Ordinary World (Duran Duran)
¿Saben que se siente cuando el sentimiento más humano como el arrepentimiento choca de frente contra ustedes? ¿Saben que es sentir de repente un agujero en el medio del pecho que nunca habías sentido, incluso a pesar de haber vivido una pérdida más que dolorosa?
Rachel Berry estaba desayunando como cada mañana en su pent-house de Nueva York, ese día no tenía nada que hacer de su vida más que disfrutar de su tranquilidad, tal vez y si le daba ganas saldría a pasear por su amado Central Park, incluso si estaba de buen humor pasaría a visitar a su pareja favorita los Klein, no es que Rachel no estuviera cada día de su vida de buen humor, pero ciertamente necesitaba paz. Algo que esa mañana no encontraría.
Estaba untando un bagel completamente vegano con una crema amarilla que sinceramente ni ella sabía que era pero sin duda no llevaba ni queso, ni huevo. Con una fuente repleta de uvas verdes o blancas todo depende de qué lado del mundo estén leyendo y su infaltable cappuccino que ella misma se preparaba. Hasta ese momento todo estaba normal, las noticias del tiempo en la pantalla de su televisor, el New York Times como siempre en la mesa esperando ser leído y su móvil a su derecha.
Rachel Berry estaba de vacaciones, el tour de su álbum había dado fin hacía escasos días y después de unas cuantas entrevista , dejó claro que lo que más necesitaba a sus 25 años era tomarse un tiempo para ella, para cuidarse y mimarse. No se quejaba, pero su "éxito" fue sin escala, sin descanso, sin contemplaciones y lo disfruto por supuesto que sí, a pesar del sufrimiento que pasó con la pérdida de su esposo Finn Hudson.
No llevaban ni siquiera un año de casados cuando la llamaron del ejercito para darle la peor noticia que una mujer, una esposa podría recibir, el amor de su vida, su compañero, la persona que estaba día a día a su lado la abandonaba sin reparos, la dejaba sola en un mundo que para Rachel sin Finn no valía la pena estar.
Estaba en plena obra musical cuando pasó y lo único que supo hacer en ese momento fue concentrarse en su carrera, iba de su casa al teatro, incluso había dejado de asistir a clases para evitar tener algún contacto social, los amigos que más cerca tenía, Kurt y Santana (a pesar de que con esta última era más tires que aflojas) supieron darle su espacio, o simplemente aceptar sus silencios.
Por las noches Rachel lloraba mares, por las mañanas realizaba un detallado proceso de maquillado para sacar cada señal de que la noche anterior se había quedado dormida nuevamente llorando.
Pensó en tomar antidepresivos, pero eso no era algo que ella haría realmente, no sería Rachel Berry si dependiera de una pastilla para pasar por la pérdida tal vez más dolorosa que alguna vez había vivido.
Ya habían pasado 5 años, dónde el recuerdo sólo era parte del pasado, dicen la vida te da y te quita, ella aprendió que lo que la vida le daba era el talento que le salía a borbotones, pero que sin duda le había quitado el amor.
"una cosa compensa la otra" se repetía constantemente.
Su amor eran sus fans, su amor era cada uno de esos aplausos y ovaciones que recibía al terminar cada show y eso para Rachel Berry era más que suficiente.
Pero esa mañana de abril, con una lluviosa primavera fuera de su hogar y con el New York Times en sus manos, una mirada, una leve sonrisa, y muchos perros hicieron que su corazón se estrujara de arrepentimiento. ¿Por qué? Bueno simple, ella se casó mientras su "mejor" amiga tenía un accidente, ella le decía "Sí" a Finn Hudson a la vez que Quinn Fabray estaba siendo atropellada por un camión tratando de llegar al casamiento de ella.
Y lo peor no era eso, lo peor fue que cuando Quinn Fabray despertó su memoria se había desvanecido, como si alguien se hubiese tomado el trabajo de dejarla completamente en blanco, no existía el Glee Club, no existía tal graduación, ni muchos menos nacionales a la que asistir, Quinn Fabray estaba en cero, y si bien cada miembro del club, incluido sus propios padres se encargaron de decirle que ella no tenía la culpa de lo que le había pasado a Quinn, su remordimiento era más grande.
