Hola! este es mi primer One-Shot, y lo hice para mi clase de teatro, espero que les guste y por favor dejen un review si les gusto, si no, si tienen alguna duda, etc.

El tiempo en donde se localiza la historia es unos meses después de que Esperanza muere.

Díganme en reviews si quieren que haga una secuela, donde le toca a Hefesto consolar a Afrodita.

~Liss1357


Afrodita estaba en su palacio, peinando su hermosa cabellera, aunque se supone que debería vivir con Hefesto, porque "están casados", aunque eso no le evita engañarlo cada vez que puede, la mayoría de las veces con Ares.

Se termino de arreglar y fue a la sala de tronos, donde iban a "discutir asuntos importantes", aun que lo único cierto en esa oración es que iban a discutir.

-¡La madre Rea siempre te quiso más!- Le gritó Poseidón a Zeus.

-¡¿Por qué te llevaste a mi hija al inframundo?!- Le pidió-exigió Deméter a Hades.

La vista de Afrodita se fijo entonces en Hefesto, su esposo estaba en su trono sin hablar con nadie, ni siquiera estaba en su discusión habitual con Ares.

Afrodita pensó en acercarse para ver que tenía, pero luego se dijo que sería muy extraño que ella fuera a apoyarlo, así que se enfrasco en su discusión con Artemisa sobre el amor.

Llegó la hora de la cena en el Olimpo, y todos fueron al comedor, excepto Hefesto; que seguía sin hablar con nadie, y Afrodita; que se había quedado atrás para retocar su maquillaje.

-Esta bien, dime que tienes- le dijo Afrodita sin poder aguantarlo más.

-Nunca te han importado mis sentimientos, ¿Por qué te habrían que importar ahora?-Le preguntó él.

Afrodita se encogió de hombros. -Soy tu esposa después de todo-.

Eso pareció convencer a Hefesto, quien le contó que una de sus amantes mortales, una tal Esperanza, había muerto en un incendio y que su hijo, Leo, no tenía a nadie y que ya había huido de 4 orfanatos.

-Todo estará bien, Hefesto, tu hijo encontrará el camino, estoy segura- Le dijo para consolarlo.

-Yo también estoy seguro, pero la pobre Esperanza no merecía lo que le paso-Le respondió.

Afrodita se aturdió por un segundo, antes de retomar su postura. Ella era la diosa del amor, después de todo, y ella podía sentir el amor de Hefesto. Esperanza debió de ser alguien muy importante para él.

-Lo siento tanto, pero lo único que puedes hacer ahora es velar por tu hijo, que llegue al campamento, estoy segura que ustedes dos lo van a superar-Le dijo lo más sinceramente que podía, pudiendo ocultar sus celos, por que, aun que ella era su esposa, quería más a una mortal que a una diosa.

-Gracias Afrodita, te lo agradezco mucho.-Le dijo Hefesto.

Sabía que estaba siendo una hipócrita al sentir celos de la amante de Hefesto, cuando ella tenía muchos más amantes que cualquiera diosa que pueda mencionar.

Ella lo sabía, pero no lo podía evitar, por que aunque la fidelidad no existía en su matrimonio, una parte de ella siempre querrá al dios de las forjas.

Por que, después de todo, estaban casados.