Disclaimer:

La serie Neon Genesis Evangelion, así como sus personajes, nombres, lugares y derivados, pertenecen a sus respectivos autores (Anno, Gainax). No busco lucrar, sólo entretener.

Notas:

Relatar

-Hablar-

'Pensar'

"Expresiones y frases"

Update 16/01/14: Corregidos errores ortográficos y mejorada la gramática.


ONESHOT: El Juego de Asuka

-Vamos, vamos…- Los silenciosos comentarios, casi susurros, del piloto del Evangelion Unidad 01 salían aceleradamente, aunque éste no tuviera real conciencia de ellos. Su mirada denotaba suma concentración, mientras sus manos se paseaban por los botones y palancas del mando, pulsando y moviendo a gran velocidad. Necesitaba una apertura, una sola y mínima oportunidad y sabía que podría lograrlo. En estos momentos, sin embargo, se encontraba recibiendo un ataque tras otro, imposibles de enfrentar directamente, por lo que solamente podía mantenerse a la defensiva. Esquivando, bloqueando y desviando la seguidilla de proyectiles que su imponente rival le lanzaba, sentía que en cualquier momento flaquearía. Apenas si podía pestañear debido al fulgor de la batalla.

En su mente una sola frase se repetía, como si se tratara de una melodía de su viejo SDAT. Siempre las mismas palabras, en el mismo orden. De hecho, ya las conocía de antemano 'Centrar el objetivo y disparar.' Pensaba con decisión, siempre concentrado, siempre atento en su tarea.

-¡Maldición! Esto es imposible.- Terminó por soltar con bastante fastidio el joven piloto, vestido con una camiseta azul y pantalones cortos de un color similar, aunque más claro, mientras del juego se podía escuchar una melodía triste y en la pantalla del televisor se reconocía la frase "YOU ARE DEAD" en letras mayúsculas y rojas, como si el juego se lo reprochara a todas luces en la cara. Frente a este, Shinji se encontraba sentado en el suelo, en una postura india. Sin embargo, a pesar de su derrota, el muchacho de profundos y oscuros ojos azules decidió no darse por vencido, reiniciando la partida por undécima vez aquella noche. Misato, su tutora, estaba en Nerv y sabia que no volvería hasta tarde aquella noche, incluso podría no verla hasta el día siguiente. Por su parte, su otra compañera de piso, Asuka Langley, estaba sentada en la mesa del comedor, con notorio aburrimiento plantado en su rostro, aunque el piloto de la Unidad 01 no se diera ni cuenta, para bien o para mal.

'Hace horas que está con ese estúpido videojuego. No entiendo como se me ocurrió mostrárselo en primer lugar.' Pensó la joven alemana bastante irritada. Estaba vestida con su clásica ropa de dormir, consistente en una camiseta holgada amarilla y unos shorts. Su brazo derecho se encontraba estirado sobre la mesa, el dedo índice tocando rítmicamente la madera. En su otra mano descansaba su cabeza. Sus ojos no se despegan ni un momento del Tercer Niño. Hace algunas semanas había comprado el último videojuego de acción para la consola que guardaban en casa, y se lo había enseñado a jugar a su compañero en un gesto solidaridad para con ese enclenque. Ahora el muchacho parecía tan abstraído del mundo, tan ausente de su alrededor, tan ignorante de ella. Realmente le enfermaba.

Esta vez Shinji parecía estar lográndolo. Le había encontrado el truco a tan dura batalla. Su estrategia ameritaba un tiempo largo de partida, pero era segura, y después de tantos intentos fallidos, jugar a lo seguro era lo único que le quedaba, al menos si quería pasar éste nivel antes de irse a dormir. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro, cuando uno de sus ataques logró restar la mitad de vida de su enemigo. Sí, lo podía sentir, estaba por ganar. Ya podía saborear la victoria. Solo tenía que esquivar unos cuantos ataques más y sería su turno de nuevo. Todo era cuestión de esperar. De esperar y-… '¿Qu- Qué rayos?' Pensó confundido, cuando su línea de visión al enemigo fue cortada por dos largas y torneadas piernas. Por un momento perdió toda la concentración y enfoque que tenía en la batalla, viendo fijamente la piel pálida de esas seductoras piernas femeninas, que parecían no tener fin. Sugerentes curvas, invitándolo a fantasear con ellas. Pero, como todo lo bueno, finalmente tuvo que pestañear y eso le trajo de vuelta al mundo, terminando con su disfrute. Tragó saliva y subió la mirada, teniendo que inclinar su cabeza hacia atrás para poder dar con el rostro de ella.

