Holas, espero que les guste mi historia, no es la primera que escribo y la anterior creo que no les gustó mucho… definitivamente no es una buena recomendación pero de veras espero que les guste… denle una oportunidad por favor! Oh y es absolutamente Klaine.
Esto es más que pasión
Capítulo 1
Se paralizo por completo al sentir la mano del señor Smythe darle un azote en el trasero, no era la primera vez, el sujeto llevaba una maldita semana dándose esa libertad, y todas las veces se paralizaba, no lograba defenderse, no hacía nada, no después que el sujeto lo vio bailando medio desnudo en el club diamante… y necesitaba seguir trabajando en Hummson, necesitaba… el contrato… el dinero. No estaba orgulloso de lo que hacía… aunque no tenía nada de malo bailar, y se sentía cómodo con su cuerpo, lo que era un asco es que hombres y mujeres creían que el baile les daba derecho a manosearlo, lo peor es que mientras más te dejabas tocar más dinero hacías y el necesitaba el dinero mucho más que su dignidad.
Respiro hondo y fue a sacar las copias que el ejecutivo le estaba pidiendo, por suerte al volver se encontró al señor Smythe discutiendo con una morena que trabajaba en el departamento legal, ella le daba un poco de miedo, dejo las copias sobre el escritorio y salió rápidamente, debía seguir repartiendo el correo, ese era su trabajo, junior de correspondencia, no era el mejor trabajo pero no podía quejarse, era mucho más que en otros lugares. Tomo el carrito y lo empujo lejos de esa planta, estaba terminando su recorrido, aunque bueno de seguro el señor Figgins debía tener más correspondencia a su vuelta. Dejo el carrito en el cuarto de limpieza y llevo los sobres con las secretarias, la planta gerencial era… simplemente no podría llevar el carrito, Kitty la secretaria del gran jefe solía ser una rompe pelotas pero con él era agradable, le mostro una sonrisa al recibir los sobres…
-mataría por un café… ¿crees que podrías traerme uno B?- asintió, no era la primera vez que traía cafés a esa planta, el señor Figgins no se molestaría por eso, y era mejor llevarse bien con la rubia.
Dejo el carrito en su lugar o eso hacia cuando el señor Figgins grito "Anderson" fue rápido junto a su jefe, este parecía al punto de colapso.
-necesito que vayas al departamento de producción y hables con Ryder Lynn te va a dar unos informes los tienes que copiar… siete copias, las unes a estas carpetas y las dejas en la sala de reuniones… tienes diez minutos.- salió corriendo por que todo eso le tomaría por lo menos veinte.
Estaban entrando los ejecutivos a la sala de reuniones, maldición, paso intentando que no lo vieran, fue dejando las carpetas ordenadas, estaba por salir pero Sebastián Smythe lo vio, le tapo el paso con una sonrisa, sonrisa que le daba escalofríos, pero él no haría nada frente a los demás ejecutivos.
-Cariño tráenos cafés.- asintió, y salió corriendo, Kitty no estaría contenta con él, esa era una de sus funciones, estaba seguro que sintió la mirada de la rubia.
Había un carrito con todo listo, era algo elegante y muy sexy, imaginaba a la rubia escogiéndolo precisamente por eso, sacudió la cabeza, tomo el agua hirviendo y fue a la sala, puso una taza, una servilleta y un par de galletas sobre estas frente a cada ejecutivo, quiso hacerlo con Kitty pero esta lo descarto con un gesto, si estaba molesta, dejo el carrito en una esquina sin saber que más hacer, quería preguntarle a Kitty pero esta no lo miraba, los sujetos hablaban ignorándolo por completo, termino de ordenar las cosas en el carrito cuando la puerta se abrió, el giro inmediatamente, otra persona a la que servirle café o solo una interrupción… sintió como todas las funciones de su cuerpo se paralizaron por un segundo, y luego todo funciono a un doble ritmo, era él… las mariposas en su estómago estaban eufóricas, un año, habían pasado catorce meses desde la última vez que lo vio, y él estaba… perfecto, hermoso… grandioso, se giró y sirvió el café, las manos le temblaban, se gritó mentalmente que se controlara, puso galletas en la servilleta y fue hasta donde él se sentó.
