No matarás.
Resumen: No mataras… según dicen es pecado, pero ¿Aun si eso significa salvar a quien amas?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Draco estaba en la línea enemiga.
Harry sabía que lo hacía por él, que lo hacía para poder apartarlo de la miraba de los mortífagos y tentar a Voldemort a que sólo lo atacara a él.
No quería fallar. Sólo tenía que enfrentarse a ese tipo, terminar finalmente con la batalla de Voldemort y que los mortífagos se vieran sin su mayor ídolo, que cayeran uno por uno.
Vio como uno de los ataques de Voldemort le rozaban y lo pudo esquivar de manera ágil.
Escuchó como el maldito demente se reía y una corriente eléctrica le recorrió.
-¿De verdad creíste que podían engañarme, Potter? -la vos serpentina de Voldemort le causo asco- ¿Creíste que tu pequeño príncipe se libraría de su castigo?
Harry se giró rápidamente y vio como Draco se retorcía en el suelo al ser victima del ataque del Lord.
-¡Déjalo en paz! -su voz retumbó en medio de la batalla y logró llamar la atención de todos.
Ahora, los mortífagos, Aurores, miembros de la Orden, todos estaban atentos a ellos tres, cada uno con diferentes grados de aprensión.
-Potter, Potter, Potter -le dijo burlándose- Ese mocoso me traicionó ¿No creerías que le dejaría con vida, verdad?
Harry se aterró. Ver a Draco en el suelo, retorciéndose por la maldición del demente que tenía a un lado.
Su odio por Voldemort era demasiado. Su amor por Draco es infinito.
El rayo verde salió de la punta de su varita y el Lord oscuro más temido de la historia no pudo hacer nada al respecto.
No le importó nada más. Corrió al encuentro de su amante que seguía en el suelo.
-Draco.
Su llamado salió agónico, pero obtuvo resultados positivos, al ver los hermosos posos de plata abrirse a su clamor.
-Lo mataste -le dijo a penas.
-Si -le sujetó y vio como alrededor, como uno a uno iban cayendo los seguidores del mal- Y no surgirá.
Quizás el peso de la guerra era demasiado, pero tenía a su dragón al lado y eso era lo único que necesitaba.
.-Fin-.
