El gato negro
Esta vez vengo con un género completamente distinto al que acostumbro a escribir, más que nada por que me siento algo… "identificada" con la protagonista de esta historia. Está dedicada a alguien muy especial para mí, que me ha ayudado, apoyado y aconsejado en este poco tiempo que hace que nos conocemos, y quiero decirle de paso, que me alegra haberte conocido, vete a saber q habría sido de mí si no estuvieran tus consejos y tus "bromitas". Me gusta reírme contigo y sin ti, pensar en ti con una sonrisa y q sepas, q eres el mejor de mejores. Gracias por todo, te kiero mil mundos ;) Además, sé lo mucho q te gustan los gatos, así q… aki lo tienes, espero de corazón q t guste :) besos
En cuanto a mis fans, siento haber tardado tanto en escribir de nuevo, pero estos meses han sido horribles, he tenido muchísimos altercados y todavía siguen en pie… Sé que esperáis tambn la continuación de los demás fics, y pronto los tendré, os lo prometo, y siento muchísimo la demora. Gracias x cierto Eliza x apoyarme este tiempo d demora y x escuchar mis penas e intentar animarme, eres una chica estupenda nena, te kiero mil mundos ;)Y ahora, sin más preámbulos, aquí empieza un nuevo fic…
Dedicado a "Chiki"
Capítulo 1: Una muerte "inolvidable"
La ira consume mi corazón, pero la tristeza me mata. Tal vez no debería ser tan buena, tal vez… lo mejor es estar en una cárcel, encerrada por mis pecados. Unos pecados inolvidables… Tengo ansias de asesinato, me vienen ataques de ira que ya ni controlo… No me gusta ser así… Pero esa voz en mi mente no calla, me repite una y otra vez que lo haga… No quiero, pero sé que si quiero que se calle, tengo que hacerlo. La oscuridad de la noche invade las silenciosas calles de Midgar, mientras estoy atenta, escondida detrás de un edificio de vete a saber qué. Sólo me fijo en mi objetivo, atenta a cualquier movimiento. Un farol parpadea frente a mí, pero mi sombra está pegada en la pared, nadie puede distinguir mi cuerpo, es una calle solitaria y pasa muy poca gente. Casi no hay nadie a estas horas de la noche. "Hazlo…" Miro a mi lado izquierdo, viendo a aquel peliplateado de ojos verdes, con aquella sonrisa. La seriedad se muestra en mi rostro. "No dudes, soy el único que está contigo, y sabes que lo que haces es lo mejor para ti" Aprieto mis labios, tiene razón… Subo la capucha de aquella chaqueta negra, junto con las gafas de sol del mismo color. Oigo los pasos de alguien, mi objetivo está cerca… Me aparto de la pared mientras la luz del farol se apaga de nuevo, permaneciendo apagado. Por fin, ha llegado. Me despego de la pared, mientras pasa frente a mí, observándome algo incómodo. Me coloco detrás de él, siguiéndolo por las espaldas. Noto cómo él aumenta la velocidad de sus pasos, sé que está aterrorizado, y me gusta esta sensación de poder… La sensación de fortaleza y superioridad ante alguien de más edad que yo. Sonrío, mientras sigo su ritmo. "No tardará en llegar a la carretera, no puedes dejar que se vaya" Tiene razón, estará lleno de gente, o lo hago ahora, o no podré hacerlo. Corro hasta él, cogiendo un cuchillo de mi bolsillo y apuntándole en la garganta.
-Sígueme-susurro en su oído y noto cómo mi víctima traga su saliva mientras noto que intenta un movimiento para apartarse de mí-Si das un paso en falso, te mato aquí mismo.
Mi víctima queda paralizada, y acaba obedeciendo. Conozco bien estas calles, siempre paso por ellas. Empujo al joven hasta un callejón oscuro y desierto, lo empujo contra un montón de cubos de basura y me agacho a él, con el cuchillo cerca de su nariz.
-E… espera. ¿Qué te he hecho yo?
Sonrío de nuevo, me gusta esto… "No le respondas" No volteo la cabeza esta vez, sé que nadie excepto yo puede verle, porque es alguien inexistente, pero existente en mi mente…
-Esto no te importa-susurro ante la luz de la luna llena. Quiero acabar con esto de una vez, acerco el cuchillo hacia su cuello, rozándolo. Noto cómo traga la saliva. Bajo mi mirada, siguiendo el rumbo de aquel cuchillo poco a poco-Quién iba a decir que hoy era tu turno de morir, ¿eh?
Noto cómo baja su mirada hacia mí y yo me quedo firme, observando la trayectoria que sigue el cuchillo, mientras su camisa se va rompiendo poco a poco, mostrando la herida que le estoy haciendo. Sé que no tardará en atacarme, pero no me da miedo, no es el primero.
-¿Por qué haces esto? Eres muy joven…
Sé que sabe quién soy, ya que estoy saliendo mucho en esos periódicos, aunque nadie sepa cómo es mi físico ni cuál es mi nombre. No respondo, pero él sigue hablando:
-Eres… aquel asesino en serie que todo el mundo busca… ¿verdad? Al que llaman "El Gato Negro"
Sonrío, sí, lo sabe.
-Bingo.
