Hola. Este fanfic lo escribí al querer hacer algo tierno entre esta pareja joven-adulta. Es un poco loco, y creo que es romántico, aunque corto. Y a pesar de que el título no tenga que ver con el fic… Espero les guste -.
Un Incentivo Mal Intencionado
Prólogo: Sentimientos en las sombras.
En la oscuridad de la media noche, un joven conocido por ser el escudero ágil y salvador de la Familia Real y de su amada princesa, rondaba por los jardines del castillo, buscando a su doncella, puesto que ella lo había convocado allí para verse, y quizás, hacer algo más (N.A: o.O ¿que escribí?).
La razón de hacer esta extraña cita era por aquellos deberes que tenían respectivamente y que no les daba tiempo para verse, aunque sea esporádicamente: El, siendo Caballero y el entrenador de los futuros soldados hylianos; y ella, estudiando y aprendiendo protocolo y todo lo que debe saber una soberana. Esto los tenía prácticamente hartos y los dias de descanso que tenían eran pocos para ellos, puesto que sus deseos por verse eran demasiados.
La única opción que les quedaba era esta: encontrándose en una noche fría y oscura, pero estrellada y romántica. Por lo menos eso era lo que creía Link que iban a tener. Al parecer no lograba divisar a su querida Zelda. Ni la luz de la luna (N.A: en cuarto creciente, específicamente XD) lo ayudaba. Su paciencia se estaba terminando. Estaba empezando a sospechar que el mensaje que les había dado los guardias de la ciudadela era una broma pesada (¬¬X), haciéndolo que se frustrara de tan solo pensarlo. Cuando estaba dispuesto a rendirse y regresar a casa, sintió que alguien por detrás le abrazaba por el cuello, al mismo tiempo que decía dulcemente (N.A: ¡justo a tiempo! XD):
-Que gusto me da verte, Link- apoyó la cabeza en su espalda.
Había reconocido y escuchado por fin su voz, haciendo que sonriera al saber que era ella y a la vez que le tomaba las manos y volteara a verla.
-Zelda, no sabes cuanto anhelaba verte…Estás… tan bella…-lo dijo con asombro y algo ruborizado.
No podía creerlo, eran tanto el tiempo que no se habían visto que en ese momento la vio tan hermosa sin importar la poca luz que emitía la luna.
-Tú tampoco te ves tan mal. Que guapo está-fue lo único que ella pudo pensar a la vez que se sonrojaba.- n/////n No puedo creer que estemos haciendo esto…
-Haciendo, ¿Qué? O.O-su acento sonaba algo nervioso.
-… Vernos a media noche…
-Con tal de estar a tu lado, cualquier momento es propicio. ¡No importa! Además, tú fuiste la que lo sugirió.
-n.nU Lo sé… y… ¿Qué puedes contarme de tu vida? Si se puede saber…
-Nada interesante, pues mi vida no ha sido interesante… hasta ahora…-le decía mirándola ante su respuesta sincera y aun sujetando sus manos, acariciándolas con ternura.
-o////o…-Se sonrojó aun más al darse cuenta de lo que le quiso decir, mirando hacia otra dirección.
-Y… ¿Qué me puedes decir tú al respecto? 9///////9
-u////u Solamente… que en estos últimos dias te he… estado pensando, y… yo…-levanta la mirada hacia los ojos zafiros del joven. El también le corresponde de manera afable.
Y así se habían quedado. Tanto dias indefinidos sin siquiera dirigirse la palabra, y eran tantas las emociones por expresarse que no sabían por dónde empezar. Y lo eran aun mas en el interior de Link, ya que al ver a la princesa tan hermosa, ver sus ojos, sus labios, su figura, sus… (N.A: 9.9…Ejem… mejor dejo de contar hasta aquí o-oU), no pudo resistirse ante sus deseos reprimidos de poseerla que, lentamente fue acercándose más y más hacia ella, hasta sentir su cálido cuerpo, abrazándola fuertemente. Ella por otra parte, se había puesto un poco nerviosa ante lo que había hecho, pero luego le pareció agradable tenerlo cerca, que le correspondió paulatinamente. Al principio, empezó acariciándole su espalda, causando que la princesa se arrullara aun mas entre sus brazos y cerrara sus ojos, y pareciéndole muy poco al joven, pasó sus poderosas manos a su rostro, dándole leves roces a sus mejillas. Y con respecto a la princesa, únicamente se sonrojaba y lo miraba tiernamente.
