UN AMOR A TRAVÉS DEL TIEMPO
Capítulo 1
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Se escuchaba música de baile en el palacio más bello jamás visto. Se estaba celebrando una fiesta por el decimosexto cumpleaños de la joven princesa, pero ella no estaba presente, se había escapado entre la multitud y fue hasta sus aposentos, cerrando la puerta una vez entró y se agarró su largo y hermoso vestido blanco, rumbo al espacioso balcón de su habitación. Abrió sus grandes ventanales y salió a contemplar al pueblo llano, envidiando a todos los que salían a pasear por el mercado y las pequeñas funciones de la plaza.
-*Me gustaría ser como ellos y poder hacer lo que quisiera*.-..Suspiró apoyando su rostro en una de sus manos, inclinándose en el balcón mientras una brisa le acariciaba su larga melena rubia..-*ellos pueden enamorarse de quienes quieran, sin importarle a sus familias. En cambio a mí quieren casarme lo antes posible con esa familia extranjera*.-..Sus ojos azules estaban tristes, hasta que un bello sonrojo apareció en sus mejillas, adornadas con unas graciosas marquitas..-*me gustaría verle una vez más*.-..Pensó con una sonrisa al recordar al joven de cabellos negros azulados, atados en una larga cola baja, y sus cabellos más cortos adornaban su frente y ojos, esos profundos ojos negros con los que soñaba la princesa.
Mientras la rubia princesa miraba por el balcón del palacio, un azabache, con tonos azulados, caminaba por el pueblo, aunque este ya no parecía aquel caballero por su vestimenta..-*todo ha estado extrañamente tranquilo*.-..Pensó, ya que había escuchado que muchos atacaban al palacio donde vivía una hermosa princesa llamada Crystal y unas curiosas marcas en sus mejillas.
La ojiazul miraba entretenida como parejas y familias paseaban, hasta que vio a un joven de cabellos largos y se interesó. .-*¿será él?*-..Se preguntaba asomándose más y al escuchar una llamada en su puerta, se asustó, casi cayéndose..-¿q-quién es? -..Preguntó algo asustada.
-Soy yo, Elizabeth.-..Dijo abriendo la puerta, apareciendo una mujer más adulta, de cabellos más largos que la princesa, y de ojos azules, pero ella no llevaba esas marcas en las mejillas..-tu padre te estaba buscando y me envió a llamarte.-..Al ver algo pensativa a Crystal, se le quedó mirando extrañada..-¿qué haces en el balcón?-
-N-Nada.-..Dijo mirando una vez más hacia abajo..-*ya no está...*-..Pensó algo triste, para después cerrar los ventanales y regresando a la fiesta junto a su mejor amiga.
Por otro lado, el pelinegro azulado por fin llegó a la tienda que buscaba..-*ya era hora*.-..Pensó, para luego entrar en la tienda y se puso a buscar una ropa, también probándose. A encontrar lo que quería, lo pagó, diciendo que se lo llevaría puesto. A terminar con todo en la tienda, finalmente se dirigió al palacio, diciéndole al guardia que era un invitado del rey, dejándolo pasar con eso.
Ambas rubias llegaron a las escaleras y Crystal la miró dudosa..-vamos princesa, tienes que bajar y recibir a los invitados de tus padres.-
-Pero...-..Elizabeth se acercó a ella con una sonrisa y la tomó de la mano para darle seguridad..-está bien, pero quiero que me acompañes hasta llegar junto a mis padres.-..La otra rubia asintió con una sonrisa y así lo hizo, bajando las escaleras, hasta llegar a los tronos donde la esperaban los reyes..-hola padre, madre.-..Dijo algo dudosa cuando se despidió de la doncella.
-¿Estás mejor? Nos has asustado a tu padre y a mí.-..Dijo la reina. La rubia hizo una reverencia de disculpa y ambos sonrieron..-será mejor que te prepares.-..La rubia los miró interrogante.
-Vamos a presentarte a los invitados más importantes de esta fiesta tan especial.-..La rubia sonrió levemente, pero por dentro quería huir de allí. Sabía que sus padres no eran malos, pero siempre andaban buscando un pretendiente para ella, sin embargo, los rechazaba a todos. El rey se puso en pie y llevó a su hija junto a un grupo de jóvenes nobles de diferentes lugares..-escuchad caballeros, tengo que presentaros a mi joven hija Crystal.-..Al escuchar al rey y al verlos a ambos, los muchachos se inclinaron en modo de respeto. Crystal se dio cuenta de algunas de las miradas de ellos, asustándose al no saber qué estarían pensando de ella, pero al mirar a su padre, vio que buscaba a alguien con la mirada.
