Time After Time:
Living beyond Death
No recuerdo bien como fueron mis primeros dias de vastago en este mundo. Lo poco que he sabido o que me ha contado mi Sire ha sido todo lo relacionado con el pasado mortal, que he pasmado por pedido de mis Ghouls en escritos; asi como ellos mismos me han pedido esta segunda parte... tengo que educarles a no ser tan curiosos ¡son peores que los gatos!.
Pero a decir verdad, tengo la necesidad de hacerlo. De contarlo, de escribirlo... de que sepan mi verdad. Ciertamente algun dia por alguna razon, desaparecere... o al menos eso deseo en este momento... no querria llegar a Matusalén; prefiero morir antes de perder la Humanidad y convertirme en un ente ambicoso y maligno, asi como Darián me ha contado lo que sucedio con los mas Antiguos de los Clanes. Ni siquiera nosotros, el Clan Humanizado de los Vastagos, podemos evitar ese cambio: perder nuestros rasgos mortales en modo gradual al pasar los años, o la transformacion inevitable cuando se llega a mas de un milenio de existencia inmortal.
No, no lo soportaria. No podria verme como ellos.
Es por eso que ahora escribo esto para que mis amados me recuerden; quizas deje el mundo esta noche, quizas dentro de mil siglos. Nadie puede saber nada en esta Tierra Oscura... asi que ya lo decia mi padre mortal: "Mas vale prevenir que lamentar".
Fundamentalmente, y creo que con mas acierto, ese es el motivo principal por el que me he animado a continuar y seguir poniendo en practica mis experiencias de relatora literaria, cuando solia hacerlo en mis primeros años vastagos en los diarios que guarda celosamente Darián para mi.
Y mientras mi amado toca sus mejores melodías como solo el sabe hacerlo, dándole una muestra a sus Ghouls y enmaravillando en el ambiente de nuestra "familia", me ha inspirado para proseguir el relato que empece contandole a Gabriel... y ahora tu¿no es asi, querida Sofia?.
Pues bien, comenzare entonces, pequeña mia. Siéntate al lado de tu hermano.
Si recuerdan, mi Abrazo ocurrio en el viaje del tren de Mar del Plata a Buenos Aires, en el viaje de Darián y curiosamente el mismo que me llevaria a la Gran Ciudad a comenzar mis estudios académicos. Todo este encuentro "casual" fue planeado con anticipación por nosotros, ya que mi padre mortal nos habia separado en mis tierras estableciendi claramente sus motivos mas que justificados... y para no romper la relacion y perder nuestro amor de años (no olviden que Darián fue mi tutor toda mi mortalidad), habiamos planificado todo para viajar en el mismo tren la misma noche. Por la simple idea de estar juntos el resto de nuestras vidas... un amor que llevaríamos a cabo hasta hoy: un siglo y dos decadas, correspondientes a mi edad actual.
Claro que yo no era consiente que tan "para siempre" seria ese amor entre nosotros.
Los mortales sueñan con el profetisado amor eterno de los griegos, al igual que el de los Románticos de Europa, cuando se refieren a personas con quienes comparten hasta los ultimos dias de sus vidas, en los que envejecen y mueren.
Bueno, básicamente, esa era la idea que tenia el momento en que habia planeado irme con el hacia Buenos Aires. Vivir alli juntos, casarnos y cumplir todo sueño de mortal: terminar los estudios, trabajar, tener hijos, nietos y luego morir como viejecita que iba a quedar.
Y como Darián no se habia opuesto nunca a mis sueños (ya que se los habia dicho alguna vez), tenia por entendido que el los aceptaba, es mas: que esos eran sus mismos ideales.
Aun me rio al pensar lo ingenua que fui al creer algo semejante.
Aunque tampoco soy culpable de esa falta, pues realmente era ingenua a la idea. Sabiendo lo que sabia de Darián, jamas llegue a imaginar que entre nosotros ocurriria un amor tan literal como en la frase "Amor Eterno". Esto es una clara metaforizacion de algo que los mortales jamas pueden experimentar, o que dicen que solamente se encuentra en Dios, ya que el es el Eterno por excelencia ¿no es verdad?.
Esa es la idea de todo mortal. La mia aquella noche, la que tenia al despedirme de mi padre, la que tenia cuando planee con mi Sire el viaje, la que tenia hasta el instante en que el... perforo mi cuello con sus colmillos.
Esta odisea de pensamientos, esta confusión y este cambio de ideas es logico considerando que jamas supe que Darián era vastago, hasta en el momento en que lo demostro Abrazadome. Nunca lo habia mencionado. Es mas, jamas hablamos de tales cosas en mi casa mortal, pues mi padre no creia en "esa sarta de estupideces fantasiosas de los campesinos".
Ingenuo el, he de decir. Esa gente es la mas sabia... pero los mortales piensan que detrás de los libros y el dinero se encuentran las respuestas. Gran error... que muchas veces pagan o remiten demasiado tarde. Pero en fin, eso no viene al caso ahora.
El punto es que me habia Abrazado, sin saber realmente que me habia hecho; y que luego semi-desperte, me deshice de mi comida anterior sin saberlo realmente, y semi-inconsciente tome sangre de su muñeca, aferrándome a ella y sintiendo el dulzor mas inimaginable que pueden pensar o gustar con sus lenguas. Era como el caramelo mas dulce para un niño hambriento... cielos, no se como explicarlo realmente, pero es algo asi para mi cada vez que tomo Vitae... es dulce y exquisita.
La historia anterior creo que concluyo aquí ¿cierto?. Continuare entonces.
Luego de aquella bocanada de mi nuevo alimento, por segunda vez cai en un sueño/desmayo inevitable. No tuve tiempo de quejarme o preguntarle a el que estaba sucediéndome, por que habia... ¡tomado sangre!. De hecho, lo habia realizado como si hubiera tomado agua al estar sedienta. Ni siquiera fui conciente en ese momento de aquello.
Lo unico que pude recordar de esos momentos fue cuando Darián rapidamente me arropo bajo su abrigo y me cubrio con la capa de este en forma de sabana, poniéndome sobre su falda y, abrazandome con todas sus fuerzas, apoyo su cabeza en la mia y creo que alli quedo, vigilándome y consintiéndome, hasta que llegaramos a destino.
Para que se les haga mas ilustrativo, el viaje tardo tres horas. Por lo que no hubo problema con respecto a horarios, pues el expreso era de medianoche, asi que habia total tranquilidad por parte de Darián al llegar a esa hora a Buenos Aires. No habia que salir corriendo a esconderse: nos quedaba la noche por completo.
