Saludos y bienvenue… Esto no es el extraño mundo ni nada tan genial, pero hoy decidí fastidiarlos un poco con este pequeño prólogo, espero se les antoje pasearse por los párrafos y decidan acompañarme a descubrir juntos lo que esta historia tiene para ofrecer… Sin más que decir, disfruten.


Prologo: Un sueño…

¿Saben?… Toda mi vida siempre quise ser policía… Cuando era una niñita y la maestra preguntaba. ¿Qué queríamos ser de grandes? Yo siempre era la primera en levantar la mano, sacar mi pecho, empoderarme y decir muy orgullosa, "Una policía" del mismo modo en mi hogar cuando por cualquier razón surgía la misma pregunta o una similar, mi respuesta nunca varió. "Una policía" Eso era todo lo que yo quería ser, mis compañeros de clases, así como mis demás hermanos que por esa fechas apenas alcanzábamos el centenar, todos tenían sueños muy variados, desde ser bomberos hasta ser astronautas, incluso había varios de ellos que decían querer ser policías al igual que yo.

Por esos tiempos los ojos de todos estaban cubiertos de sueños, ilusiones que todos esperábamos alcanzar algún día, para los que querían ser bomberos o policías, la ilusión general era que querían ser héroes, como los de la televisión, ellos querían salvar al mundo de algún malvado villano y quedarse con la chica al final, y si, digo la chica porque los que soñaban con esas profesiones todos eran niños, yo era la única niñita rara que soñaba con hacer del mundo un lugar mejor, mis hermanas y amigas tenían los típicos sueños de ser princesa, casarse con el príncipe galán que las convertiría en reinas y pasar el resto de sus vidas llenas de lujos y felicidad, cual típico cuento de hadas.

En un principio nuestros padre y profesores nos alentaban a soñar, nos decían que por supuesto lo lograríamos que eso mismo seriamos una vez alcanzáramos la edad suficiente, nos compraban regalos o disfraces que aludieran a nuestros sueños en las distintas festividades que dieran a lugar, todo muy normal, con el tiempo pude notar un "extraño suceso" que en ese entonces no comprendí pero que fue repitiéndose de manera constante y sistemática a mi alrededor, uno a uno, los sueños de todos, mis amigos, mis hermanas y hermanos, todos sin excepción fueron apagándose cual velas expuestas a una brisa suave.

No era como que de un día para otro todo lo que habían soñado o dicho que harían se les olvidaba ni nada por el estilo, era algo más bien sutil y gradual, empezaban con ir cambiando sus sueños por otros que según ellos eran más "realistas" o "fáciles", finalmente con el pasar del tiempo se olvidaban por completo de lo que alguna vez dijeron que serian y sus sueños pasaron de ser una gran ciudad llena de todo tipo de rascacielos y posibilidades, a no ser más que una simple copia de nuestra granja pues se habían resignado a seguir haciendo lo que siempre habían hecho, ayudar con la granja y seguir los pasos de nuestros padres.

No me malentiendan, ser granjero, es tan bueno e importante para el mundo como ser policía, ese no era el problema, el problema real era que eso nunca fue parte de sus metas en un principio pero por algún motivo se estaba volviendo en la meta de todos mis hermanos y hermanas mientras estos iban creciendo, con mis compañeros de clase pasaban situaciones similares, muchos cambiaron sus sueños a algo más acorde a las profesiones que estaban disponibles en la comunidad o de plano iban a continuar con el negocio familiar.

Llego el día en que tuve mi primer "toque" por así llamarlo, era la feria del condado, todos estábamos emocionados, mi familia podría hacer alarde de las geniales cosechas que habían tenido ese año y mi clase tenía una presentación teatral, yo me las arregle para digamos "venderles" a todos mi idea de hacer una presentación sobre Zootopia, la mágica ciudad donde todo el mundo puede ser lo que quería ser, la ciudad de ensueño donde todos podíamos cumplir nuestro sueños sin temor y donde todos se llevaban bien, la utopía de los animales donde presas y depredadores viven juntos y felices.