-*Me pregunto si faltará alguien. Padre se ve preocupado*.-..Pensó.
Un joven de cabello negro azulado entró por la enorme puerta que daban a los pasillos, entrando en el salón y se acercó al rey..-siento la tardanza su majestad.-..Dijo haciendo una reverencia.
-No te disculpes, comprendo que ha debido ser agotador tu viaje.-..Dijo comprensivo.
La rubia le miró con algo de miedo, pero al ver esos cabellos y sus ojos negros, se sonrojó de sobremanera. -*¿podría ser...él?*-..Pensó al ver el gran parecido al hombre por el que suspiraba.
-Como os estaba diciendo, ella es la anfitriona de esta fiesta, ya que mi pequeña ha cumplido su décimo sexto cumpleaños y por ello os he hecho venir a todos vosotros.-..La rubia hizo una reverencia a modo de saludo, pero aún no se atrevía a hablar.
-Mis felicitaciones princesa, soy Christian.-..Dijo tomando la mano de la princesa y besa delicadamente su mano.
-Mis felicitaciones también princesa, soy Henry.-..Dijo haciendo lo mismo que el pelinegro azulado, viendo lo guapa y violable que se veía la princesa.
-¿Qué tanto la ves?-..Le preguntó el azabache, la actitud del peliplata era sospechosa.
-Nada que te interese.-..Dijo y se levanta, soltando la mano de la princesa. Así siguieron las presentaciones, hasta que llegó el momento del baile, una oportunidad perfecta para lo que quería hacer el peliplata con la princesa.
La rubia miró a todos sus invitados y ella retrocedió un paso algo asustada por el peliplateado..-seguidme, os guiaré hasta vuestros asientos.-..Dijo con algo de dificultad, volteándose y comenzando a caminar hacia la gran mesa, donde iban a cenar una vez se sentaran todos.
-...-..Christian miraba a Henry, su actitud era realmente sospechosa, no se fiaba de él, haría lo posible por que no se sentara cerca de la princesa o bailara con ella, quien sabe lo que planeaba, era mejor prevenir que lamentar, desviando la mirada aún serio cuando este volteó a verlo, quien alzó una ceja.
La rubia fue indicando los asientos donde cenarían todos y, al ser hijo de unos nobles muy amigos de los reyes, Christian se sentó frente a la princesa, ya que sus padres presidían la mesa y, al lado de la rubia, estaba su amiga Elizabeth, quien la miraba comprensiva y dándole ánimos mentalmente.
-*Bien, al menos no esta cerca de la princesa*.-..Pensó Christian aliviado, ¿pero por qué se preocupaba tanto por ella? Era eso que no lograba entender, ¿acaso sentía algo especial por ella? No, su familia, él solo era hijo de uno de los nobles, eran grandes amigos de los reyes, así que mejor pensó en otra cosa para olvidarse de esos pensamientos.
El rey, después de dar un discurso, chasqueó los dedos para que los músicos comenzaran a tocar suave, para acompañar la velada. Todos empezaron a comer, conversando y riendo entre ellos, pero la princesa parecía no tener hambre, ya que ella solo jugaba con la comida..-*¿será el mismo chico que me rescató aquella vez en el mercado? Al disfrazarme de plebeya, puede que no me reconociera, ya que no se me veía bien*.-..Pensaba distraída, hasta que siente un pequeño empujón por parte de su amiga y la mira extrañada.
-Deberías comer algo si no quieres enfermar, princesa.-
-¿Cuántas veces te tengo que decir que me llames Crystal?-..Preguntó en susurro.
-No puedo, al menos no delante de todos ellos.-..Replicó la otra. Crystal suspiró y decidió comer algo, sino sus padres se preocuparían.
La cena fue divertida y tranquila para los invitados, hasta que al fin terminaron con el postre y los reyes iban a inaugurar el baile, pero Crystal habló primero con su padre, pidiéndole que si podía cantar la primera canción y ellos asintieron gustosos, ya que sabían que su hija tenía una voz suave y dulce..-gracias.-..Dijo con una sonrisa, yendo hacia el que dirigía la orquesta real, para darle las partituras y poniéndose delante de los instrumentos para comenzar a cantar..-que fácil decir te quiero cuando estamos solos.
Lo difícil es hacerlo cuando escuchan todos.
Si tú me miras, si tú me miras,
Te enseñaré a decir te quiero, sin hablar
Mientras tengamos un secreto que ocultar.
La locura de quererte como a un fugitivo;
Me ha llevado a la distancia donde me he escondido.
Si tú me miras, si tú me miras
Cuando más crezca la injusticia ya verás,
Que son más grandes nuestras ganas de luchar.