Pero el se quedaria cuidándome toda esa jornada vampirica, y la dedicaria completamente a todas las consecuencias que devenian conmigo cuando recuperara la conciencia. Esto le preocupaba realmente porque conocia mis reacciones, carácter y personalidad. No en vano habia esperado pacientemente 18 años para tomarme. Precisamente por que, en los momentos puntuales como serian las subsiguientes horas, en las que deberia comenzar a ejercer la verdadera misión de un Sire, todo lo que sabia de mi le ayudaria de sobremanera para hacerme las cosas mas amenas y no hacerme enfurecer mas de lo debido.
Asi que mientras bajamos del tren para dirigirnos a una carroza que el habia arreglado al parecer (una muy lujosa llena de encajes de oro y de peltre negro, al mejor estilo victoriano) para recogerlo en la estacion, pensaba cada movimiento y palabra que me daria.
A todo esto, yo estaba casi sin conciencia, por lo que no le preocupo en ese momento mis reacciones: a ojos mortales parecia profundamente dormida y agotada. Y como tal, fui subida a la carroza y acostada en uno de sus elegantes y esponjosos asientos aterciopelados, mientras el subia a los opuestos y acomodaba su abrigo sobre mi cubriéndome del frio que aun seguramente debia sentir en mis ultimas horas como mortal (realmente no se cuanto dura el proceso fisico de transformación).
Una que otra vez di señales de conciencia, pero fueron tan leves que Darián no se inquieto por ellos y no hizo mas por mi en todo el camino (¡es mas, se habia puesto a leer un libro!).
Sin mas detalles de importancia, nos dirigimos al hotel mas cercano... que era el mas lujoso del momento. Su entrada era gloriosa, con dos enormes pilares al mejor estilo greco-romano, que estaba muy de moda en ese entonces, todo pintado de un dorado llamativo bajo adornos casuales rojos en foma de cintas y de pequeños faroles teñidos de ese tono, haciendo la entrada una invitación al Eden... o al mismo infierno. Sus puertas eran de madera solida, enormes y brillantes, quizas de caoba, y los picaportes de ella eran dorados de estilo barroco, llenos de detalles mostruosamente pequeños... puestos gloriosamente después de las lustrosas escaleras de mármol, y entre baradelas del mismo material que las puertas.
Al bajar, Darián pago al cochero y el ayudante bajo las maletas, adentrándolas al hotel. Bajo las descripciones que el me dio de ese momento (las de arriba tambien cuentan por que en ese momento estaba inconciente), me conto que habiamos llegado a una hora muy lejana en la noche, pero que aun asi el lugar estaba vivaz como por el dia ¡era increíble siendo las cuatro de la madrugada casi!. Habia mujeres y hombres por doquier, todos adultos en realidad, y la gran mayoria iban y venian en parejas o en grandes grupos a los burdeles mas populares de la ciudad. La mayoria parecian ser franceses, ingleses, alemanes, suizos... en fin, todos europeos que venian a ver los resultados de su influencia en las tierras americas mas reconocidas como "la joven hija de Francia".
¿Si eran Vastagos aquellos seres?. No lo se... es muy difícil distinguirnos a simple vista de los mortales. Ustedes mismos, pequeños mios, lo saben. Por eso los Toreador o los Ventrue somos clanes perfectos para estas tareas: pues nos confundimos de tal manera entre la gente y ganamos tanta fama social que es difícil encontrarnos sin ninguna ayuda extrasensorial de Auspex.
Aunque yo supongo que si habria Vastagos entre ellos, no me cabe ninguna duda. Siempre hay alguno entremezclado llamando la atención o endulzando oidos de hermosos jóvenes o jovencitas mortales para luego jugar y alimentarse de ellos; esta ciudad por las noches te invita a hacer estas cosas... ya lo saben.
No por nada llaman a Buenos Aires "La Ciudad que Nunca Duerme". Metáfora popular impuesta por un Toreador de por aquí, de paso.
En fin, en medio de tanta gente, Darián cargo conmigo, y detrás el ayudante del cochero que dejo las maletas en la recepción. Una vez pago con su propina, mi Sire se acerco conmigo en brazos al mostrador, alarmando un poco a la joven recepcionista que habia quedado embobada unos segundos con la atractiva apariencia de mi padre inmortal.
"Una habitación" pidio amablemente, con su dulce voz, calmado. La joven me fijo en brazos y lo miro a el, saliendo del comun trance que provocamos a los mortales por nuestra prescencia.
"¿Esta bien la joven?" pregunto articulándose procupada. Darián sonrio suavemente.
"Le he pedido una habitación, madame"
La joven se desconcerto por la respuesta. Pero miro de nuevo a Darián y a mi, acabándose por creer que eramos una de las tantas parejas que estaban esa noche paseando; que habiamos estado por ahí toda la noche llendo a cabarets o veniamos algo ebrios y cansados. Sin mas saco el regristro y una pluma.
"¿A nombre de quien?"
"Darián Pineau" concluyo con una sonrisa encantadora. Al escuchar el apellido la mujer se petrifico y volteo a verlo ahora totalmente con sorpresa "ah, y que sea una suite, si no es molestia"
"¡Señor Pineau!" exclamo sorpresivamente. Y todos voltearon a ver, dejando el murmullo y adentrándose en un silencio profundo, mirando a mi Sire. Esto volteo a ver a los pasmados presentes y sonrio reverenciándose.
"¿Hay disponibles?" cuestiono suavemente. Los murmullos sobre el "famoso pianista frances" habia comenzado a correr en las bocas de damas y caballeros de las mas altas castas de nobleza (y aquellos que no tambien). Todos conocían al joven musico, no por nada se habia hecho su fama alli hacia años atrás.
Ademas, los murmullos de quien era yo tambien resonaron a los oidos de el. Pero poco le importo. No era alguien de dar detalles triviales.
"Claro que si, Monsieur Pineau" le dijo de un soplido la joven, dándole la llave de la mejor suite. El la tomo ágilmente de la misma manera en que saco el dinero suficiente para pagar, sin contar que ¡hasta firmo el registro como si nada, y me tenia en brazos!. Hasta el dia de hoy quiero saber como lo hizo, pero no quiere confesármelo "Es un honor tenerlo aquí señor... ¿ha regresado de Paris?" pregunto mostrando ansias de sus palabras.
El sonrio encantadoramente mientras le devolvia la libreta y la pluma.
"No, me dirijo a ella. Dentro de poco. He pasado todos estos años en Mar del Plata"
En ese momento me miro a mi, comenzando a relacionar ideas. Pero lo miro rapidamente sin decirle nada al respecto.