En dicha obra yo junto con dos de mis amigos haríamos los papeles estelares, hablamos de cómo el mundo había evolucionado y los animales con él, ya no éramos criaturas dominadas por el miedo y los instintos básicos, ahora éramos seres racionales, seres que podíamos convivir en paz, seres que alcanzamos el nivel y la tecnología necesarias para vivir en paz, y por supuesto, seres que podíamos convertirnos, en lo que sea que nuestros sueños nos impulsaran a ser, obviamente en la obra yo fui policía, mi amigo Toño fue abogado y una tercera amiga astronauta, todos teníamos esos sueños muy vividos y aunque había unos cuentos compañeros tratando de fastidiar la obra, al final todo salió bien y los aplausos no se hicieron esperar.

Esa tarde estaba muy contenta, la obra había sido todo un éxito, puse en su lugar a cierto brabucón e iba vestida con mi flamante disfraz de policía, mientras paseaba con mis padres, estos, en especial mi padre, me estaban diciendo las "virtudes" de ser granjera y que nunca se habían visto conejos policías, en ese momento no lo entendí, y de hecho me alegro saber la noticia, porque si me esforzaba y lo hacía rápido, yo podría ser la primer oficial coneja de la historia, imagínense semejante título para la niñita que era yo en ese entonces.

Ese día tuve otro pequeño incidente con el brabucón de la escuela Gideon Grey, lo vi empujando a unos amigos míos y arrebatándoles sus preciados boletos de feria que tanto trabajo les había costado conseguir, me enfrente a ese zorro abusivo y aunque no puedo decir que salí ilesa me las arregle para quitarle los boletos a ese bobo sin que se diera cuenta, tengo que decirlo, la herida de mi cara me dolió, pero las palabras de ese abusivo en verdad me lastimaron, sin embargo pude prevalecer ante él y más que desalentarme ese "toque" paso a ser mi primer gran impulsó.

Luego de eso mi empeño en ser policía se volvió más férreo, me ejercitaba todos los días, buscaba leer cualquier libro o material que tuviera que ver con el tema, desde novelas hasta libros de leyes, desde artes marciales hasta algo de psicología, todo lo que yo considerará pertinente a esa profesión que tanto idealizaba y obviamente todo en mi tiempo libre, de ese punto en adelante los "toques" se fueron haciendo más comunes, también pude experimentar en carne propia como iban creciendo tanto en número como en intensidad.

De repente empecé a recibirlos de cada vez más animales a mi alrededor, primero fueron mis padres, tíos y abuelos, luego mis profesores, algunos de mis compañeros de clase, luego mis hermanos mayores, luego los de mi generación e incluso alguno de los menores, mamíferos de los que nunca en mi vida creí que recibiría algo así, en especial por que la muchos de ellos hasta hacia poco tenían sueños similares a los míos. ¡Algunos incluso querían ser policías como yo por todos los cielos!

Estaba tan enojada con todos ellos, era una hipocresía de parte de todos, no tengo otra manera de describirlo y mis padres eran los peores, mis compañeros de clase o mis hermanos solo repetían lo que escuchaban de sus padres o los maestros, mis maestros pese a ser parte muy importante de mi vida, solo eran eso, maestros, era mi decisión si dejarlos lastimarme o no, pero mis padres, mis padres quienes se la pasaron alentándome toda mi infancia y de un momento a otro parecía que estaban en contra de todo cuanto dijeron apoyar. ¡Que hipócritas! Eso en verdad me dolió. ¿Y a quién no? Después de todo ellos me criaron y por mucho que no quisiera admitirlo cada cosa negativa que saliera de sus bocas era una gran punzada para mí.