-Creí que… "El Gato Negro" era un chico, pero lo que veo es completamente diferente.
Le miro, es el primero que me dice esto. Pero dudo que sepa el por qué en todos mis asesinatos está siempre… Eso… Lo extraño, es que parece que no va a protegerse, parece que sabe que haga lo que haga, está acabado… Esto me complace más todavía y me acerco más a él, gateando. Sin poder evitarlo, baja un poco su mirada, hasta ver ese escote. Todos lo hacían, no era el primero. Alza su mirada, algo sonrojado, y mira a otro lado.
-Quisiera… pedirte un favor.-le miro sin comprender su actitud. Algo en él es diferente… Alzo una ceja, mirándolo seria.
-Pues no los hago.
-Sé que lo harás…-sube su mano, quitándome las gafas de sol, para hacer mostrar mis ojos oscuros, mientras mi cabello se desliza hacia mis hombros.- ¿Verdad?
-Tú no me conoces.
El silencio se apodera del callejón. Le miro a los ojos, unos ojos azules muy brillantes. Nunca había visto la luz del sol… Ni el mar… Pero si tuviera que compararlos con algún azul, sería el de los ojos de aquel muchacho moreno que estaba frente a mí.
-Por favor…
Le miro seria, sus ojos son de petición. Pero a mí no me funciona esto, no tengo sentimientos, ni me interesa tenerlos. Solo quiero acabar con este tío de una vez. Acerco mi rostro al suyo, mientras noto que su corazón late fuertemente. Está asustado y nervioso, lo sé. Rozo mi nariz con la suya, gateando hacia él, acercándome más a él.
-¿Te crees que tu súplica me sirve?
Le miro con ojos asesinos, como cuchillos, pero no muestra signo de palidez o miedo.
-No… No es eso… Quiero que le mandes un mensaje a mi mejor amigo cuando muera…-Me aparto de él, sentándome en el suelo, cruzándome de brazos. ¿Se cree que voy a hacerlo? Por lo menos sabe que hoy va a morir, que es algo-Dile de mi parte, que pase lo que pase, él será mi legado vivo.
-¿Qué te hace pensar que voy a hacerlo?
-El simple echo de que lo hayas escuchado.
Alzo una ceja de nuevo, ¿de qué va ese tío?
-No pienso hacerlo.
-Se llama Cloud Strife.
Le miro, oyendo otro silencio. El viento sopla, y hace que la capucha que llevo puesta caiga hacia atrás, provocando unas ondas al moverse mi cabello oscuro y largo.
-Díselo… Por favor…
-No lo haré.
Me levanto, cogiendo el cuchillo de nuevo, ya estoy tardando demasiado. Veo que el joven de ojos azules acerca su mano hacia su bolsillo. ¿Un arma? Acerco el cuchillo a su mano, pero veo que es sólo un papel.
-Dale esto a Cloud, ¿me harás el favor?
Y sonríe. Su sonrisa es amplia, no parece tener miedo a la muerte… Lo deja en mi bolsillo. No respondo. "¡ACABA CON ÉL DE UNA VEZ!" Su voz me despierta y, con toda la furia, rajo todo su pecho. Oigo su grito de dolor y empiezo a descuartizarlo con brutalidad. Jadeo, siempre que hago esto acabo así… Aquellos ojos azules se apagan poco a poco. Es el tío que más ha aguantado de entre otros muchos… Pero su sonrisa permanece en su lugar. ¿Quién coño es este tío? Lentamente, sus ojos se apagan totalmente, cerrándose. "Bien echo pequeña" Giro la cabeza hacia él, mirando aquellos ojos verdes.
-Sephiroth… No me dejarás sola, ¿verdad?
"Claro que no, soy el único que ha estado contigo todos estos años, Tifa" Miro el cuerpo muerto y mutilado en el suelo, con su sangre por todo mi cuerpo y toda mi cara. "Será mejor que lo hagas ahora, o te descubrirán" asiento.
-¡ZACK! ¿Dónde mierda estás?
Miro fuera del callejón. Alguien se acerca… Tengo que hacerlo ahora… Cierro los ojos, dejando que mi cabello se haga más largo a la vez que mi cuerpo se transforma al de un animal inofensivo; un pequeño gato negro. Mi ropa cae en el suelo. La sangre todavía está por mi ahora peludo y negro cuerpo, pero esta vez con forma de gatito. Maúllo. La luz de la luna ilumina el cuerpo y a mí. Veo que Sephiroth ya se ha ido, y sé que es porque ya está aquí sea quien sea el que estaba llamando. Desde la distancia, veo a alguien vestido de negro, pero con un pelo rubio… Pelo chocobo. Y yo que pensaba que era un bicho raro porque me transformaba en gata… Vuelvo a maullar mientras veo que el tío de pelo chocobo corre hacia mí. Lo primero que veo, son sus zapatos negros, con una tela oscura. Alzo mi cabeza, y miro la suya en silencio. Su rostro muestra sorpresa, su boca está entreabierta, y parece que quiera llorar.
-No… No puede ser…-es lo primero que dice el "pelo chocobo"- Zack… No…
Así que se llama Zack, ¿eh? Observo fijamente al cuerpo mutilado del chico de pelo oscuro en silencio. Alzo la mirada hacia el rostro del otro chico y veo que el pelo chocobo se agacha mirando el cadáver.