"Luce tan atractivo como hasta entonces mi señor..." le confeso ruborizada mientras el comenzaba a alejarse.
"Hahaha, se lo agradezco, es muy amable de su parte"
"¡Monsieur¡¡Seria un honor para nosotros que diera un concierto mientras comparte una estadia aqui, si no le molesta!" le clamo antes de irse, pero discretamente para que la gente no armara un escandalo. Darián volteo y sintio.
"Sera un honor para mi" le confeso "Pero por el momento me remito a descansar. Estoy... estamos, agotados realmente"
"Entiendo perfectamente. Disfrute la estadia" le dijo la jovencita, antes de llamar al gerente.
Cabe aclarar que como era tan conocido, se sabia que era un artista netamente nocturno. Los conciertos los daba solamente por la noche y en todo lugar que habia estado no se le remitia salir en la dia, buscando inspiracion en la oscuridad de la habitacion. Asi como en todo lugar pedia no ser perturbado.
Si, podria sonar loco para ustedes, pero en esa epoca era absolutamente respetable ese concepto, mas viniendo de alguien que tocara el piano como el (sacando el inconmensurable respeto de que fuera parisino). Claro que ahora no aplica la misma excusa... los vastagos somos mas libres de manejarnos. Pero en esa epoca aun faltaba mucho para una organización como la que conocen, la que nos otorga movilidad nocturna. Hasta ese entonces, a pesar de ya haber Principes y Arcontes, debiamos tener mucho cuidado... pues los ciudadanos neocoloniales habian adquirido todas las costumbres de Europa... asi como tambien aquellas supersticiones de seres diabólicos y vampiricos. Aunque solo era entre la gente mas pobre de la ciudad, habia que tener cuidado.
Ademas, como la Camarilla no tenia total control como ahora, los Sabbat andaban por ahí matando Vastagos y mortales por igual. Asi que una ciudad poblada y tu nombre reconocido requerían extrema precaucion; y esa era una delas mejores cualidades de Darián.
Ahora que estan mas ambientados de la situación de la epoca, proseguire.
El parisino subio las escaleras rapidamente, mientras trataba de cruzarse con la menos cantidad de "vecinos" casuales posible en ese momento; no tenia humor que hacer sociales mas que los que debia hacer, como el que habia ocurrido momentos atrás. Asi que sin mas reminicencias pidio que llevaran el equipaje mas tarde (que entre los dos era bastante) y entro conmigo a la habitacion una vez hallada.
Ustedes sabran que, asi como he descrito la entrada del hotel, habran podido imaginar lo lujoso y costoso que era. La suite mas cara no era para menos; llena de cuadros decorativos, pinturas, esculturas, paredes y muebles al tono, cortinas de seda, sillones forrados en piel genuina, alfombras persas, adornos de plata y oro, un hogar de mármol, salas y habitaciones enormes comparadas al resto del hotel ¡e incluso hasta un piano de cola negro en la sala principal, debajo de un juego de candelabros de cristal que iluminaban discretamente el ambiente, colgados del techo y protegidos de que cualquier corriente los apagara.
Esto mataria de un infarto a cualquier mortal, pero Darián estaba demasiado acostumbrado al lujo (asi como ustedes, que si lo ven, vivimos en un apartamento de similares características. A Darián le fascina este tipo de arquitectura); y ademas, estaba demasiado atento a mi.
Rapidamente se dirigio a la alcoba y me recosto en una enorme cama matrimonial, esmaltada de mármol y cedro negro en su cabecera y con almohadones de suave razo rojizo y azul, asi como la frazada. Quito su abrigo de mi y me coloco en medio de la cama, acomodando bien todo para que me despertara totalmente comoda y sin molestias. A los breves momentos llego el equipaje, y fue entrado con ayuda del botones, y fue dejado en la sala.
Terminado esto, fue a darse una rapida ducha a la tina de marfil que estaba contigua a la habitación.
Y aquí fue cuando desperte.
Al principio, abri los ojos despacio, y me encontre con el techo de madera lustrada que era del mismo material que la cabecera de la cama (eran de esas camas que tiene techo y cortinas de seda transparentes alrededor de ellas, como usaban los aristócratas Luisianos de la vieja Francia); luego baje la mirada, y me encontre con que las cortinas de ese material opacaban mas mi vista de lo que estaba en ese momento... y una terrible jaqueca me golpeo la cabeza al despertar.
Me la tome con dolor, moviendo mis brazos. En el proceso me incorpore sentándome y comenzando a ver como era que estaba sobre aquella cama tan lujosa y costosa, digna de un rey. Como si despertara de un sueño, sacudi mi cabeza y entre mi jaqueca temporal revise la habitación tras esa tela... pero al cabo de unos minutos la curiosidad de la conciencia cada vez mas clara y llena de preguntas me invadio y me estire hasta salir de aquella cómoda y ponerme de pie, medio tambaleante, mientras me apoyaba en la pared cercana.
Al reincorporarme en mi postura, solo pude ver con un simil asombro aquel inmenso lujo que me rodeaba... sabiendo que no estaba en casa, definitivamente. Con mas preguntas en mi mente, me aventure sola a la sala (en realidad sin saber a donde iba), descubriendo mas lujo y mas fascinación de mi parte; camine por las salas, los estudios e incluso observe el balcon que daba hacia la esplendorosa ciudad nocturna.
Era mas que una sensación maravillosa. Me sentia transportada en medio de una fantasia asombrosa; miraba las cosas de otra manera, sumida en el asombro y la fascinación que solo pueden conseguirse desde la ingenuidad de la sencillez campestre en la que siempre me halle. Me sentia ajena a todo eso, humilde... me sentia parada desde otro lugar, como si vieniera o estuviera en otro mundo, muy diferente al mio.
Y en cierta manera, estaba realmente en otro mundo.
Volvi a la alcoba, y mas sobria pude darme cuenta que habia una habitación mas alli. Pero estaba cerrada. Con las mismas ansias ingrese en ella y me asuste en un pequeño grito al ver a Darián desnudo en la tina, dándose una ducha de espaldas.
¡Que vergüenza que me dio!. Voltee rapidamente con pena pidiendo disculpas, incluso sin saber que realmente era el. Y aunque lo hubiera sabido, Sofia... no, no te rias, en esa epoca el pudor era una de las etiquetas mas grandes de la mujer, no es como ahora, todo tan liberal. Aunque fuera tu esposo era un insulto verlo desnudo si no era en la cama con un fin. En esa era victoriana habia mucha censura, ten en cuenta esto... aunque los historiadores dicen que fue la epoca sin embargo mas pervertida de toda la humanidad; pero bueno, las reglas estan para romperlas.
