azul oscuro y ojos blancos, portando a un niño en brazos, también con la misma tonalidad en la mirada pero su cabello visiblemente castaño.

-Hina-chan… ver a tu hijo me anima, eres tan feliz junto a Kiba que a veces hasta tengo envidia, buf bueno vamos a seguir-, con una sonrisa se la introdujo, previamente cerrada, en el bolsillo y se decidió a seguir con su jornada de trabajo.

Caminó por los pasillos hasta cruzarse con el director del centro, Asuma le agitó las hebras doradas y le señaló una de las cortinas que se mantenía echada.

-Buenas Naruto-kun, primero que no deberías estar trabajando, tu turno ha terminado, y segundo que tu hermana acaba de llegar con su marido, creo que tiene algunos hematomas y quemaduras, te ocupas tu de ella y largo-, soltó tranquilo para no preocuparlo pero lo suficientemente autoritario para que el ojiazul no rechistara.

-Arigato Asuma-sama, ahora mismo voy-, y salió corriendo hacia el departamento indicado.

Aunque no hubiera signo de alerta se acerco a toda prisa en busca de Hinata, a ambos los habían recogido del orfanato y criado como hermanos aunque mantuvieran cada uno su propio apellido, sentimiento muy profundo en el morenito. Cuando llegó desplegó la blanca tela y pasó al pequeño lugar. En una cama reposaba la chica con algunas quemaduras en brazos y piernas. Sin siquiera saludar al castaño, se dedicó a echarle un vistazo a las heridas, no parecían nada importante.

-Hina-chan como te has hecho esto?-, preguntó sin dejar de analizarlas.

-N-no es na-nada, Naruto-kun, f-fue un accidente…-, intentaba explicar con ese tartamudeó que la caracterizaba.

-Lo que ocurrió fue que puse la olla mal y explotó-, Kiba miró a su mujer pidiendo nuevamente perdón.

La Hyuga acarició la mejillita de su pareja para reconfortarla, era tan buena que no quería que se sintiera culpable, sino ella se pondría triste. Pero aún así el Inuzuka no podía apartar aquel gesto de culpabilidad.

-Yo sabía que debías haber tenido algo que ver, para no variar-, gruñó entre dientes comenzando a vendar la mano izquierda de la chica, juntando previamente una fresca pomada.

-Yo siempre lo tengo que provocar todo?-, se quejó Kiba.

-Por supuesto, eres un patoso, dattebayo!-, apretaba las vendas.

-Ya habló, que lo único que se te da bien es estar encerrado aquí-, cruzó sus brazos y desvió el rostro molesto.

-Y a ti que? Dejar embarazada a mi hermana y matar animales?-. (Kiba es veterinario XD)

Kiba se volvió y sus miradas se encontraron echando chispas, siempre que se juntaba terminaban igual, aunque en el fondo se apreciaban.

-Serás…-.

-P-por favor, N-Naruto-kun, me e-estas cortando la cir-circulación-, la voz dulce de la peliazul intentó llamar la atención de su médico particular.

Ambos se fijaron en el trabajo que practicaba el Uzumaki, le apretaba tanto que la punta de los finos y delicados dedos comenzaban a enrojecerse. Naruto dio un brinco y lo más rápido que pudo deshizo el vendaje, colocándolo ahora con el mayor de los cuidados.

-Gomen nasai Nina-chan, es que el baka de tu marido me desconcentra-, seguía en sus trece, mirándolo con enojo de vez en cuando.

El castaño se mordió la lengua para no saltarle y se acercó para besar el sonrojadito carrillo de la muchacha.

-Niña, voy con los críos, que seguro estarán haciendo polvo a la pobre Akane, ya tiene sus años-, sonrió y se alejó pasando por el lado del rubio y apoyarse en su hombro, ni siquiera se miraron esperando a que el mayor hablara, -cuídala, cuñado-, y de reojillo se sonrieron, Kiba siguió su camino hasta salir de la sala de urgencias.

Hinata con una mano en su boca intentando ocultar su sonrisita observó con cariño al médico, hacia tiempo que algo la preocupada pero hasta ese momento no se había atrevido a decírselo a él directamente.

