Love Live Sunshine!
YouRikoWeek
Disclaimer: Love Live! Pertenece a su creadora Sakurako Kimino y a ASCII media works junto con Sunrise.
NdelA: Salgo un rato de mi hiatus para dejar mi participación en la semana del YouRiko, organizada por los twitteros y que se llevará a cabo a lo largo de 7 días. Espero poder terminarlo y completar esta historia que irá relacionada a las diferentes palabras elegidas para cada día. En esta primera, tomé la de animales, viajando y un poco océano para narrar mi fic. Siempre he querido hacer una historia con You perrito y aprovechando la palabra es que la he hecho un perrito muy lindo y masoquista. Espero poder continuar mañana sin tanto contratiempo y sin que el desánimo me caiga de nuevo.
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Día 1: Animals
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—¡CHIKAAAAAAAAAAAA!
Un fuerte grito resonó por todo el lugar muy temprano esa mañana y sacó de golpe de sus sueños a una joven de cabellera naranja que de inmediato dio un saltó fuera de su cama.
—¡No puede ser! ¡¿Otra vez?! ¡Youuuuu! —corrió hasta la puerta de su balcón abriéndolo de pronto y un bulto gris entró con pánico colocándose detrás de ella huyendo del monstruo en el que se había convertido su vecina y amiga.
Chika apenas pudo agacharse para no recibir en la cara la pantufla que voló llena de furia por los aires directo a ella.
—¡Takami Chika! —una furibunda y jadeante Riko con la otra pantufla en mano la amenazaba desde el balcón de la casa de enfrente—. ¡Qué sea la última vez que tu perro se mete en mi casa y se atreve a dormir en mi cama!
—Vamos Riko-chan —trato de calmar a su enojada amiga—, You es inofensivo, él solo quiere estar contigo porque le agradas.
—¡Pero él a mí no! —le echó unos terribles y feroces ojos de fuego al perro que estaba detrás de Chika con las orejas y el rabo escondidos—. ¡No te quiero ver más en mi habitación!
—Pero Riko…
—Amarralo o algo o la próxima vez aventarles un zapato será lo mínimo —sentenció mirando al perro y a su dueña—. ¿Entendido?
You se ocultó detrás de Chika chillando y la chica bajó los brazos cansada. Esta escena se repetía por lo menos más de tres veces cada semana desde que Riko y su familia habían llegado a mudarse a la casa de la parte trasera del ryokan.
—Ahora devuélveme mi pantufla que ya es tarde y no llegaremos a tiempo a clases —le exigió malhumorada y Chika recogió la chancla para devolverla a su dueña.
Riko cerró con tal fuerza la ventana de su balcón que Chika creyó que se iba a romper el vidrio. Ya repuesta del susto matutino, se giró a buscar a You que estaba hecho bolita debajo de la mesita en medio de su habitación.
—¡¿Es en serio?! —recrimino a su perro que chilló más fuerte—. ¿Qué es esta obsesión con Riko-chan? Admito que es bonita cuando no está enojada —You asomó la cabeza por debajo de la mesa asintiendo y Chika le rascó las orejas—, pero tú la haces enojar demasiado.
You aulló triste y Chika lo acarició con más fuerza.
—Ya sabes que no le agradan los perros y tú sigues insistiendo en acercarte —le jaló una oreja—. No quiero quedarme sin perro, así que portate bien.
Chika obtuvo un ladrido de respuesta y dejó a You para disponerse a comenzar el día pues la hora ya apremiaba.
Casi cuarenta minutos después Chika estaba saliendo por la puerta principal con un pan en la boca corriendo para tratar de alcanzar a Riko que como siempre iba unos pasos por delante. You no perdió el tiempo y la siguió corriendo a la par. Era la rutina de la mañana.
Llegó hasta la parada del bus y Riko frunció el ceño al ver llegar a Chika con You jadeante que se detuvo yendo a echarse en el otro extremo y Riko quedó más tranquila.
—Creí que ibas a amarrarlo —dijo una molesta Riko.