Pero este esbozo historico era para que te dieras cuenta por que en ese entonces reaccione asi.
Al ver que habia despertado, Darián volteo con asombro y se cubrio con una toalla, mientras yo aguardaba afuera, totalmente pasmada de la sorpresa y de la pena... y alli encontre mi primer indicio: mis mejillas no se acaloraron a pesar de toda la vergüenza que tenia en ese momento. No senti el ardor tipico de una reaccion asi.
Me las toque con extrañeza, no hacia tanto frio alli dentro; es mas, estaba agradable, destemplado, como para tener la cara tan fria como la tenia. Pero eso fue un pequeño detalle en cuanto Darián se puso enfrente de mi y me hizo verlo a los ojos, con su cuerpo aun empapado por el agua y sus cabellos ondulados pegoteados a su rostro, hombros y frente. ¡Me dio mas pena aun verlo¡Jamas lo habia visto sin tan poca ropa!. Gire la mirada, pero el me la sostuvo con su mano levantando mi barbilla y haciendome mirarlo.
"No sabia que habias despertado" me susurro preocupado, mientras su mano acariciaba mi rostro, tranquilizándome "¿Cómo te sientes?"
"¿Cómo me siento?" repeti mirándolo incrédula. Sin duda era una pregunta muy buena para el momento... por que ni yo misma lo sabia. El ver las cosas de esa manera me habia asombrado mucho "Tenia una jaqueca hasta hace un momento..." me anime a decirle " Me desperte y me di cuenta en donde estaba, me asombre, recorrí todo este recinto y pude observar el lujo que tiene..."
"¿Es de tu agrado?" me corto, realmente interesado en algo que a mi me resulto ridículo en ese momento.
"¿Por qué querrias...?"
"Contestame, Mylagros"
Aun sonrio cuando recuerdo mi nombre mortal. No era tan desagradable.
"Pues... ¿cómo no ha de gustarme¡Es magnifico¡Jamas habia visto tanto lujo!" le exclame, como una obviedad no entendiendo que tenia que ver con mis nuevas sensaciones. Ciertamente estaba aun confundida y desconcertada. Y lo mas importante: no sabia la verdad.
Ante mi respuesta se alivio la tensión de su rostro y beso suavemente mis labios, relajado "Acostumbrate a el, pues viviremos asi..." me murmuro con gracia al oido, y yo sonrei. Claramente su fama y la de mi padre sobre mi nombre nos irian a ayudar bastante en esa nueva ciudad.
Aun y con esa ventaja, mis dudas volvieron a mi mente. Sobre lo que sentia.
"Aun asi me siento extraña" le confese. El me miro fijamente, serio. Luego de un silencio suspiro y camino unos pasos lejos de mi, buscando sus maletas y trayéndolas a la cama en el proceso, mientras buscaba algo que ponerse. Yo permaneci inmóvil hasta ese entonces, observándolo.
"¿Puedes tratar de explicármelo?" me sugirió, mientras apartaba camisas y pantalones.
Me toque el pecho, mirándome a mi misma para acercarme a un pequeño sillon en la pared, hermoso y comodo, y sentarme en el mientras lo observaba.
"Quizas te suene ridículo; y lo mas probable es que se deba al cambio tan grande. Estoy por primera vez en mi vida lejos de mi padre, de mi pueblo... de los recuerdos de mi madre, mis amigos, en una ciudad totalmente desconcida. Enorme y llena de luces y ruido" agregue recordando la vista del balcon. Mira a mi alrededor "En un lugar que parece un palacio y con un hombre que amo, a solas, como si estuviera casada... son todas vivencias primeras, creo que eso quizas me ayude a sentirme extraña"
Darián volteo a verme con gracia ante esto ultimo, mientras apartaba su ropa escogida "Debo entender que me temes ahora que estamos en ´mis dominios´" dijo burlonamente. Yo rei. Pero el estaba diciendo la verdad. Se acerco a mi y se arodillo, apoyando sus brazos en mis piernas, mirándome fijamente "¿Crees que te sientes asi por toda esta experiencia y la falta de adaptación que estas sufriendo por estar las primeras horas aquí¿a eso te refieres?"
Si hay algo que amo de mi Sire, es su exactitud de palabras.
"Si, exactamente" asenti. El bajo la cabeza ya dejando su sonrisa, alejándose de mi y prosiguiendo mientras tomaba la ropa y comenzaba a vestirse (claro que yo volteaba hacia otro lado mientras conversábamos). Sabia que estaba cerca de la verdad, y que aquellas suposiciones eran marionetas de la verdadera razon...
Una vez vestido, fue a la sala con rapidez y escuche un ruido tosco. Habia sacado un cuadro que tenia en si dos hermosos caballos pintados al oleo, en medio de un galope nocturno, por sus colores frios. Lo puso delante de mi sin mas decir, y yo me desconcerte al ver esa accion... que mirándolo a los ojos, hacia con total seriedad.
"¿Qué observas?" me pregunto, a modo de orden. Yo me asuste y mire sin entender.
"Es una obra de dos caballos en oleos de colores fri..."
"¡No me digas lo que VES¡Dime lo que OBSERVAS!" me impuso casi a grito. Yo quede enmudecida por su comportamiento desesperado. Como si de eso dependieran nuestras vidas, de una respuesta.
Lo mire fijamente de nuevo, sin saber que queria que encontrara en el... pero al hacerlo, un mar de sensaciones, de esas sensaciones que habia tenido al ver toda la habiatacion, invadieron mi cuerpo e hiceron temblar mis manos, heladas como rostro.
Es difícil describir que fue lo que exactamente vivi con mis sensaciones al verlo... pero fue algo asi como si estuvieran vivos aquellos corceles salvajes, galopando en ese campo difuso tras de ellos y bajo de una luna que se confundia con el cielo razo, todo difuminado en grises palidos, azules peltre, marinos, electricos, negro, blanco... distingui cada color, cada pincelada, cada mezcla, como si estuviera viendo al autor haciendolo, como si pudiera ver su paleta; el contorno del dibujo de los caballos, cada fibra muscular en accion de todo aquellos cuerpos equinos, recreada y sombreada, asi como iluminada; cada hebra de sus crines y colas al tono, al compas del viento; sus cascotes... podia sentir el ruido de su galopar en mi mente, de los relinchos en medio de la noche... ¡si¡Era como si estuviera viendo a esos caballos galopar en la escena, como si estuvieran alli¡realmente como estuvieran vivos!.
