Descargo de responsabilidad: Nada de esto me pertenece solo mis OC.
Corazones cruzados
Prólogo
Primer encuentro
Mis planes para mi primer fin de semana como estudiante de la universidad de Oxford habían sido terminar de desempaquetar mis cosas en mi habitación. Claro que entonces no sabía que el huracán María había decidido pasarse a hacerme una visita.
Así que aquí estoy ahora en un bar cerca de mi residencia completamente sola, ya que mi super amiga me ha dejado tirada a los cinco minutos como de costumbre.
Como si leyese mis pensamientos mi amiga se hace paso entre la multitud y se dirige hacía mí con una copa en la mano.
- Bueno ¿Qué tal?
- No sé cómo he dejado que arrastrases a este lugar.
- Venga solo relájate, tampoco es tan complicado, además a este pasado te quedaras soltera de por vida- me dice antes de volver a marcharse.
Suspiro, vale puede que no sea la persona más sociable en el mundo entero pero tampoco es para tanto y respecto a mi vida sentimental, es un tema peligroso en el que no me pienso meter.
Siento un escalofrío otra vez.
No puedo evitar sentir a alguien observándome desde la sombras, un pensamiento abrumador la verdad, también estúpido porque haber, en un bar lleno de gente quien podría interesarme en mí.
Me remuevo inquieta durante un buen rato, hasta que María tiene la bondad de volver a aparecer.
- ¡Mira! Ese chico te está mirando.
Me doy la vuelta para seguir su mirada y veo a un joven más o menos de mi edad, de pelo castaño y ojos azules.
-No digas tonterías te estará mirando a ti.
-No, por supuesto que no- me responde divertida- Le gustas y todo gracias a mi habilidad en el arte de la moda.
Por supuesto se me había olvidado, a mi morena amiga me ha dejado ropa ya que al mirar en mi armario no ha encontrado nada lo suficiente bueno para nuestra (su) noche salvaje, me ha maquillado de manera que mis ojos claro resalten porque según ella yo no lo sé hacer bien y me ha domado mi pelo rojo como ha querido.
- No lo creo.
-¡Mira, se acerca! ¡Buena suerte!- y diciendo esto se va otra vez (definitivamente tengo que cambiar de amigas).
- Hola, me llamo Charles Xavier- se presenta
- Hola- susurro- Soy Lizzie.
- Es bueno encontrarse con más.
- Perdona no te sigo- digo confundida.
- Un mutante- es imposible no puede saberlo.
- Sigo sin comprender- miento.
- Tienes unas barreras mentales muy fuertes, pero tú amiga apenas tiene- Maldición María, este tío es un telépata ¿Cuántas veces le decimos que no baje las barreras tan fácilmente?
- Perdona tengo que irme- sí soy una cobarde, pero que le voy a hacer.
Antes que le dé tiempo a hacer cualquier cosa ya estoy saliendo rápida como un zorro, busco a María entre la multitud y la agarro de la mano.
-¿Qué ocurre?- me pregunta.
No le puedo responder todavía puedo sentir los ojos del hombre en mí, lo que me pone inevitablemente nerviosa. No tiene pruebas de nada.
Maldición, sí, María y yo somos mutantes, ella tiene superfuerza y yo telequinesis y telepatía. Sí telepatía como don metomentodo.
Ella y yo nos conocemos desde la infancia, ambas somos huérfanas, no habían sido las únicas con poderes de ese lugar, en el orfanato no habíamos sido las únicas mutantes pero eso es algo de lo que prefiero no hablar. Lo más importantes para mí en estos momentos es que algo me dice que no va a ser la última vez que vea Charles Xavier.
