Pídele al tiempo que vuelva
Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
Capítulo 1:
"Naruto y el tiempo"
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En su mirada se reflejaba el recuerdo de otra vida, se veía cansada, se veía preparada para lo que sea que hay después, los ojos azules ya no brillaban de la misma manera, pero sí con la misma intensidad, ahora ya no brillaban con esperanza, ahora brillaban con satisfacción, la esperanza anterior se había transformado a lo largo de la vida, se había convertido, pues la esperanza se había logrado, los sueños que se habían cumplido, y los que no, ya solo eran pasado, ya solo eran recuerdos, miraba atentamente, miraba las letras en la roca gigantesca, siempre le pareció tan poco, y sin embargo, ahora le parecía perfecto, paso los dedos por su nombre y una sonrisa se pintó en su rostro, las arrugas alrededor de sus ojos fueron aún más visibles y pareció rejuvenecer unos años, esa sonrisa seguía intacta, inmortal, perdurando a pesar del tiempo, en esa sonrisa se veía que, sin importar lo vivido, sin importar lo aprendido, el, seguía siendo el, y nunca dejaría de serlo.
-¿Me extrañas?-sus ojos estaban cerrados, su mano en la roca, su sonrisa melancólica, temblorosa-yo te extraño, te he extrañado todos los días desde que te fuiste… incluso un poco antes que eso-una risa amarga y divertida inundo el silencio-sabes, creo que ya estoy viejo, creo que pronto estaré a tu lado… eso espero-la sonrisa se fue, la juventud que lo invadió desapareció, las arrugas se quedaron-desde que te fuiste he deseado alcanzarte, pero debo cumplir mi promesa, prometí intentar ser feliz, y creo que lo fui, pero jamás completamente… siempre me has faltado… siempre…
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Para Naruto, la mañana había pasado de largo, apenas intentaba tallarse un ojo para despertarse, soltó un enorme bostezo y estiro sus músculos, camino por su apartamento, llego a su ventana, su querida aldea le daba las buenas tardes, comió cualquier cosa, se ducho y vistió de cualquier forma, estaba poniendo un pie fuera de su casa cuando una voz le llego, una voz tan familiar en estos últimos años.
-Por fin amaneció-a pesar de todo y a pesar de todos, la voz de Sasuke seguía tan de ultratumba como el primer día, como el día que se formó el equipo 7.
-Sí, por fin-en el pasado, Naruto podía calificarse como el más optimista ninja del mundo, pero ahora, ahora simplemente ya no lo era, todo lo cambio, le ganó la batalla a muchas cosas, casi a todas, pero perdió, al final, perdió.
Sasuke levanto una ceja, aun no podía creer en lo que Naruto se había convertido, quedaba tan poco del Naruto idiota, quedaba casi nada del ninja número uno en sorprender a la gente.
-Como sea, me da gusto que hayas regresado-jamás hablaba demasiado, pero Naruto estaba tan gris que la parte buena de él creía que si era, de alguna forma, amable, el rubio volvería a ser el.
-Me gustaría poder decir lo mismo, pero justo ahora solo quiero irme de este lugar-su voz sonaba cansada, fastidiada, a Sasuke era al único que podía decirle esas cosas, de hecho, prácticamente hablaba solo con él.
-Espero que esta vez te quedes un poco más de tiempo, necesito alguien con quien entrenar-ambos estaban frente a frente, a un brazo de distancia, un viento llego y revolvió sus cabellos, las manos dentro de los bolsillos, uno esperando, el otro exasperado, Sasuke saco una mano de su bolsa, la levanto lentamente hasta la altura de su pecho, su puño cerrado, esperando, Naruto lo miro dudoso, por un instante una chispa de alegría destello en su mirada, Sasuke casi sonreía.
-Como dije antes-giro sobre sus talones, dándole la espalda, dejándolo con su símbolo de reconciliación en el aire y con una sonrisa a medias- solo estoy contando los minutos para irme-el tiempo se congelo, Sasuke miro su espalda, su amigo ya no llevaba su chaqueta naranja, tampoco su banda de Konoha, hacía mucho tiempo ya de eso, pero se dio cuenta hasta ese instante que Naruto ya no era el mismo y que jamás volvería a serlo, por lo menos él no podía hacerlo, no podía traer a su amigo de vuelta.
-Naruto-bajo su puño, lo resguardo entre sus ropas, su voz sonó más fuerte de lo que le hubiera gustado, Naruto se detuvo sin girar a mirarlo-la Hokague te espera-Sasuke desapareció en un remolino de hojas y Naruto siguió con su andar, pensando, mirando nada, sin percibir a alguien, deseando irse lo antes posible y regresar lo más tarde que se pudiera.
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-Byakugan-el grito de guerra se escuchó por todo el lugar, cientos de armas caían del cielo, ninguna logro tocarla, a su paso solo quedaba una marca en la tierra.
-Bien hecho-movió su mirada a lo alto de un árbol, la fiereza de sus ojos se transformó y solo quedo una mueca risueña.