-N-Naruto-kun… espero que no te mo-moleste pero… no te he visto con nin-ninguna chica, no crees que es ho-hora de dedicarle un tiempo menos al tra-trabajo e invertirlo en ti?-, agachó la vista algo avergonzada, aunque sabía que de la boca del lindo morenito no saldría ningún reproche.

Se alegró de que aún alguien se preocupara de él, ya se sentía bastante solo. Levantó un poco el pantalón de la pierna derecha hasta la rodilla, y comenzó a vendarlo también, pensaba que decir sin parecer despreocupado o distante.

-Todavía no he encontrado ninguna chica que me hiciera sentir algo especial y mi trabajo es hacer realidad mi sueño, poder ayudar a la gente, cuidarla y ofrecerle mis conocimientos es todo lo que siempre he deseado, creo que me llena lo suficiente-.

-Pero te sientes solo, no es cierto?-, le acarició la mano para que dejara las cintas y la observara, -soy tu hermana, pero también una mujer y se que aunque disfrutas con tu oficio, tu corazón aún tiene un sitio vacío que llenar, yo…-, un tono rosado acudió a sus mejillas, -sabes que hace ya bastantes años me ofrecí, pero tu solo me veía como un hermana, me acostumbré a ello, aun así estoy segura que alguien te esta esperando para llenarlo. Lo que te pido es que no te niegues esa oportunidad-, sus ojos brillaron, -por favor…-.

-Hai…-, sonrió dulcemente, -te lo prometo-, y la besó en la frente para seguir con su ya casi terminada tarea.

A los pocos minutos en silencio apareció Lee, parándose frente a ellos al ver a la joven en cama. Sujetó contra su pecho el archivar metálico y se decidió a preguntar.

-Hola, que le a ocurrido, señora Inuzuka?-, como siempre sus modales perfectos.

-Pu-pues…-.

-Nada, que el baka de mi cuñado ha vuelto a hacer de las suyas-, comentó poniendo un poco de pega al cierre de las vendas.

-Je, nunca cambiará-, sonrisa nerviosa por parte del moreno, -y tu Naruto-kun, porque no te has ido ya?-.

-Lee-san me voy a quedar toda la noche, así aumentaré mi experiencia-, añadió intentando parecer seguro, cuando sus propios ojos casi se cerraban sin control.

Lo sujetó del hombro y le sonrió de esa manera exagerada en él, el rubio lo miró algo extrañado intentando saber que iba a decir.

-No buscaré ventaja, ve y descansa, sino mañana no podrás estar al 100 para tus horas y eso podría desprestigiarte-, explicó con sinceridad.

-Es verdad-, Hinata se reincorporó un poco y le sonrió también, -Lee-san lleva razón, no quieras abarcar más de lo que puedes, las prisas nunca son buena consejeras-.

Uzumaki dudó un poco pero finalmente aceptó, devolviéndoles el compresivo gesto.

-De acuerdo, mañana temprano nos veremos Hina-can-, de nuevo se acercó a besar sus frente, -y a ti en la tarde-, le ofreció un apretón de manos con agradecimiento y se marchó corriendo.

La ojiblanca suspiró algo aliviada y contempló a Lee que perseguía a Naruto con la mirada hasta escapar de su campo de visión.

-Arigato por ayudarlo sin que él se diera cuenta-, habló con dulzura.

-Es un buen chico, se lo merece-, la encaró, -que se ponga mejor señora Inuzuka, hasta luego-, y con apresurados pasos se marchó.

-Adiós y gracias de nuevo-, se volvió a recostar notando como las quemaduras dolían bastante, se intentó tranquilizar y cerrar los ojos. No sabía porque pero tenía un mal presentimiento.

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Las puertas del hospital se cerraron tras él y el rubio se atusó cansado el cabello. También se colocó bien aquel jersey de mezclita marrón y los vaqueros negros. Respiró hondo y pensando en sus pacientes caminaba hacia el aparcamiento. Presionó el mando dejando que el sonido de los seguros al abrirse hicieran eco en el lugar. Con un gran bostezo se subió al coche y cerró la puerta con un movimiento brusco.