Darián casi cae al suelo con cuadro y todo cuando grite del susto al verme atrapada en esa vision, alejándome de el y mirándolos a ambos con espanto. Enseguida el pudo notar todo esto y alejo su pintura de el, para acercarse a mi y calmarme, pero me alejaba mas de el a cada paso.
"Tranquilizate amor mio, no es nada... esta bien"
"¡¿Qué fue todo eso¡¿Por qué vi todo eso!" le decia mientras me acurrucaba con miedo contra la pared "¡¿Qué es todo eso!... ¡¿Por qué...!" le decia sin comprender, palida del miedo... mas de lo que yo misma podria verme. Solo una conclusión podia entrar en mi mente que aun creia viva "¡Ese cuadro... esta embrujado¡Vi a esos caballos correr, correr como si estuviera vivos, relinchando y golpeteando la tierra!" le clame, tapándome los oidos y cerrando los ojos, incluso lejanamente los podia sentir, atrapados en los recuerdos de mi vision "¡No puede salir de un cuadro... no es posible¡Esta embrujado!"
Me negaba una y otra vez, impidiéndole a mi Sire hablar. Con la mayor comprensión y paciencia espero a que me calmara para arrimarse a mi y abrazarme. Me condujo hasta la cama y me hizo sentar en ella, y el a mi lado. Aun yo algo asustada por lo que ya casi etereamente en mi los sentia. Solo levante la vista cuando tomo mis manos... tan frias como las mias.
"No te asustes, por favor" me rogo, pidiéndome paciencia "Solo queria ver que observabas, que podrias extraer de esa hermosa pintura" me dijo, mirándola y continuando "Queria saber si realmente tus nuevas sensaciones eran debido al asombro social y fisico de este lugar, de esa ciudad. Si la adaptabilidad de este sitio era tu nueva y extraña sensación..." dio un silencio largo "... o esto".
"¿Esto¿Qué cosa?" pregunte sin entender, el asintió "¿Pero, que tiene que ver la pintura con... ?"
En ese momento su mirada misma me callo. Sus ojos miel brillaban, mas que nunca... como aquella noche en el campo, cuando el me espero. Brillaban por si solos, y la habitacion estaba tenuemente iluminada por los candelabros a sus costados... algo que no podia comprender. Pero mas que eso, brillaban de preocupación, de miedo a que no entendiera, a que reaccionara mal.
Tomo mis manos con mas fuerza en las palabras que continuaron.
"Mylagros... esa pintura es completamente normal. Esta hecha por manos mortales" comenzo, despacio. Cuando iba a preguntarle el porque entonces la habia visto moverse de esa manera en mi mente, siguió "La que lo ve de... otra manera, eres tu"
"¿Otra manera?" pregunte, perdida en sus ojos. Algo me decia que me diria la razon de todas mis dudas en ese instante "Pero, he visto en mi vida pinturas, y jamas me paso algo asi"
"Es por eso, la ves de una manera distinta. Y no es por el estilo, ni por el lugar... ni aun porque estemos aquí, en este momento, lejos de tu padre, de tu tierra, de tus recuerdos de infancia" bajo la mirada y la subio "... sino por que la unica que ha cambiado, eres tu"
Lo mire sin comprender.
"El mundo no ha cambiado su perspectiva. Es igual, todo lo es" siguió al ver mi cara "No hay nada nuevo. No es problema de adaptarse o no... sino es que tu punto de vista ha cambiado, desde lo mas profundo de ti, hacia todo lo externo. Por eso ves todo diferente ahora"
Mis labios temblaron al escucharlo.
"¿Que quieres decir?" cuestione, cada ves confundida y asustada "... ¿por qué dices que soy yo la cambie¿qué ocurrio en el viaje hasta aqui?..."
Estas preguntas quedaron en un silencio que Darián me otorgo para que yo misma encontrara las respuestas en mis recuerdos... o en los pocos que tenia en mi mente antes de desmayarme.
Al ver que no podia asociar esas preguntas, que no podia recordar, señalo una pequeña mancha en la falda de mi vestido... que sobreseguia a la que estaba en mi pecho, en mi escote; era claramente reconocible aquel color amarronado y ya penetrado en la suave tela de algodón de la que estaba hecho: era sangre.
Y yo la habia derramado.
"¡Dios¡Sangre!" exclame, mirando el pecho y la falda, sin comprender. Enseguida busque alguna herida en mi cuerpo... pero nada halle, mas que el frio tacto de mi reciente piel muerta. Al no encontrar nada, en el silencio de los ojos del parisino que me miraba con comprensión y preocupación quise encontrar la respuesta... pero solo cerro los ojos, dándome la espalda y poniéndose de pie, mientras se abrochaba la camisa y la comodaba dentro del pantalón. Como si esperara paciente que me diera cuenta.
Pero el silencio se hizo insoportable... y aun no comprendia.
"¡¡Darián, ya basta!" me puse de pie enojada, con miedo en mi corazon "¡Dime que significa todo esto!" me mire a mi misma "Por que la sangre... por que..."
"¿Realmente no puedes recordar?" me callo, y en su voz se denoto un terrible dolor.
Luego de unos momentos, se vio forzado a un ultimo recurso. Se dio vuelta a mirarme fijamente, con enojo casi, fijo. Me asusto a tal punto que cai a la cama de un sentón, al perder fuerzas, atrapada por sus ojos miel que brillaban casi dorados en la palida luz; pero eso no fue lo peor. Se echo contra mi y me puso entre sus brazos abiertos que sostenian su cuerpo, alejándolo del mio casi verticalmente, sobre la cama. Se acerco mas... y fue cuando sus colmillos relucientes como estrellas salieron de su boca, mostrándomelos, como si fuera su victima con los segundos contados.
No se si mi piel podria haberse empalidecido mas que ahora, pero seguramente alcanzo un color casi azulado porque mi miedo se incremento a un punto que ni yo misma me crei en ese momento. Era como si todos mis sentidos, asi como habia sucedido con la pintura, se hubieran intensificado; eran mas profundos, detallados y complejos que los humanos... era como si hubiera ido mas alla, supiera mas... como si hubiera llegado a un punto de sensaciones que ningun ser humano habria llegado a sentir jamas... mas alla.
Y asi como habia ocurrido con mis sentidos, ocurrio con mis emociones. El miedo humano estaba intensificado por mi nueva capacidad vampirica; y sin darme cuenta, estaba experimentandolo al ver la terrible realidad a la que me afronte en ese momento.
