¡Hola! He vuelto (antes de lo que pensaba, por suerte jaja) con esta nueva historia, que surgió mientras miraba un programa sobre gitanos en la tele, hace ya bastante tiempo (pero recién hace unas semanas pude darle forma y hacer algo más o menos decente, que constará de cinco o seis capítulos, todavía no lo decido).

El título, por otra parte, lo tomé amablemente prestado (y sin permiso jajaj) a la cadena MTV de una novela que vi en vacaciones de verano y que me gustó bastante.

Sé que la idea está bastante usada, pero se negaba a salir de mi mente, por lo que me dije "si no les gusta, no la leerán y listo". Y, una vez más, traté de salir del drama y meterme un poco en el género ¿humorístico?

Edades:

Kaoru: 18 años

Brick y Momoko: 17 años

Butch Him: 26 años

Hay algunas otras aclaraciones, pero creo que van a darse cuenta a medida que avance el capítulo, como por ejemplo que Misery y Destiny son hermanas (creo que resulta obvio aclararlo) o "La Comunidad" a la que hace referencia Kaoru, pero si explico todo aquí, el capítulo quedaría muy corto.

En fin, dejo de molestar por el momento…


Faking it.

Capítulo 1.

Solo se ofrecían dos puestos para realizar las pasantías para graduarse como médico en el Instituto Central Tokio; y cuando a Butch Him y a Misery Takeuchi se las ofrecieron, aceptaron sin siquiera dudarlo un segundo.

Creían que todo sería tan sencillo como dar condones, píldoras anticonceptivas y tratar algún que otro dolor de cabeza.

Sin embargo, Butch Him nunca hubiera imaginado que quien terminaría cada día con una jaqueca de los mil demonios sería él.

—Juro que tenían el tamaño de dos manzanas hace un rato…— dijo la chica con indignación, señalando unas pequeñas marcas rosadas en su cuello—Destiny me lo dijo…

—Creo que debería decirle a Misery que le recete gafas a su hermana— respondió él

La chica bufó con enojo.

— ¿Recuerdas el zarpullido de la semana pasada? — preguntó con insistencia— Creo que ha empeorado…

La joven estudiante aflojó la corbata y comenzó a desabrochar los primeros botones de su camisa. Butch sonrió, suplicó por paciencia, y le hizo un gesto con la mano, indicándole que se detuviera.

—No hace falta, la semana pasada concluí que eran pecas…

—Creo que deberías hacer una prueba— soltó con descaro— Solo para asegurarnos de que no se trate de alguna extraña y contagiosa alergia…

—Matsubara— la llamó; estaba a punto de perder la paciencia, lo que no era común en él— Realicé los estudios tres veces y sé que estoy capacitado para diferenciar una alergia de una simple marca en la piel

La chica le dedicó una intensa mirada de odio y se dispuso a abandonar el lugar. Estaba a punto de hacerlo, cuando Butch decidió molestarla, después de todo, ella llevaba molestandolo desde el inicio de sus pasantías.

—Matsubara— volvió a llamarla con una sonrisa

La chica se volteó inmediatamente.

— ¿Qué quieres?

—La próxima vez dile a Takeuchi que debe pellizcar con más fuerza para que la hinchazón dure hasta que llegues aquí…

La morena miró a su alrededor para asegurarse de que nadie más que él pudiera verla antes de levantarle el dedo medio en un gesto obsceno, al que acompañó con un leve movimiento de los labios, el que Butch interpretó como "vete a la mierda".

El joven estudiante de medicina no pudo evitar reír, hacia cuatro meses que había comenzado sus pasantías, y cada día Kaoru Matsubara aparecía en la enfermería, quejándose de un resfriado en mitad de agosto, jaquecas o alguna enfermedad mortal ya erradicada (como la viruela).

A pesar de que la chica lo sacaba de quicio y le hacía perder la paciencia, debía admitir que le caía bien y siempre lograba sacarle más de una sonrisa.

~o~

Kaoru ingresó al salón de clases fuera de sus cabales. Estaba tan jodidamente enojada que si las miradas mataran, toda la habitación estaría envuelta en llamas.

Caminó lentamente, hasta que vio una cabellera rubia y tomó asiento junto a su mejor amiga, quien comenzó a temblar, no podía evitar temer por su joven y preciada vida.

—Kaoru… Realmente lo…— comenzó a disculparse, pero la morena la detuvo con un gesto de la mano

—No es tu culpa que sea un condenado imbécil— susurró con furia— Pero la próxima vez pellizca más fuerte…

La rubia le ofreció un chocolate de tregua que la morena aceptó gustosa: Cada maldito día era igual.

