Orgulloso de amar

Por Nochedeinvierno13


Disclaimer: Todo el universo de Canción de Hielo y Fuego es propiedad de George R. R Martin.

Este fic participa del Reto #43: "Festejando la diversidad" del Foro "Alas Negras, Palabras Negras".


I

Niños del verano

Eran dos niños del verano con sendas sonrisas pintadas en sus rostros. Esas sonrisas que solamente pueden llevar los niños que nacen bajo la protección de la estela dorada, e ignoran las amarguras pasadas.

Uno de ellos venía de tierras lejanas, trayendo en sus hombros las primaveras guardadas y en su corazón una pizca de nostalgia. Extrañaba su hogar como todo niño de verano que es separado de su familia y enviado a un extraño lugar. Aquel rugía por las noches con sus feroces tormentas, sombras esquivas proyectaba y sus penas aumentaba. Él siempre pensativo, lanzaba un suspiro y atraía la atención del otro niño.

Éste tan apuesto y gallardo era que pronto se convertiría en todo un caballero. Le gustaba alardear desfilando y también desafiando. Al maestre Creseen muchos problemas daba, y a cambio una mirada subyacente entregaba. Esto le causaba gracia al niño que de las tierras verdes venía, y mediante conversaciones pronto se conocían.

Caballos cabalgaron, espadas esgrimieron y sueños construyeron. Primero una sólida amistad; luego fue algo más. En un abrir y cerrar de ojos, los sentimientos aparecieron, de repente y no perecieron. Con el pasar de los días, más fuertes se hacían y no desaparecían. Extraños ambos se sentían cuando se dieron cuenta cómo se percibían.

Besos robados entre oscuros salones, besos prohibidos de hondas pasiones, besos prohibidos que desataban muchas emociones. Emociones que asustaban al fin y al cabo, pero que no doblegaban. Pronto el lecho compartían y juntos se descubrían; solamente uno serían.

Cómo tocar, cómo sentir aprendieron, lentamente y sin desvelo. Los niños del verano se sumergieron en un mar atrayente, de seda y cuerpos calientes. Entregaron la piel y el corazón en una noche de pasión. Ellos eran dos niños del verano con el sol en las pupilas. Oro fundido contra azul del cielo, ¡qué paisaje tan bello! La dulzura que destilaban sus miradas, te conmovía el alma. Los niños de verano no jugaban con la lujuria, sino con los sentimientos que tanto perduran.

Los grandes señores su juego de tronos jugaban; y ellos en secreto se amaban. La guerra desfilaba a su alrededor sin cesar, pero los niños del verano persistían en su juego de amor, donde ganar significaba amar. ¡Cuánto amor esa pareja guardaba! Un amor incorrecto que los dioses no daban su visto bueno. Con malos ojos los veían pero a pesar de todo, ellos persistían.

Se juraban seguirse por el largo sendero de la vida y volver por si se perdían, pues el otro niño siempre lo estaría esperando en el lecho reservado. Pero una noche oscura, el niño del verano se perdió y no volvió. El otro niño lloró y lloró, pero la herida no sanó. Tan desesperado estaba por encontrar a su amor que se convirtió en un vengador. Juró vengarlo y a la tumba lo acompañó.

¡Qué triste historia de amor!

¿Te hace llorar? Créeme, ellos lloraron más.