Los Hermano de Arena y Fuego
Capitulo 1: Bandidos
En las sombras de una fortaleza en el País del agua se escondían dos siluetas que tenían intenciones de entrar a dicha fortaleza. Ágilmente subieron los muros y esquivaron a los guardias sin mucho problemas.
― ¿Dónde están los pergaminos a robar? ― pregunto una de los bandidos.
― Están en el edificio principal, al oeste de aquí― dijo el otro.
― ¿Estarán muy custodiados? ― se pregunto el primero mirando hacia el oeste donde se levantaba de forma imponente un enorme edificio de unos diez pisos que parecía más un castillo. Bueno, después de todo era una fortaleza, tampoco podía esperar que los pergaminos estuvieran en una choza.
― Eso es obvio― regaño el segundo― hay que tener mucho cuidado. Si nos atrapan no creo que todo termine bien― respondió el otro preocupado de que a su compañero se le fuera la mano.
― No te preocupes, de todos modos, según lo que nos dijeron no debería haber nadie fuerte aquí― dijo sonriente y seguro el primer bandido.
― No te confíes. Siempre pueden haber sorpresas― rebatió el otro a lo que el otro solo asintió y se encaminaron hacia adentro del edificio principal donde debía estar su objetivo, el cual estaba muy bien custodiado por ninjas de rango chuunin, jounin e incluso muchos ANBU. El dúo no se amedrento por eso y fácilmente pudieron evadirlos gracias a su entrenamiento y sus habilidades de infiltración.
…
Una vez adentro se pusieron a buscar la habitación donde según los planos que les dieron debería de estar el objetivo.
― ¿Seguro que es aquí? ― pregunto nuevamente el primer bandido algo desconfiado de que el adentrarse en el edificio hubiese sido tan fácil.
―Más le vale al cliente. Porque si no, usare su sangre como tinta para mis amenazas― comento tétricamente el segundo.
― Suenas como un verdadero loco psicópata ¿Lo sabes, cierto? ― pregunto el primero.
― Todos estamos locos ― respondió el segundo mientras ambos se acercaban al cuarto de los pergaminos. El cual estaba sospechosamente solo.
― Una trampa ¿Cierto? ― pregunto el primero cruzando miradas con su compañero.
― Qué más si no ― respondió el otro sobándose las sienes, quería robar esos pergaminos lo más pronto posible para poder irse a dormir, o hacer el intento al menos, y lo último que quería era un enfrentamiento.
― ¿Realmente creen que somos tan idiotas como para caer en una trampa tan vieja? ― se pregunto molesto el primer bandido
― De seguro piensan que somos novatos― contesto el otro encogiéndose de hombros.
― Entremos― propuso su compañero.
― Estas loco, ¿Quieres que nos atrapen? ― pregunto confundido el segundo al oír que su compañero proponía algo tan estúpido.
―Podemos esperar aquí, o podemos entrar y llevarnos el objetivo lo más rápido posible para poder cobrar nuestra paga. Tú decides si quieres quedarte o entrar― dijo el primero encogiéndose de hombros cuando un sonido le llamo la atención, pasos, de alguien ligero al parecer.
― Pero miren que tenemos aquí― dijo una mujer de largo cabello rojo y de ojos azules quien vestía un vestido azul de una pieza que se ajustaba a su bien proporcionado cuerpo― ¿Ustedes son los que vienen a robar nuestros pergaminos? ― pregunto curiosa y al mismo tiempo divertida de ver a los supuestos delincuentes que se habían escabullido dentro de la fortaleza.
― ¡¿Nosotros?! ― pregunto alarmado el primer bandido quien era un niño de catorce años, rubio de ojos azules y raras marcas de bigotes en las mejillas y quien vestía un atuendo negro que constaba de una camisa negra de manga larga, pantalón jounin, guantes negros y calzado ninja negro.― ¡Qué va! ― dijo pasando sus brazos por detrás de su nuca—Nosotros solo vinimos de excursión a ver como era el lugar― finalizo riendo de forma nerviosa haciendo que su compañero estrellara su palma contra su cara al ver lo idiota que podía ser su compañero.
― ¿Nos creen idiotas? ― pregunto un hombre peliazul y con el ojo derecho parchado quien se puso detrás de ellos para evitar que escaparan.
― Pues más o menos― respondió el segundo bandido quien era otro niño de catorce años, pelo rojo y ojos aqua marina con marcadas ojeras quien vestía un atuendo idéntico al de su compañero además de una enorme calabaza color arena en la espalda.