Y los días que le quedaban en Lima se dedicó a estar al lado de la rubia, le cantó cientos de canciones, tal vez y recordaría por lo menos que tipo de música le gustaba. Pero nada pasaba. Quinn estaba en blanco.
Una vez que llegó a Nueva York, se encargó de llamar periódicamente a Judy Fabray para ver cómo iba la recuperación de Quinn y siempre era lo mismo, "ella no recuerda nada" al tiempo el número de la casa de las Fabray dejó de comunicar y Rachel perdió el contacto por completo con la rubia.
Pero ahí estaba, esa mirada de seguridad enfrente de ella, con ese típico gesto que no era una sonrisa, si no un muy claro gesto de superioridad dibujado en su rostro. Quinn Fabray estaba delante de sus ojos, con una extensa entrevista que decía "la soltera más codiciada de Ohio, no sólo triunfa como una de las más sólidas empresarias manzaneras del estado si no que también es dueña de la más prestigiosa línea de perros de muestra, sus Pointers son los más buscados por cada aficionado a la caza, Quinn Fabray y sus elites de perros nos muestran como esta simple mujer de 25 años mezcla trabajo y su pasión por los animales sin descuidar ninguna de las dos cosas"
-Sorprendente- susurró Rachel que no podía dejar de ver como una docena de perros blancos, negros, blancos y chocolates rodeaban a su dueña y "sorprendentemente" tenían la misma seriedad en sus rostros que ella, no parecían perros de caza, pero que sabía Rachel Berry sobre perros? Lo que yo sé sobre tenis, absolutamente nada.
Entonces el remordimiento, junto con el arrepentimiento asaltaban el menudo cuerpo de la morena, Quinn era su amiga y ella no había sabido cómo cuidarla, en realidad tampoco había hecho mucho para buscarla, a pesar de que sus días en el instituto no fueron suficientemente buenos como a ella le hubiese gustado. Por otro lado era consciente de la reticencia que tenía la rubia con respecto a que se casara con Finn, porque más de una vez se lo había hecho saber, pero Rachel, ella estaba ciega, estaba necesitada de amor y Finn era ese amor que ella necesitaba en ese momento, porqué Rachel Berry no conocía otro amor que el que él supo darle.
Si tan sólo hubiese visto más allá…
Después de que terminara de desayunar agarró su tablet dispuesta a buscar cada información que hubiera sobre Quinn Fabray, cada cosa sería de gran utilidad para enterarse que fue de la vida de la rubia en esos años de ausencia.
Y para aumentar su sorpresa al terminar de escribir Lucy Quinn Fabray, una interminable lista de artículos, fotos y una página que decía "Fabray inc" adornado con dos manzanas y otra bajo el nombre "Los Pointers de Quinn" (cursi pensó) aparecían delante de sus ojos.
-Como demonios nunca se me ocurrió hacer esto- se reprochó mentalmente.
-Porque eres idiota- esto era algo que Rachel hacía con frecuencia, hablar con ella misma era una especie de "terapia" liberadora.
-Oh cállate que a ti tampoco se te ocurrió-
-Tenía otras cosas de que preocuparme… por ejemplo mis fans, en cambio tú-
-En cambio yo qué? Yo brindaba mi talento-
-Es mio también, así que… y ahora que haremos?-
-¿Cómo que haremos?-
-Has anotado el número de la empresa-
-Yo no… yo no lo sé-
-Llama… pregunta por Quinn y concierta una cita-
-Y cómo crees que voy hacer eso? Para que quiero una cita con ella?-
-No sé yo sólo doy ideas tú llévalas a cabo-
-No pienso llamar, no tengo la menor idea, mira y si al decir mi nombre me cortan?-
-O se ríen de ti-
-Porque se reirían de mi?-
-Oh vamos Rachel… eres Rachel Berry para que querrías manzanas?-
-Igualmente no pienso llamar-
-Habrá recuperado la memoria?-
Eso era realmente lo que más le interesaba sobre Quinn y en internet no había nada sobre la pérdida de la memoria de la rubia, la habría recuperado? O habría empezado de cero? Habría seguido como la dejó hacía ya 6 años creando toda su vida de nuevo, se habría olvidado de Beth? Y así preguntas tras preguntas se empezaron a amontonar dentro de Rachel, mientras su incertidumbre era cada vez más grande.