-Miauu…
Cuando maúllo, el "pelo chocobo" me mira, sorprendido. Sé que sabe que el asesinato lo he hecho yo, pero no que realmente soy yo. Mira a Zack, y no evita que unas lágrimas le salgan de los ojos. Me acerco a él, más que nada para ver el cadáver de nuevo, pero algo me hace subir la mirada hacia el pelo chocobo. Veo algo que me llama la atención en su rostro. Aquellos ojos azules… Son exactamente iguales que los del que acabo de matar. ¿Serán hermanos? El pelo chocobo coge su teléfono y llama a emergencias, explicando la situación que acaba de encontrarse. En pocos minutos, una oleada de policías inspecciona la zona e interrogan a unas cuantas personas. Al pelo chocobo primero. Lo primero que uno de ellos dice es:
-Otro cadáver más de "El Gato Negro". Ha vuelto a dejar prendas de ropa robadas, y las únicas huellas que hay son las del gato que ha dejado.
-Pues ese asesino parece que tiene miles de gatos negros, porque en todos los escenarios de sus crímenes ha dejado uno.-dice otro policía serio.
-No tengo ni idea, pero habrá que llevar el cadáver e informar a su familia.
Fijo la mirada ante los policías, los odiaba a muerte. Meneé la cola negra que tenía y me levanté para arañarles la cara a esos policías incompetentes, pero antes de tener tiempo a atacar, noté que me rodeaban unos brazos y me levantaban del suelo. Intenté apartarme de aquellos brazos, pero la voz hizo que me quedara quieta:
-Eh, tranquilo, no te haré nada.
Me doy la vuelta, y veo que me hallo en brazos del pelo chocobo. Miro sus ojos de nuevo mientras maúllo de nuevo. Él me observa fijamente, con sus ojos llenos de lágrimas. No me da pena, no es el primero que veo así. Maúllo otra vez y él me abraza, con fuerza, llorando. Es la primera persona que me abraza así… y eso que me han llegado a llevar muchos a sus casas… Puedo incluso escuchar los latidos de su corazón. Se está bien… Estos brazos son cálidos… Como las de "él"… Cierro los ojos y me acurruco a su pecho. La tela de su ropa es suave, e incluso cómoda para poder dormir… Noto una mano acariciar mi cabeza, y bajo las orejas para que siga haciéndolo con más facilidad, mientras mi cola se mueve suavemente.
-Es el primer gato que no nos araña la cara.-dice uno de los policías.
Abro los ojos de golpe al escucharle, salto de las manos del chico y le araño la cara al que acababa de hablar, mientras sus compañeros se ríen:
-Tenías que abrir la boca.-dice uno de ellos.
-Eh, pequeño, tranquilo.-dice el "pelo chocobo"-Deja al policía en paz.-me coge de nuevo en sus brazos mientras maúllo con furia, mirando al comisario con la cara llena de arañazos, cuando noto que me acaricia de nuevo la cabeza. Se siente bien…
-Gracias muchacho, te debo una. Puedes volver a casa.
-¿Y qué hay de mi amigo?
-Nos llevaremos su cuerpo para ver si podemos recoger muestras de ADN o conseguir alguna pista, y no le recomiendo que salga en una temporada. Puede que "El Gato Negro" vaya a por usted esta vez. Y…-se hace un corto silencio-en cuanto a este otro gato, habrá que llevarlo y sacrificarlo si no consigue amos.
Otro nuevo silencio.
-¿Y si me lo quedo?
-Serías otro más del montón muchacho. Muchos se han llevado los gatos de los escenarios y siempre han acabado desapareciendo. Dudo que seas una excepción, joven.