-¿Uh, Asuka?- Preguntó algo desconcertado. Pero al ver su ceño fruncido y los brazos en jarra, apoyando sus manos sobre su cadera, sabía que estaba en problemas. Aunque ¿qué había hecho esta vez? Su mente, acelerada por el temor, intentó recordar alguna acción que pudiera ofender a su compañera piloto, pero nada llegaba a su mente. De todas formas, el punto era que ella estaba enojada, y él tendría que lidiar con ello. Sin embargo, la pelirroja sólo le veía fijamente, como esperando a que él hablara. Esperando el error. -¿Su- sucede algo?- Preguntó, con evidente nerviosismo y cautela. Ella entrecerró sus ojos, haciéndole temblar.

-Ikari…- Susurró, viéndole directamente a los ojos. Shinji no podía descifrar nada de ese par de mares azules, eran como una serie de canales en otro idioma, simplemente no podía entender ninguna de las emociones que estos expresaban. –Ikari, quiero…- Se detuvo una vez más, en una pausa agónica que estaba matando al pobre adolescente. ¿Quería la televisión? ¿quería helado? ¿quería matarlo? Viniendo de Asuka, las opciones eran infinitas, y la mayoría de ellas malas para su propia integridad –Quiero el divorcio.- Finalizó con voz seca, relajando su rostro a una mirada de indiferencia, sin apartar nunca la vista de él.

-Etto, ¿Pe- perdona?- Si antes estaba confundido, ahora verdaderamente se había perdido.

-Quiero el divorcio.-

'No recuerdo el casamiento.' Pensó, levantando una ceja. ¿Tantas bromas de Toji le habrían afectado y hecho creer que de verdad estaban casados? ¿O era todo una broma? Sí, seguramente era esto ultimo. Ella seguía con ese manto gélido en su rostro, pero el joven Ikari estaba esperando a que en cualquier momento empezara a reír y burlarse de él. Nada de eso ocurrió. –Eh. ¿Está bien…?- Respondió, un poco inseguro, para dejarla satisfecha. Su mirada volvió al televisor y, debido a que ella estaba justo en frente, había tenido que inclinarse hacia un lado. Milagrosamente, en algún momento de su estupefacción, había pulsado el botón de pausa, lo cual le hizo soltar un suspiro de alivio. Estaba por continuar con su combate cuando un leve gruñido le hizo devolver toda su atención a ella, mientras su cuerpo volvió a quedarse rígido por el miedo. Ahora SÍ se notaba definitivamente enojada, sus manos apretadas en un puño y el gesto de su cara denotando una profunda ira.

-Shinji tú… Tú… ¡Baka!- Gritó fuertemente, inclinando su cuerpo hacia abajo y enfrentando su rostro con el del Tercer Elegido. Viéndola en ese pequeño instante, con tanta cercanía, fue cuando pudo descifrar algunas emociones de sus brillantes ojos. Estaba enojada, sí, pero también parecía ¿decepcionada? La pelirroja procedió entonces a apartarse de él, murmurando algo que el muchacho no llego a entender, dirigiéndose a paso retumbante hacia el pasillo que daba a su cuarto. ¿Acaso esperaba otra respuesta? Fue entonces cuando algo hizo click en su mente, cuando terminó de atar cabos. Era un juego. Uno de esos juegos de Asuka, tal vez para pasar el tiempo. No era extraño, viniendo de ella. La última vez que algo así surgió, habían terminado besándose. Se levantó rápidamente, soltando el mando del juego y a su vez tomando la mano de ella, débilmente, aunque con la evidente intención de detenerla.

Asuka pegó un pequeño salto al sentir el contacto de él. Era cálido, posiblemente por haber sostenido el mando tanto tiempo. Igualmente, gentil y suave, perfectamente confortable. Sonrió para sus adentros, pero volvió a plantar ese gesto de completa indiferencia en su rostro. Seguidamente, se volteó hacia el tonto con mirada peligrosa -¿Qué?- Preguntó secamente.

-Bu- bueno, yo…-

-¿Tú?- Su pie comenzó a golpear repetidamente el suelo, señal de creciente impaciencia.