Rachel Berry tenía dos meses de vacaciones, dos meses para descansar del foco público, dos meses que expresamente le había pedido a su representante para alejarse de todo. Y pensaba utilizar esos dos meses para recuperar la amistad con Quinn Fabray.
-Y si no quiere vernos?-
-Cállate si recupero la memoria querrá vernos y si no, tendremos que aprender sobre perros-
Lo tenía claro, una vez visto cada página que tenía delante de ella, y llegar a la conclusión de que Quinn Fabray amaba a sus perros, sabía que si la rubia no había recuperado su memoria ese sería un buen punto para poder acercarse.
-Michael cómo estás?- Rachel llamaba a su representante a pesar de todo lo que había dicho días antes.
-Rachel? Está todo bien?-saludo algo desconcertado ante la llamado de la morena.
-Sí, necesito un favor inmenso… búscame una casa en Logan County, precisamente en Indian lake, y si no es mucho pedir con vistas al lago- y sin más explicación corto la llamada, esa era tal vez la parte fácil de su plan, internet tal vez no le daba toda la información que realmente necesitaba, pero la pagina de Quinn tenía prácticamente todo sus datos para que cualquier comprador interesado pudiera contactarse con ella.
El resto ya vería como lo solucionaría, primero necesitaba un lugar donde vivir, y luego se convertiría en la acosadora de Quinn Fabray, bueno no tan así, al fin y al cabo Rachel Berry era actriz y era una muy buena, ya se encargaría de idear el resto del plan.
-Quinnie, cielo- llamaba a los gritos Judy a una Quinn que en ese momento vestía un short negro y una sudadera gris mientras limpiaba las perreras de sus amados perros. -Quinn!- volvió a intentar, hasta que vio como la mano de su hija se agitaba en el aire dándole a entender que siguiera hablando. -Beth está llegando, deja que Alexander termine con eso-
Beth… Bethany Corcoran era la única persona capaz de sacar a Quinn de sus perreras, nadie más, ni la lluvia, ni una gripe, sólo su hija, que la visitaba un fin de semana al mes. Un trato que al principio Shelby no estaba muy convencida pero con el suceder del tiempo, la maduración que mostraba Quinn y lo leal que había demostrado ser, estaba más que encantada con llevarlo a cabo.
Después de tantos años de realizar la misma rutina, Shelby estaba más que segura que si las cosas hubiesen pasado de otra manera Quinn hubiese sido una excelente madre, una madre a tiempo completo.
-En cuanto llega?-pregunto llegando a la puerta trasera de su casa.
-Shelby dijo que en 10 minutos- respondió viendo como su hija corría a su habitación para meterse a la ducha y estar presentable para su hija.
El condado de Logan County estaba ubicado al sur de Lima, y una de esas pequeñas ciudades que lo constituían era Indian Lake, una pequeña comunidad alrededor un enorme lago,y el hogar de la rubia se encontraba a escasos metros del mencionado. Con la floreciente primavera el calor se empezaba a sentir en la piel. Sin embargo, con el lago en frente a tan solo unos metros el calor era un mero trámite para Quinn Fabray que sencillamente odiaba el verano y todas las consecuencias que atraía con él.
-Cuando le diga que Bella entre hoy o mañana va tener a sus cachorritos va pegar el grito en el cielo… ya me la imagino-Judy escuchaba la alegría en la voz de su hija, cada vez que Beth llegada de visita era lo mismo, pero sin duda el clima en Indian Lake era el complemento perfecto para que ese fin de semana, madre e hija se divirtieran sin límites.
Beth amaba a cada animal que se le cruzaba en su camino, y junto con Quinn pasaban horas jugando, alimentando, limpiando a sus perros, porque cada pointer que se encontraba ahí no solo eran de la rubia si no que pertenecían a su hija también.
En la visita anterior lo último que habían hecho era sacar cuentas de cuando Bella, la pointer blanca con marrón de estilo europeo daría a luz a su nueva camada de perros, el periodo de concepción tenía una duración exacta de 60 días, bueno si a veces se podía adelantar o retrasar pero escasa vez pasaba, y Bella era un relojito, en el día 59 ya mostraba los signos típicos de fatiga y al día 60 desde temprano comenzaba a dar a luz a un cachorrito cada 30 minutos. Algo que Beth encontraba fascinante.
-Que día es hoy?- pregunto judy haciendo referencia al día de preñes de Bella.