Palabras de un lenguaje nuevo que he construido para nosotros
Para el amante perseguido que tiene que esconder su voz.
Cuando decidas aprenderlo no habrá silencio,
No te hará falta usar la voz para romperlo
Si tú me miras, me hablarás.
Yo me seguiré negando pase lo que pase
A exponer mi corazón en este escaparate
Si tú me miras, si tú me miras.
Nos amaremos en la justa oscuridad,
En la trastienda que me ha visto suplicar.–..La rubia abrió los ojos y se inclinó ante el público, donde también estaban incluidos sus padres.
-...-..Christian se quedó sin habla a escuchar esa canción que cantó la princesa, como que lo dejó pensativo, ya decía mucho de lo que extrañamente él sentía hacia la princesa, pero tendría que esperar la oportunidad para hablar con ella a solas o pedirle unos momentos antes que el baile comience, así que luego él se acercó a ella..-princesa, ¿podría pedid unos momentos a solas con usted? Quiero hablad de algo con usted, la espero afuera.-..Dijo haciendo una reverencia y salió del salón, quedando a unos metros lejos.
La rubia se extrañó por la petición del joven, pero bajó de allí y fue rumbo afuera. La otra rubia la miró e intentó detenerla, pero fue en vano, ya que la música y el ruido de la gente hizo que sus llamadas no fueran escuchadas por la princesa, quien se había cogido el vestido con ambas manos y lo levantó un poco para poder caminar con más rapidez.
-*Ya no debe demorad*.-..Pensó mientras se quitaba de la pared donde estaba recargado, donde a voltear, ve a la princesa venir..-me tendréis que disculpad, ¿pero esa canción se la dedicó a alguien en especial?-..Le preguntó mirándola.
-Pues... ahora que lo dice...sí, lord Christian.-..Dijo la princesa respetuosamente y algo sonrojada..-verá... hace como un año y medio, fui rescatada por un joven muy apuesto.-..Se sonrojó más al recordar esa noche..-se suponía que debía estar pronto en palacio, pero me demoré y acabé siendo asaltada por unos bándalos, claro que ellos no sabían que era una princesa, pues iba vestida como una plebeya.-..Explicó mirando al piso..-cuando pensé que iban a raptarme o algo parecido, el joven, del que hablé al principio, me salvó de ellos en una lucha con su espada y, desde aquel día, estoy esperándolo.-..Ahora suspiró tristemente y con los ojos brillosos, a punto de llorar..-pero sé que mis padres pronto no me dejarán decidirme, ya que ya soy una mujer y acabarán eligiendo ellos por mí, ya que siempre acabo rechazándolos a todos.-..Habló con la voz quebrada.
-Y por lo que veo, no te has vuelto a escapad o meterte en problemas como ese día.-..Dijo el joven..-esos tipos no eran nada a comparación de otros que he tenido que enfrentad.-..Dice volteándose para mirar por una de las ventanas del palacio.
La rubia se sorprendió, ladeando la cabeza confusa..-¿qué decís?-..Preguntó aún confundida
-¿Qué esos tipos no eran nada comparado a otros que he tenido que enfrentad?-..Repitió a modo de pregunta.
-Pero... usted no estaba... allí.-..La rubia se sonrojó de sobremanera, cubriendo todo su rostro y haciendo competencia con el color de las manzanas..-al menos que usted sea...-
-¿El caballero que la salvó de esos tipos?-..Completó él, pero de nuevo a modo de pregunta..-una cosa princesa...debe tened cuidado con ese tipo de cabello plateado, él pareced que no planea nada bueno.-
La rubia se quedó paralizada..-g-gracias por avisarme y...gracias por lo de aquella vez, no tengo como pagarle el haberme salvado la vida.-..Dijo nerviosa. No sabía cómo actuar delante del hombre que le aparecía en sueños y por quien suspiraba todas las veces que miraba afuera del castillo, intentando encontrarlo de nuevo.
-Hmp...solo andad con cuidado en las calles, princesa.-..Dijo y se acerca a su oído..-especialmente cuando se viste de plebeya.-..Le susurró al oído, para luego volver a como estaba antes..-volvamos, todos a de estar preocupados.-..Le ofrece un brazo para llevarla hasta el salón.
La rubia asintió y agarró su brazo algo temblorosa por la vergüenza y los nervios. Ambos entraron de nuevo en el salón, viendo como bailaban parejas que se miraban con ojos enamorados, cosa que hizo que se sonrojara más la princesa. Elizabeth vio entrar a ambos y le sonrió pícara a ella, quien la miró enojada y avergonzada, indicándole que callara lo que había visto con su dedo índice sobre sus labios.
Continuará...