Le dijo gracias sin mirarlo, pero Kitty intervino "Gracias, yo me encargo desde ahora" asintió y salió de la sala, intento caminar derecho y calmado pero solo quería salir corriendo, lo que hizo una vez que no podían verlo por la pared de vidrio, entro al primer baño para caballeros e hiperventilo, mojo su cara e intento calmarse, estaba sobre reaccionando, el señor Hummel le había dirigido la palabra en un par de ocasiones y nada más, es cierto, él se había enamorado completamente del sujeto, de la sonrisa perversa, de la forma en como movía la boca cuando estaba molesto o cuando era audaz y atrevido, un poco pervertido, él no lo había imaginado, el ejecutivo le había coqueteado un poco, había sido algo superficial… casi era su forma de ser, pero había caído rendido, aun recordaba la primera vez que lo vio, él había subido al ascensor e iba con otros ejecutivos, pero lo había reconocido, Cooper su hermano mayor había competido con el coro de su escuela, Coop era ocho años mayor pero él había ido a todas las competencias y lo había visto, Kurt Hummel era rival de la escuela de Cooper, el siempre ganaba, luego Kurt Hummel había ido a NYADA, como el, había visto fotografías de Kurt NYADA, afiches de presentaciones, era algo así como su fan, pero jamás pensó que estaría cerca del sujeto.
Estaba sacando copias la primera vez que él le hablo, sin mirarlo, le pidió tres copias de cada hoja con hojas de carta, aun lo recordaba, en algún momento él lo miro, había unas ventanas tras la fotocopiadora y de pronto lo vio por estas mirándolo, él fue descarado ya que lo miro de pie a cabeza, le había mirado el trasero más de lo decente y luego había puesto una sonrisilla en su boca, que se amplió cuando giro y lo miro a la cara.
-¿eres nuevo?- el asintió, solo porque dudaba poder hablar sin avergonzarse. –Bien, dile a Figgins que tiene buen ojo.- él se giró y se fue.
Después de eso había empezado a cruzar palabras con él, algo superficial, y no era especial, había notado que Kurt hablaba con todo el mundo, menos cuando estaba enfadado, antes de desaparecer él estaba en la salita de descanso sirviéndose un café cuando entro Kurt.
-no bebas eso, el café de esa cafetera siempre es un asco, acompáñame.- lo vio sacar dos tasas y salir, dejo el café servido sobre la mesita.
Kurt entro en la que reconocía como su oficina, lo siguió porque no importaba donde fuera, él lo seguiría. La oficina era elegante, futurista y tenía mucha luz, Kurt fue hasta un closet pero al abrir las puertas se encontró con todo lo necesario para preparar café, un trago o jugo, él se movió rápido y eficiente…
-siéntate… mmm… ayudaría si se tu nombre.- el miro el escritorio de vidrio, pero no tenía sillas, es decir tenía la silla de Kurt y nada más, pero junto a la ventana habían tres sillones, y una mesita…
-es… Anderson, es decir Blaine… es Blaine.- idiota, ya lo había arruinado.
-Blaine… lo de Anderson lo sabía solo no quería decirte por tu apellido ¿Qué haces de pie?- él se acercó a los sillones con las dos tasas, dejo uno y luego se sentó.
Le dio un sorbo al café y sin querer gimió de felicidad, era realmente bueno, luego sus mejillas se volvieron rojas y calientes, dios era un perdedor, el soltó una risita y tuvo que mirarlo.
-tranquilo, lo tomo como un cumplido, entonces Blaine, te vez joven ¿lo eres o tienes una increíble naturaleza?- podría mentirle pero por ingenuo que fuera no quería empezar mal, si por algún milagro él se interesara no quería arruinarlo con una mentira, aunque quizás el solo se interesara en algo de diversión si él fuera mayor pero...
-cumpliré veintiuno el mes que viene ¿eso es joven?- lo vio negar y luego tomar un trago de café.
-mucho, tengo veintisiete, eres casi un niño… uno bastante guapo.- ¿guapo? Kurt lo encontraba guapo.
-solo son siete años… puedo votar, tengo trabajo… soy un adulto.- él no había dejado de sonreír.
-adulto… mmm… me voy a Francia, Europa… por un par de meses, espero que aun estés por aquí cuando vuelva.- ¿se iba? Lo estaba mirando a los ojos.
-¿puedes irte? Es decir ¿te conservan el trabajo?- Kurt frunció el ceño y luego negó.