― ¿Te burlas de nosotros? ― pregunto molesta la pelirroja.
― Nos burlamos de todo el mundo― dijo el rubio encogiéndose de hombros― Además, ¿De verdad creen que una vieja y un tuerto podrán pararnos? ― pregunto de forma arrogante pero se calló de inmediato al ver la pesada aura de muerte que rodeaba a la ojiazul.
― ¿A quién llamas vieja? ― pregunto la mujer con una tétrica sonrisa.
― Cálmese, Mizukage-sama― pidió el peliazul asustado de lo que pudiera hacer su líder ignorando el insulto de su oponente. Rápidamente la sostuvo para que no eliminara a los intrusos y así pudieran saber quiénes eran.
― ¿Esa vieja es la Mizukage? ― se preguntó el pelirrojo.
― ¡Ya estuvo bueno! ― gritó la mujer corriendo directo hacia ellos con la intención de matarlos.
― Si nos golpeas desapareceremos! ― se apresuro a decir el ojiazul.
― ¡¿Son clones?! ― pregunto sorprendida la mujer.
― ¡Corre! ― gritó el rubio aprovechando la confusión de la mujer y que el otro la estaba deteniendo, el pelirrojo no se lo pensó dos veces y ambos emprendieron veloz carrera hacia el exterior siendo seguidos de cerca por la Mizukage y su ayudante.
― ¡Apresúrate! ― gritó el pelirrojo― ¡Se nos alcanza! ¡Y se está arrugando más a cada segundo! ― dijo al ver la mueca rabiosa de la Mizukage.
― ¡¿QUÉ DIJISTE?! ― rugió la ojiazul lanzándose a máxima velocidad y estampando al pelirrojo contra la pared.
― ¡Aja! ― chilló emocionada― ¡¿Qué?! ―gritó furiosa al ver que el mocoso quedo reducido a solo un montón de arena.
― ¡Un clon de arena! ― dijo sorprendido el peliazul atrapando al niño rubio.
― ¡No me dejeeeeees! ― gritó el rubio con lágrimas en los ojos al ver cómo fue abandonado. Y para aumentar su desgracia fue apresado por el peliazul quien o estaba reteniendo con una llave en los hombros.
― Parece que no nos quedamos con las manos vacías― comento tétricamente la Mizukage con una sonrisa de sadismo absoluto.
…
― ¡Dinos la verdad! ― gritó la Mizukage abofeteando al rubio al que había amarrado a una silla y había estado interrogando por dos horas sin que este dijera algo sobre quién era el que los mando.
― ¡¿Quién los mandó?! ― pregunto el tuerto dándole otra bofetada.
― ¡¿Qué no pueden hablar sin pegarme?! ― rugió furioso el rubio pues ya tenía las mejillas tan rojas que parecía que tuviera maquillaje.
― ¡No! ― gritó furiosa la ojiazul dándole otra bofetada.
― ¡¿Quién los mando?! ― pregunto nuevamente el tuerto con otra bofetada.
― ¡Una persona! ― contesto el rubio.
― ¡¿Y quién fue esa persona?! ― exigió saber la Mizukage.
― ¡Alguien con brazos! ― respondió el niño como si se estuviera burlando de ellos.
― ¡No te burles de nosotros! ― gritó furioso el tuerto― ¡Danos nombres! ― exigió y hubo otra bofetada.
― ¡Ayame y Teuchi! ― dijo derrotado.
― Muy bien, no estamos entendiendo ― comento calmadamente la ojiazul― ¿Ellos los mandaron? ― pregunto sentándose frente a él.
― No, pero hacen un ramen buenísimo ― nuevamente le cruzaron la cara de una bofetada por esa respuesta.
― ¡Te dije que no te burlaras de nosotros! ― gritó más que furioso el peliazul dándole bofetada tras bofetada.
― ¡Aprendan a interrogar bien entonces! ― les recrimino igual de furioso― ¡Eh respondido a sus preguntas! ¡Que ustedes sean unos ineptos para interrogar no es mi culpa! ― se defendió esperando que el tuerto lo golpeara nuevamente pero este fue detenido por la pelirroja.
― Cálmate, Ao. No nos dirá nada si usamos la violencia― comento aburrida la pelirroja.
― Pudiste haber pensado en eso hace como dos horas― murmuro molesto el rubio.
― Dinos pequeño, ¿Quién los mando a robar nuestros pergaminos? ― hablo en tono maternal la Mizukage― Si nos lo dices te perdonaremos y te dejaremos marchar― finalizo con una sonrisa coqueta.