-Nada se pierde en intentarlo…
Tengo ganas de matar a esos polis, pero joder, se siente genial en brazos de este tío… Noto que se pone a andar y, en poco tiempo, ya estamos en un edificio, subiendo un ascensor. Tras abrirse éste, cruza la derecha y abre la primera puerta. Entramos y me deja en el sofá. Él se sienta a mi lado y yo le miro, al igual que él a mí, pero acaba mirando al suelo, poniéndose las manos en la cara, llorando. Bajo del sofá de un pequeño salto, y paseo por la casa. No es muy grande, tiene una pequeña cocina; una sola habitación con una cama, una mesita de noche, una pequeña lámpara y un armario de madera; una ducha y un pequeño salón con tres sofás, dos pequeños y uno grande, además de estar conectado con el balcón. Vuelvo a subir en el sofá, con el pelo chocobo llorando todavía, pero puedo escuchar cómo susurra:
-Se supone que hoy tendría que haber sido un buen día…
Se levanta del sofá, yendo a la ducha, y puedo escuchar cómo el agua del grifo cae lentamente, pero también los sollozos de aquel chico. Voy de nuevo a la única habitación de la casa, mirando el único armario de dos puertas que hay. Cuando el pelo chocobo saliera de nuevo, tendría que inspeccionarlo para robar nuevas prendas de ropa y largarme, como acostumbraba a hacer. Oigo que el agua del grifo ha parado, y sé que no tardará en aparecer, así que me dirijo de nuevo hacia el salón, mientras la puerta de la ducha se abre. El pelo chocobo me mira mientras yo subo de nuevo a acomodarme en el sofá, y mirarle la cara, la tiene mojada y su expresión muestra el tormento de sus sentimientos. Se sienta a mi lado, y contempla el suelo en silencio, con las dos manos juntas y con la barbilla temblando sin parar, es por el esfuerzo que usa para no llorar. No se escucha nada, sólo el silencio. La televisión está apagada y yo miro a mi alrededor para poder encender la tele. Encuentro el mando a distancia en la mesa, así que salto hasta el objeto y le doy, con mi patita de gata, al botoncito rojo, haciendo que la tele haga un leve parpadeo, mostrando su marca y luego, mostrando a un hombre en la pantalla, explicando las noticias. Lo miro, estoy esperando que hablen del asesinato de ese tal "Zack", y así es…
"…otro nuevo ataque, esta vez en un callejón abandonado en Midgar. La policía estuvo interrogando a los vecinos y a la gente de la ciudad, por si habían visto algo sospechoso, pero siguen sin pistas. El asesino apodado como "El Gato Negro" se ha cargado a otra nueva víctima, esta vez se trata de un varón. Su nombre era Zack Fair. Como en todos sus otros escenarios, ha dejado un gato negro abandonado. Las únicas huellas que se hallan son las del gato, además de sus fibras de pelo. No hay muestras de ADN, sólo los de la víctima hallada mutilada en el suelo. Toda la ciudad está aterr…"
La tele se apaga y yo, molesta, miro en dirección a la mano del pelo chocobo, viendo que ha sido él quien ha pulsado el botón para que la pantalla acabara siendo negra. Maúllo para mostrar mi furia, pero lo único que hace es cogerme.
-Parece que no es la primera vez que lo haces. Pero lo mejor será que te duche, no puedo dejarte con toda esta sangre…
Al escuchar las palabras "mejor será que te duche", me entra el pánico. Odio el agua, no me gusta el agua… Le araño la mano al pelo chocobo para que me suelte y no me acerque a aquella pequeña bañera, y más si odio el agua. Maúllo desesperada, arañándolo más fuerte.
-¡Estate quieto! ¡Sólo será una ducha!
-¡MIAUU!
Cierra la puerta de la ducha, dejándome encerrada. Cuando me deja en el suelo, araño la puerta desesperada para poder salir de allí, pero es inútil, el pomo está demasiado alto para el tamaño que tengo ahora mismo… El agua se hace oír y mi corazón late a mil por segundo. Odio ducharme cuando tengo mi forma de gato, no me molesta si estoy en mi forma humana, pero ODIO ducharme cuando estoy con todo mi pelo negro y con esta forma. Araño la puerta con más fuerza, maullando para que tenga algo de compasión y me deje salir de allí. De nada sirven mis maullidos de petición. Se da la vuelta, me coge en brazos y me acerca a la bañera. Maúllo más fuerte, deseando salir de allí desesperada.
-Eh, tranquilo, es solo agua. Vamos, estate quieto. Sólo quiero quitarte esa sangre que llevas encima…-ignorando sus palabras, escapo de sus brazos para volver a dirigirme a la puerta y arañarla de nuevo, maullando desesperada. Oigo cómo suspira harto, pero me da igual, no quiero que me duche. Sus pasos retumban en mis oídos y noto sus rodillas agachadas. Volteo la cabeza para verle la cara, y veo que acerca su mano derecha. Cierro los ojos, bajando mis orejas, pero en vez de volver a cogerme en brazos, me acaricia la cabeza.
-Venga, tranquilo. Si quieres nos duchamos juntos.
Abro los ojos de golpe, ¿este tío va en serio? Levanto la mirada para cruzarme de nuevo con sus ojos azules. Se levanta, quitándose aquella camisa negra, mostrando un pecho bien entrenado. Joder, en mi vida había visto unos músculos tan perfectos como aquellos. Me quedé atontada mirando su perfecto pecho, aquellos perfectos músculos de su cuerpo. Deja su camisa en el suelo y lo único que pueden ver mis ojos son aquellas perfecciones, es como un ángel caído… Sacudo la cabeza y me doy la vuelta, sin evitar el calor del rubor en mis mejillas. Menos mal que este pelo no hace notar el rojo de mi cara. Oigo otra tela caerse y sé perfectamente que se trata de sus pantalones. Me cago en ****, esto no me lo esperaba… Bajo la cabeza, con la mirada fija al suelo, viendo la sombra del pelo chocobo. Me coge en brazos de nuevo y me voltea, haciendo que le mire la cara. Sé que si miro abajo lo primero que voy a ver va a ser su miembro, y prefiero no hacerlo, así que mi mirada se queda fija en sus ojos.
-Ah, ya veo, te gusta la compañía…
Veo que unas ojeras se hacen notar en su rostro. Meneo la cola lentamente, parece un chico simpático… Sus ojos se desvían de los míos y baja la mirada, mirándome de arriba abajo. Se queda fijo en un solo punto y arquea una ceja:
-Así que no eres un gatito, eres una gatita…
La vergüenza se apodera de mí y, lo primero que se me ocurre es intentar bajar mis patitas para taparme, cuando me doy cuenta de que estoy en mi forma de gata, así que no importaba del todo… Supongo…
Se introduce en la bañera, sin soltarme, y veo que ésta está algo llena. Intento huir de nuevo, arañándole la espalda al pelo chocobo para que me deje salir de allí.
