Capitulo I.

-Higurashi.-dijo una voz profunda y varonil, en cierto punto se escucho seductora pero más autoritaria que otra cosa.

Instintivamente, se giro para reconocer inmediatamente al dueño de eso voz que le había llamado en un momento donde menos se lo esperaba y por lo tanto, no pudo ocultar ni dejar escapar un pequeño grito, que mejor dicho se podía catalogar como un simple gemido de susto.

-¿Tan feo estoy Higurashi?-Dijo en un tono de voz bastante sarcástico ya que quien si no el sabia más que nadie lo gallardo y apuesto que era y lo que producía en toda mujer normal existente y que lo conociera.

-No te esperaba venir y por eso me agarraste de sorpresa.- Explicó.

-Bueno, entonces con eso me niegas el que sea feo.- Quiso echarle leña al fuego, quizás sacarle algo que le demostrara el que ella correspondía el tipo de agrado que él sentía por ella pero…-

-¿Qué? ¿Quieres saber si eres bonito? Bueno Naraku, considerando las mil cicatrices que tienes y tú pésimo sentido del humor… Sí, creo que algo serás.- Dijo en tono sarcástico pero, ¡MENTIRA DEL DIABLO! Pero desde luego que era todo un bombón y, el hecho de que sea maleducado y grosero no significaba que no fuera endemoniadamente guapo y atractivo. No es que le gustara, pero no era ciega para darse cuenta de lo guapo que era el.

-Así que dices que soy feo.-Dijo un tanto ofendido y golpeado en su orgullo ya que esperaba otro tipo de respuesta.

-¿Desde cuándo te importa si te creo lindo o no?- Pregunto de la nada dándose cuenta de que jamás en todos los años que tenia conociéndolo habían tenido una conversación que no hubiera pasado de 'Hola' y 'Adiós', aunque la verdad nunca se han dicho 'hola'.
Por unos segundos lo dejo mudo, la tierna gatita era inteligente y para nada boba cosa, que le gustaba… y mucho.

-No he dicho que me importe. Pero sería agradable saber la opinión de tan bella dama acerca de mi atractivo.-Nunca jamás una mujer se había podido resistir ante aquellas palabras y al endemoniado tono seductor que uso, pero…