Título: Resolución
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Pairing: 1896
Extensión: 421
Advertencias: Spoilers del Arc del Futuro, soso, OoC en dimensiones colosales.
Notas: Después de ver tantas imágenes de ellos dos no lo pude evitar, así que cometí el suicidio de escribir otra vez de ellos dos *y no lo hará en buen tiempo otra vez* Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Akira Amano, yo solo los tomo prestados un rato.
Resolución.
Era pequeña y frágil, muy frágil, casi como una muñeca de la más fina porcelana.
Inmóvil, agonizante y pálida, su vida se acortaba con cada segundo que pasaba, podía notarlo claramente en la palidez de su rostro y en cómo cada vez le era más difícil respirar.
Sin embargo ella luchaba, aun cuando estaba inconsciente él podía notar que lo hacía, en la respiración acelerada y el fruncimiento de su entrecejo, en cómo sus manos se aferraban con fuerza a la blancas sábanas y como mantenía sus ojos fuertemente cerrados, esforzándose por salir de aquello y ponerse en pie una vez más.
Para seguir en la lucha.
No importando que volviera a caer.
Sonrió levemente, recorriendo con la mirada la figura postrada en la cama, con solo los sonidos de las máquinas llenando la habitación, acompañados en ocasiones por los tenues quejidos que la Guardiana emitía.
Eliminando la distancia que los separaba con pasos lentos y silenciosos, la observó fijamente unos segundos más antes de tomarla cuidadosamente con sus manos, alzando su delgado cuerpo fácilmente, sintiendo la calidez de su piel y la dureza de los huesos de su espalda bajo la suave piel.
Y, una vez ella fijo su temblorosa vista en la de él, con una clara mirada confundida escondida bajo una capa de dolor lacerante por sus heridas, seriamente, casi como si fuera una orden, le dijo que sobreviviera. Que se esforzara por salir con vida de esa crisis.
Porque su hora todavía no le llegaba. Aún tenía que luchar.
Y, bastante complacido notó como ella le asentía levemente, captando su mensaje, antes de que comenzara a usar su propio poder para poder salvarse, lograr sobrevivir, y conseguir ponerse en pie una vez más.
Cosa que después de unos difíciles segundos logró, usando gran parte de sus propias fuerzas en el proceso, pero lo había logrado, se había salvado, creando a la perfección sus propios órganos con ilusiones para poder seguir viviendo, formando una temblorosa sonrisa mientras un brillo de calidez cruzaba sus ojos antes de caer finalmente en la inconsciencia.
Hibari, depositándola suevamente en el mullido colchón posó una mano sobre su vientre, asegurándose de que sus órganos hayan vuelto, formando otra vez una sonrisa casi orgullosa en los labios al notar que efectivamente ella lo había logrado.
Vaya herbívora.
Y, saliendo a paso lento de la habitación, dejándola atrás en sueños al fin tranquilos, Hibari no pudo negar que esa resolución que mostraba era casi de su interés.
Y, casi de su gusto y agrado.
Casi.
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