-Eh, tranquila pequeña, no pasa nada. Verás que no es para tanto.
Noto un poco de agua en mi cuerpo, y eso hace que me estremezca. Maúllo de nuevo desesperada por salir. Noto que las gotitas de agua resbalan por mi espalda. Me quedo quieta, mientras el pelo chocobo me aparta de su hombro y me introduce lentamente en la poca agua que se halla en el suelo de la bañera.
-¿Lo ves? No es para tanto.
Alzo la mirada hacia sus ojos de nuevo, inmóvil. Él acerca su mano hacia el grifo, coge un poco de agua y me moja la cabeza. Cierro los ojos al notar que la temperatura del agua no está ni muy fría ni muy caliente. De hecho, está perfecta. Bajo mis pequeñas orejas oscuras con una sonrisa, se está genial. Cada vez que pasa sus manos por mi cabeza o mi cuerpo, parece una caricia, una muestra de afecto, y es la primera persona que lo hace. Me acurruco a él, entre sus piernas, se está cómodo. Cierro los ojos mientras dejo que me limpie con esas perfectas manos, con sus perfectos movimientos suaves…
-Miau…
La ducha queda en absoluto silencio, sólo se puede escuchar el agua, mezclada con olor a jabón y limpio. No sé cuanto tiempo ha pasado ya, pero se está genial… Noto que sus manos vuelven a levantarme, y me acerca hacia su hombro. Abro los ojos, viendo que él también ha acabado. Miro el suelo, viendo la bañera cubierta de sangre. Sé que es la que tenía en mi cuerpo. Él sale de la bañera, con una mano cogiéndome y con la otra acariciando mi ahora mojado pelo. Runruneo, se está genial. Supongo que este tío será un cuidador de animales. Bueno, tal vez por esta vez haga una excepción y esté unos días aquí con él… Tenía planeado irme mañana por la noche y seguir con mi ritual de asesinato, pero se siente bien aquí, llevo años sin poder sentir este afecto de nadie… Noto que me cubre con una tela o algo así, y cuando miro lo que es, veo una pequeña toalla. Me seca con ella con suavidad, y luego se seca él. Sale desnudo de la ducha y se dirige al armario. Le sigo por detrás y veo que lo abre. Sin poder evitarlo, observo su contenido, para ver qué podré llevarme la próxima vez. Está llena de ropa oscura, tiene incluso una capa roja. Eso me ha interesado, así que está anotado en mi memoria como objeto que voy a ponerme… Cierra el armario y veo que en sus manos sostiene unos bóxers oscuros, con una línea en horizontal por la parte superior de color rojo sangre. Los pantalones son negros también, y largos. Una camisa blanca de tira, una chaqueta con una larga tela en la parte izquierda, con una hombrera de un lobo y sin manga en la parte izquierda. También me fijo que tiene un pendiente en su oreja izquierda del mismo lobo que la hombrera. ¿Serán los lobos sus animales favoritos? Lo deja todo en la cama y comienza a vestirse mientras observo la oscura noche de la calle, desde una ventana que hay frente la cama, al lado del armario. Doy un pequeño salto en la cama y luego en un radiador que está debajo de la ventana y miro por ella. Por suerte, el radiador no está encendido, así que no creo que ocurra nada. No creo que esta noche sea para silencio… ¿Qué tal si lo rompo un poco? Miro el cielo, concentrada, es hora de hacer sonar un trueno. Y así lo hace el cielo, obedeciendo mi mente. Un trueno retumba por la ciudad de Midgar y, poco a poco, unas nubes cubren la luz de la luna llena, circulando encima de la ciudad. Las gotas de la lluvia no tardan en caer. Primero suavemente, pero no me gusta una lluvia tan suave… Miro el cielo de nuevo y, con mirada seria, hago que resuene un nuevo trueno, y así la lluvia cae con muchísima más fuerza, chocando contra el cristal de la ventana. Así está mejor. Meneo la cola lentamente, mirando la ciudad bajo la lluvia. Noto que el pelo chocobo está a mis espaldas, con la mirada en la misma dirección que yo. Oigo un suspiro, y noto de nuevo sus manos a mi alrededor. Me aparta del radiador y se tumba en la cama, dejándome a su lado. Le miro de nuevo, viendo que observa el techo y, con su mano izquierda, acaricia mi cabeza. Me desplazo encima de él, en su pecho, y gateo hasta que mi cara está frente a la suya, mirándolo a los ojos.
-Miauu…
Él parece haber desconectado de algún pensamiento, así que baja sus ojos hasta dirigirlos en mi rostro. Vuelvo a maullar, girando levemente mi cabeza a un lado, como si le preguntara qué está pensando.
-¿Tienes hambre?
Eso no suena nada mal. Llevo dos días sin comer nada… Me bajo de su pecho y salto hasta aterrizar en el suelo. Meneo la cola animada y veo que se levanta y se dirige a la cocina que hay frente al salón. Le sigo y me subo a una silla para acabar encima de una mesa, viendo cómo coge algo de comida.