-Yo n- no quiero eso.-

-¿Qué cosa?-

Su nerviosismo creció y sabía que se estaba sonrojando ¿Por qué tenía que hacerlo tan difícil? –Yo no quiero el divorcio.- Respondió, con mayor seguridad, aunque desviando su mirada hacia un lado, de alguna forma intentando esconder aquel rojo carmesí de sus mejillas.

-Pues yo sí.- El tono seco no había desaparecido de su voz.

Gruñó, empezando a preguntarse por que se había metido en ese tonto juego –Escucha, puedo… Puedo cambiar.- Nuevamente la encaró, aunque con la humildad ya conocida por el joven Ikari.

-No puedo creerte.- Replicó inmediatamente ella y ahora fue su turno para desviar la mirada, con un gesto dolido. Realmente era buena actriz.

-¡Lo haré! Por ti… Por nosotros.- Contestó el piloto de la Unidad 01, recordando la frase que había escuchado de alguna novela de su antiguo tutor. Asuka tuvo que volver a reunir sus ojos con los de él ante esa ultima afirmación. Finalmente Shinji le devolvía la mirada con gesto determinado, que prometía aquellas palabras como ciertas. Aunque, a pesar de todo, una leve sonrisa se había dibujado en el rostro de aquel tonto, casi imperceptible. Así mismo, el chico apretó un poco el agarre de su mano al de ella y fue entonces que la pelirroja le devolvió la sonrisa, sólo por un pequeño instante. Ese pequeño instante en que toda la fachada se borró. Eran pocos los momentos que compartían de esa manera, pero ciertamente, muy especiales, aunque ninguno lo quisiera admitir.

-Bien. Pero tendrás que hacer mucho mérito, Tercer Niño.- Le respondió con altanería, recobrando su clásico tono de superioridad. Shinji suspiró con alivio, feliz de que ese juego hubiera terminado bien. Dándole una última mirada cómplice a su hermosa compañera, se volteó enfrentando a la consola, para poder continuar con el juego. Pero algo lo detuvo: ella aún lo sostenía de la mano. Se volteó, evidentemente confundido –Mañana me llevarás a comer y luego tal vez al cine. Y más vale que no vistas con esas camisas y pantalones aburridos que tienes ¿Entendido?- La pregunta, aunque simple, fue acompañada de una mirada que decía "Si lo haces, te golpearé. Fuerte."

Shinji pestañeó repetidamente, bastante confundido ¿Eso era parte del juego? Estaba a punto de preguntarlo cuando ella acercó su rostro al suyo y, con gran rapidez y sin previo aviso, le plantó un beso en la mejilla. Con una tranquilidad típica de alguien con tanta confianza, Asuka le dio la espalda y comenzó a caminar hacia el pasillo, su mano finalmente liberando la del piloto del Eva 01. El mismo se quedó paralizado y su cara se puso roja ante aquel inesperado beso, emulando a un semáforo en parada. Ante de desaparecer por el pasillo y de su vista, la joven prodigio le dirigió una furtiva mirada por sobre su hombro para dedicarle un guiño junto con una juguetona sonrisa, que hicieron tragar saliva al Tercer elegido, además de hacerle sonrojar con mayor furia. Claro, si tal cosa era posible.

Quedándose repentinamente solo, el muchacho de oscuros ojos azules llevó su mano a tocar la mejilla donde ella le había besado. Respiró hondo para poder recuperarse de tal inesperada pero disfrutable sorpresa y luego se dirigió a la consola. Tomando el control entre sus manos, observó la pantalla por unos cuantos segundos con mirada perdida. Esos segundos se convirtieron en minutos, hasta que finalmente soltó un suspiro resignado y terminó por apagar todo, sin siquiera importarle el guardado de la partida. Ya no había razón para continuar con aquello, porque no tenía más ganas de seguir jugando. Sus labios se torcieron en una pequeña pero sincera sonrisa. Al menos no a ese tipo de juegos.

En el interior de su habitación, la joven belleza alemana, sentada distraídamente en su cama, se permitió sonreír libremente. 'Baka Shinji, si lo haces bien mañana…' Soltó una pequeña y casi inaudible risa al recordar la boba y tierna mirada del Tercer Niño después de su beso '… No me importaría darte más de esos.'.