― ¿Tratas de seducirme? ― pregunto el niño con una ceja alzada― ¡Auxilio! ¡Aléjenme de esta degenerada Shotacon! ― gritaba espantado el pobre ojiazul.
― ¡No tientes a tu suerte mocoso maldito! ― rugió furiosa cruzándole el rostro con otra bofetada más.
― ¡¿Cuándo vas a salvarme?! ― preguntó el rubio mirando en todas direcciones haciendo que los otros dos se quedaran interrogantes ¿Se habría vuelto loco?
― Iba a hacerlo, pero ver cómo te daban de bofetadas es muy divertido ― comento el niño pelirrojo saliendo de una esquina dejando a los otros dos más que sorprendidos.
― ¡Eres un maldito! ― le recrimino el rubio pero el pelirrojo solo volteo a ver a otro lado ignorándolo.
― ¡¿Cómo entraste?! ― pregunto asombrada la ojiazul.
― ¡JE! Mi socio tiene la habilidad de convertirse en arena. Por eso no pudieron atraparlo la vez pasada― comento arrogante el rubio.
― ¡Imposible! ― chilló el peliazul.
―El montón de arena que creyeron un clon, ¡era realmente yo!― dijo triunfante el pelirrojo haciendo una pose victoriosa.
― ¡Ya vámonos! ― gritó el rubio soltándose de las cuerdas de la silla y pateando a Ao en las pelotas cosa que fue aprovechada por el pelirrojo para cubrirlos en su totalidad de arena.
― ¡¿Qué rayos es esto?! ― pregunto horrorizada la mujer al verse inmovilizada por ese mocoso.
― Sarcófago de arena― murmuro tranquila y fríamente el pelirrojo.
― ¡¿Quién tiene el poder ahora?! ― dijo victorioso el rubio dándole una bofetada al peliazul.
― ¡¿De qué color son mis calzoncillos?! ― pregunto dándole otra bofetada.
― ¡¿Y cómo demonios voy a…?! ― el pobre Ao no pudo terminar pues le dieron otra bofetada.
― ¡Esa no es la respuesta que quería oír! ― rugió el rubio legre de poder vengarse de ese tuerto idiota.
― ¿Los mato? ― pregunto el pelirrojo aburrido de ver ese interrogatorio sin sentido por parte de su compañero.
―Nah, déjalos. Les ira peor si los dejamos vivos― dijo caminando hacia la puerta seguido de cerca por el otro. Pero antes de irse una pervertida y macabra sonrisa se poso sobre sus labios y se dio vuelta dirigiéndose hacia la pelirroja.
― ¿Q-que pretendes? ― pregunto la Mizukage asustada al ver la expresión del niño.
― ¡Esto! ― dijo estampando sus labios contra los de ella dejando a Ao boquiabierto. Y no contento con eso metió su mano en la arena y comento a masajear uno de los generosos seños de la mujer quien chilló horrorizada.
― Eres un depravado sin remedio ¿Lo sabes, cierto? ― pregunto el pelirrojo en tono monótono.
― Todos somos unos depravados― contesto el rubio despegándose de la mujer y encogiéndose de hombros mientras se marchaban del lugar dejando a un sorprendido Ao y a una furiosa Mizukage que profería las peores maldiciones al rubio por su atrevimiento.
― ¿Los pergaminos? ― pregunto el ojiazul.
― En la calabaza― dijo el pelirrojo apuntando a la enorme calabaza en su espalda.
― ¿Arena lista' ― pregunto el ojiazul malicioso.
― ¡Lista! ― contesto el pelirrojo con la misma sonrisa maliciosa.
― ¡VUELVAN AQUÍ MALDITOOOOS! ― se escuchó el grito de una mujer, una mujer muy furiosa, una mujer que iba a matarlos si los agarraba.
― ¡¿Cómo diablos se libero de la arena?! ― se pregunto el rubio, pero sus respuestas fueron contestadas al ver como un torrente de lava ardiente se acercaba hacia ellos a toda velocidad.
― ¡AAAAAAHHHH! ― gritaron ambos al ver la lava, afortunadamente el pelirrojo convirtió su arena en una especie de pequeño bote de motor, hecho de arena el cual salió disparado levando a ambos en él y con la lava pisándoles los talones.
― ¡Más rápido! ― chilló asustado el ojiazul al ver que la lava casi los alcanzaba y en una especie de tabla de surf hecha de piedra venia la Mizukage dispuesta a matarlos.