-Tú también lo haces increíble-el byakugan se desvaneció y una muchacha de pelo castaño apareció, cayendo grácilmente de la copa del árbol.
-Tengo que irme, lo lamento Hinata-las armas desaparecían en nubes de humo, dejando el terreno limpio.
-Está bien, muchas gracias por ayudarme con el entrenamiento, Te ten.
-Hasta luego-se colgó su mochila al hombro dispuesta a marcharse, se detuvo, sus dedos apretados contra las correas-Hinata-la chica no giro a verla, prefería decirle lo siguiente sin tener que ver sus ojos-él está aquí-Hinata se estremeció, su piel blanca se puso transparente.
-No sé si me gustaría verlo, la última vez solo pude ver su espalda-una sonrisa triste se posó en sus labios-todas las veces… solamente he visto su espalda, solo eso-Ten ten siguió con su camino, Hinata miro al vacío, siempre que Naruto volvía intentaba verlo, pero siempre llegaba tarde, muchas veces activo su byakugan para verlo hasta que saliera de su campo de visión, quizás volvería su rostro y ella podría contemplarlo, pero Naruto nunca miraba atrás, nunca regresaba sus ojos a la aldea, nunca.
-Naruto-kun-comenzó a caminar, llego hasta el lugar del bosque donde lo conoció, se quedó parada en medio de ese lugar, cerró los ojos, como si pudiera verlo, sonrió-Naruto-kun-volvió a decir, su nombre dolía, se formaba un nudo en su garganta y sus ojos ardían, decir su nombre era una tortura, decir su nombre le sabia tan amargo, y sin embargo no podía dejar de hacerlo todos los días, esperando que alguna vez dejara de doler, que ese sabor dulce al pronunciarlo regresara.
-¡Naruto-kun!-grito, lloro, se rio, volvió a llorar y volvió a gritar, como lo extrañaba, como deseaba poder ver su rostro, como deseaba poder oír nuevamente su voz, volver a sentirse bien con solo verlo, volver a sentirse poderosa, como deseaba poder creer en ella, como deseaba que Naruto le sonriera.
-¡Naruto-kun!-el grito le salió ahogado y desgarrador-te extraño tanto-su voz era un susurro, sus lágrimas no dejaban de nacer, se recostó sobre su espalda, extendió sus brazos y se sintió libre, libre de llorar, libre para sentir, libre y a la vez atrapada.
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Toco la puerta, con sobriedad, su rostro impasible-Adelante-escucho la voz de la Hokague y giro lentamente el picaporte, frente a él aparecieron aquellos ojos inconfundibles, ese largo cabello.
-Me necesitaba-dijo con solemnidad.
-No te reportaste.
-No pensaba quedarme mucho tiempo, me iré mañna al amanecer.
-Es tu deber como ninja de la hoja…
-Es mi deber como ninja de la hoja-la interrumpió cortantemente- protegerla, y eso es lo que hago, la información ya le llego, solo pase a mi apartamento a descansar, la próxima vez no pasara-sus ojos no la miraban, veían al vacío.
-Naruto-su voz molesta, en tiempos anteriores, lo hubieran puesto a temblar, ahora no le causaba ni el mínimo impacto-¡ya basta de esta mierda!-se levantó harta, golpeando con ambas palmas el escritorio, Naruto ni siquiera parpadeo-por favor, Naruto-ahora hablaba bajito, a punto de llorar-por favor, quédate aquí, ayuda en la aldea, vuelve a ser tú, por favor-una lagrima escapo de sus ojos.
-Si eso era todo lo que tenía que decirme…-su temple estoico, su formalidad, todo la irritaba.
-Si no lo haces por favor, entonces…es una orden-su voz era desesperada.
-No me dejas otra salida-se dio la media vuelta- si me vas ordenar quedarme-tomo el picaporte, apenas giro su mirada, para poder verla-me iré y nunca más voy a volver.
-No me amenaces-hablaba retadora, altanera, tenía que ser fuerte, no podía ceder de ninguna forma, una sonrisa se pintó en los labios de Naruto, una sonrisa sarcástica.
-No Sakura, no es una amenaza, es una promesa-desapareció en un remolino de hojas, la pelirrosa estiro su mano como si intentara detenerlo, solo detuvo la nada, en sus manos solo se quedó el vacío.
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Notas: Bueno, heme aquí, con una nueva historia, Naru-Hina, intentare que esta vez tenga un final feliz, la inspiración me llego al escuchar "Pídele al tiempo que vuelva", es el título de una película, nunca la he visto, solo he escuchado el título y me pareció hermoso.
He planteado un mundo algo bizarro ¿verdad?, un Naruto triste, mezcla de Kakashi y Jiraya, un Sasuke tratando de ser alentador, y lo más raro de todo, Sakura como Hokague, pero todo tiene un motivo de ser.
Como siempre espero que haya sido de su agrado, que opinen, critiquen constructivamente y/o aconsejen, es importante para mí.
GRACIAS POR LEER.
