NOTAS:
Como indiqué en Nuevos Comienzos, estoy preparando una historia de Draco colegu del Golden Trio... pues aquí está!
Aviso desde ya que, aunque habrá cambios muy importantes, tampoco tengo intención de cambiar la trama por completo como hacen en otros fics similares. ¡Avisados quedáis!
Prólogo – Celebraciones
Todo el mundo estaba celebrando. Narcissa Malfoy había ordenado cerrar las ventanas a cal y canto, y había conjurado los hechizos silenciadores más potentes que había podido. No pensaba permitir que el escándalo hiciese llorar a Draco de nuevo. Y tampoco quería oírlo ella misma. Sabía lo que significaba, y comenzó a pasearse por la sala de un lado a otro con nerviosismo. ¿Qué iban a hacer?¿Qué podían hacer? Respiró hondo y se pasó las manos por la pálida cabellera, tratando de calmarse sin resultado alguno.
Las puertas del salón se abrieron con un ruidoso golpetazo y Lucius invadió el salón, interrumpiendo su paseo y sobresaltándola.
—¡Lucius! —casi chilló, apenas capaz de mantener la compostura— ¿Qué vamos a hacer? —exclamó, acercándose ansiosamente, retorciéndose las elegantes manos con nerviosismo.
Lucius la miró, y a pesar de que no había expresión alguna en su rostro, Narcissa podía ver el pánico en sus ojos grises, idénticos a los de su hijo.
—En primer lugar, tranquilizarnos —dijo, con una calma que ella sabía a la perfección que no sentía—. Tengo una idea, pero para que funcione tenemos que tranquilizarnos.
Se sentaron juntos en uno de los mullidos sillones. Narcissa aferró las manos de su marido, que se las estrechó con igual fuerza. Lucius abrió la boca para explicar lo que había planeado, pero todo cuando logró emitir fue una especie de graznido. Narcissa le acarició los nudillos con los pulgares, gesto que pareció calmarle, porque carraspeó.
—Tenemos tiempo para preparar un imperius.
—Lucius…
—Escúchame —la interrumpió, apretándole las manos—. Diremos que me echaron una imperius y que tú no te diste cuenta de nada —La miró a los ojos—. No tienes la Marca, y no has venido a los encuentros, nadie sospechará nada.
Narcissa le observó y le limpió unas gotas de sudor frío de la frente, tratando de calmarle. No se le ocurría una idea mejor, y desde luego no quería que Lucius acabase en Azkaban. Así que asintió.
—¿Qué le vamos a decir a Draco? En algún momento alguien le comentará algo, tiene que estar preparado…
—La verdad —dijo Lucius. Narcissa jadeó—. Soy una pobre víctima de la imperius, no hay nada de qué avergonzarse.
Narcissa asintió muy despacio. Sí, era lo mejor. La única solución.
NOTAS:
Ya lo seeeeeeeeeeeeeeeeee, es muy corto. ¡Tranquilos! Subiré pronto el capítulo 1, simplemente quiero tener algo más avanzada la historia. Pero si me hacéis presión con comentarios... ;)