Darián era un vampiro.
Luego de esto grite, grite como jamas crei que gritaria (tambien estaba intensificado en mi) y quise salir de alli, pero el pareca un muro inamovible. Su suave contextura física jamas darian a creer que poseia semejante fuerza, parecia inerte como una escultura... y solo en ese momento pude ver que su piel era casi tan blanca como una. Solo en ese momento, bajo ese miedo... entendi todo de el.
Todo lo que jamas pude comprender, el mismo me lo habia mostrado.
"¡¡¡ALÉJATE!" le grite, golpeándolo, mientras el seguia con sus colmillos al aire, mirándome algo mas calmado.
No habia tenido alternativa y se lamento asustarme asi, pero jamas me hubiera dado cuenta entonces por mi sublime ingenuidad; y por mi reaccion, sabia que todo lo fisico en el, los años sin envejecer, su palida piel, sus extrañas cualidades inhumanas, sus brillantes ojos... sabia que en sus colmillos habia encontrado todas las respuestas a todas mis dudas de años.
Solo un Vastago tenia esas cualidades. Y en ese momento me di cuenta. Luego de 18 años.
Finalmente cedio y yo salte de la cama contra la pared, aterrorizada. El quedo en esa posición, hasta que giro y se sento mirándome. Oculto sus colmillos y como toda la noche, habia esperado cada reaccion. Podia ver... sus ojos aun brillantes, y su piel impecable y hasta lustrosa; podia verlas y distinguirlas de la humana con claridad. Es increíble como uno puede distinguir las cosas cuando es conciente de ellas.
"Intente decírtelo... que te dieras cuenta de otra manera" comenzo, tratando de ser accesible. Pero era inútil. Lo miraba como... si fuera un monstruo.
¿Eso no es lo que somos para los humanos, después de todo?
"¡Alejate¡Dejame ir, demonio!" le clame al punto de llorar "Quiero irme a casa... ¡llevame con mi padre!"
"Mylagros... por favor..." me pedia realmente dolido por mis insultos. Realmente me amaba. Pero yo cerre los ojos y voltee a un lado.
"¡Tu maldito demonio¡Nos has mentido¡A todos¡Me has mentido toda mi vida... me has traido aquí por tus mentiras¡Y yo amandote, como una estupida!"
Me dolia mas que mi amado fuera esa bestia, que el darme cuenta de todas las mentiras que nos habia contado por años sobre si para ocultarnos la naturaleza que tenia, para vivir con nosotros en paz.
Ante esos agravios, Darián se horrorizo. A pesar de mi resistencia, se puso de pie y se acerco a mi, alejándome de la pared, y abrazandome contra su pecho, cerrando los ojos... soportando los golpes que yo le daba para liberarme hasta el cansancio.
"No digas esas cosas..." clamo, y su voz se quebro "Es verdad, tuve que mentirles para no ponerlos en peligro, para vivir en ustedes en paz, y para que no me temieran... para que me aceptaran y amaran. Es verdad, tuve que mentir" me sostuvo de los hombros y me alejo hasta mirarme fijamente "Pero todo el amor que siento por ti, por Cristian... no, eso no es mentira. Realmente los amo. Los ame y amo tanto que no quiero que me teman, que me odien por ser lo que soy... por ser un ser Condenado a la Noche Eterna. Por eso me vi obligado a mentirles, para no herir los sueños de tu padre, y para no herirte" su mano fria toco mi rostro a punto de reventar en llanto, llena de miedo y dudas por sus gestos, su voz, su mirada. No sabia si eran una mentira mas o si realmente me decia la verdad.
"Los vampiros son asesinos, monstruos sin corazon¡Heraldos del Demonio!... ¡¡Todo es una trampa!" le murmure cruel, no creyéndome nada. El asintió, sorprendiéndome.
"Lo somos... pero si fuera realmente tan malvado, y hubiera tenido solo esos propositos ¿hubiera esperado tanto tiempo?" me cuestiono y me quede sin responderle "Tienes toda la razon al acusarme por no decirles la verdad; pero temia que me abandonaran con ello... y es tan triste la soledad en la Eternidad" confeso alejándose y sentándose, analizándose a si mismo "Cuando conoci a tu padre, me quede tan encantado... tan fascinado por su amor y dedicación, que quise estar a su lado. Mas cuando tu llegaste..." me miro y sonrio con dulzura "No puedo describirte como me he sentido desde ese momento... te ame desde ese entonces, hasta ahora... y te seguire amando el resto de la Eternidad, querida mia" me dijo suavemente.
Luego de unos segundos, mire el suelo, dudando de mi actitud. ¿Realmente tenia derecho a reclamarle algo de lo que en realidad, nos protegio y oculto para cuidarnos?. Después de todo, solo sabia lo que los campestres habian contado en mi infancia acerca de aquellos seres inmortales. Y me asustaban con ello.
"¿Cómo puedo saber que es verdad?" sentencie en mi silencio. Juro por Cain que hasta ahora no se porque esa pregunta fue a mi mente en un momento de tanto desconcierto. A tal punto fue este asombro que el propio Darián me quedo mirándo.
"No tengo maneras" solto finalmente "Solo mirame y sientelo... siente si es verdad" me pidio a modo de favor. Yo entonces lo mire fijamente unos segundos. Aquella sensación intensificada habia vuelto a mi por unos instantes, asi que supuse que queria que la utilizara.
Decia la mas absolutas de las verdades. Era tan sincero que me daba miedo... me asustaba de cierta manera que fuera verdad... ¿un vampiro enamorado de mi?. Aquella espera que parece larga en años humanos, y en segundos para los vastagos, habia sido la prueba suficiente. Habia esperado mi crecimiento, el me moldeo a su manera, como una escultura suave que uno hace a sus deseos en busca del ser amado perfecto.
"Entonces, fue como en la leyenda de Galatea y Pigmalion" le dije perdida en mis comparaciones mentales. El sonrio levemente ante el comentario "Estuviste años moldeándome a tu gusto, para que estuviera lista y preparada hasta en el mas minimo de tus caprichos... por que tu me impusiste mis gustos, incluso ciertas cosas de mi carácter, mi gusto por el arte... hasta mi manera de hablar... todo" lo mire burlonamente. Me sentia una muñeca manejada.
¿Pero acaso un Sire no hace eso con su Chiquillo?