-No tengo nada ahora mismo… Pero puedo descongelar el pescado que tengo en el frigorífico. Espero que con eso te sirva…- Bueno, no me quejo, por lo menos es algo que me gusta. Saca una bolsita del frigorífico y la introduce en un cubo lleno de agua.- Tardará un rato, pero tranquila, espero que no estés muy hambrienta.
-Miau…
-Eres muy bonita, ¿sabes?
Me quedo petrificada ante sus palabras, mirándole aquellos ojos mar-cielo aturdida por lo que acababa de oír… Me vuelve a coger en brazos mientras echo un vistazo en el reloj colgado en la pared del salón. Son altas horas de la madrugada, pero todavía no es hora de dormir… El pelo chocobo me deja en la cama de nuevo y veo que coge un objeto de su mesita de noche. Fijo la mirada en éste, para poder distinguirlo. Sí, es un teléfono móvil, y parece querer llamar a alguien. Respira hondo antes de pegar el teléfono en su oreja derecha, se le nota nervioso, muy inquieto. Puedo escuchar, desde la cama, son tonos de llamada junto con las gotas de lluvia chocando contra la ventada.
-Oye… Sí, soy yo… No… Escucha, siento despertarte a estas horas, pero es grave… No, esta vez Zack no ha hecho nada.-las lágrimas se hacen notar en el rostro del pelo chocobo-Tienes que venir cuanto antes, por favor… el tema es muy grave… Ahora mismo si es posible… Sí… No… Te espero, estaré despierto.
Deja el teléfono en la mesita de noche de nuevo soltando un nuevo suspiro. Sigue nervioso, y se le nota. Se sienta en la cama, cerca de mí, y me mira con expresión triste.
-¿Cómo le digo que Zack ha muerto asesinado sin que le duela?-parecía que intentaba comunicarse conmigo, pero no era el primero que lo hacía. Todos los humanos eran igual, cuando perdían a un ser querido y tenían que dar la noticia a sus conocidos, acababan hablando con un animal o hablando solos, como si alguien pudiera responderles.
-¿Miau?
El pelo chocobo baja la mirada al suelo de nuevo antes de decir:
-No sé por qué hablo con un gato si sé que no me entiende ni que me puede contestar.
Me acerco a su lado, frente a su pierna izquierda, y con mi pata le doy suaves golpecitos en el brazo, como si le estuviera llamando. Él me mira, y veo nuevas lágrimas en sus ojos. Pongo ojos tiernos, mirándole fijamente, girando levemente mi cabeza y soltando un suave maullido.
-Eres muy mona… Gracias.
No sé por qué, pero me gusta que me diga esas cosas… Tal vez porque ya nadie me las dice nunca… Me coge en brazos y me deja en sus piernas, acariciándome de nuevo. Se siente genial… Sobretodo cuando me acaricia la cabeza y el cuerpo con tanta suavidad… Me acurruco, dejándome llevar por el proceso de relajación mientras, poco a poco, cierro los ojos.
En pocos minutos, se puede oír el timbre de la puerta, lo que provoca un sobresalto por mi parte. Abro los ojos, algo aturdida, y noto que el pelo chocobo me levanta de sus piernas y me coge en brazos, se levanta de la cama y se dirige a la puerta principal, abriéndola.
-¿Qué son esas horas de llamar?
Al oír aquella voz femenina de la puerta, alzo la mirada hacia ella. Es una chica de largo pelo castaño, con una larga trenza agarrada por detrás de su cabeza. Sus ojos son verdes y su mirada es serena, te inspira tranquilidad.
-Lo siento Aerith, entra.-La chica, llamada Aerith, entra y cierra la puerta. Se dirige al salón y se sienta, mientras el pelo chocobo se sienta en otro.
-¿Y bien? ¿Qué es eso tan grave?
Antes de responder, suspira, mientas yo me acurruco de nuevo en sus piernas, cerrando los ojos.
-Es… es Zack…
-¿Otra vez? ¿Qué ha hecho esta vez?
-Ya te dije que no ha hecho nada por teléfono. Es que… bueno…-hace una pausa, respirando hondo, pero no puede evitar llorar, y sus lágrimas caen en mi ahora limpio y peludo cuerpo.
-Cloud… ¿Qué pasa?
¡¿CLOUD!? Abro los ojos de golpe, ese era el nombre que ese tal Zack me dijo que le mandara un mensaje… Alzo la mirada hacia el pelo chocobo. ¿De verdad era él ese "Cloud" que Zack me había mencionado?
-Es… ¡Está muerto Aerith! ¡Lo han matado! No sé cómo decírtelo de una manera más suave, pero no puedo… No puedo… Lo encontré yo…
Se hace otro silencio largo y prolongado. Miro a la chica, viendo que su rostro muestra un estado de shock. Pero ella no me preocupa en absoluto, sino el pelo chocobo. "Se llama Cloud Strife… Díselo, por favor" las palabras del moreno retumban en mi mente, como algo imborrable. ¿Qué me está pasando? Miro de nuevo al pelo chocobo. Sigo sin entender por qué tiene esos mismos ojos que… Zack. Pero, si son "mejores amigos", ¿por qué tienen los mismos ojos? Ese tono único que puede compararse con el mar y el cielo…
-Tiene que ser una pesadilla…-dice Aerith, interrumpiendo mis pensamientos.