-Link…-susurró su nombre sin dejarlo de mirar…
Sin hacerse esperar, después de sonreírle, Link se acercó sutilmente a sus labios, besándolos profundamente, sin que ella se opusiera en ningún momento (N.A: ¡creo que el beso era francés!… Mmmm…-…o.o no es que yo sepa de eso…). Aunque, de improviso, pasó a ser más que sólo un beso. Las manos de Link estaban poseídas por sus mismos deseos impasibles, que las atravesó incontrolablemente por su cintura, sus caderas, hasta llegar a sus muslos (N.A: ¡que atrevido! Y la mano que estaba en esas "mañas" era la izquierda, para variar u.u… yo que tu, lo cacheteo u.úX), llegando a tal punto de haberse dejado llevar por sus emociones. Al sentir que estaban tocando su cuerpo de manera inapropiada, la reacción de la princesa no se hizo esperar. Abrió sus ojos apartando sus labios y ella misma agresivamente de su "protector" por lo que acabó de hacer a la vez que tomaba aire. Sorprendida y sonrojada, se quedó mirándolo cómo respiraba agitadamente al mismo tiempo que el rubio la veía un tanto extrañado y lleno de deseos, pero comprendiendo lo que había hecho, se sintió muy avergonzado mientras se sonrojaba. Zelda simplemente ladeó su cabeza y le reprochó con cierto tono de desilusión en su voz y notándose también en sus ojos:
-Se supone que solo íbamos a tener un hermoso encuentro por todo el tiempo en el que no pudimos vernos, pero… creo que confundiste las cosas, Link.
-Zelda, perdóname. No quise causar un mal momento para ti. Yo… creí…que querías…-dijo apenado.
-Yo… si quiero estar contigo, pero no de esa forma. Además, ¡SABES QUE NO SOY ASÍ! ¡NO PODRÍA PERMITIR ESTA FALTA DE RESPETO!-Concluyó dándole la espalda mientras se abrazaba sonrojada.
Después de haber escuchado las palabras de Zelda en un tono fuerte, Link se disponía a explicar las razones de su actuar.
-Yo…
Pero suponiendo que no serian suficientes para disculparse, se quedó con la boca abierta, miró a un lado y dio la media vuelta, dispuesto a retirarse algo dolido, sabiendo que había arruinado la velada.
-Lo… lamento.-fue lo único que pudo decir.
Cuando se iba alejando a unos pasos de Zelda, escuchó de ella una voz introvertida pero dulce detrás de el, deteniéndose para escuchar atentamente lo que le decía (puesto que no sería capaz de dejarlo ir así):
-No te enojes conmigo. Te… perdono.-esta última frase hizo que el joven se sorprendiera abriendo los ojos, pero todavía de espaldas, escuchando atentamente lo que tenia que decirle. Aun así, el se sentía mal por dentro.- Solamente quería decirte algo más: yo también te quiero, Link, pero hay muchas otras maneras de expresarse lo que se quiere y lo que se siente. De… cualquier modo… Lo que hiciste, solo fue un error que cualquiera pudo cometer, algo de poca importancia. Es mejor imaginar que esto nunca pasó, ¿de acuerdo?-lo mira por encima sus hombros, esperando una respuesta de su querido hyliano.
-…Ah… Lo siento -respondió un Link avergonzado y cabizbajo que se dispuso a continuar su marcha.
Entretanto, la princesa, estando inmóvil, le dedicó un momento a sus pensamientos, al sentir que ya estaba sola.
-A pesar de lo que hizo, no puedo enojarme con el, puesto que yo t… ¿En que estoy pensando?…Yo no…-estaba un poco confundida por lo que ella sentía y en lo que pensaba, ya que eran opiniones muy distintas. Hasta ella podría decir que ella también deseaba que hubiese pasado algo mas, pero ¿Por qué el rechazo hacia el?
Link corrió por todo el jardín del castillo en busca de la salida, como si la culpa y el mismísimo demonio lo persiguieran. De allí, pasó por toda la ciudadela todavía desesperado, hasta salir (N.A: quién sabe cómo. Tal vez Din, Nayru o Farore.) completamente de los imponentes muros que lo protegía. Llegó a su casa que estaba en los campos de Hyrule, un poco cerca del rió (N.A: si se lo preguntaban. Bueno quise que viviera allí n.nUU). No se detuvo hasta subir al desván y encontrar su cama, en donde se desplomó boca arriba mientras tomaba aire y miraba el techo, recordando lo que hizo y lo que lo llevó a concebirlo, haciendo que se sonrojara y cerrara momentáneamente los ojos, dejando que el silencio lo invadiera y luego, hablase para sí:
-Zelda, yo… hubiese sido capaz de decirte que mis razones por las que me llevaron a hacerlo eran porque… además de que te quiero… te deseo y siempre en mis momentos de soledad, he imaginado que estás conmigo en mi… -Se detuvo al darse cuenta de lo que iba a decir, abriendo los ojos y sonrojándose de mil y una maneras (N.A: sorprendidito, ¿no? ¬,¬). Simple y llanamente. Después, se puso a reflexionar sobre lo que Zelda dijo y se preguntó para sus adentros algo preocupado:
-¿Habrá alguna forma de demostrarte todo lo que siento por ti? Espero si me hayas perdonado…-suspiró poniendo sus manos en la nuca.-En fin. Mañana será otro día.
Y como si no hubiese nada mas, se quedó mirando el techo durante un buen rato, reflexionando sobre su pregunta, y si, mañana sería otro día.
Continuará…
¡Y así termina este estrafalario prólogo! XD. ¿Será que los que se tomaron el tiempo para leerlo les habrá gustado?… y lo chafa de todo, es que lo hice corto. Gomen nasai -
¡Les debo el resto! Si les gustó o no háganmelo saber n.n con cualquier comentario, así decidiré si lo continúo o no; acepto de todos los tipos. - Bye!!!