El profesor Matakayi ingresó al salón, y comenzó a llamar a algunos alumnos para que resolvieran unos ejercicios en la pizarra. Fue el turno de Brick Akamura y su inseparable gorra roja.

—Estoy a punto de darme por vencida, Destiny…— le dijo en voz baja y llena de desdicha una vez que el chocolate se había terminado—Quizá deba buscarme a algún chico de la comunidad que me guste…

— ¿Cómo "aliento-de-perro" Itouh? — cuestionó su amiga para que riera— Sé que tú y Him terminarán juntos…

— ¿Cómo puedes estar tan segura?

—Misery me confesó que siempre que te vas él se queda sonriendo como idiota…

—Debe hacerlo feliz el hecho de no tener que lidiar más conmigo— dijo en un lamento susurrado

—Estaría ciego si no se fijara en ti, Kaoru— la animó la rubia— Si yo fuera lesbiana, saldría contigo sin dudarlo un segundo…

—Y yo colocaría una orden de restricción de quinientos metros contra ti— confesó entre disimuladas risas

El profesor notó lo distraída que estaba la morena, por lo que detuvo el sermón que le estaba dando a Akamura.

—Señorita Matsubara— la nombrada casi saltó de su asiento por la sorpresa— ¿Puede decirnos que fue lo que el Señor Akamura hizo mal?

Destiny garabateó un papel y se lo entregó, al leerlo tuvo que reprimir otra risa.

— ¿Tiene la respuesta? — cuestionó el hombre con poca paciencia

Kaoru rodó los ojos y trató de serenarse, ¿Por qué demonios Destiny era así de graciosa cuando no podía darse el lujo de reír?

—En el tercer renglón, Profesor— exclamó con calma— Un número elevado a la potencia de cero da por resultado uno… Por lo que el resultado final es…— pensó durante unos pocos segundos— quinientos veinticuatro

—Me sorprende, Señorita Matsubara— dijo el hombre con desprecio— Si tan solo no pasara tanto tiempo jugando con sus cartas de tarot, sería una alumna ejemplar…

La chica le dedicó una mirada de intenso odio: Solo la había visto una vez leyéndole el futuro a su amiga en un receso, y el muy maldito había interpretado que no podía hacer alguna otra cosa.

—Solo tengo dieces en su clase, Profesor— dijo con descaro

El Profesor meditó por unos segundos:

—Entonces será una buena tutora para el Señor Akamura…

El hombre la miró por unos segundos más, como desafiándola a que dijera algo. Kaoru no iba a darle el placer de que la castigara, por lo que, luego de unos instantes, volvió al sermón contra el pelirrojo.

—Estoy harta de los estereotipos contra los gitanos…— dijo con la voz cargada de furia— ¿Por qué creen que solo por ser de la comunidad no sé nada de matemáticas?

—Es porque la gente es imbécil, ya lo sabes bien, Kaoru…— dijo su amiga con una sonrisa—Igual, creo que deberías haberle dado mi respuesta

Kaoru sonrió con malicia.

—No creo que a nadie le gustara que le dijera al capitán de Basketball que resolvió mal el problema porque es tan idiota que, si le pidieran deletrear su nombre, agregaría una H intermedia…

—Pero sabes que es cierto…

—Sí— respondió la morena—Pero sabes que está en un pedestal solo por ser el jodido y atractivo capitán… Seguro que si tuviera alguna extraña deformidad, nadie lo querría, sin importar lo bueno que fuera

— ¿Crees que Akamura es atractivo? — preguntó Destiny con una mueca de asco— Y ahora que serás su tutora pasarán mucho tiempo juntos…— agregó con picardía

—Si esto fuera una historia de amor, él sería mi príncipe azul— ironizó la morena—Pero esto es la vida real y él es el perrito faldero de Akatsutsumi…

~o~

Brick estaba teniendo un día completamente de mierda: Se había quedado dormido, el profesor Matakayi le había dado un interminable sermón (que terminó con la más extraña de sus compañeras siendo su tutora) y había olvidado su almuerzo, por lo que debía comer la asquerosa y nauseabunda comida de la cafetería.

Lo único que lo animaba era que, después de tres tortuosos años, había juntado coraje para declararle sus sentimientos a su mejor amiga, Momoko Akatsutsumi.

Y allí se acercaba ella, con su lunchera de corazones firmemente aferrada a los brazos, como si temiera que alguien le robara alguno de los muchos dulces que llevaba cada día a la escuela (y Brick sabía que así era).

Le hizo un gesto con la mano, y la chica rápidamente se sentó a su lado, junto a un frondoso árbol.