-Ojalá lo fuera… pero no lo es…
-¿Qué pasó?
-Parece que ese asesino en serie del que tanto hablan atacó a Zack-responde el pelo chocobo tartamudeando.
-¿"El Gato Negro"?-el pelo chocobo asiente.
-Estaba hecho pedazos… Lo habían descuartizado… Fue horrible… Se supone que tenía que terminar bien todo esto… Tal vez si no le hubiera invitado a que viniera a por la fiesta, no tendría que haber salido solo y acabar así… Es culpa mía.
-Cloud… no es culpa tuya… Tú no sabías que… pasaría esto.
Miro de nuevo a la chica, viendo que su cuerpo está temblando y que sus lágrimas brotan de sus ojos sin freno alguno. Está destrozada.
-No Aerith, no me digas eso… Por favor…
Otro nuevo silencio. Levanto la mirada hacia el pelo chocobo. Parece que sí se llama Cloud… Pero… ¿Será realmente aquel Cloud que Zack mencionó? Sólo tenía que saber su apellido para asegurarme… Veo que él también tiembla al llorar, pero también de furia, cuando veo que abre los labios para articular alguna palabra, pero se mantiene en un largo silencio antes de decir:
-Como pille al estúpido bastardo que hizo eso, pagará por lo que hizo. Lo prometo.
-Cloud… Me…-volteo la cabeza hacia la chica, viendo que se levanta entre lágrimas-Me quiero ir… por favor…
-Te acompañaré.
-¡NO CLOUD!- el nombrado, sobresaltado por el grito de la chica, la mira-Quiero irme… sola…
-Aerith… yo…
-Cloud, cállate ya… por favor…
Sale por la puerta principal, a lágrima viva, y desaparece tras cerrarse ésta. Cloud le sigue por detrás, corriendo hacia ella mientras yo le sigo por detrás. Le coge la mano a la chica, haciendo que frene.
-Aerith, por favor. No quiero que acabes como él… Además, está lloviendo allí fuera, y es peligroso salir después de… todo esto… Quédate a dormir hoy. Mañana si quieres puedes irte.
Los llantos de Aerith suenan por el piso mientras abraza a Cloud desesperada, apretando su ropa.
-Cloud… ¡Mi novio ha muerto! ¡Lo han matado! ¿Cómo puedo curarme yo de esto?
-Lo sé… Lo siento Aerith… lo siento… Yo también estoy muy afectado…
-¡ESTO TIENE QUE SER UNA MALDITA PESADILLA! ¡ODIO AL CABRÓN QUE LE HIZO ESO A MI ZACK!
Ódiame tanto como quieras nena, no sabes ni que soy del mismo sexo que tú.
-Vamos, será mejor subir a casa. Te prepararé algo.
Los dos se separan y Aerith sigue llorando. Puedo ver cómo su barbilla no deja de temblar mientras nos dirigimos de nuevo a la casa. Ella se sienta de nuevo en el sofá y permanece allí en silencio mientras yo sigo a Cloud por toda la casa. Quiero averiguar si es el Cloud que Zack mencionó antes de que le matara. Cloud, por su parte, entra en la cocina y prepara un café mientras mira el cubo en el que había dejado el pescado. Saca la bolsita y veo que ya está descongelado. Deja la bolsita en el suelo de la mesa, coge un pequeño plato y lo deja en el suelo, junto a mí. Maúllo para mostrarle mi agradecimiento y empiezo a comer, animada, meneando la cola. Cuando termino de comer, Cloud ya tiene dos vasos de café llenos, y se dirige al salón, donde Aerith está llorando a lágrima viva. Se sienta en uno de los sofás y yo salto a su lado, meneando la cola, mirándole con ojos de petición, con aquella mirada que dice "acógeme en tus brazos", y Cloud acaba rindiéndose ante ella, me coge y me deja de nuevo en sus cómodas piernas, mientras me acurruco. Nadie toma nada, ni tampoco dice nada, el aire está muy tenso, se puede notar. Oigo que Aerith se levanta del sofá mientras yo, cómoda en las piernas de Cloud, cierro los ojos.
-Puedes dormir en mi cama. Yo dormiré en el sofá.
Aerith no responde, simplemente se dirige a la habitación y la cierra. Cuando lo hace, puedo escuchar sus sollozos ahogados bajo una almohada. Cloud me coge en brazos y se tumba al sofá más grande, dejándome en su pecho. Me mira, acariciándome todo el cuerpo.
-Ojalá pudiera ser un gato…
Abro los ojos, mirándole a los ojos y girando levemente mi cabeza.
-¿Miau?
Gateo hasta su hombro y me acurruco allí, al lado de su rubio cabello, pero mi mente no me deja dormir. La idea de que ese chico con el que estoy ahora puede ser el chico que Zack me pidió que le diera aquel extraño mensaje, me deja inquieta. No sé qué me pasa, nunca me ha pasado esto… Y si realmente fuera él… ¿qué? Le dejé bien claro a Zack que no iba a darle su mensaje. Pero, ¿qué co*****? Si no voy a decir nada, pues ya está, no tengo por qué calentarme tanto la cabeza. Noto que los primeros rayos empiezan a emerger del balcón del sofá, mientras el sueño se apodera de mí.
