Desde lo mas profunfo de su corazon, las palabras sobran, pero lo que uno piensa siempre sera una de las mas grandes incógnitas.


¿En que maldito momento paso todo esto? ¿Cómo yo pude rebajarme y acceder a hacer todo lo que estoy haciendo? Tu me hechizaste mujer, con esa sonrisa tuya, con tu maldito y delicioso cuerpo, tus brillantes ojos chocolate, con tus malditos besos, ese sabor tuyo que me embriaga, tu cuerpo, la manera en la que te enroscas a mi cuando te toco, como te hundes de placer al sentir mi tacto, tu, una simple humana, me enloqueces cuando te pones rebelde e insolente, y siempre te demuestro mi deseo de la mejor manera en la que te lo puedo demostrar, devorándote por completa, la forma en la que gritas mi nombre es música para mis oídos, no se que clase de hechizo utilizaste en mi, quizás solo con tu esencia me basto para caer rendido ante tus pies, pero por favor, nunca dejes que lo que sea que hayas hecho conmigo acabe, porque quiero verte amanecer conmigo todos los días durante el resto de mi vida, quiero protegerte como nunca nadie lo ha hecho, quiero amarte y quiero que me ames por todos los siglos que vamos a estar juntos, quiero que toques mi cabello de la manera en la que siempre lo haces, eres una hechicera, humana insolente, me hechizaste desde el momento en el que te apareciste en mi vida, por tu manera de ser, y por ser quien eres, mi Kagome"

-¿Qué es lo que piensas Sesshomaru?- la muchacha noto la intensa mirada que el hombre a su lado tenia puesta en ella, desde que despertó se dio cuenta de que el yokai no dejaba de verla-.

- En ti, insolente humana- dijo Sesshomaru, para sellar los labios de la chica con los suyos-.