"Podria verse como algo asi..." susurro despacio, al ver mi calma. Se atrevio a acariciar mi cabello, y no hice nada para evitarlo. Demasiado turbada en mi misma al darme cuenta de todo lo que habia descubierto: Darián era un vampiro de quien sabe cuantos años; habia convivido con mi padre y conmigo dos decadas y media solamente para no estar solo... y para esperarme hasta prepararme y formarme. Y ahora estaba abrazada a su cuerpo. Estaba acariciándome. Y lo peor de todo, era que estaba enamorada de el aun.
Una no recibe esas noticias todos los dias.
Al ver que finalmente habia comprendido y justificado su accionar todos esos años, y lo que ahora era, se tranquilizo; pero no era lo mas importante en esa noche, en realidad.
"Darián..." le susurre ya contra su pecho.
"¿Si, amor?"
"Si me amas... dejame ir" lo mire con dolor "... te amo como no tienes idea. Pero no puedo estar contigo... tu, que vives eternamente, me veras enjecer. Y verme morir lentamente te hara sufrir mucho mas que el haberte ganado el odio de mi padre y mio si nos decias la verdad en ese momento" le profese con calma, ya que era un pensamiento logico de alguien quien se piensa mortal aun.
Su mirada en ese momento fue la mas triste de toda la noche.
Acaricio mi rostro con calma "No puedo dejarte ir..." me djo despacio. En ese momento senti un temblor en la espalda.
"¿Por qué?" le dije asombrada, pensando en que alguien mas lo habia obligado a hacer todo eso.
Darián sintio la amargura de sus palabras, pero no encontro otras para decírmelo en ese instante. Cerro los ojos y alejo sus manos de mi, dándome la espalda.
"No pertences mas al mundo de tu padre. No puedes regresar a el" me clamo "por que ahora eres como yo... ahora perteneces a la Eternidad"
Esas palabras resonaron en mi cabeza como si me hubieran golpeado fuertemente. Tanto que tarde en reaccionar. El volteo a verme y las repitio, para que las entendiera. ¡Pero yo no podia creer todo eso!.
"¡ES MENTIRA!" le clame, asustada, alejándome mas de la alcoba "¡Es mentira!" pero ni yo misma lo creia... por que yo misma me sentia distinta a cada segundo de mi inmortalidad.
"No lo es" me dijo calmo, mirándome "Quizas no lo recuerdes, pero todo lo que sucedió en el tren, no fue un sueño, ni una pesadilla. Te elegi, eres mi elegida. Te amo por eso, y quiero que estes conmigo para siempre... y la unica manera de hacerlo era Abrazandote. Te otorgue el Abrazo en el viaje" me señalo "La sangre en tu vestido es tuya, Mylagros... cayo mientras te Besaba" siguió sin compasión, y yo misma comence a recordar... ¡tenia razon! "Luego, te deshiciste de toda la comida solida, acostumbrando tu cuerpo a tu nuevo apetito. Una vez hecho esto tomaste mi sangre, desde aquí "me indico la muñeca "y desde ese entonces estuviste inconciente, hasta que llegamos, hasta que despertaste... ahora tienes en ti todas las sensaciones nuevas. Son tus viejos sentidos y emociones mortales intensificados infinitamente por las virtudes vampiricas. Eso que no podias comprender en ti, son los cambios de tu cuerpo, mente y alma... estas convirtiéndote lentamente. Estas abandonando la mortalidad, asi como dejaras mas cosas con el tiempo, hasta que..."
"¡¡¡¡CALLATE!" le dije aturdiendolo. Sin saber porque, sali corriendo de alli, lejos de la alcoba sin pensar en realidad hacia donde me dirigia. Solo queria alejarme de el, de sus palabras… de la gran verdad que tenia que afrontar; que era mi realidad y que no queria aceptar.
Corrio rapidamente hacia mi, llamandome preocupado pues sabia que estaba nerviosa, confundida, asustada y enfadada a la vez. Lo sabia muy bien porque en su momento, el habia sentido un miedo similar. Ademas debia calmarme si no queria que cometiera alguna locura.
Al encontrarme me vio en el balcon, mirando hacia la sala, con el cabello y el vestido revoloteando salvajemente por el viento violento que soplaba afuera desde esa altura; debajo, el inmenso vacio del callejón sin luz, de una zona abandonada por el lujo y el ruido. Parecia amenzarme a tirarme contra el.
"¡¡¡Mylagros¡Entra!" me clamo, llamandome.
Yo no queria escucharlo, lo veia, pero no lo escuchaba.
"¡¡¡¡Por que hiciste todo esto¡¡¡Por que me engañaste¡¡¡Eres un egoísta¡¡Me quitaste la vida solo para no estar solo¡¡Me convertiste en este monstruo¡¡Me robaste mi vida¡¡Me la robaste!" grite en pleno llanto. Al sentir mis lagrimas en mi rostro, pude gustarlas… no eran saladas, sino dulces… dulces como la vitae que habia tomado de mi Sire hacia horas atrás.
Todo ese mar de sensaciones volvio a mi, los recuerdos fueron claros y pude verlos por mi misma como una película… y solo me enloquecieron mas al mostrarme de cuan ruda realidad queria escapar, y tenia que aceptar.
Darián no exclamo mas palabras… ¿Qué podria decir?. En cierto sentido, yo tenia la razon. Todos los Vastagos lo hacen por egoismo, ya sea propio, de la especie o del Clan. Es un egoismo al fin y al cabo… y quita la vida mortal. Son asesinos e injustos desde ese sentido.
Pero "la perspectiva logica de la verdad va mas alla de la comprensión humana", como diria un Ventrue. Va mucho mas alla… y tiene razon. Por que esa logica, ese pensar humano, es valido y verdadero… pero solamente que muestra la mitad de las cosas como son. La otra mitad es inalcanzable, porque solo una vida mas prolongada podria responderla… algo que ellos no alcanzan. Es alli donde entran los vastagos y ofrecen la segunda mitad de la respuesta.
Me resbale lentamente mientras mi propia debilidad me hacia caer hacia el suelo del balcon, acicalandome como un perro abandonado, mientras continuaba llorando, maldiciendo mi suerte, mi destino. En ese interin, Darián se acerco a mi y se agacho, abrazandome y protegiendome del frio, besandome la cabeza.
"Shhhh…" me calmo. Me puso de pie y me llevo hacia adentro, sentandome en el sillon mas lujoso de la sala, frente al piano. El se sento frente a mi en el banquillo que acompañaba al gran instrumento musical.
"… ¿por qué me hiciste esto?" le pregunte aun llorando, mientras me miraba y comenzaba a ver las cosas, a mi misma, cada vez mas diferentes. Sentia como si la corriente humana, el palpitar humano, morian a cada segundo. Y asi siempre habia sido, solo que ahora conciente, lo sentia mas intenso en mi.
