Aclaraciones: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, son de la maravillosa mente de Rumiko Takahashi.
"Con un poco de valor yo podría tu mano tomar"
Eternas noches de luna nueva
Capítulo 1: El despertar
Era un día con un agradable clima, el sol calentaba lo justo y una brisa marina refrescaba el ambiente, el mar se movía calmadamente reventando con pequeñas olas al llegar a la orilla, si, un perfecto día. Sin embargo, por algún motivo un Hanyou estaba especialmente malhumorado, y ese mal humor estaba comenzando a fastidiar a Kagome, quien mantenía una lucha mental por no explotar y decir una palabra malvada que lo tiraría directo al suelo.
- ¿Se puede saber que pasa contigo? -Le dijo bastante irritada cuando lo vio golpear por quinta vez a Shippo en la cabeza.
-Keh, él me quitó mi papa con sabor a ramen-Respondió InuYasha mientras se echaba a la boca un puño de papas masticando ruidosamente, con un Shippo quejándose sonoramente a su lado intentando arrebatarle el embace.
-InuYasha, acá hay diez más, deja de molestar a Shippo-Advirtió, entregándole al pequeño zorrito uno solo para él. Shippo le saco la lengua y se sentó al lado de Kagome protegiéndose del ambarino.
Sango y Miroku observaban la escena con temor a decir algo que pudiera generar el caos, sabían que en cualquier momento Kagome o InuYasha estallarían, eso significaría una joven del futuro volviendo a su casa, y un Hanyou refunfuñando por al menos tres días antes de dignarse a irla a buscar.
-Tonta-Se cruzó de brazos volteando su rostro a cualquier lado menos a Kagome.
- ¿Qué me dijiste? -Chilló-Comienzo a creer que aún sigues molesto porque el joven Kouga vino a verme y me dio estas lindas flores-InuYasha dio un respingo que no paso inadvertido para Kagome-Así que era por eso-Le señaló acusadoramente.
-Yo creo que quizás le molesta más que te haya besado la frente-Dijo Shippo distraídamente abriendo el envoltorio de su nueva paleta favorita. InuYasha le dio una mirada aniquiladora a Shippo que lo hizo esconderse tras Kagome.
- ¡Cállate…a mí no me importa lo que tú y ese lobo sarnoso hagan! -Le gritó apretando los puños bajo sus mangas.
-Em, señorita Kagome-Trató de intervenir Miroku amigablemente al ver el rostro indignado de la joven.
- ¡QUÉ!
-Usted sabe que InuYasha nunca es sincero con sus sentimientos-Intento comenzar, pero fue interrumpido cuando el Hanyou lo agarró por los hombres.
- ¡Oye Miroku y a ti quien te dijo que podías meterte!
Uno, dos, tres, Kagome se levantó de su puesto respirando hondo para decir su maravillosa y cariñosa palabra.
- ¡ABAJO! -Fue su gran grito que por unos instantes opaco el sonido del océano.
Miroku había visto el movimiento de Kagome, logrando zafarse de las garras de InuYasha justo antes de que este visitara la arena gratuitamente.
-Ah, que tonto-Suspiró Sango moviendo la cabeza, acariciando a Kirara quien permanecía tranquila en sus piernas.
-Los tontos siempre serán tontos-Dijo Shippo con una expresión plana.
-Te escuché Shippo, espera que me levante-Rugió furioso tragando arena.
- ¿Así? -Kagome enarcó la ceja- ¡Abajo, abajo, abajoooo!
Posiblemente, los quejidos de InuYasha se escucharán a kilómetros de distancia.
Kagome se hincó a su lado con una expresión dolida, InuYasha notó eso y comenzó a sentir un maldito malestar en el estómago.
-Ojalá confiaras en mi tanto como yo confió en ti, InuYasha-Arrastró su nombre con pesadez, Kagome se levantó y comenzó a caminar hacia el bosque.
- ¡A dónde crees que vas! -Le gritó tratando de incorporarse.
- ¡Déjame en paz! -Le dio una última mirada por sobre su hombro entre enfadada y dolida antes de perderse de su vista.
-Tonta Kagome, no te pienso ir a buscar-Dijo cruzándose de brazos mirando el mar con el ceño fruncido.
- ¿Qué hacemos? -Le susurro lo más bajito que pudo Sango a Miroku.
-Esperemos, él no soporta perder de vista a la Señorita Kagome-Se encogió de hombros manteniendo una calmada expresión.
- ¡Te puedo escuchar Miroku! -Gruñó InuYasha-Ni te creas que iré, coquetear con Kouga en mi presencia, aceptar esas feas flores y que ese maldito le diera ese beso en la frente, qué se cree…
-No es muy diferente a lo que tú hacías con Kikyou-Le interrumpió Shippo enojado desde su lugar seguro detrás de Miroku.
InuYasha se volteó bruscamente a responderle algo, pero no encontró nada con que refutar su comentario asique solo dijo un "Keh" muy indignado. Kikyou ya había muerto hace más de medio año en una de las batallas con Naraku…
-Ahhh…-Suspiraron Sango, Miroku y Shippo al unísono esperando que su amigo celoso pronto dejara su orgullo y fuese a buscar a Kagome.