Por esos tiempos todos empezaron a verme como la rara del pueblo, ya lo de hablar abiertamente de ser una policía era malo, ser la primer coneja policía era algo más, pero la forma en la que pasaba mis días, bueno, las chicas de mi edad cuando empezaron a desarrollarse y sus cuerpos empezaron a floreces, pues la mayoría empezó a interesarse en lo que cualquier chica joven se interesaría, ya saben, cosas como maquillaje, películas o grupos musicales de galanes, ropa linda de marca, salir de compras, salir con chicos, etc…

Ya saben, lo normal, yo por mi lado me la pasaba en la biblioteca leyendo libros que nada tenían que ver con la granja o de lleno ejercitándome o practicando artes marciales por mi cuenta ya que mis padres se dieron a la tarea de hacer que me veten de cualquier GYM o Dojo, casi nunca salía los fines de semana ni iba a fiestas y las pocas a las que iba siempre era lo mismo, la mayoría de los mamíferos se alejaban de mi o bien se acercaban a molestarme o burlarme de mi, chicos y chicas por igual, con el tiempo aprendí a odiar esas salidas y juntes, con el tiempo aprendí a odiar a mamíferos que en algún punto de mi vida llame amigos, maestros, familia…

Mientras fui desarrollándome cada vez dedique más y más tiempo de mi vida a acercarme lo más que pudiera a mi sueño, finalmente empecé a dejar de lado mis obligaciones en la granja o con mis familiares y los pocos conocidos que aún podía llamar amigos, ciertamente esto hizo estragos en mis relaciones y en mi forma de ser, de allí en mas solo vivía para demostrarles a todos los que se burlaron que no iba a permitir que ni ellos ni nadie me dijera lo que puedo o no hacer, y que por encima de todo les dejaría en claro, que a diferencia de ellos, yo si sería fiel a mi sueño y sería capaz de alcanzarlo.

Unos 15 años habían pasado desde mi primer "toque" por lo que como imaginaran ya estaba acostumbrada a recibirlos, y en todo ese tiempo vaya que logre avances significativos en mi estado físico y mental, ese día iba a ser mi primer día en la academia de policías, mi primer paso para cumplir mis sueños, pensé que los "toques" ya habían quedado atrás, después de todo, todos los que estaban allí compartían mi sueño y de seguro habían peleado incansablemente contra todo y todos por obtenerlo, éramos iguales, no había motivo para que los "toques" continuaran…

Dulce inocencia la de la juventud. ¿No lo creen? Los "toques" no hicieron sino aumentar de tamaño e intensidad, ya los tormentos no solo eran verbales, ahora los tormentos físicos y psicológicos estarían a la orden del día a manos de maestros que ya eran policías y alumnos que deseaban serlo, estos "toques" al parecer eran algo normal allí, y ciertamente vi que los maestros los lanzaban a todos sin importar, pero por algún motivo, la enorme mayoría iban dirigidos a mí, no sé si era por mi especie, no sé si era por mi tamaño, no sé si era por que demostraba que podía fallar de primera en cada prueba que me impusiesen, hasta ir al inodoro se tornó difícil.

Pronto aprendí dos cosas, número uno, todo mi entrenamiento previo me había fortalecido, eso era indudable, era mucho más fuerte y rápida que todos los conejos de las Madrigueras, sin embargo, estaba muy lejos de los requisitos mínimos para ser una policía, así que si iba a cumplir mi sueños debía esforzarme más, mucho más de lo que todos mis compañeros lo hacían, mucho más de lo que lo había hecho antes, número dos, y quizás la más importante, necesitaba empezar a amar los baños de lodo por que se estaban volviendo cosa de todos los días allí.

Y pues tomando uso de la primera habilidad que aprendí de niña, empecé a usar los "toques" como una razón de seguir, cada vez que me caía, cada vez que me pisaban, cada vez que sentía que no podía seguir, recordaba las palabras de Gideon, de mis padres, de mis maestros o de mi nueva instructora osa polar, todos diciéndome que no podría, todos diciéndome que me rindiera y allí mismo era donde yo los mandaría al diablo a todos y les demostraría que yo si podía, y así lo hice, entrenaba sin cansancio durante el día y en la noche mientras todos dormían, me volví autodidacta y multitareas, ya que el tiempo no me alcanzaba para lograr todo y descansar lo suficiente para no desfallecer empecé a hacer varáis cosas al mismo tiempo.