-59- grito Quinn que se estaba secando el pelo.
Cuando Quinn salió del cuarto de baño ya vestida con un ligero vestido color amarillo, el preferido de su hija, y lo primero que vio fue como su madre sonreía tiernamente.
-De que te ríes?-quiso saber mientras buscaba un saquito que cubriera sus hombros y combinara con el vestido.
-Ponte el verde clarito, resalta tus ojos- respondió Judy mientras abandonaba la habitación de su hija.
Amaba ver como Quinn con el paso de los años y a pesar de todos los errores, los "problemas" y los obstáculos y las verdades se convertía en una mujer hecha y derecha.
Un día cualquiera Quinn llegó a su casa de Lima con una noticia para su madre, algo que realmente no esperaba, con la mirada apenada tratando de buscar las palabras justas que producto de la amnesia a veces escasean murmuro "compre una finca… con manzanas" cómo lo había hecho? Simple, el neurólogo que la trataba la recomendó para que trabajara en el hospital de Lima con niños del área de pediatría, de ese modo la ayudarían a retomar el contacto con la sociedad y encima le pagarían, por otro lado Russell se encargaba de pasarle una manutención por mes, todo eso lo junto y compro una finca, llena de árboles secos de manzanas, sí era un desastre esa finca pero era algo que Quinn Fabray quería hacer y sacar adelante por ella misma.
Se instruyo en todo lo referido al cuidado de tierras, fertilizadores, vitaminas que el suelo necesitaba junto con los árboles, eso y mucha paciencia y trabajo duro, después de un año los primeros frutos (literal) se empezaron a ver.
-Y ahora que hago con tantas manzanas?-
-Véndelas- Si ella también hablaba con ella misma, la ayudaba a ver dos puntos distintos de una situación sin necesitar preguntar a terceros y de ese modo calmaba su ansiedad.
-Necesitamos leer sobre como comercializar manzanas-
-No lo deberíamos haber hecho antes?-
-Tal vez… pero estaba tratando de recordar cómo escribir una oración con sentido-
-Vale no te culpo, sé lo difícil que es-
Y así gracias a la magia de internet y dos cursos intensivos de marketing y publicidad para tontos Quinn Fabray tenía monopolizada cada tienda, mercadillo y supermercado que vendiera frutas con sus manzanas. Deliciosas manzanas rojas, dulces y jugosas que a primera vista eran una tentación.
Judy estuvo a su lado, en cada paso y error, en cada decisión. La vio crecer y convertirse en toda una mujer y se sentía orgullosa de su hija, se sentía orgullosa de que Quinn nunca bajara los brazos.
Ahí en el porche de una inmensa casa blanca de clásico estilo americano, con dos platas y ventanas de color negro se encontraban a la espera del mercedez de color gris que pertenecía a Shelby.
El auto todavía no había llegado al camino de tierra que daba al frente de la puerta de las Fabray que una pequeña cabecita rubia que por suerte tenía la nariz de Puck y los ojos de Quinn se asomaba por la ventana gritando desesperada.
-Es el día 59, es el día 59-y Quinn no pudo evitar que una sonrisa enorme se le dibujara en el rostro.
Era viernes 10 de abril, de una primavera cualquiera donde madre e hija se disponían a pasar un fin de semana juntas, seguramente cuidando un mínimo de 6 nuevos y pegajosos integrantes perrunos.
Mientras que en el extremo oeste del país una morena caminaba sin cesar por su apartamento mientras repasaba punto por punto una lista de ítems que tendría que llevar a cabo para poder empezar con su plan.
Rachel Berry iría en busca de su amiga…
Quinn Fabray ajena a cualquier plan, solo quería disfrutar de su hija…
Y un día volví...
Que tal? voy aclarar algo delicado...
Es humor si? lo digo por lo de Finn, necesitaba un argumento y fue el único que me cerró, no lo vean como una falta de respeto, porque no lo es.
Y? como soy malisima con los títulos para los capítulos, cada uno va tener el nombre de una canción, escribo con música por lo tanto, me pareció una buena idea, trataré en lo posible de que la canción pegue con lo escrito, pero es solo un acompañamiento.
Con respecto a la actualización, dependerá de... ustedes! puede ir lento o constante...
Nos estamos leyendo.
jasgronn
#FeelAgainfic