Llevaba unos diez minutos conduciendo y podía notar como el sueño le vencía, sacudió su cabeza varias veces intentando animarse, pero el cansancio era demasiado, sus ojos cada vez se cerraban mas y mas. Se aferraba al volante haciendo fuerza he intentar despejarse, pero la línea que separaba el asfalto ya se le hacía entera y una cortinita blanca iba cubriendo la oscuridad de la noche, en unos segundos todo se volvió negro y un bestial golpe lo dejaron totalmente sin sentido.

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Dos años después…

Un chico de lindo pelo azulado se encontraba en una elegante cafetería, entre sus manos una taza de café amargo, tanto como su propia vida. Se masajeaba las sienes mientras buscaba con la mirada algo en lo que inspirarse para escribir su próxima novela, no entendía como podía escribir sobre el amor cuando ni él mismo lo entendía. Miró su reloj, ya hacía media hora que tendría que haber llegado, era paciente pero ese era uno de los días en que tenía los nervios a flor de piel.

Una linda chica de largo pelo rubio recogido en una coleta, corría algo cursi hasta llegar a su lado. Se inclinó un poco en señal de disculpa y se colocó bien su falda de traje marrón.

-Sumimasen Uchiha-san, aquí le traigo las llaves de su nuevo apartamento, sus objetos personales ya están allí, espero que le agrade-, con una gran sonrisa se las entregó al moreno que las recogió entre sus manos.

-Arigato, Yamanaka-san-, se levantó de la silla y sacó su cartera para pagar la consumición.

-Oye, podríamos…-, propuso algo avergonzada pensando si sentarse junto a él o no.

-Ah! Si claro-, la chica le miró con ojos brillosos, al lado de las dos monedas que había dejado sobre la barra, las acompañó de otras dos, -tómate algo si quieres yo invito, ahora sayonara-, se metió las manos en los bolsillos de sus pantalones de tela negros y dejó que su largo abrigo se balanceara con un sensual movimiento mientras caminaba.

Ino quedó algo decepcionada pero aunque lo intentara tenía claro que un hombre como aquel le venía grande. Suspiró y llamó al camarero, conocido suyo.

-Iruka-san ponme un té por favor!-, el castaño desde lo lejos y secando un vaso de cristal le asintió sonriente.

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La puerta de un precioso apartamento fue abierta por Sasuke, varias cajas yacían por allí y los antiguos muebles se mostraban ante él. La verdad es que estaba adornada con gusto, algo personal pero acogedor. A primera vista, tantas cosas infantiles indicaban que su anterior propietario tendría un niño (XD).

Dejó las llaves en el mueble de la entrada y se dejó caer en el sillón, este ya era el tercer piso al que se mudaba en dos años.

-Maldita Sakura…-, gruñó entre dientes.

Apoyó la cabeza en el respaldar del asiento y cerró los ojos, intentando canalizar toda la furia que le recorría al pensar en ella. Suspiró como tantas veces hacía y los abrió dirigiéndolos al techo. De repente unos ojos azules y fieros cubiertos por algunas hebras doradas se clavaron en su retina. Los ensanchó y parpadeó un par de veces estupefacto. No había nadie!

-Kuso!-, gritó asustado y levantándose de un salto, -que demonios fue eso? El cansancio me hace ver alucinaciones, esto ya pasa de castaño oscuro-, palpaba su pecho agitado de una forma exagerada, -pero… esos ojos azules…-, sacudió su cabeza, -Bah tonterías, voy a la cocina-, y con pasos pesados se dirigió hasta ella, recogiendo un vaso del estante y llenándolo del grifo.

Lo que no sabía el Uchiha es que desde el salón, esos inmensos ojos azules lo escrutaban con furia, sin perder ni uno de sus movimientos.

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Bueno creo que hasta aquí lo dejo, lo primero es que actualmente tienen 25 años, muchos pero da igual XD, algunos ya sabréis que película es y me estaréis maldiciendo por estropearla, y lemon… no creo que sea posible en este fic XD, aunque quién sabe, puede dar muchas vueltas, y al final por lo menos dos tengo que escribir para quedarme tranquila XD. Espero que os guste, xao.