Con el tiempo todos esos entrenamientos y estudios extras empezaron a dar sus frutos, ya podía atravesar el circuito de obstáculos completo sin morder el polvo, ya podía esquivar todos los ataques de un rinoceronte sin problema alguno, toda mi condición estaba mejorando y esto tuvo un impacto positivo en cómo me empezaban a tratar mis compañeros de clase y mis profesores, todo empezaba a mejorar, y el día en que aprobé todos los exámenes en calificación perfecta, logre el primer lugar en la carrera de obstáculos y por sobre todo logre vencer a un rinoceronte en una pelea justa. ¡Yo una simple conejita! ¡Logre noquear a ese enorme rinoceronte yo sola!

Me sentí orgullosa, incluso mi instructora la oso polar gruñona me felicito, cosa que nunca en mi vida pensé presenciar, ese fue el día de nuestro examen final y aprobé todo con honores, con esto llegue a la sima de mi generación, cuando finalmente me confirmaron que me graduaría como primera de mi clase, que de verdad seria la primer oficial coneja de toda la historia, la primera de mi clase en demostrar que servíamos para mucho más que ser granjeros, estaba que no cabía en mi de felicidad y orgullo, aunque no se lo merecían y pensé que de todos modos no irían, llame a mis padres, a mis compañeros y a mis profesores para invitarlos a todos al gran evento, más que nada esa fue mi manera disimulada de decirles a todos. "¡Lo logre! ¡En sus caras!"

El día de mi graduación estaba eufórica, como lo esperaba mis compañeros de clase y mis profesores ninguno se presentaron, por otro lado mis padres y alguno de mis hermanos sí, eso en cierta forma me alegro bastante, cuando el alcalde Leonzales me llamo por mi nombre, diciendo el título de "La Primer Oficial Coneja" no podía creerlo y cuando la vice-alcaldesa Bellweather me puso la placa sentí que me desmallaba, fui asignada al afamado recinto 1 justo en el corazón de Zootopia.

Al terminar la ceremonia mis familiares se me acercaron para felicitarme, incluso más de uno dijeron "Haber estados seguros siempre de que yo lo lograría" ¡Que hipócritas! ¡Después de todo lo que me dijeron e hicieron! ¡¿Ahora estaban seguros?! ¡Si claro! Pero estaba tan contenta y emocionada que no le di la menor importancia, simplemente me dedique a disfrutar del momento y luego de eso volví a mi casa por primeras vez desde que había entrado a la academia, el recibimiento fue lo mismo que con mis padres felicitaciones e hipocresía de aquí para allá, a mí la verdad no me importo, cuando pude fui a mi habitación hice mis maletas y me eche a la cama, ya que temprano en la mañana del día siguiente saldría mi tren.

Esa noche apenas si dormí, estaba tan emocionada que no pare de pasearme por toda la habitación, cada vez ponía algo nuevo en mi maleta solo para sacarlo después por no ser necesario, finalmente amaneció y fuimos todos a la estación de tren, fue una despedida algo emotiva, en ese momento básicamente todos nos olvidamos de cuantas diferencias habíamos tenido y solo nos dejamos llevar por el momento, finalmente llego el tren, me despedí de todos, abrace a mis padres una última vez, tome la bolsa extra que me habían preparado y me monte en el tren.

Finalmente partimos unos segundos después con dirección de Zootopia, con dirección del lugar donde mi tan añorado sueño finalmente se había vuelto una realidad, por fin me había convertido en una policía de verdad, por fin le demostré a todos que si trabajas duro puedes cumplir tus sueños, por fin era. La primera oficial coneja: Judith Laverne Hopps.

Continuara...


Bueno gente, esto sería todo por esta noche, ojala si les haya gustado esta corta introducción, procurare traerles continuación pronto, mientras tanto siéntanse con total libertad de dejarme sus comentarios en la sección de "Reviews" alabanzas, críticas y demás serán más que bienvenidas, hasta entonces, nos vemos. Adieu…