—Se me olvidó, además ya sabes que no me gusta hacer eso —Chika se rascó la cabeza—. No es tan mal chico, deberías darle una oportunidad, todas las chicas de la escuela lo adoran.
Los labios de Riko se torcieron en una mueca de desagrado y volteó a mirar a You que levantó las orejas al sentirse observado y bostezo mostrando todos los dientes de su hocico.
—Son sus colmillos, ¿cómo sabes que no te morderá? —un escalofrío recorrió su espalda al imaginarse la sensación de carne siendo rasgada.
—You jamás haría algo como morder de mala fé, es un amor de perro, más bueno que el pan —señaló al animal—. Míralo tan lindo.
You comenzó a mover la cola entusiasmado y Riko se alejó un poco.
—Lo siento, no puedo —se levantó avanzando hacia donde el autobús estaba llegando para subirse en él.
Chika volteó a ver a su perro y se encogió de hombros a modo de disculpa y siguió a Riko al bus.
You se quedó en la parada y corrió tras el autobús ladrando mientras Chika le decía adiós desde la ventana.
Se cansó unas cuadras más adelante cuando el autobús tomó velocidad dejándolo atrás. Optó mejor en ir a dar una vuelta por el barrio. Tenía mucho tiempo por matar hasta el regreso de su dueña y su amiga. Así que fue al parque a jugar con los niños que pasarían por allí más tarde rumbo al preescolar.
Cómo había dicho Chika, You era muy popular entre las personas. Jugaba con los niños del preescolar un rato y luego cuando estos entraban a la escuela, él se iba a su siguiente parada, el mercado del muelle. Allí los pescadores y los tenderos le dejaban comer las sobras o algún que otro pescado que de buena fé le regalaban. A cambio You los dejaba acariciarlo y rascarle la panza.
Satisfecho su estómago regresaba a la playa cerca de casa y se zambullía en el mar persiguiendo a las gaviotas y revolcándose en la arena. A veces, si había turistas, se colaba en el ferry e iba hasta Awasima a visitar a sus otros amigos.
Kanan lo recibía y pasaban el rato en el agua o atendiendo clientes que You entretenía mientras Kanan preparaba sus equipos de buceo. Cuando el sol estaba bajando del cielo, se despedía con un ladrido y su recompensa de una porción de pescado seco y volvía al muelle donde tomaba el ferry de la tarde justo a tiempo para la llegada de Chika.
Sin embargo esa tarde al bajar del ferry y poner una pata en la playa otra vez, algo no le gusto. Un grupo de perros ajenos al barrio estaban merodeando en su territorio y eso no lo iba a permitir. Corrió hasta ellos para conocerlos y ver si eran amistosos o no y fue recibido con gruñidos y colmillos desnudos. You enseguida se puso a la defensiva y les mostró los dientes con ferocidad.
Los ladridos de los bravucones no se hicieron esperar y entre ambos se ladraron amenazantes. Uno de los perros, uno de pelaje oscuro, se fue sobre él y casi lo mordió sino fuera porque You era ágil. Un vecino que vio la escena llegó apresurado y avento una cubetada de agua para asustar a los perros y los foráneos salieron huyendo con You ladrandoles detrás.
El bus estaba llegando en ese preciso momento y Chika y Riko alcanzaron a ver a You ladrar y al vecino peleando con él.
—Ves como tengo razón —le recriminó Riko—. Son animales salvajes y en cualquier momento pueden atacar y morderte.
—No es así, sólo está cuidando su territorio —respondió cansada Chika—. ¡Hey You! —llamó al perro que al verla salió hacia ella y se abalanzó para lamerle la cara ante el espanto de Riko que salió huyendo hacia su casa.
Chika se rió de su amiga y su actitud y camino con You también hacia su casa después de pedirle perdón por las molestias a su vecino.
Una hora más tarde y con You durmiendo tranquilamente a los pies de Chika en la sala del ryokan, Riko apareció llevando sus libros y cuadernos para hacer la tarea con su amiga. You se emocionó enseguida y moviendo la cola hizo fiesta al ver a la chica.