-digamos que tengo contactos, y no me voy de la empresa, trabajare desde allá… en una de las sucursales.-
Esa había sido la conversación más larga que tuvieron, luego los interrumpió una chica, y todo había terminado en nada, se fue y no fue por un par de meses, Tina tenía razón, se enamoraba muy rápido, aunque Kurt era su obsesión, demonios no tenía tiempo para esto, ya no tenía tiempo para estar enamorado de nadie, miro su reflejo en el espejo, el ahora no podía perder el tiempo en estupideces.
Trabajo e intento no pensar en cierto ejecutivo, antes habría buscado motivos para ir a la planta gerencial, cruzarse en el camino del señor Hummel, ahora incluso usaba las escaleras, se sentía miserable, como si su vida hubiera terminado. Bajo del autobús y corrió las dos calles que lo llevaban a la guardería de Nicholas, el pequeño lo estaba esperando con un dibujo, en este estaba él y el pequeño, lo felicito, pero aun así su sobrino no sonrió, odiaba que con tres años su pequeño sobrino no sonriera nunca, no desde el accidente, dios, lo abrazo fuerte y luego corrió hasta la parada del autobús, no tenía tiempo, eso era lo que más odiaba, se preguntaba constantemente si realmente era lo mejor para Nicky.
Dejo a su sobrino con Tina y fue al club, su sobrino no demostraba emociones, lo dejaba en la guardería, lo dejaba con Sam o Tina y el simplemente se quedaba quieto con sus enormes ojos, no lloraba tampoco, respiro hondo y salió junto con los otros, vio al señor Smythe entre el público, esa noche era… de chicos, le hizo una seña a Eli otro de los chicos y cambio de lado, no quería estar cerca, estaba en la tarima del otro extremo pero podía ver como lo miraba…
-hey Blaine ven aquí.- Walter, el administrador del lugar lo llamo cuando bajo, se suponía que era su descanso.
-si ¿Qué necesita señor?- Walter no se involucraba, no era un mal jefe solo no le importabas.
-hay un sujeto que quiere un baile privado, no está en tu contrato por lo que es tu decisión, sé que necesitas el dinero muchacho ¿así que, que dices?- si necesitaba el dinero pero…
-¿es alto delgado y de ojos verdes? ¿Se apellida Smythe?- Walter frunció el ceño.
-no tengo idea del nombre pero físicamente si ¿algún problema?- suspiro.
-no bailare, conozco al sujeto y… se estaba volviendo molesto ¿está bien señor?- Walter asintió.
El problema es que se acercó a cada tarima en la que bailo, intento alejarse pero… esa noche no fue por Nicky solo llego al diminuto departamento que apenas y podía pagar, se metió en la ducha, el agua estaba congelada pero prefería guardar el agua caliente para el niño, refregó su cuerpo como si así pudiera sacarse las huellas de las manos que lo tocaban… esa noche lloro, no había tenido muchas oportunidades desde el accidente, había perdido a sus padres, su hermano y su cuñada, había perdido todo… podía recordar el sonido de su teléfono, iba a un estreno con Sam y Tina… era la niñera de Nicky, fue una suerte que Nicky tuviera un poco de temperatura esa noche, sus padres murieron inmediatamente al igual que su cuñada, pero Cooper estuvo dos meses luchando y finalmente no lo logro, no se arrepentía de haber hecho todo solo… había perdido la herencia de sus padres, las casas, de sus padres y de su hermano, Cooper no había previsto algo así por lo que no tenía seguro, el banco le quito la casa y casi todo el dinero, lo de sus padres lo utilizo en el hospital y aun así tenía una enorme deuda, nunca tuvieron mucho dinero… lloro por todo, las perdidas las penalidades… como su vida se iba, era su decisión, él podría entregar a Nicky como le dijo la asistente social, las deudas le quedarían pero ya no tendría el problema del niño, eso le había dicho, pero… Nicholas no era un problema, era su sobrino, su única familia, y tenía los ojos de Cooper, lo miraba con los ojos de su hermano, él no podía entregarlo, no lo haría, pronto volverían a visitarlo y él debía tener un lugar mejor, por eso bailaba, por eso no importaba cuanto asco le produjera que las manos de esas personas lo tocaran, el necesitaba el dinero.