Noto que algo me despierta, unas suaves manos y una cegadora luz. Aprieto los ojos, no soporto la luz del día. Noto que me dejan en el sofá, y yo meto mi cabeza debajo de un cojín que no recordaba haber visto. Pero no me importa, no quiero que las luces del sol interrumpan mi sueño ni mi comodidad. Soy un ser nocturno, no diurno. Noto que alguien aparta la almohada de mi cabeza, y maúllo furiosa, sin abrir los ojos y preparando mis garras para arañar a aquel que me haya quitado la comodidad y la oportunidad de perder a ese estúpido sol de vista. Voy a matar al que me haya quitado mi comodidad y mi cojín. Maúllo sin parar, hasta que noto que la almohada está de nuevo junto a mí, y meto la cabeza debajo, para poder descansar tranquila.
-Menudo gato…
Reconozco la voz de esa tal Aerith.
-Es una gata-dice Cloud desde la cocina-es muy sumisa.
-Pues conmigo no.
-Estará cansada, espera que me la lleve en mi cama.
Noto unas manos suaves cogerme y levantarme del sofá, luego noto un pecho algo duro, pero blando a la vez. Me acurruco a él mientras noto cómo anda. Maúllo haciendo notar que estoy satisfecha de mi situación. Me noto en una manta cómoda y cálida, sé que estoy en la cama. Escucho la persiana cerrarse y, al fin, la habitación está a oscuras y consigo dormir tranquila…
Abro los ojos, viendo la oscuridad de la habitación, y sé que ya se ha hecho de noche. La puerta está cerrada y no se oye nada. Araño la puerta, en busca de algún sonido por el otro lado, pero nada. Entonces, sé que se han ido y que la casa está sola. Genial. "Ya puedes quitarle la ropa" Me doy la vuelta para verlo, allí estaba, Sephiroth de nuevo junto a mí. El pelo de mi cuerpo empieza a desaparecer, mientras mi cuerpo vuelve a transformarse al de una humana, una mujer.
-Ya veo que has vuelto.
"Sabes que siempre estaré contigo, Tifa"
-Sí… Supongo que sí…
Abro el armario con mis ya humanas manos. Recuerdo la tela roja que quería cogerme, y la veo. Es preciosa. La quito del parche y la miro. Se nota que me irá algo grande, pero es algo, y me encanta.
"¿Sabes ya qué te vas a coger hoy?"
-Más o menos… Pero la capa está asegurada. Aunque he pensado en quedarme unos días más aquí…
"¿Unos días? ¿Y qué hay de los asesinatos que tienes que hacer en los próximos días?"
-Tranquilo, no pasa nada por una vez.
"Tifa, ¿a caso sientes algo por ese humano incompetente?"
Alzo la cabeza y me giro para mirarle de nuevo esos ojos verdes antes de responder:
-No.
"Entonces, ¿por qué quieres quedarte unos días más?"
-Bueno, el chico me ha mimado bastante, y estoy bastante cómoda aquí. Llevaba años sin… recibir algo de afecto.
"Tifa, cuidado con lo que sientes. No te dejes llevar, o acabarás como acabaste con "ellos""
-¡No quiero que me lo recuerdes! Además, ¡Yo misma acabé con todo aquello!
"Si, pero porque yo te lo aconsejé y fui el único que te apoyó, ¿recuerdas?" Aprieto mis labios con furia, tiene razón… Estoy condenada a obedecerle… "Recuérdalo, no eres más que una simple marioneta"
La puerta de la habitación se abre de golpe, sin darme tiempo a reaccionar. Doy un sobresalto, es la primera vez que no escucho a alguien llegar y, cuando miro quién es, me quedo callada. Mierda… "Chica, te ha pillado con las manos en la masa" Miro a Sephiroth con furia y cubriéndome el cuerpo con aquella capa roja. Será cabrón… Pero no puedo evitar volver a mirar al que acababa de entrar… Tiene razón… me ha pillado…
-¿¡Quién eres y qué haces aquí!?
Continuará…
"Chiki", kiero q sepas q eres alguien especial para mí. Quisiera agradecerte de alguna manera todo lo que has hecho por mí y lo mucho q me has ayudado. No ha habido nadie como tú, y me alegra tenerte junto a mí, escucharte todos los días de mi vida y sentir que ya no estoy sola. Pudiste ayudarme psicológicamente en todo, y me has entendido, me has aconsejado y sólo puedo hacer esto por ahora para agradecerte lo que has hecho por mí. Realmente eres estupendo, te kiero mil mundos "chiki", y kiero q sepas q, para mí, eres el mejor de todos. Gracias por estar conmigo en los momentos más difíciles y espero que sigas allí, con tu sonrisa y aquella "risita" tímida que sale de vez en cuando. Quiero que tus penas se desahoguen en mí, así que, como muchas veces t he dicho, aki estoy si estás triste ;) los siguientes capítulos tambn están y estarán dedicados a ti. Besos, TQQ!
