Skip Beat no me pertenece.
Hate u, Love u
— ¿Mogami-san?
Ren la miraba ansioso y demasiado nervioso. Al fin había tenido el valor suficiente para confesarle sus sentimientos. Esos sentimientos que se desbordaban de su pecho y que no podía ocultar ni por un segundo más. Pero ella se encontraba sentada frente a él, mirando el piso de la sala de estar de su apartamento con su flequillo cubriendo sus ojos.
No quería presionarla, pero se encontraba ya desesperado por obtener una respuesta. Afirmativa de preferencia. Quería saber si podía guardar esperanzas o si tendría que intentar eliminarla de su vida, aunque eso le resultara imposible.
—Te odio—respondió la actriz, alzando la vista con los ojos llenos de lágrimas.
Ren había escuchado perfectamente el momento en el que su corazón se hizo trizas.
—Oh—fue la única frase más o menos coherente que pudo emitir.
—Te odio porque no puedo sacarte de mi mente y corazón—continuó ella hablando—. Desde que te conocí has ido entrando en mi vida como un veneno inundando mi ser y sin que yo lo deseara. Todos tus actos hacia mí me han hecho caer. Me han hecho perder. Te odio porque juré que jamás volvería a sentir algo así por alguien y ahora es mucho peor. Creía estar enamorada de Sho, ¡já! Amor, ¿en serio? Eso no era amor. Pero tú, tú que al principio odié y luego respeté…ya no puedo con todo esto. Lo peor es que me odio a mí misma por tener estos estúpidos sentimientos.
El actor no podía hablar, solo la miraba confundido con todo lo que le decía.
—Te odio, pero te amo. Te quiero. Te quiero por ser quién eres. Te quiero con tus defectos y fortalezas. Te quiero más que a nadie en este mundo. A ti. A ti que has logrado romper cada uno de los candados que protegían a mi ya roto corazón. A ti que entraste a mi vida como por arte de magia y que decidiste nunca dejarme. A ti que me robaste el corazón. A ti, la persona que está frente a mi confesándome su amor, diciendo que siente lo mismo que yo. A ti Tsuruga Ren, te odio por hacerme sentir así, pero te quiero más de lo que me gustaría aceptar.
Ren lo comprendía todo ahora. Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, al escuchar los sentimientos de la chica que amaba. Podía notar el miedo que sentía al decírselo, pero a la vez, admiraba el valor que tuvo para hacerlo. Aun así, tenía que estar completamente seguro de lo que escuchó.
— ¿Me quieres? ¿Tal y como yo a ti?
Ahora fue el turno de que las lágrimas de Kyoko se desbordaran, junto con un sí que fue lo único que logró pronunciar.
Ren la refugió en sus brazos. Tenía que hacer que ella se sintiera segura y olvidara aquel temor.
—Gracias. Gracias por dejar que me convierta en esa persona especial para ti. Te amo, Kyoko.
Ella se aferró a su camisa, arrugándola un poco por la fuerza de sus muñecas.
—Y yo a ti, tonto.