—Que raro que Boomer no esté por aquí…— comentó la chica

—Creo que dijo que almorzaría con Miyako…

—Hacen una muy linda pareja…—dijo en voz muy baja y comenzó a abrir el empaque de un dulce

—Momoko— la llamó

Ella se volteó y sus rostros quedaron separados por unos pocos centímetros.

— ¿Sí?

—Tú me gustas…

Él nunca había sido un chico a quien las palabras le salieran con facilidad, por lo que, siguiendo un impulso, la besó con ternura.

Momoko lo detuvo a los pocos segundos, y lo miró con los ojos muy abiertos.

—No, Brick— susurró— No puedo, lo siento…

Y la chica se levantó, dejándolo solo con su miseria. Su día había empeorado aun más.

~o~

Había acordado encontrarse con Matsubara ese día luego del entrenamiento en la biblioteca, pensó que debería esperar a que volviera de la enfermería, ya que todos conocían de su obsesión con el pasante, pero se sorprendió al verla sentada en una mesa apartada, mientras mezclaba un mazo de cartas y hablaba en voz muy baja.

El chico se acercó, iba a decirle algo, pero ella habló primero:

—Akamura…—lo llamó—Toma dos cartas

Brick se sentó y obedeció: el cuatro de tréboles y el as de corazones.

Matsubara sonrió con ironía.

—Curioso… Muy curioso…— exclamó con una voz casi hipnótica— Veo que estás profundamente enamorado de una niña rosa y te sientes desdichado por ello…

—Eres buena— dijo con sorpresa

La morena estalló en risas, por lo que Brick la miró con perplejidad.

—Eres más imbécil de lo que creía— se burló— Cualquiera sabe que se necesitan cartas especiales para leer el futuro…

— ¿Entonces cómo sabes lo que me está pasando?

—Solamente observó a la gente con más atención de la necesaria

— ¿Tan aburrida es tu vida? — se mofó

Ella lo fulminó con la mirada.

—Incluso la persona más despistada se daría cuenta…— exclamó— No eres nada disimulado correteando tras mi prima como si fueras su maldita sombra

— ¿Tu prima? — preguntó, ya no entendía nada

—Su padre era hermano de mi madre…

— ¿Era?

—Sabes los estereotipos, Akamura— dijo en voz baja— No pudieron soportar que mi madre se casara con un gitano, por lo que tuvo que decidir entre él o su familia…

—Ah…— exclamó él, no sabía qué más podía decir

Se formó un incómodo silencio, ¿De qué más podían hablar dos personas que apenas se conocían?

— ¿Quieres empezar con esto? — preguntó señalando sus apuntes de matemáticas— Estoy teniendo un día de mierda y quiero volver a casa

—Tiene algo que ver con cierto enfermero, ¿Verdad? — preguntó para molestarla

— ¿Y a ti qué demonios te importa? — le preguntó con dolor en los ojos— De todos modos, me doy por vencida…

— ¿Por qué? — cuestionó, realmente tenía intriga

—Debo parecerle poco interesante, no lo sé— se lamentó— O poco atractiva…

—Estás bromeando, ¿Verdad? Todo el Instituto babea por ti, incluso yo saldría contigo…— lo último lo dijo con un tono de broma

—Deja las palabras baratas, Akamura— le dijo con severidad— No voy a salir contigo para que Akatsutsumi se ponga celosa… No soy la segunda opción de nadie…

Una idea apareció en el cerebro de Brick, era algo retorcida, pero podría funcionar…

—Pero podríamos fingirlo, ¿No crees?

La chica lo miró sin entender.

—Dicen que los celos ayudan a aclarar los sentimientos… Yo me di cuenta de que amaba a Momoko cuando la vi tonteando con un idiota— dijo seriamente— Quizá, si ella y Him sienten que tienen competencia se den cuenta de lo que realmente sienten…

— ¿Estás hablando en serio?

—Al cien por ciento— exclamó con seguridad

— ¿No sería manipularlos?

—Matsubara— la llamó— Tiempos desesperados requieren de medidas desesperadas, ¿No lo crees? Si dejamos de darles atención, quizá se acerquen…

—Podría funcionar…— dijo la chica, tenía sus dudas, pero él tenía razón... ¿Qué podría salir mal?

—Creeme, lo hará

—Intentemoslo…— exclamó la morena— Dicen que en el amor todo vale…

Kaoru le tendió la mano y él la estrechó: Con ese simple gesto, la farsa dio por iniciada.


Hola de nuevo(?) jajaja, espero que les haya gustado y que se animen a darme un RR, ya que no estoy demasiado segura si continuar o no, y me gustaría saber que les ha parecido…

Abrazo bien fuerte :)

Farenz.