Por supuesto, no era que Kagome hubiese aceptado ese beso, ella estaba sosteniendo las flores que le había dado Kouga, se sentía agradecida de su gesto, cuando el joven rápidamente antes de marcharse volteo velozmente besando su frente para irse diciendo un "Cuídate Kagome". Dejando ante él a un InuYasha que quedó boca abierta mirando la escena. Sin embargo, el hanyou no exploto en ese momento, posiblemente se encontraba en shock asimilando que ese lobo había logrado ser más valiente que lo que era él en cuanto a cómo acercarse a Kagome.
Quizás InuYasha estaba más enojado consigo mismo que con ese estúpido lobo por haberse adelantado en hacer ese movimiento.
Él tantas veces había deseado hacer algo así, pero su orgullo y timidez le impedían poder mostrar su afecto por la jovencita como él realmente quería.
Si, InuYasha sabía que estaba sumamente celoso, pero también estaba enojado consigo por no poder ser más directo con Kagome, ahora ella creía que no le tenía confianza y se había ido disgustada quizás a dónde, ya no podía sentir su aroma cerca.
Entonces él reaccionó… ¿Cuánto tiempo llevaba sumido en sus pensamientos?, miro a su alrededor y notó que el sol había avanzado bastante en el cielo, sus amigos se habían apartado de su lado, se encontraban metros más allá de la playa jugando con una pelota que había traído Kagome de su época.
Se aseguró que no lo estuvieran viendo y de un rápido movimiento se perdió en el bosque siguiendo su rastro.
Esa niña estúpida, cómo se iba preocupándolo así.
-Al fin-Exclamó aliviada Sango.
-Esta vez realmente se demoró más en actuar-Movió su cabeza Miroku desaprobatoriamente.
-Espero vuelva aquí con Kagome sonriendo-Shippo dijo antes de patear la pelota que rebotó en la cabeza de Miroku-Ups.
-Mmm…-Miroku ignoró esa pelota, observó el cielo con agudeza-Hoy día… habrá luna nueva.
.
.
.
¿Cuánto tiempo llevaba caminando? No lo sabía.
¿Cuánto tiempo llevaba intentando recordar el camino por el que había llegado hasta ahí? Tampoco lo sabía.
Kagome suspiró frustrada.
Esa mañana había comenzado tan amena, un agradable día, InuYasha había accedido que armaran un picnic en la playa ya que se encontraban cerca, pero de un momento a otro el desastre se había hecho presente, y todo porque él no confiaba en ella.
Kagome sintió sus pies adoloridos por lo que decidió buscar un lugar en el cual sentarse que no fuera el suelo, avanzando se encontró con una roca perfectamente redonda de un gris oscuro con unos extraños signos escritos. Ella miró la roca dudosa de si fuese un buen lugar para acomodar su trasero, después de unos segundos decidió que no le importaba, sus pies necesitaban un descanso urgentemente asique se sentó con calma.
-Si tan solo fueras más sincero…-Murmuró para si observando el suelo con un dejo de tristeza, apoyó las palmas de sus manos en la roca acomodándose mejor cuando algo cambió.
Inesperadamente la roca se hundió y Kagome fue tragada por la tierra sin siquiera alcanzar a gritar. Ella cayó duro en el suelo, tardó unos instantes en ser capaz de incorporarse, solo una leve luz alcanzaba a llegar desde el agujero por el que había caído.
Entonces se dio cuenta que la roca levitaba delante suyo resplandeciendo.
-Una sacerdotisa me ha despertado-Escuchó una voz que no podía ver de quien provenía-Muy amable de tu parte.
- ¿Quién eres? -Dijo Kagome intentando que su voz saliera segura, no podía ver bien en esa oscuridad.
-Soy Nekogu-Una figura translucida apareció frente a ella, era de apariencia un hombre de dos metros, su cabello era rubio oscuro y caía casi hasta sus pies, sobre su cabeza unas orejas de gato se asomaban, su piel morena y sus ojos eran violetas, vestía con un antiguo traje de Lord, pudo observar que una cola se mecía de un lado a otro tras él.
El sujeto que parecía un fantasma olfateó el aire cambiando su expresión a una molesta.
-Oye sacerdotisa ¿Por qué hueles a los malditos perros demonios?
Kagome tragó duro advirtiendo que escapar de ahí sin su arco iba a ser difícil.
InuYasha, pensó angustiada, sin saber cómo iba a lograr salir de ahí.
Continuará…
¡Hola! Después de dos años sin hacer una historia más larga, he decidido hacer este fanfics, el cual espero puedan acompañarme capítulo a capítulo para ser parte de como se ira resolviendo la trama.
Aclaro que la historia se encuentra ubicada cuando están buscando los fragmentos y luchando contra Naraku.
Para este año 2019 me propuse a estar más activa nuevamente en fanfiction, asiqué estén atentas/os a mis publicaciones.
Desde ya, muchísimas gracias por leer y espero sus comentarios para saber que les va pareciendo la historia.
Muchas gracias
Un abrazo