—No pienso ayudarte con matemáticas sí eso está cerca mío —señaló a You que en un segundo bajó su intensidad y con su cara de regañado se fue a esconder detrás de Chika que reviró los ojos pero asintió.
—Lo siento chico, te quedas en el patio.
Cómo pudo agarró a You que se resistió y lo jaló hasta la entrada del ryokan y le puso la cadena en el collar para dejarlo anclado a su casita de perro que casi nunca utilizaba.
—Te recompensaré más tarde, lo prometo —junto sus manos disculpándose y dejó a You sollozando y con ojos de cachorro lloroso.
Un par de horas más tarde, You que dormía en el suelo se despertó alerta con las orejas en alto. Había algo que no le gustaba y se puso en guardia enseguida para ladrarle a lo que fuera que estaba perturbando su descanso apacible.
Escuchó voces venir del interior del ryokan y Chika con Riko cruzaron el umbral para, la primera, despedir a su amiga que regresaba a su casa. Chika se sentó en el portal y You espero sus manos de recompensa. Cosa que era una trampa para darle tiempo a Riko de llegar hasta la puerta sin que You saliera tras ella una vez le quitará la cadena.
Un día normal en el ryokan de la familia Takami.
Chika fue a tomar un baño y You se pegó a ella para recibir un baño también. Después de un día tan agitado, realmente el perro olía un poco mal. Se entretuvieron mirando videos de idols mientras Chika secaba el pelaje gris de You y se disponía a ir a la cama con su perro durmiendo a sus pies.
El ruido del aire pareció despertar a You a media noche que gruñó a la oscuridad. Chika se revolvió en su cama y calló a You que fue hasta la ventana que daba al balcón y rascó el cristal. Había algo afuera que lo tenía alterado. Intento salir abriendo la ventana pero Chika previendo que volviera a escapar, dejó el seguro puesto. You ladró y recibió un almohadazo sobre él. Chika no lo iba a dejar salir. Así que optó por ir a la puerta de la habitación y rascando en un rincón oculto, logro acceder a una rasgadura en la pared de había hecho con anterioridad y por donde escapaba cuando Chika se lo ponía difícil.
Bajó al primer piso y se encontró a Shima mirando la televisión en el lobby.
—¿De nuevo con la chica Sakurauchi? —lo pilló en su camino a la salida.
Con un simple ladrido le contestó y señaló con el hocico a la puerta.
—Solo ten cuidado, no queremos que salgas lastimado —You volvió a ladrar y salió fuera una vez Shima abrió la puerta principal.
Anduvo por la calle con los sentidos alertas y gruñendo a todo lo extraño que veía a su paso. Llegó hasta la casa de Riko y merodeo alrededor, al no encontrar nada y después de ladrar al gato rojo chismoso que le miraba desde una barda, regreso al patio del ryokan para trepar por un montón de cajas hasta el balcón de la habitación de Riko.
Como era de esperar, estaba cerrada la ventana. No le quedó más remedio que echarse en el piso, enroscarse debido al sereno y hacer guardia.
Casi amanecía cuando escucho el sonido de pisadas y al asomarse por el borde del balcón, vio a la manada de perros de la tarde anterior, tirar un bote de basura. You les ladró enojado despertando a Riko en el proceso. Fue tras los perros antes de que Riko saliera a correrlo y haciendo alarde de bravuconería los asustó persiguiendolos hasta la otra calle.
Resopló molesto y orinó el poste de la esquina de la calle y estaba por darse la vuelta para regresar a la casa Sakurauchi, cuando un chorro de agua fría le cayó encima.
Chilló todo mojado hasta la cola. Riko se había levantado enfadada y con el solo propósito de darle una lección al perro que había estado afuera de su habitación casi toda la noche.
—¡Mira el desastre que haz hecho! —con su mano señaló los botes de basura tirados y despedazados en la calle.
You aulló triste tratando de defenderse agachando las orejas pero siendo un perro no podía hacerse entender con Riko.
—No quiero verte otra vez en mi casa perro malo.
Riko se dió la vuelta enojada y You se quedó mojado y con sus ánimos en el suelo.
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