― ¡Esta a máxima velocidad! ― contesto el de ojos aqua sujetando una especie de timón para el mini barco. Una gran sonrisa adorno su rostro al ver que cerca de ellos había una salida que llevaba al exterior.
― ¡Estamos salvados! ― grito el rubio pero tuvo que agacharse porque una especie de meteoro miniatura casi le vuela la cabeza.
― ¡NO SE ME VAN A ESCAPAR! ― aseguro la Mizukage, pero ellos fueron un poco más rápidos y salieron del edificio destrozando la puerta.
― ¡Al fin libres! ― grito emocionado el pelirrojo. Pero la alegría les duro poco pues fueron rodeados por todos los chuunin, jounin y ANBU de la fortaleza.
― ¡Ya se los cargo el payaso! ― gritó triunfante la Mizukage saliendo del edificio seguida de la lava, la cual a duras penas pudieron esquivar― Ahora, voy a hacerte pagar por lo de hace un rato― murmuro macabramente haciendo sudar a todos los presentes.
― Yo no diría eso― dijo arrogante el rubio.
― ¿Creen que podrán escapar ahora? ― pregunto confiado uno de los chuunin.
― Gaara, hermano. Hazme los honores― respondió el rubio mirando a su compañero quien también sonreía arrogante.
― Será un places, Naruto ― contesto Gaara y acto seguido se oyó un gran estruendo dentro del edificio seguido de un fuerte temblor que los saco a todos de equilibrio. ¡Y de pronto! Una cantidad desquiciada de arena salió del edificio creando una ola de arena que termino cubriéndolos a todos, incluso a los niños.
Nuevamente se escucho otro estruendo pero esta vez una especie de barco hecho de arena salió a la superficie junto con los dos niños subidos en él.
― ¡A toda vela, Gaara! ― gritó feliz el ojiazul pasando un brazo por los hombros de su hermano quien solo sonrió contento.
― Lo que digas― contesto simplemente.
― ¡Adiós decrepita! ― gritó burlón Naruto mirando que la Mizukage iba saliendo de la arena― ¡Hasta nunca! ¡Marineros de arena dulce! ― se despidió riendo a carcajadas.
― ¡ME VENGARE POR ESTOOOOO! ― gritó la líder de Kirigakure maldiciendo su suerte.
― ¡Pues somos los hermanos de arena y fuego! ¡Para que no se te olvide! ― se despidió Gaara carcajeándose de la pobre Mizukage.
…
En el barco ambos iban hablando sobre en qué gastarse el dinero.
― ¿Era necesario hacer aquello? ― pregunto Gaara refiriéndose al beso y al manoseo por parte de Naruto.
― Tch, era muy hermosa. Muchos lo hubieran hecho en mi lugar― contesto encogiéndose de hombros mientras se sacaba un libro del bolsillo.
― Te juro que si te pones a leer el Icha Icha, te rompo los huesos. Puto depravado ― amenazo Gaara mirando fijamente a su hermano.
― Tsk, eres un mojigato aburrido― musito molesto guardando su libro― tu nunca comprenderás lo valioso que es este conocimiento― aseguro cruzándose de brazos.
― Y espero nunca saberlo― murmuro un tanto asqueado.
― ¡Eso no importa ahora! ¡Cadete, gire el barco con rumbo al país de la tierra! ― ordeno el rubio poniéndose un sombrero de capitán hecho de arena.
― ¿De dónde sacaste eso? ― pregunto curioso el pelirrojo. Se suponía que él era el único que le daba forma a la arena.
―Tengo mis mañas― dijo Naruto encogiéndose de hombros y luego se puso un abrigo de capitán hecho… de arena dejando aun mas estupefacto a Gaara, pero prefirió no decir nada y solo cambio el rumbo del barco de arena con destino al país de la tierra.
Hasta aquí!
Espero les haya gustado esta nueva, loca y original historia que se me acaba de ocurrir. Ya se que me estoy llenando de historias, pero simplemente no puedo dejar de escribir y publicar ¡no me peguen! XDDDDDD.
(Modo Germán Garmendia On)
Y si te gusto no te olvides de dejar un review y darle follow, subo capítulos casi todos los días, Ok no XDDD uuun abrazo psicológico y espero que estén pendientes del próximo cap donde se verá más de la vida de Naruto y Gaara como hermanos y compañeros del crimen XDDDD
(Modo Germán Garmendia OFF)
Bueno, se despide Payaso Coronado
Hasta la proximaaa!