Por unos instantes, Darián penso detenidamente en como satisfacer mi respuesta… aunque sabria que no iba a calmar mi enojo, ya que llevaba la razon en mis acusaciones. Pero debia hacerme ver el lado bueno de todo el asunto.
Se acerco levemente y me tomo las manos, mirandome con ternura, intentando buscar en su mente el tacto mas adecuado.
"No tengo excusas para tus acusaciones. Son verdaderas" empezo, y lo mire entre sollozos sanguinolentos. El vio mi estado y tomo un pañuelo, limpiandome el rostro por completo, deshaciendome de esa sangre que tenia en mi rostro aun "Aun asi, y que haya sido por egoismo… vi en ti cosas que ningun mortal jamas apreciaria" siguió "tus talentos, tu belleza, tu capacidad… jamas serian apreciadas como la podemos llegar a apreciar nosotros" se señalo "Pues con los años, perderias tu vigor, tu fuerza, y tus talentos moririan con tu vejez. En cambio, con tu juventud latiendo eternamente, jamas envejeceras, jamas te preocuparas por enfermedades. Solamente ocuparas tu mente en perfeccionarte cada vez mas… en ser reconocida, y veras como en este mundo, nosotros apreciamos a criaturas como tu" presiono mis manos, sonriendo "Te elegi porque me pareces tan extraordinaria que jamas serias requerida como te mereces; tu vida mortal no alcanzaria para explotar todos tus dones; ahora, en cambio… seras preciosa, perfecta… talentosa… por siempre"
Suspire esas palabras, y las analice…
"No quiero la Eternidad" le negue nuevamente.
"¿Por qué?" cuestiono serio. Era como si leyera toda mi mente, esperara esas preguntas... se hubiera preparado a ellas.
"Por que los seres que quiero que escuchen mi musica, admiren mi gracia… no estaran, y yo seguire aquí, vagando sin rumbo… como una sombra perdida"
"Te equivocas. Los vampiros no somos como dicen las leyendas" me corrigió "No al menos los de mi clase, y a los que perteneces ahora"
Lo mire asombrada.
"¿Tu clase?"
"Hay muchos Vastagos. Mas de los que te imaginas, entre la gente, se confunden en ella" sonrio "Si sales ahora, podras verlos a todos, podras reconocerlos con tus nuevos ojos, tu nueva sensación… podras sentirlos entre los humanos. Y nadie se da cuenta, asi como tu no supiste que yo lo era" aplico con cierta picardia, separandose "Pero es verdad, hay mas clases, muchas, trece exactamente" me explico de espaldas "Y todas perfectamente organizadas bajo dos grandes cultos, ocultos de la humanidad… e ironicamente, las que los controlan" aplico finalmente. Antes de que protestara volteo a verme "Pero no hay tiempo para eso, amada mia… no esta noche. Tenemos toda la Eternidad para que yo te enseñe cada detalle de este nuevo mundo… es mas, es mi deber como tu padre vampirico, tu Sire. Enseñarte todo, asi como te enseñe desde pequeña… sere tu maestro de nuevo"
Una cuota de confianza surgio de mi mente, al ver la seguridad que me aplicaba en cada mirada y gesto, al verme mas tranquila, al ver que habia agotado y habia descargado la rabia usual del momento, del sentirse manipuleado y controlado por uno que eligio tu Destino y jugo contigo a ser Dios por unos segundos.
Claro que no estaba feliz de saberlo, ni de sentirlo, aun no lo aceptaba.
Y no lo acepte, por mucho tiempo.
Cuando cai de mis pensamientos, Darián tenia puesto el saco de terciopelo rojo oscuro que hacia juego con el pantalón. Una elegante pañoleta con un rubi en medio de ella cubria su cuello, asi como la camisa voleada bajo el saco. Se acomodo lo mejor que pudo y me sonrio con dulzura.
"Toma un baño y cambia tu ropa… esta noche conoceras la ciudad" me dijo, aun sabiendo que no estaba feliz. Y lo hacia para eso, para convencerme de que la nueva vida vastaga tenia muchas mas ventajas y menos riesgos que una humana… bueno, no los "mismos" riesgos que la humana, pero si tenia lo suyo "¡Ah! E iremos a la escuela a registrarte"
Al ponerme de pie y obedecerle, puesto que no veia otra salida en ese sentido, lo mire cuando me dijo eso.
"La escuela debe de estar cerrada"
El me miro con sorpresa, y carcajeo levemente.
"Es verdad, no lo sabes. Bien, te dare una pequeña reseña" me dijo como un niño "El Clan en el que estamos se llama Toreador, el Clan Artista o el Clan de la Rosa. Su origen fue en Francia y se especializa en el Arte y la sociabilizacion vastaga-humana y sus relaciones a partir de ella, al igual que se encarga el Clan Ventrue, que son los politicos y organizadores de toda la Sociedad Vampirica y de la Mascarada, que controlan la Camarilla y marginan al Sabbat" mi cara decia todo… no entendia nada "no te preocupes, lentamente te enteraras de todo lo suficiente… pero solo es para decirte que las Escuelas de Arte que conoces y son conocidas a nivel mundial son manejadas por los Toreador, al menos los mas poderosos a nivel economico" rio "esta ciudad esta regida por ellos, luego sabras por que; pero la unversidad a la que asistirias como humana, y a la iras de todas maneras" me advirtió "es la que controla Giovanna, una Toreador muy reconocida en todo el mundo. Es Maestra de Arte General… sabe demasiadas cosas. Sus profesores serian los encargados de enseñarte, de perfeccionarte como mortal… y tu jamas lo hubieras sabido, serias controlada por ellos" me sorprendi "¿Ves? Ahí ves una de las tantas ventajas, ahora sabes quien maneja todo el teatro… y como puedes evitar de que te manejen, si lo deseas. Asi que tu objetivo no se destruira con esto¡es mas! Te beneficiara muchisimo… pero solo veras cuando las noches sigan su curso y empieces a estudiar" sonrio "Ahora, dejemos el estudio un rato. Ve a bañarte y a cambiarte… quiero aprovechar estas horas para enseñarte la ciudad… NUESTRA ciudad"
Y asi, la vida eterna comenzo para mi…
Mmmm seria bueno que lo contara por etapas. No contare noche por noche porque los matara, asi que estos bloques seran una acumulación de años, de mis primeros años, que recuerdo por Darián o por mi misma… y por los que lo vivieron a mi lado.
