Prologo:

Era un día lluvioso la primera vez que lo vi… Desde mi ventana. Él iba caminando por la calle con sus manos en los bolsillos de su chaqueta negra. Tenía puesta una capucha color azul marino.

Podía sentir su olor abrazarme todas las partes de mi cuerpo, un olor tan dulce, tan armónico.

Unas fuertes ganas me decían "ve y búscalo" pero no. Me detuve y solamente lo dejé ir. Él si tenía derecho a vivir.