Prólogo

Las personas nacen, crecen, se reproducen y mueren… eso es al menos el ciclo de la vida más básico que se nos han enseñado, sin embargo nadie dijo nunca lo difícil que es alcanzar alguna de esas etapas. Las mujeres deben parir con dolor, un dolor que debemos suponer tan grande que además de cargar con su pasado deben cargar con este durante el resto de sus vidas en las líneas de expresión en sus rostros.

Siempre quise saber que tan grande debe ser ese dolor, que tan terrible puede ser un pasado para que una mujer pueda tomar una decisión tan cruel como abandonar a un recién nacido, dejar a una creatura a su suerte sin ningún signo de lo que fueron sus antepasados, cómo dejar fuera de una gran puerta de madera a lo que muchos desean en la vida, un hijo que ilumine sus vidas, un niño que sin necesidad de abrir sus ojos viva en la desolada oscuridad, un niño… como yo.